Inglaterra, London. Un trabajo exhausto, pero fue llevada a cabo con éxito. Su equipo como siempre lo felicitó por su impecable trabajo y su ego se elevó incluso más allá del cielo. Tres meses, desde que aquel hombre lo encontró trabajando en una miserable cafetería, tres meses desde que decidió unirse a la mafia inglesa y desde entonces es el mejor de su equipo. Ha estado siguiendo la vida de Nancy, ese bastardo la carga como si fuera un trofeo y ella es feliz con eso, si bien de ella no sabe mucho por más que la investiga, sabe que es ese miserable el que la debe tener como una put4 sumisa. Lo 0dia a muerte y ya necesita derrocarlo, pero hay que esperar, él necesita hacerse de mas aliados para enfrentarse a Leviatán y debe ser paciente para poder ver la cara de todos aquellos que lo olvidaron sin más. Ahora conocido como el Rojo, el mejor caporegime que haya podido existir en la mafia inglesa. Hombre arrogante, sexy, inteligente y con un dominio sobre las mujeres que todos envi
—¿Por qué no la haces tu novia de una buena vez? —Preguntó perro.—Es cierto, todos queríamos con esa mujer y llegaste tú solo para ser el ganador. —Bestia lo miró con fingido enojo.—No estoy listo para una relación. —Contestó sin más. —Es divertida y toda una fiera en la cama, pero... —Negó sin apartar la mirada de su botellín. —No es lo que estoy buscando. —Los hombres lo miraron incrédulos.—¿De qué caraj0s hablas? —Casi gritó León. —Es una de las mejores en la mafia, la tipa está loca, en el mejor sentido, claro. Ella nos entiende como ninguna otra mujer nos podría entender. Rojo, esa mujer es jodidamente ardiente y ese enorme culo está para hundirse de cabeza en él. ¿Qué coño es lo que estás buscando tú? ¡Además, dicen que es allegada al Boss! —Sin saber que responder se encogió de hombros. No sabe cómo explicarlo y nadie lo entendería si pudiera.—Callie me está esperando. —Terminó con su bebida. —Me gustaría quedarme más, pero ustedes no me darán lo que ella sí. —Todos iniciar
Nancy besó la frente de su precioso sobrino. Cabello negro, ojos azules, nariz grande y jodidamente parecido a su padre.—Creo que mamá se quedó dormida a la hora de hacerte. —Susurró acariciando las manitas del bebé.—O quizás tu hermano se aprovechó de mí esa vez. —Nancy alzó la mirada y sonrió. —¿Cómo estás? —Se interesó.—¿Qué, cómo estoy? —La miró incrédula. —Fue de tu cuerpo que salió este bebé gigante. —Engla río con diversión, no piensa tener otro bebé en parto natural.—Bueno, puedo con la polla de tu hermano, ¿Cómo no poder traer a mi hijo al mundo? —Nancy contrajo el gesto.—No era necesario que dijeras eso. —Engla volvió a reír.—¿Dónde está Einar? —Nancy se puso en pie para entregarle al bebé.—Está en la cafetería con Leviatán. —Engla tomó a su hijo en brazos para alimentarlo. —Creo que ambos siguen compitiendo por quién me puede hacer más feliz. —Se encogió de hombros cuando su cuñada la miró.—¿Eres feliz con Leviatán? —Buscó sus ojos y en cuanto los encontró profundizó
“Lo agitado de su cuerpo aumentó al ver al pelirrojo entrar por la puerta de la habitación totalmente desnudo. Su piel pálida, su cuerpo atlético, su pecho lleno de pecas, al igual que su rostro y esa erección que hacía tiempo no probaba, la enloqueció y dejó su cabeza totalmente en blanco. —Supe que necesitabas esto. —La voz de su esposo sonó gruesa y bastante cargada de erotismo. —Los dos hombres a los que amas, follándote como la put4 reina que eres. —Nancy jadeó por el ligero toque en sus nalgas. —Bebé. —El pelirrojo se acercó con sonrisa perversa y mirada lujuriosa. —Ve a la cama y ábrete, quiero saborearte. —La incredulidad de Nancy no fue tanto como su excitación. Todo le parecía surreal, pero ver a los dos hombres que ama frente a ella, mirándola como un trozo delicioso de carne, quitó toda duda de su cabeza. —¿Así está bien? —Su tono sugerente hizo temblar la polla de ambos. —¿O me abro un poco más? —Ambos hombres miraron el coño rosado y brillante por la humedad abrirse
