Marzo, 26La luz del sol que entraba por los ventanales y daba exactamente en mi cara me despertó, suelto un bostezo giro mi cabeza a un lado encontrándome con el rostro de Mía aún dormido. Sus piernas descansaban sobre mi abdomen y uno de sus brazos reposaba descuidadamente en el rostro de Tristán, que ni idea de cuando se pasó a la cama.Mía dormía igual de mal que su padre, se pasaba toda la noche moviéndose de un lado a otro, subiendo y bajando de encima de mí, pegandose como figuritas de cuadernos a mí. Era molesto, pero me encantaba dormir con ella, de alguna forma con ella siempre me sentía cerca de él.Suelto un suspiro y quito sus piernas de mi abdomen para poder levantarme y cuando lo hago me quedo mirando la cama unos segundos. Dormimos los tres juntos y hubiera dado todo lo que tengo y lo que no porqué el hombre en mi cama fuera mi bestia.Retiro el pensamiento y miro el reloj digital en mi mesita; seis y diez, si no me apresuró Mía llegará tarde al colegio y yo tardísimo
Abril, 05—No entiendo cuál es la prisa, de verdad...—¿Prisa?— pregunta interrumpiendome.— Nos conocemos desde hace tres años, Ámbar— recalca cada palabra— tres malditos años— está enojado, pero no grita ni se muestra agresivo— y salimos desde hace uno— suelto un suspiro y juego con las tiras de mi albornoz mientras él termina de abotonar su camisa.— creo de verdad, que debes ir con un psicólogo— levanto la vista y la pongo en sus ojos.No lo dice de una mala forma, tampoco hay burla en su tono, está diciendo esto con preocupación, porqué de verdad cree que debo ir con un doctor.Aún así me río amargamente mientras rasco con un dedo la punta de mi nariz.—Te acabas de acostar conmigo— digo levantando una ceja, no me ha gustado para nada su sugerencia.— hace tan solo— finjo pensar unos segundos— ¿Menos de diez minutos?— me mira con calma desde su altura— ¿Y ahora quieres que vaya a un psicólogo sólo porqué veo demasiado apresurada la idea de vivir juntos? ¿Es en serio, Tristán?Todo e
Abril, 06La hora rodea las tres y treinta de la tarde, es sábado y necesito salir por aire fresco aunque sea un par de horas, es por ello que justo ahora estaba saliendo del baño para ir al armario y vestirme con ropa deportiva. Iría con Mía al parque que estaba a un par de cuadras cerca del edificio, yo a ejercitarme un poco, correr por dos horas me ayudaría a relajarme para volver a casa y terminar el trabajo que aún tengo pendiente. Mía me acompañaría porqué Carmen se iría en una hora al aeropuerto dónde estaría uno de los jets que la dejaría en la ciudad dónde ahora vive su amiga de toda la vida.Había llamado a Amelie para qué nos acompañase junto a Noah, pero ella me dijo que su madre le marcó muy temprano y le pidió que la acompañara a visitar a una vieja amiga que vivía del otro lado de la ciudad, Lie no pudo negarse y tan pronto amaneció se fué con su bebé a casa de Amy.—Hey, ¿qué haces aquí?— pregunto mirando a Mía de rodillas sobre el banco acolchonado de mi tocador.—Est
Abril, 07Me levanto abruptamente provocando que manchas negras y un fuerte mareo invadan mi vista, cierro los ojos con fuerza obligándome a recomponerme, me dejo caer nuevamente hasta que mi espalda choca con el colchón debajo de mí. Mí corazón late apresurado mientras los recuerdos de lo que sucedió empiezan a aparecer ante mis ojos.Mi hija.Abro los ojos abruptamente y enseguida lo primero que veo es un techo blanco, estoy en una habitación, delante de la cama dónde estoy acostada hay dos puertas blancas igual que el techo, igual que las paredes. Una puerta más se vislumbra cuando giro la cabeza a la derecha.¿Dónde carajos estoy?Planeando en mi cabeza mil formas posibles de salir de aquí y buscar a mi bebé giro la cabeza hacia el otro lado. En seguida mis ojos chocan con los suyos y me incorporo rápidamente, me siento a salvo ahora, él me ayudará a encontrarla.—Hansel— susurro, mi voz se corta, mi garganta arde. Hansel está sentado en un sillón a mi izquierda, su postura es rel
