No puedo explicar el odio que siento por él en este momento, es un maldito egoísta hijo de puta, ha estado vivo todo este tiempo y le importó una mierda lo que nosotras estábamos sufriendo, le importó poco su hija, prefirió desaparecer y hacerse pasar por un maldito muerto en lugar de estar con ella, conmigo.Años sufriendo una maldita agonía, un maldito dolor ardiente, asfixiante como el humo, un hijo de puta dolor en vano. Le importó nada el dolor que iba a causarme, se marchó, me dejo sola, me dejó rota, y sí creyéndolo muerto lo odié por eso, ahora lo odiaba aún más, lo odiaba más porqué rompió su promesa, porqué pudiendo, no regreso.Pero ¿Como era posible? ¡Yo lo ví! Yo ví sus heridas de bala en un cuerpo cubierto de brasas.Y Hansel, ese maldito hijo de puta sabía todo y no dijo nada, se quedó callado viendo como cada día mi corazón se desvanecía un poco más, es un traidor, pero aún así no podía culparlo del todo, pues Damián siempre sería su hermano y él siempre le guardaría l
Abril, 08.El celular suena a un lado de la cama y poco a poco va espantando mi sueño. Me muevo e intento ignorar el puto teléfono que Hansel me trajo ayer en la noche cuando vino a disculparse, una maldición y un empujón fué lo que recibió de mi parte.Son unos imbéciles, ambos, creen que pueden jugár con los sentimientos y mentes de las personas cuanto tiempo les dé la gana y luego venir a disculparse como sí no hubieran hecho más que una simple broma infantil.¡Que se vayan con sus malditas disculpas y cinismo a la mismísima mierda!—¡Ahgs!— suelto un pequeño grito que ahogo con la almohada trás el incesante tono de mi celular.Sin abrir los ojos tanteo la cama y cuando encuentro el maldito aparato ruidoso y vibrante, descuelgo la llamada y llevo el teléfono a mi oreja.—¿Umh?— es lo que digo sin ni siquiera separar los labios.Del otro lado se escuchan autos, ruidos y gritos de personas apresuradas.—Hey,— Es Tristán.— estoy yendo a la empresa, te espero abajo.—Aja— murmuro en re
Cuando Damián me vió acercarme a la piscina hizo una mueca de desagrado en mi dirección y me contuve de hacerle una peor porqué justo entonces Mía puso sus ojos sobre los míos y pidió a su padre que la dejara fuera de la piscina para luego venir a mí. Corrió hasta verse rodeada entre mis brazos y entre risas felices empezó a besar mi rostro mientras me decía entre palabras rápidas y casi indescifrables lo divertido que era su padre.Sólo con ella era divertido...Mi niña estaba feliz, encantada de estar con él, de saberlo cerca y no perdido, tenía tanto miedo a que su papá volviera a desaparecer que cuando Damián tuvo que salir de la casa se puso a llorar desconsoladamente, se aferro al cuello de su padre mientras lloraba y le pedía que no se marchara, que se quedara con ella porqué no quería que volviera a perderse.Damián se vió obligado a consentir los deseos de su hija, por lo qué retraso su salida hasta que la niña estuvo completamente dormida y él pudo marcharse tranquilamente j
Damián Webster.Tan pronto como me mira entrar se estira sobre los brazos de su mamá y yo la recibo gustoso en los míos, se abraza con fuerzas a mí mientras su cuerpecito se estremece en mis brazos por los pequeños sollozos que abandonan su garganta. La abrazo, acaricio su cabecita y la consuelo, no me gusta que llore, detesto verla llorar.Ámbar me mira mal, con el ceño fruncido y profundas ganas de envolver sus manitas en mi cuello y ahorcarme. Está celosa, la presencia de Violet en casa no le ha agradado ni un poco, pero que se joda, no me interasa lo que le agrade, la traidora es ella.—Ya, amor— susurro a la niña para que deje de llorar, ella se separa un poco para mirarme— todo está bien, ya estoy aquí — le sonrío y limpio con el pulgar una de sus sonrojadas y húmedas mejillas.— Vamos a jugar— propongo sonriente y hago ademán de irme con ella a otro lugar dónde no haya traidoras cerca.Pero su voz llorosa me detiene.—¡No!— dice y la miro con confusión.Miro a Ámbar con enojo, l
