POV. AidanReviso algunos papeles que mi secretaria me ha traído hace minutos, además de mi café sin azúcar. Puedo decir que hoy estoy de bueno humor, de hecho he dejado pasar que Blake no haya realizado lo que le ordené, limpiar los vidrios de mi oficina. Pero, él nunca falta en el trabajo, así que haré como que no lo noté. Me incorporo al escuchar unos golpes en la puerta, esta es abierta mostrando a la chica de flequillo morado.—Buenos días, señor —saluda amable, incluso mucho más que las otras ocasiones que nos hemos cruzado.—Buenos días, Eveline. Adelante —digo mirándola fijamente, es evidente lo nerviosa que puede colocarla mi mirada—. Toma asiento.Le indico la silla donde sentarse y lo hace en silencio, cómo si de pronto le costara emitir palabra alguna. ¿Estará avergonzada o incómoda por su actitud de ayer?—Quiero agradecerle por darme el empleo y permitirme trabajar con usted —murmura viéndome a los ojos al fin.—No hay de qué. Presiento que serás buena en el puesto que t
POV. EvelineSeco el sudor de mi frente pasando mi antebrazo, estoy tan agotada que no siento las extremidades de mi cuerpo. Llevo horas llevando y trayendo platos sucios, jamás había cargado tantos trastes en mi vida. Me apresuro a arreglar los últimos cubiertos y salgo de la enorme cocina del restaurante vacío, pues la mayoría de los empleados ya se han ido.—¿Aún estás aquí? Creí te habías marchado —escucho a mi jefe.También parece dispuesto a retirarse.—Sí, quería adelantar algunas cosas para que mañana no me resulte tan pesado —explico saliendo del restaurante.—Vaya, que eficiente —comenta caminando a mi par—. ¿Vives cerca?—Sí, a tres cuadras —emito acomodando la bufanda alrededor de mi cuello.—¿Y te irás a pie? —curiosea—. Ya sabes, es tarde y hay dementes en la calle. No es prudente que...—¿Por qué de pronto se preocupa por mi? —interrumpo extrañada de su cambio repentino hacia mi bienestar.—Lo hago con todos, además eres mi empleada, de ahora en adelante me preocuparé p
—¿Quiénes son? —señalo a las personas que han llegado.—¿No los conoces? —niego con la cabeza viendo a Danna, la morena de ojos cafés—. Vaya, ¿en qué planeta vives? Todo el mundo conoce a los MacMilan. Dueños de varias franquicias en el país.—No tenía idea de la existencias de ellos —limpio la mesa que ha sido desocupada por unos amables clientes que se han marchado—. ¿Y qué hacen aquí?—Cada año suelen visitar al señor Aidan, algunos dicen que es por negocios y otro comentan que hay un relación de conveniencia entre la mujer de allá —llevo la mirada hacia la rubia, es mucho más joven que las otras dos personas, por lo que supongo es la hija de ambos señores—. Aunque no sabemos la verdadera razón de su visita.—Eveline, ve a llevarles el postre —ordena Brooke, el encargado de todos los camareros.—Sí, señor —cargo la bandeja y me encamino hacia la familia, sostengo con fuerza el metal entre mis manos asegurándome que no se derrame lo que está en ella.—No he visto a Radley, ¿dónde es
POV. AidanLa vida sigue. He escuchado tantas veces esa frase, sobre todo el día que mamá murió. Las personas se acercaron a mi para darme palabras consoladoras, pero ese día no único que quería era estar solo, encerrarme en mi habitación y llorar hasta quedarme sin lágrimas. Ha pasado tanto tiempo desde que no veo a mi madre, extraño tanto su sonrisa genuina, esa que le regalaba a todos. Nada volvió a ser lo mismo sin ella, era lo único importante que quedaba en mi vida y ahora que ya no estaba conmigo, todo parecía no tener color. De pequeño me diagnosticaron trastorno obsesivo compulsivo, aún recuerdo mi madre le llamó la atención verme que ordenaba cualquier cosa que estuviera fuera de su sitio. Además, odiaba estar sucio, los gérmenes me causaban repugnancia, también deseaba tener las cosas simétricas o en perfecto orden.Al principio no me afectó ser así, pero con el tiempo los demás comenzaron a notar que tenía un problema por mi manera de actuar ante cosas pequeñas y cotidiana