Leviatán inmediatamente inició a caminar en dirección al hijo de put4 que está tocando a su mujer, pero al segundo siguiente está contra la pared retenido por su mano derecha. Farrell supo que podría morir por la imprudencia que estaba cometiendo, pero sin importarle su seguridad, miró al Boss a los ojos.―Ella lo conoce simplemente como un empresario problemático. ―Gruñó ejerciendo un poco más de fuerza, su jefe está muy cabreado y no le está gustando que lo tenga contra la pared. ―Si ella está aquí es por trabajo, no porque está en peligro. ―Le sostuvo la dura mirada. ―Si usted sale ahí y mata a ese hombre, la pondrá al ojo de todos. Jefe. ―Maldij0, Leviatán no escucha razón. ―Nadie la conoce, nadie sabe a lo que se dedica, salir ahí es sentenciarla, ¿Lo entiende? ¡La pondría en riesgo! ―Leviatán finalmente se fue relajando, no se perdonaría ponerla en peligro. ―Además, si lo ve aquí tendrá que dar muchas explicaciones. ―Se apartó de él antes de que le disparara. ―Usted tiene idea d
Leviatán miró por la ventanilla tratando de comprender como coño la CIA y otras autoridades le estaban echando a perder todas sus negociaciones y matando a todos sus aliados y llevándose a otros tantos.¿Por qué de pronto todos desean joderle la vida? ¿Está actuando débilmente? ¿Acaso tener esposa lo está volviendo poco competente? ¿Debería actuar más frío cuando está en público con ella? Negó a eso último, él actúa bien, es imponente allá donde vaya y simplemente deja en claro que quien mire, toque o respire el aire de su mujer no vivirá para contarlo.Sin duda tendrá que mover un par de fichas para dar con el responsable y eso es entrando a las más famosas peleas y carreras ilegales, debe mezclarse como lo hacía cuando era chaval, volverse el centro de atención hasta que una persona lo suficientemente inteligente deduzca quien es él y entonces analizar quien lo quiere cazar.―Señor. ―Farrell le abrió la puerta, sabe lo cabreado que está por todo lo que ha pasado en su día, así que t
—¿No debería quedarse en casa? —Bernadette abrió la puerta del auto. ―El señor se enojará mucho cuando vea esas marcas en su cara y mucho más cuando no la encuentre en casa.—Quiero ir a ver a mi sobrino. —Montó al auto ignorando lo último, él sabe a lo que se dedica, no tiene por qué molestarse. —Y quiero llegar rápido, acelera. —La mujer alzó las cejas, no es la misma chica que conoció meses atrás. Lo que se dice de Leviatán es cierto, destruye todo lo que toca por como es, o quizás sea el ejército que hizo lo suyo.—De acuerdo. —Montó tras el volante y obedeció la orden.Nancy se limitó a mirar por la ventanilla, su corazón late como cuando despertó y los escalofríos recorren su cuerpo cada vez que una imagen viene a su cabeza. ¿Cómo puede excitarse de esa manera? Negando para tratar de despejar su mente, sonrió al ver la enorme mansión de su hermano, es hermosa cuando está toda iluminada.—Quiero que investigues dónde está Leviatán. —Bernadette resopló. —Si no es para informarme d
Leviatán se paró y caminó con decisión, pasando por alto que lo apunta a él, no puede permitir demostrar que tan dócil es con ella, ni siquiera frente a su padrino.—Baja el arma. —Su tono duro la hizo reír. —No volveré a repetirlo. —Amenazó cabreado. Nancy agrandó su sonrisa, parecía divertida, pero el dolor oculto en ella le dio la fuerza para mantenerse firme.—¿Sabes algo? —Leviatán paró cuando escuchó el arma cargarse. Peter alzó la mano para que nadie se viera en la penosa necesidad de perder la vida por apuntarla con un arma frente a Leviatán. —Quizás yo todo lo esté haciendo mal. —Miró sus ojos. —Tal vez... No... No... Es un hecho de que yo debería tomarla contigo y no con las put4s que te tocan. —Leviatán retomó la compostura y sin terminar de dar el paso, la miró fijamente con ese gesto imponente que haría temblar a cualquiera.—Ambos sabemos que no me harás daño. —Nancy adoró que la subestimara tanto. —Así que suelta la maldit4 arma ahora mis... —El disparo los dejó a todos