Abril, 09Abro los ojos aún adormilada, las ganas de ir al baño y mi estómago vacío me han despertado. Me muevo un poco en mi lugar hasta quedar boca arriba, a mi derecha puedo ver a Damián y Mía, ambos están dormidos, ella está sobre él y él la rodea con uno de sus brazos.Sonrío y mi corazón se llena de nostalgia.Sin más me bajo de la cama sin ser muy brusca, tomo el celular en mi mesita y miro que la hora está sobre la media noche. Bajo de la cama y empiezo a caminar hacia el baño. Hace un rato creí que me daría un infarto ¡Dios mío que quería tomar a esa niña y meterle un millón de trapos en la boca para que dejara de hablar! Y él muy maldito aprovechándose de su inocencia para sacarle información.Abro la puerta del baño, entro y cierro.Por un momento pensé que perdería la calma, que me saltaría encima e iba a matarme ahí mismo sin importarle en lo absoluto que nuestra hija estuviera allí, y es que él maldito me veía con la cara más intimidante que tenía. ¡Claro! Como si él est
El día había empezado desde hace algunas horas, eran las nueve de la mañana y Hansel estaba por irse a Seattle, Damián lo acompañaría junto a Mía a la pista dónde estaría el Jet esperando por el pelinegro. Mía y Hansel me habían invitado a qué los acompañase, pero casi pude oír el rugido de furia que soltó la bestia en su mente, y la verdad no me apetecía estar junto a él encerrada en un auto por quién sabe cuánto tiempo.Justo ahora estoy caminando rumbo al recibidor para despedirme de Hansel antes de que se marche. Muerdo un trozo de la barra de chocolate justo cuando el celular en mi otra mano indica que ha recibido un mensaje, de antemano sé que es de Tristán, así que aprieto los labios algo disgustada por su presión. Carajo, sé que está en su derecho de querer saber todo pero en ocasiones no puedo evitar querer gritarle que me deje en paz aunque sea un par de días.Su presión, sus preguntas y su insistencia me abruman, sumando todo eso a lo que está pasando con Damián en esté mom
Y aquí estaba yo; sentada sobre tapa del retrete con tres test de embarazo caseros en las manos y esperando a que se tomaran su tiempo para darme un resultado, mientras qué bajo el umbral de la puerta, estaba la bestia mirándome con todo el odio que alguien pudiese reflejar con sólo mirar.Me sentía como una adolescente haciéndose la prueba de embarazo frente a su enojado padre, quién pareciera estar esperando los resultados del test para decidir sí matar a su hija o dejarla vivir. No me había vuelto a dirigir la palabra, y no se había ido desde que lo descubrí escuchando mi conversación con Amelie.Después de nuestra pequeña pelea, caminó a la puerta, pensé que se iría pero lo que hizo fué abrir y pararse bajo el umbral para llamar a gritos el nombre de una de las tres únicas empleadas. El hijo de puta gritó a todo pulmón por el pasillo, y ordenó a la chica que ni siquiera llegué a ver, qué fuera por pruebas de embarazo y llamara a no sé quién.Después de eso estuvimos una hora encer
Abril, 13—¿Y por qué tú no vienes con nosotros?— vuelve a preguntar. Le sonrío y luego pongo mi vista en los cordones de sus zapatitos.—Es que estoy un poco cansada, amor— repito la misma mentira que le he dicho desde que empecé a vestirla.La semana se había pasado volando, entre peleas, burlas, insultos, uno que otro golpe y millones de muecas de desagrado dirigidas mutuamente, Damián y yo habíamos logrado convivir y sobrevivir el uno del otro está semana. Tenía planeado irme mañana por la noche pero Damián aún no sabía eso, y estaba esperando el último momento para decirle.Ni siquiera habíamos tenido una conversación que no fuera entre burlas, doble sentido, o unas bien directas invitaciones a su habitación. ¿Quién lo entendía? Ya no sabía sí me odiaba, le desagradaba, o me deseaba, o bueno, a fin de cuentas era él, de seguro sentía todo eso por mí al mismo tiempo.—Bueno, le diré a papá que también tomé una fotografía de los gorilas para tí.— río levemente y asiento.—Esta bien