POV. EvelineReviso mi móvil viendo que tengo diez llamadas perdidas de Nora, ella abre los ojos de par en par porque ya por mi cabeza está cruzando la idea de que algo malo le pasó, realmente puede ser eso o no. No estoy segura, para saberlo tengo que llamarle. Asustada le marco para saber que ha ocurrido. Pero ella me contesta la llamada y me pregunto si se se habrá molestando porque no le atendí al principio.No me doy por vencida y decido marcarle hasta cuatro veces más, finalmente ella toma la llamada.—¿Estás bien? —pregunto apenas responde.Yo tengo el corazón en un puño. Probablemente me estoy alarmando por nada, de todos modos ya estoy a la expectativa. Con Nora nunca se sabe...—Sí, ¿por qué no lo estaría? —me dice con la voz más pacífica del mundo y yo solo puedo sentirme confusa al principio.Arrugo el entrecejo.Aunque eso es algo bueno y el alivio me llena.—¿Por qué me llamas cómo si hubiera pasado algo malo? —reclamo ya que al final me ha dado un susto por llamar a mi
Nick cursaba el último año en preparatoria, era el estereotipo de chico que toda fémina añoraba, alto, cabello negro, musculoso y popular. Se podría decir que era todo un Bad boy, incluso tenía una motocicleta cómo los protagonistas de las historias cliché. Nora había estado perdidamente enamorada al verlo por primera vez, pero ser dos años menor que él no ayudaba mucho. Y no digo con esto que la edad fue un impedimento, porque ambos terminaron saliendo por seis meses, hasta que mi amiga descubrió que no solo salía con ella sino también con otra de la secundaria.En conclusión, la relación acabó allí pero Nora se encargó de hacerle pagar por su infidelidad. Dañó su reputación de la manera más humillante. Aún debe tener pesadillas de aquel día.—Por eso nunca más confíe en ningún hombre, todos son iguales —comenta dando por terminado mi cabello—. Listo.—Mil gracias, te recompensaré por tu gran ayuda —prometo besando su mejilla.Escucho el claxon de un auto, me asomo por la ventana y o
POV. EvelineTres horas antes...Después de cenar en uno de los restaurantes más caros de la ciudad, Luke me llevó al Empire state building, el rascacielos el cuál siempre había querido visitar. En serio lo quería conocer, moría demasiado por conocer ese lugar y ahora que estaba allí, no lo podía creer, era un sitio tan hermoso e indescriptible, no lograba encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que sentía. Lo único que podría estar segura era que hayan disfrutado a cada instante y mucho más cuando le estaba viviendo a su lado, tan cerca de una persona que era sumamente importante para mí.La brisa ya estaba haciendo volar mi cabello y me golpeaba ligeramente el rostro, era todo tan impresionante tan solo con cerrar los ojos, ya se podía vivir una magnífica experiencia que se quedaría grabada para siempre en mi cabeza y formaría parte de aquellos gratos recuerdos.Suspiro hondo.Verdaderamente es algo que podría volver a repetir. Nunca antes tuve la oportunidad de venir a es
—¿Adivina qué olvidé en el auto...? —se detiene frente a mi observando mi expresión afectada—. ¿Qué ocurre?—¿Una apuesta, todo este tiempo fuí una apuesta? —mis palabras denotan impresión. De todas la personas, nunca creí que él, aquel chico amable que vivía en mi edificio hiciera semejante maldad—. ¡Habla! Dime de una vez por todo que es lo que he sido para ti, no puedo creer. ¡No puedo creer que esto esté pasando, eh!Grito lanzándole su móvil contra el pecho. En su rostro veo la respuesta, su mirada dice todo, las palabras no son necesarias pues el silencio que guarda me confirma que es verdad. Siento ganas de golpearlo para drenar la rabia en mi cuerpo, pero me contengo.—Puedo explicártelo, por favor escúchame —me ruega, lo típico que diría un culpable.Sabe qué es terrible lo que ha hecho. De eso no hay duda.—Házlo, dame una razón para creerte —ordeno cruzándome de brazos.—Sí, es cierto que mis intenciones contigo al principio no estuvieron bien. Pero todo lo que dije hace r
