—¿Adivina qué olvidé en el auto...? —se detiene frente a mi observando mi expresión afectada—. ¿Qué ocurre?—¿Una apuesta, todo este tiempo fuí una apuesta? —mis palabras denotan impresión. De todas la personas, nunca creí que él, aquel chico amable que vivía en mi edificio hiciera semejante maldad—. ¡Habla! Dime de una vez por todo que es lo que he sido para ti, no puedo creer. ¡No puedo creer que esto esté pasando, eh!Grito lanzándole su móvil contra el pecho. En su rostro veo la respuesta, su mirada dice todo, las palabras no son necesarias pues el silencio que guarda me confirma que es verdad. Siento ganas de golpearlo para drenar la rabia en mi cuerpo, pero me contengo.—Puedo explicártelo, por favor escúchame —me ruega, lo típico que diría un culpable.Sabe qué es terrible lo que ha hecho. De eso no hay duda.—Házlo, dame una razón para creerte —ordeno cruzándome de brazos.—Sí, es cierto que mis intenciones contigo al principio no estuvieron bien. Pero todo lo que dije hace r
POV. AidanEntro al bar dónde según Eveline se encuentra, está tan ebria que entenderla resultó difícil. Me abro paso entre las personas que están en la pista, abarco la vista por todo el sitio pero no diviso a la chica de flequillo morado. Le pregunto al Bartender, un muchacho moreno que parece cansado de atender al montón de jóvenes que se han acercado a la barra.—La vi entrar al baño —señala al fondo.—Vale, gracias.Me encamino en dirección al sanitario de dama y golpeó con mis nudillos la puerta cerrada. Al instante una mujer alta pasa por mi lado y comienza a tocarme el brazo pero la aparto manteniendo una calma que no sé de dónde he sacado. Giro el pomo de la puerta entrando al baño, mi mirada recae en la chica que intenta mantenerse en pie sujetándose del lavado. Al percatarse de mi, achica sus ojos como si tratara de recordar quién soy.—¡Oh, señor... A-aidan! —hace el amago de dar un paso hacia mi pero pierde el equilibrio.Estiró los brazos evitando que se lastime, agarro
POV. EvelineCamino sigilosamente por el pasillo mirando hacia todos lados asegurándome que no haya nada en casa. Al despertar me sentí confundida de estar en la habitación de mi jefe, no sabía qué hacía allí hasta que los recuerdos de anoche vienen a mi cabeza. No quiero ni pensar en el numerito que hice ayer ante el señor Aidan, que vergüenza. Y hablando de él, lo veo salir de uno de los dormitorios. Por su atuendo supongo que se ha despertado recientemente.Seguro no pudo descansar por mi culpa. Muerdo mi labio inferior con nerviosismo y me detengo frente a él.—Buen día señor —saludo evadiendo su mirada.—Buenos días Eveline, ¿cómo dormiste?—Eh, bien. Gracias por permitirme descansar en su habitación —murmuro apenada.—Tranquila, no tenías intención de abandonar mi cama de todos modos, así que no tuve opción —comenta encogiéndose de hombros.Siento mi cara arder de la vergüenza, cómo desearía ser un avestruz para enterrar la cabeza en la tierra. De todas las personas en el mundo,
POV. AidanMi mayor debilidad es mostrarme vulnerable a los demás, sobre todo si esta persona es importante para mi y no quiero parecer débil. Siempre he sido una persona bastante complicada, mientras menos información personal les haga saber a los demás, mejor para mi. Sin embargo, esto ha cambiado desde que apareció Eveline a mi vida, siento la necesidad de abrir mi corazón de una vez por todas y confesarle mis sentimientos. Pero, había algo que me detenía.Cobardía.Es una de las debilidades más habituales de las personas. Muchas veces no nos atrevemos a dar ese paso, a hacer ese cambio, a decir lo que pensamos sin tapujos. Y se debe a la inseguridad y falta de autoestima, ya sea que estemos al tanto de ello o no. En mi caso, confiar en alguien me resulta difícil tomando en cuenta mi pasado. Pero presentía que esta vez sería diferente, y arriesgarse valdría la pena. No soportaba como ella lloraba por un idiota que solo la utilizó mientras yo estaba reprimiendo mis emociones, y sabe