Damián Webster.Nos miraba horrorizada, sus ojos iban de mi rostro al de nuestra hija con el pasmo más grande que estaba seguro que nunca antes había experimentado. Quise reír, pero sólo me quedé allí con una sonrisa mirando su rostro mojado por lágrimas hasta que segundos después se desmayo por la impresión.Antes de que caiga al piso vuelvo a sujetar su cintura y la pego a mi cuerpo. Miro a Hansel que con la mano en la parte de atrás de su cabeza empieza a reírse con burla.—¿Mami? — llama mi bebé, pero su madre no responde y me mira a mí con el ceño fruncido.—Está cansada— le respondo antes de que pregunte.Asiente efusivamente.—Es que corrió mucho en parque— dice y Hansel ríe más.—Está bien— asiento y beso su mejilla, me siento jodidamente feliz de tenerla en mis brazos una vez más.— la voy a llevar a la cama, pero tu debes ir a almorzar, así que ve y busca a Joey— digo y ella asiente, ya sabe quién es Joey y también conoce la casa.Hansel se acerca y la toma en sus brazos para
No puedo explicar el odio que siento por él en este momento, es un maldito egoísta hijo de puta, ha estado vivo todo este tiempo y le importó una mierda lo que nosotras estábamos sufriendo, le importó poco su hija, prefirió desaparecer y hacerse pasar por un maldito muerto en lugar de estar con ella, conmigo.Años sufriendo una maldita agonía, un maldito dolor ardiente, asfixiante como el humo, un hijo de puta dolor en vano. Le importó nada el dolor que iba a causarme, se marchó, me dejo sola, me dejó rota, y sí creyéndolo muerto lo odié por eso, ahora lo odiaba aún más, lo odiaba más porqué rompió su promesa, porqué pudiendo, no regreso.Pero ¿Como era posible? ¡Yo lo ví! Yo ví sus heridas de bala en un cuerpo cubierto de brasas.Y Hansel, ese maldito hijo de puta sabía todo y no dijo nada, se quedó callado viendo como cada día mi corazón se desvanecía un poco más, es un traidor, pero aún así no podía culparlo del todo, pues Damián siempre sería su hermano y él siempre le guardaría l
Abril, 08.El celular suena a un lado de la cama y poco a poco va espantando mi sueño. Me muevo e intento ignorar el puto teléfono que Hansel me trajo ayer en la noche cuando vino a disculparse, una maldición y un empujón fué lo que recibió de mi parte.Son unos imbéciles, ambos, creen que pueden jugár con los sentimientos y mentes de las personas cuanto tiempo les dé la gana y luego venir a disculparse como sí no hubieran hecho más que una simple broma infantil.¡Que se vayan con sus malditas disculpas y cinismo a la mismísima mierda!—¡Ahgs!— suelto un pequeño grito que ahogo con la almohada trás el incesante tono de mi celular.Sin abrir los ojos tanteo la cama y cuando encuentro el maldito aparato ruidoso y vibrante, descuelgo la llamada y llevo el teléfono a mi oreja.—¿Umh?— es lo que digo sin ni siquiera separar los labios.Del otro lado se escuchan autos, ruidos y gritos de personas apresuradas.—Hey,— Es Tristán.— estoy yendo a la empresa, te espero abajo.—Aja— murmuro en re
Cuando Damián me vió acercarme a la piscina hizo una mueca de desagrado en mi dirección y me contuve de hacerle una peor porqué justo entonces Mía puso sus ojos sobre los míos y pidió a su padre que la dejara fuera de la piscina para luego venir a mí. Corrió hasta verse rodeada entre mis brazos y entre risas felices empezó a besar mi rostro mientras me decía entre palabras rápidas y casi indescifrables lo divertido que era su padre.Sólo con ella era divertido...Mi niña estaba feliz, encantada de estar con él, de saberlo cerca y no perdido, tenía tanto miedo a que su papá volviera a desaparecer que cuando Damián tuvo que salir de la casa se puso a llorar desconsoladamente, se aferro al cuello de su padre mientras lloraba y le pedía que no se marchara, que se quedara con ella porqué no quería que volviera a perderse.Damián se vió obligado a consentir los deseos de su hija, por lo qué retraso su salida hasta que la niña estuvo completamente dormida y él pudo marcharse tranquilamente j