POV. AidanEntro al bar dónde según Eveline se encuentra, está tan ebria que entenderla resultó difícil. Me abro paso entre las personas que están en la pista, abarco la vista por todo el sitio pero no diviso a la chica de flequillo morado. Le pregunto al Bartender, un muchacho moreno que parece cansado de atender al montón de jóvenes que se han acercado a la barra.—La vi entrar al baño —señala al fondo.—Vale, gracias.Me encamino en dirección al sanitario de dama y golpeó con mis nudillos la puerta cerrada. Al instante una mujer alta pasa por mi lado y comienza a tocarme el brazo pero la aparto manteniendo una calma que no sé de dónde he sacado. Giro el pomo de la puerta entrando al baño, mi mirada recae en la chica que intenta mantenerse en pie sujetándose del lavado. Al percatarse de mi, achica sus ojos como si tratara de recordar quién soy.—¡Oh, señor... A-aidan! —hace el amago de dar un paso hacia mi pero pierde el equilibrio.Estiró los brazos evitando que se lastime, agarro
POV. EvelineCamino sigilosamente por el pasillo mirando hacia todos lados asegurándome que no haya nada en casa. Al despertar me sentí confundida de estar en la habitación de mi jefe, no sabía qué hacía allí hasta que los recuerdos de anoche vienen a mi cabeza. No quiero ni pensar en el numerito que hice ayer ante el señor Aidan, que vergüenza. Y hablando de él, lo veo salir de uno de los dormitorios. Por su atuendo supongo que se ha despertado recientemente.Seguro no pudo descansar por mi culpa. Muerdo mi labio inferior con nerviosismo y me detengo frente a él.—Buen día señor —saludo evadiendo su mirada.—Buenos días Eveline, ¿cómo dormiste?—Eh, bien. Gracias por permitirme descansar en su habitación —murmuro apenada.—Tranquila, no tenías intención de abandonar mi cama de todos modos, así que no tuve opción —comenta encogiéndose de hombros.Siento mi cara arder de la vergüenza, cómo desearía ser un avestruz para enterrar la cabeza en la tierra. De todas las personas en el mundo,
POV. AidanMi mayor debilidad es mostrarme vulnerable a los demás, sobre todo si esta persona es importante para mi y no quiero parecer débil. Siempre he sido una persona bastante complicada, mientras menos información personal les haga saber a los demás, mejor para mi. Sin embargo, esto ha cambiado desde que apareció Eveline a mi vida, siento la necesidad de abrir mi corazón de una vez por todas y confesarle mis sentimientos. Pero, había algo que me detenía.Cobardía.Es una de las debilidades más habituales de las personas. Muchas veces no nos atrevemos a dar ese paso, a hacer ese cambio, a decir lo que pensamos sin tapujos. Y se debe a la inseguridad y falta de autoestima, ya sea que estemos al tanto de ello o no. En mi caso, confiar en alguien me resulta difícil tomando en cuenta mi pasado. Pero presentía que esta vez sería diferente, y arriesgarse valdría la pena. No soportaba como ella lloraba por un idiota que solo la utilizó mientras yo estaba reprimiendo mis emociones, y sabe
POV. EvelineLlego a casa y aún sonrío cómo toda chica enamorada, me siento en las nubes, estoy flipando mientras las palabras de Aidan se repiten en mi cabeza una y otra vez.«Me gustaste desde el primer día que te conocí»Suspiro anonadada.¿Será parte de un sueño? Es demasiado bueno para ser verdad, pero sé que está pasando, es la vida real y por más que me cueste asimilarlo me ha dejado claro que le gusto.¡Oh por dios, le gusto a mi jefe!Todo esto parece un sueño hecho realidad, incluso algo bastante raro, pero está sucediendo y nada ni nadie puede cambiarlo, de verdad le gusto a mi jefe. Al final es un amor correspondido, no soy la única tonta que siente lo mismo como pensé. Todo esto sin lugar a dudas va a cambiar todo entre nosotros.Solo sé que me muchas cosas buenas vendrán. Eso sí.¡Ahg! De pronto recuerdo que tal vez habría sido una buena idea besarlo, pero no tuve el valor para hacerlo. Puede ser que habría sido un error también.Sacude la cabeza violentamente y me golpe