Les saludo con amabilidad y les digo que me acompañen a la sala de reuniones donde el señor Dagger les espera. Traduzco ambos saludos y nos sentamos en la mesa. Sigo trabajando en la traducción, es algo que me encanta, pero me agota por completo. Cuando la reunión acaba después de dos horas me duele mucho la cabeza. La reunión tendría que haber durado media hora, por eso no se le pidió al señor Wang que trajera un traductor… —Eres inteligente —dice Erik al entrar a su despacho— en tu ficha dice que sabes ocho idiomas —saco una aspirina de mi bolso y me da un vaso de agua de la máquina que hay al final de su despacho. —Sí, me encantan los idiomas; inglés, español, alemán, italiano, chino, francés, ruso y portugués. —¿Cómo puedes hacerlo?—Siempre se me han dado bien. —¿Qué más se le da bien? Una parte de mi desea que lo diga con un doble sentido perverso. —No hacerle caso, señor Dagger. Sonríe de esa manera tan sexi. —Tendremos que corregir eso… —de nuevo, se acerca a mi. Mi yo
Al medio día llamo a Mark para acordarme de que le quiero, de que es mi marido, mi pareja y que es al que de verdad tengo que desear. Pero no me sirve, o al menos, no del todo. Por suerte el remordimiento me quita el calentón. Cojo el teléfono de mi mesa, son las ocho, esperaba que me dejara tranquila todo el día. —A mi despacho. Voy a su despacho pero antes bajo mi falda disimuladamente y me ato todos los botones de la camisa. Mira su ordenador con el ceño fruncido. Vuelve a ser el mismo amargado. —¿Que vas ha hacer esta noche? Joder que eres mi jefe... —Iré a casa —mentira. Iré a casa, estaré un rato con mis pequeños y Mark y luego saldré a tomar una copa con la zorra de Kate. Mark y yo establecimos que los viernes era nuestra noche libre.—No tienes pinta de quedarte en tu casa un viernes por la noche. Te repito de nuevo la pregunta, y espero que respondas con sinceridad. Ya me has mentido una vez. —Eres un mandón —le suelto— eres mi jefe, pero no tienes por qué saber mi v
Erik le pone en situación, yo apenas puedo hablar. —Soy el doctor O’Neil —asiento. Me examina. Temperatura. Reflejos...— ¿Tomas la píldora? —Sí —digo avergonzada por la mirada fija de Erik. —¿Cuando fue la última vez que tuviste relaciones? —No estoy embarazada —y espero que eso le sirva. —Responde —dice Erik. Capullo... —Hoy. —¿El período? Que más da. No puedo humillarme más. —Hace una semana. —Es una intoxicación alimentaria por el pescado —coge del maletín una jeringuilla— esto es un probiótico ¿Eres alérgica a algún medicamento? —niego— esto ayudará a estabilizar las bacterias de tu intestino y estómago —me limpia la zona con un algodón y alcohol y me pincha en el brazo, hago una mueca mientras vacía el interior de la jeringuilla— es solo eso —me sonríe y me guiña un ojo— en dos días estarás totalmente recuperada. Bebe muchos líquidos y come ligero —me da una tarjeta— cualquier cosa puedes llamarme, y a cualquier hora. Enserio, cualquier hora… —me sonríe y le devuelvo la
Mark se levanta de la cama cuando el sonido estridente de su teléfono suena. Pensaba que había pasado la noche fuera… que iba a irse con Logan. Sin la menor preocupación empieza ha hablar por teléfono animadamente con… Alex. —Mark… intento dormir… —me quejo hundiendo mi cara en la almohada. Hace caso omiso de mis palabras— ¡Mark!—Oh, Mia. Espera, es importante —dice con mal tono. —A mi no me hables así —mascullo. —Es trabajo —dice de nuevo como si hablara con una niña pequeña. Me levanto de la cama imposible conciliar el sueño por la voz animada de Mark, por lo visto también salió con Alex anoche. Me preparo una taza de café malhumorada y abro el portátil para hacer algo de faena, al menos haré algo que no sea gritarle a Mark por tener tan poco miramiento con su mujer, es sábado y son las ocho. Veo que tengo un mensaje en mi teléfono personal. Erik: espero que se encuentre mejor y tenga tantas ganas como yo de hacer ese viaje, aunque esté casada y solo sean negocios. Buenos día
