―Es decir… ¿Se está haciendo “la difícil”? ¿No crees que Ricardo se podría dar cuenta de todo esto y tratará de vengarse de ella? Quizás sea peor para Rachel, en lugar de ayudarla… —se preocupó Christopher .―¡Claro que no, Christopher ! Quizás no te has dado cuenta, pero Ricardo está cegado por los celos… Justo ahora, Rachel lo tiene comiendo de su mano… Por eso Ricardo hizo el ridículo frente a toda la gente de la tienda… Cree que tú le atraes mucho a ella, porque le dije que le diera celos contigo… Y él no dejaría jamás que se la ganes... Es una especie de competencia masculina entre amigos… ¡Va a hacer hasta lo imposible por ganar el amor de Rachel! ¿Comprendes ahora? —aclaró Vanya.―¿Celoso? ¿De mí? Pero, ¿por qué? Él siempre está al tanto de mí y de Rosa, me ruega que no me aleje de Rosa… Incluso mañana, él mismo acompañará a Rachel con Bella, solo para dejarme ir a comer con Rosa… —recordó Christopher .―¿En verdad lo crees, Christopher …? ¡Ay! ¡A veces eres muy inocente, amigui
―¿Aún creen que alcancemos helado? Parece que ya todo está cerrado —señaló Christopher , mostrando un poco de preocupación, pero comprensión al mismo tiempo. Ricardo no dijo nada, solamente nos observaba. Y yo esperé a saber la opinión de Vanya. ―¡No lo creo! Además, ya pensaba despedirme, estoy en realidad cansada —comentó Vanya. Se llevó el brazo hacia el cuello y luego bostezo, demostrando su cansancio.—Yo lo entiendo… Me has sido de mucha ayuda y me encantó haberte conocido Vanya… ¡Gracias por venir! —le dije a Vanya, mostrando mi sincero aprecio por ella. ―Está bien Vanya, lo entendemos. No te preocupes, ¡Descansa! —respondió Christopher , despidiéndose de ella con un abrazo.―¡Gracias chicos! ¡Nos vemos pronto! —se despidió Vanya con la mano, alejándose y tomando su propio camino. Deseaba de todo corazón poder volver a verla muy pronto, ya que quería que fuéramos buenas amigas. Sin embargo, yo entendía que ella era una chica muy ocupada. Además, pude darme cuenta que ella y
En verdad me veía muy molesta por su tonta discusión de hombres. Era comprensible porque se estaban tomando atribuciones que no les corresponden, y tomando decisiones por mí sin ni siquiera preguntar mi opinión. Christopher tenía a Ricardo del cuello de la camisa y él a Christopher . La situación era tan tensa a causa de los celos que ni siquiera recordaban que eran buenos amigos. Habían dejado que el ego controlara su actitud y habían descuidado que estaban unidos para ayudarme. Esta situación comenzaba a salirse de control.Sin despegar su mirada amenazadora de sus ojos, se quedaron en silencio para escuchar lo que tenía que decir, pero ya se habían soltado el uno al otro en señal de tregua.―¡Basta! ¡Doctores! ¿Qué están haciendo? ¡Comportándose como adolescentes! ¡No olviden que son unos respetables doctores! ¡Uff…! Número uno, Ricardo, no soy tu novia, ¿entendido?, o, ¿podrías decirme cuándo me lo preguntaste siquiera? Número dos, Christopher , no voy a quedarme en tu casa… Agra
―No… No es nada… Es sólo que… No puedo evitar imaginar a papá aún caminando por aquí… —confesé sincera pero tímidamente.—No debe ser fácil para ti recordar todos esos momentos…—dijo Christopher de forma empática, colocando su mano en mi hombro.―Bueno… Debo darme cuenta que ella ya no está aquí, y que nunca volverá… Debo aceptarlo de una vez por todas… Por mi propio bien… —admití, sonriendo falsamente y tocando la manos de Christopher en mi hombro, para hacerle saber que yo estaría bien. Sin embargo él todavía estaba preocupado. Christopher puso su mano en mi espalda en señal de confort. Quería asegurarse de que yo estaría bien, ahí sola. Pero, comencé a notar que las lágrimas volvían a mí, a pesar de que intentaba contenerlas…—Rachel… Perder a alguien tan importante nunca es fácil, y mucho menos si se trata de nuestros primeros amores, nuestros padres... Lo entiendo perfectamente. No tienes que soportar el dolor tu sola, por favor, reconsidera regresar a mi casa, te prometo que
