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Veintitrés
POV. EvelineSi me perdiera en una isla desértica, la última persona que quisiera esté conmigo, es la insoportable morena a mi lado que no deja de quejarse mientras retoca su maquillaje. Ni siquiera ha movido un dedo desde que llegó, se ha quedado sentada en las gradas a diferencia de mi, que llevo horas barriendo las hojas secas. La miro de soslayo deseando tener el poder de cerrarle la boca, callándola de una vez por todas.No la soporto, no la soporto más...¿Por qué? ¿Por qué me torturan de esta manera, qué hice para merecer todo esto?—¡Señorita Cassidy, no sea holgazán y ayude a su compañera! —escucho gritar al director.Se levanta de mala gana y coge el rastrillo. La observo con una sonrisa burlona en mis labios, ganándome una mirada fulminante de su parte.¿Creía que se saldría con la suya?Termino de recoger las hojas en el contenedor de basura, y me acerco al grifo de agua vertiendo un poco en mi acalorado rostro. Estoy sudada y apesto, necesito urgentemente un baño, pero aú
Veinticuatro
La semana había transcurrido en un chasquido de dedos, me preparaba para ir al restaurante cuando recuerdo que tenía un compromiso más tarde. Había quedado con Luke para ir al cine, sí, también me sorprendió que me haya invitado. Y por supuesto que no me negué, desde hacía mucho que soñaba con este momento, y al fin se estaba cumpliendo. Pero, tenía un inconveniente.Mi jefe.No podía pedirle permiso para retirarme horas antes, por faltar la vez pasada ahora tenía que hacer horas extras. Resoplo.Algo se me ocurrirá después, pero por nada en el mundo me perderé aquella salida con Luke.Camino despreocupadamente por la acera, viendo los autos deslizarse a toda velocidad por la vía. Pronto iba a nevar, y las personas se preparan para recibir el frío invierno. Por mi parte, no estaba muy contenta que digamos, prefería primavera puesto que el clima es mucho más llevadero. No tenías que andar con un montón de ropa encima, y tampoco lidiar con alergia estacional.Siquiera recuerdo cuántos p
Veinticinco
POV. AidanLlegamos a casa después de tener que quedarnos un buen rato en el restaurante, debía revisar unos documentos importantes y aproveché la visita de Leah que me dio una mano. Agradezco que lo haya hecho, de lo contrario no hubiera podido terminar de revisarlos hoy mismo.Es increíble como de un momento a otro y tan rápido se acumula el trabajo y cuando te das cuenta hay demasiadas cosas por hacer, nunca he sido el tipo de persona que le gusta verse metido en el ajetreo, pero lamentablemente ese tipo de situaciones es constante y más cuando a lo que me dedico me exige demasiado, aún así estoy muy satisfecho por haber elegido una carrera en la que me pueda desenvolver como quiera. Ya lo demás es cuestión de costumbre y la cocina es parte de mi vida.—Ay, muero de hambre —dice sentándose en el sofá.—Cierto, no hemos cenado. ¿Qué quieres de comida? —le pregunto mientras aflojo la corbata.—¿Vas a cocinar para mi? —se muestra sorprendida.—Es lo menos que mereces por ayudarme hoy,
Veintiséis
P.O.V EvelineSuspiro profundamente y lo sigo, pronto entramos en ese elevador y me sigo preguntando las razones que tiene esa tonta de Leah de estar ahí. Es que es una chica tan aprovechada y sinceramente no le veo ninguna cualidad bonita de halagar. Pero hasta permanece esa hora tan tarde en la casa de mi jefe cosa que levanta mucha curiosidad en mí, también me pregunto qué puede hacer ella ahí. ¡Dios! Sinceramente sigo pensando en todo eso y no logro encontrar una respuesta. Tal vez me debería de dar por vencida. Es que ni siquiera sé por qué hago todo esto. Debo de verme patética y ridícula al venir tan tarde a la casa de un hombre, y solo para montar una escena. Que tonta soy.—Todavía sigo pensando que no debió venir a esta hora a mi casa, digo solo lo estoy mencionando por su propio bien, ya que es demasiado tarde. De seguro no has escuchado las noticias en la televisión, hay demasiados locos y psicópata sueltos, y nunca se sabe cuando te pueda pasar algo. Es mejor prevenir que