POV. EvelineCulmino la labor que estaba haciendo, y procedo a recoger mis cosas que reposan en la silla. Me quito el delantal negro que debemos llevar encima del uniforme rojo, y lo doblo cuidadosamente colocándolo en el armario donde se guardan los demás uniformes. Me siento mucho más agotada, no es nada sencillo asistir a la universidad, adelantar las tareas para después venir a trabajar en el restaurante. Pero lo importante es ayudar a mi padre a costear la deuda, por lo que me obligo a seguir adelante aunque la situación me esté superando.Tú puedes, Eveline. Intento darme ánimo.Salgo de la cocina topándome con mi jefe que también viene saliendo de su oficina. Se acerca a mi y extiende su mano mostrando un frasco de plástico que contiene la pomada especialmente para las manos.—Aplícalo antes de dormir —indica entregándome el producto.Observo la pomada y llevo la vista a aquella mirada azulada. Sinceramente no me esperaba esto, es un gesto muy bonito de su parte.—No debió mole
POV. AidanEl olor a café inunda toda la cocina, agarro la tetera y sirvo en las tazas el líquido de aroma agradable. Se la entrego a Álex que tiene la vista fija en algún punto de la sala, es evidente lo afectado que está por la noticia. Y no es para menos, también me he quedado pasmado al enterarme.Un hijo...—¿Qué piensas hacer al respecto, quedarte allí sentado o ir a dónde la madre de tu bebé e intentar llevar la situación cómo los dos adultos que son?Se lleva las manos al rostro y comienza a llorar. Los años que llevo conociéndolo, podría decir que esta es la segunda vez que lo veo hacerlo. La primera fue cuando su padre falleció, hace tres años ya de lo ocurrido. Álex es del tipo de personas que se encarga de sacarle una sonrisa a todos, el carismático que bromea siempre, extrovertido, aventurero.Todo lo contrario a mi. A veces me resulta un poco extraño que seamos amigos, somos completamente diferentes.—No estoy preparado para ser padre —dice después de largos segundos. Ti
POV. EvelineSi me perdiera en una isla desértica, la última persona que quisiera esté conmigo, es la insoportable morena a mi lado que no deja de quejarse mientras retoca su maquillaje. Ni siquiera ha movido un dedo desde que llegó, se ha quedado sentada en las gradas a diferencia de mi, que llevo horas barriendo las hojas secas. La miro de soslayo deseando tener el poder de cerrarle la boca, callándola de una vez por todas.No la soporto, no la soporto más...¿Por qué? ¿Por qué me torturan de esta manera, qué hice para merecer todo esto?—¡Señorita Cassidy, no sea holgazán y ayude a su compañera! —escucho gritar al director.Se levanta de mala gana y coge el rastrillo. La observo con una sonrisa burlona en mis labios, ganándome una mirada fulminante de su parte.¿Creía que se saldría con la suya?Termino de recoger las hojas en el contenedor de basura, y me acerco al grifo de agua vertiendo un poco en mi acalorado rostro. Estoy sudada y apesto, necesito urgentemente un baño, pero aú
La semana había transcurrido en un chasquido de dedos, me preparaba para ir al restaurante cuando recuerdo que tenía un compromiso más tarde. Había quedado con Luke para ir al cine, sí, también me sorprendió que me haya invitado. Y por supuesto que no me negué, desde hacía mucho que soñaba con este momento, y al fin se estaba cumpliendo. Pero, tenía un inconveniente.Mi jefe.No podía pedirle permiso para retirarme horas antes, por faltar la vez pasada ahora tenía que hacer horas extras. Resoplo.Algo se me ocurrirá después, pero por nada en el mundo me perderé aquella salida con Luke.Camino despreocupadamente por la acera, viendo los autos deslizarse a toda velocidad por la vía. Pronto iba a nevar, y las personas se preparan para recibir el frío invierno. Por mi parte, no estaba muy contenta que digamos, prefería primavera puesto que el clima es mucho más llevadero. No tenías que andar con un montón de ropa encima, y tampoco lidiar con alergia estacional.Siquiera recuerdo cuántos p