Se quedaron callados después de esa confesión. Simplemente no sabían qué decir. Uno de ellos había sido mi primer beso… Y lo peor, que fue un beso inspirado en el alcohol… Pero a mí no me importó, porque no sabía manejar el alcohol. Incluso, nunca había bebido antes. Por eso no sabía si Ricardo me había besado para aprovecharse o no. Christopher sintió rencor, celos y desilusión al mismo tiempo. Ricardo afirmaba que ahora yo le gustaba, y no parecía tener ninguna duda. Quizás sólo decía eso por cómo me veía con el cambio de imagen... Pero la mente de Christopher no dejaba de traicionarlo. Su mente le decía que Ricardo sólo se aprovechó de mi inocencia, y que sin duda llegaría más lejos con más alcohol. No estaba dispuesto a aceptar que mi primer beso haya sido para Ricardo. ¡Si tan solo Christopher se hubiera animado a besarme bajo aquél árbol, las cosas pudieron haber sido muy diferentes para nosotros! Pero ahora, tampoco podía reclamarle nada a su amigo. Ricardo alegaría que se
Tan sólo besó mi frente. —No puedo hacerlo, ¿ok? A pesar de lo cerca que estoy de besar sus labios, no soy capaz, no tengo el valor... Algo en mi interior me dice que esto está mal… Rachel no está consciente y besarla así sería un abuso… —reflexionó Christopher King.Al menos eso se dije a mí mismo para excusar su cobardía. Así que, solamente puso sus labios en mi frente, convirtiendo aquél beso de amor en un beso de ternura y protección. Prefirió descubrir qué sentía por él estando yo consciente de todo. Esa noche no pudo dormir, daba vueltas sobre su cama, pensando una y otra vez en que Ricardo me había besado por primera vez. Estaba celoso, desde luego… No era justo que un patán como Ricardo Jaime, tratándome como me trató en el hospital, no habiendo hecho nada por mí, haya obtenido ese privilegio… Simplemente, no era justo para Christopher que se había esforzado tanto y se había acercado tanto a mí…Al día siguiente, Christopher se despertó temprano para preparar el desayuno.
―¡Qué hay, hermano! —saludó Ricardo.—¡Qué hay! ¿A qué hora es la cita con Bella? —preguntó Christopher .―Dentro de una hora, hay que ser puntuales… Afortunadamente no está muy lejos su edificio… —contestó Ricardo.—Ok. ¿Oye y a qué hora tienes que entrar al hospital hoy? —dijo Christopher .―Hasta las diez de la noche —recordó Ricardo. —Hoy tengo que hacer guardia nocturna…—Ok. Perfecto. Te agradezco mucho lo que haces hermano, espero que no tuvieras otros planes para hoy que tuvieras que cancelar por este favor… —comentó Christopher , siendo amable como siempre.―No te preocupes, a mí me interesa tanto como a ti… Ayudarla...—Gracias, hermano. Yo ya tengo que salir a casa de Rosa. ¿Trajiste tu auto? ―Claro que sí, hermano. Ve tranquilo, yo me hago cargo —concluyó Ricardo.En ese instante, al oírlos hablar, me apresuré para salir de mi habitación. Estaba muy tímida y avergonzada por tener que volver a ver a Ricardo después de todo lo que había pasado entre nosotros. Quise verme b
La cara de Ricardo, que reflejaba asombro al principio, ahora reflejaba una evidente desilusión. Obviamente lo noté y pensé que mi gran problema era mi horrible rostro que empobrecía hasta la más fina ropa.―¿Qué pasa? ¿Luzco ridícula verdad? La mona, aunque se vista de seda, mona se queda… —aseguré, esperando su confirmación.―No es eso… Es que todo debe ir en juego ¿entiendes? También el maquillaje y el peinado… ¿Qué haremos? Tenemos muy poco tiempo para que te cambies de nuevo o visitemos el salón de Vanya. Bueno, vámonos ya. Quizás podamos pedirle a Vanya que nos acompañe en el camino y te vaya maquillando en el auto. Vámonos, vámonos —alertó Ricardo Jaime, empujándome para salir lo antes posible.Salimos rápidamente del departamento de Christopher . Ricardo se miraba muy preocupado y hasta estresado. Me jalaba de la mano con tanto ímpetu que hasta era demasiado violento. Estaba tan preocupada por la actitud de Ricardo que hasta me sentí bastante intimidada. ―Ese es mi auto, sube.