Veintisiete
P.O.V AidanOtra vez estoy en casa y me doy cuenta de que ya Leah se ha ido. Debería quedarme tranquilo porque ya no se encuentra aquí, pero me preocupa un poco que todavía no sepa que yo no tengo ningún interés en ella y no quiero hacerla sentir mal pero debería de aclarar las cosas con ellas para que no siga siendo un peso tener que lidiar con su cercanía. Cada vez está cruzando más los límites, y no puedo seguir permitiendo eso.Me dirijo a la cocina para servirme un vaso de agua antes de irme a dormir. Pero término sentada en el sofá de la sala y enciende la televisión. A esta hora la programación suele ser un poco aburrida y no sé qué poner. Al final dijo el canal de las noticias, de vez en cuando no es algo malo informarse un poco sobre lo que ocurre en el mundo.Pero con tanta negatividad en la pantalla decido apagar la pantalla y retirarme a mí habitación.Pero...No puedo dormir. Es imposible conciliar el sueño cuando hay demasiadas cosas que están dando vueltas sin parar en
Veintiocho
Sé que todo sería diferente si no hubiera ocurrido lo de mi madre, sin duda eso fue lo último que acabó con aplastarme. Crecer en una familia incompleta, dónde solo éramos mi madre, el abuelo y yo, no fue lo que todo niño se conforma con tener, pero era lo único que podía tener. Llegué a envidiar lo que otros si podían disfrutar, de una familia. Después del divorcio de mis padres, ya nada volvió a ser lo mismo, mi madre cayó en una profunda depresión de la que no pudo salir durante años. Verla triste me partía el corazón, fue lo más duro para mi. Sin embargo, su corazón no sobrevivió, así como dicen que se tiene roto el corazón, ocurrió con mi madre.Seco la lágrima que se ha desbordado de mi ojo derecho, intento no llorar pero el recuerdo duele, quema por dentro. Entonces sin poder aguantar más, estallo en llanto, ahogando cada sollozo en la palma de mi mano. No quiero que Leah me escuche hacerlo, pero necesito drenar, soltar todo lo que llevo dentro de mi.Sin embargo, creo que ha e
Veintinueve
POV. EvelineSiempre que tengo demasiadas cosas en la cabeza, funciona salir al exterior y caminar un rato, parece que eso hace que las ideas fluyan y te sientas mejor que antes es eso lo que yo al menos experimento al salir de mi zona, es que caminar por las transitadas calles de New York parece ser el sueño de cualquier turista y para un residente se vuelve algo magnífico poder atravesar el mar de personas. Aunque si se trata de ir al trabajo temprano en la mañana, se puede parecer a un completo agobio, porque lo único que quieres es llegar temprano y eso se convierte en un problema.Otra cuestión que se sabes, es que el tráfico en New York siempre es apretado y camino al trabajo también se convierte en un embrollo, pero con el tiempo te acostumbras a todo eso. Hay numerosos puntos positivos que también se pueden destacar de la ciudad, me gusta vivir aquí.Central Park es una parada que hago. En este lugar es posible poder dejar volar la imaginación mientras que una y otra vez en mi
Treinta
—¿Eveline? —sacude su mano frente a mi rostro.Parpadeo perdida, no he logrado escuchar lo que dijo. Claro que no querida, si estabas comiéndolo con la mirada. Escucho a mi subconsciente.—¿Eh?—Te has quedado distraída mirándome, ¿estás bien? —trago grueso cuando su mirada azulada me observa.—S-sí, sí claro. Solo estaba pensando en mis cosas —miento rogando al cielo que no se me note el sonrojo en mis mejillas.—Bueno, te comentaba que necesito reorganizar aquel estante. Cada carpeta por color y tamaño —asiento entendiendo su petición—. ¿Crees poder terminarlo hoy mismo?—Claro, será pan comido —emito segura.—Vale, nos vemos más tarde —dice saliendo de la oficina.Me acerco al estante poniéndome en manos a la obra. Para trabajar concentrada, busco alguna canción en Spotify y coloco mis auriculares subiendo el volumen. Al ser de una estatura promedio, debo utilizar la escalera que me permite alcanzar las carpetas en la parte de arriba. Sacudo el polvo para poder ir ubicando ordenada