POV. EvelineLlego a casa y aún sonrío cómo toda chica enamorada, me siento en las nubes, estoy flipando mientras las palabras de Aidan se repiten en mi cabeza una y otra vez.«Me gustaste desde el primer día que te conocí»Suspiro anonadada.¿Será parte de un sueño? Es demasiado bueno para ser verdad, pero sé que está pasando, es la vida real y por más que me cueste asimilarlo me ha dejado claro que le gusto.¡Oh por dios, le gusto a mi jefe!Todo esto parece un sueño hecho realidad, incluso algo bastante raro, pero está sucediendo y nada ni nadie puede cambiarlo, de verdad le gusto a mi jefe. Al final es un amor correspondido, no soy la única tonta que siente lo mismo como pensé. Todo esto sin lugar a dudas va a cambiar todo entre nosotros.Solo sé que me muchas cosas buenas vendrán. Eso sí.¡Ahg! De pronto recuerdo que tal vez habría sido una buena idea besarlo, pero no tuve el valor para hacerlo. Puede ser que habría sido un error también.Sacude la cabeza violentamente y me golpe
POV. EvelineLos recuerdos caen sobre mí, como una cascada que inevitablemente me moja y me lleva a volar por el sendero de los recuerdos del pasado que han permanecido hasta el presente conservados, porque tienen muchísimo valor para mí. Pienso en todo eso que pude vivir con mi madre y me lleno de alegría al pesar de que la vida me la arrebató demasiado rápido, nosotros merecíamos pasar muchísimo más tiempo juntas y poder experimentar momentos inexplicables, con eso en mente es como me llené de una desilusión, que me destrozó. No pude compartir más tiempo del que merecía, con ella.Ahora que me doy cuenta que el vacío se siente demasiado latente dentro de mí. Puedo comenzar a sentirme movida por emociones que entran en conflicto porque por un lado recuerdo lo hermoso que vivimos y por otra parte me estoy desgarrando el alma al pensar que pudimos vivir más tiempo juntas, pero supongo que la vida es así, a veces suceden cosas que no podemos evitar y lamentablemente a cualquier persona
POV. AidanSiento la arena en mis pies descalzos mientras camino en la orilla de la playa. El mar parece estar en calma, apenas y se forman leves olas que se disipan entre sí. El aura que desprende el lugar transmite una serenidad que no se siente en la ciudad, el ambiente es relajante y se respira aire limpio. Hacía tiempo no me sentía de esta manera, tranquilo en paz, así que es un día que debo aprovechar al máximo. Me levanté temprano y decidí venir a la playa, de pequeño solía visitar este sitio junto al abuelo. Decía que era el lugar mágico para curar cualquier cosa.Recuerdo que un día me lastimé jugando en el parque de la escuela, entré en pánico al ver la sangre que bajaba por mi rostro. Comencé a llorar y nada ni nadie podía hacer nada para calmarme hasta que el abuelo apareció, me subió al auto trayéndome a este lugar. No sé con certeza lo que me hizo sentir ver el mar, pero me quedé hipnotizado y el llanto fue cesando. Desde ese día entendí que lo que decía el abuelo era ci
POV. EvelineLimpiar los vidrios de las ventanas me tenía tan cansada que me tomé unos minutos para reposar. No suelo hacer este trabajo, pero uno de mis compañeros está enfermo y me ofrecí a hacer la labor por él. Además que me había suplantado la vez pasada que no pude venir por cuestiones personales. Busco mi móvil para avisarle a papá que no podré visitarlo en el hospital, pero Nora se pasará por allí para hacerle compañía. Sin embargo, no encuentro el móvil en el bolsillo de mi pantalón, reviso cerca de donde estaba hace rato ya que quizá se me pudo haber caído al suelo, pero tampoco lo veo.Entonces recuerdo que se me debió quedar en la mochila que siempre traigo conmigo, me incorporo yendo a los vestidores que se encuentran cerca de la oficina de Aidan. Al pasar por su puerta, escucho un sonido ensordecedor que me alarma. Decido cerciorarme de qué ha sido aquel ruido.—¿Está todo bien allí dentro? —pregunto pero no recibo respuesta.Me parece extraño que no haya nadie, y si....