Mark y yo cenamos en silencio viendo la televisión. No he sabido nada de mi jefe en todo el día. Estoy abochornada y algo arrepentida. Algo, por que de ese orgasmo es imposible arrepentirse. Miro a Mark. Absorto en el televisor sin mirarme siquiera, hace tiempo que no me mira como antes, antes me miraba y se deshacía, me miraba y quería besarme, hacerme el amor… ahora cuando lo hacemos ni siquiera se preocupa por que llegue al orgasmo, lo finjo para no herir su orgullo masculino. Pero es mi marido.—Mark. —Shhhht —agita su mano delante de mi cara para que me calle y le sube la voz al televisor. El presentador de ese programa barato y malo anuncia que los concursantes pasarán al siguiente nivel. Suspiro y me obliga a callar otra vez. Voy a la cocina y lavo mis platos. Miro por la ventana y cierro los ojos un segundo, intentando calmarme. Pero en mi mente aparece Erik entre mis piernas y me estremezco. Su voz… su voz era… joder. Erik es puro sexo, me desea y yo a él. Lo quiero de verd
Va acompañado. Me fijo en la mujer que coge su mano. Aunque las luces no me ayudan mucho a verla, creo ver una piel muy clara y unos pechos grandes que no parecen operados. El cabello creo que es negro y es… es muy guapa.—Amelia, te presento a Erika, la conoces ¿Verdad?Hurgo en mi memoria. No, no forma parte de su equipo, no ha venido a ninguna reunión y… que difícil es hacer esto estando borracha. —No tengo el gusto —le sonrío a ella. Pero ella se queda del mismo modo, seria y con sus ojos clavados en mi. Miro a Dominik al no tener respuesta. —Es una amiga de Erik.—Oh —la miro confundida—. No sabía que tenía novia —la miro esperando una respuesta. —No —me corrige Dominik—. Ya no lo es. Miro un segundo el baño de chicos ¿Dónde está Jacob?—Bueno, tengo que irme —digo mirando a Erika. Esperando algún tipo de reacción. Pero de nuevo, no la hay. —Espera ¿Por que no tomas una con nosotros y llamamos a Erik?Y ahí sale Jacob. —Perdona, había mucha cola para el único que estaba
Me levanto con una resaca increíble. No sé por que bebí tanto, pero me acuerdo de todo. Me acuerdo de haberme ido de fiesta después de que Mark no respondiera, me acuerdo de haber conocido a Erika, la exnovia de Erik… me acuerdo de haber hablado con Dominik y… sí. Me acuerdo también de lo que dijo Jacob al volver a casa. En la cama y en el apartamento, no hay ni rastro de Mark. —Habrá ido a dormir al estudio. Preparo a los chicos y vamos a la calle. Es temprano. Todas las luces de la calle siguen encendidas. Mientras los chicos hacen sus cosas, llamo a un taxi para que me lleve al aeropuerto. Tenía la esperanza de que lo hiciera Mark. Al volver a casa veo un coche negro aparcado en la puerta de casa. De ahí sale Erik. Tan guapo, con su traje impoluto, su peinado perfecto y… en efecto, su cara de mal humor. —Señor Dagger. —Clark —dice serio—. Creo que me debes una explicación. Repaso mentalmente si dejé todo el trabajo bien hecho, si tenía que hacer alguna cosa antes d
Vuelve del baño y miro la pantalla que indica que quedan todavía cuatro horas… es hora de comer. Una azafata nos trae la comida que yo misma pedí en la reserva de los asientos. A pesar de la tensión tanto sexual como de enfado que tenemos los dos, empezamos a hablar y desaparece un poco. Intento alejar de mi mente a Mark, Dominik y Erika. Cuando me comenta algunas cosas de su familia, porque mucho no habla, me dan ganas de preguntarle por su madre, de qué murió. Pero me reprimo las ganas. —Dominik nos ha invitado su casa el miércoles por la noche. Apúntalo en la agenda.—Pero… ¿Para qué?—Quiere hacerme la pelota, es todo. —Entonces ve tu solo —se echa a reír— no te rías de mí —replico. —¿Es que pasó algo anoche? —sugiere. —¡No! pero eres tú el que dice que no me acerque a él ¿No?—Solo si yo no estoy ahí —mira mi comida—. Venga, come. —No tengo hambre. —¿Es que vas a cuestionar todo?—Si es sobre mí, sí. Pienso cuestionarlo todo… Dominik fue muy amable anoche, que lo sepas.