La cara de Ricardo, que reflejaba asombro al principio, ahora reflejaba una evidente desilusión. Obviamente lo noté y pensé que mi gran problema era mi horrible rostro que empobrecía hasta la más fina ropa.―¿Qué pasa? ¿Luzco ridícula verdad? La mona, aunque se vista de seda, mona se queda… —aseguré, esperando su confirmación.―No es eso… Es que todo debe ir en juego ¿entiendes? También el maquillaje y el peinado… ¿Qué haremos? Tenemos muy poco tiempo para que te cambies de nuevo o visitemos el salón de Vanya. Bueno, vámonos ya. Quizás podamos pedirle a Vanya que nos acompañe en el camino y te vaya maquillando en el auto. Vámonos, vámonos —alertó Ricardo Jaime, empujándome para salir lo antes posible.Salimos rápidamente del departamento de Christopher . Ricardo se miraba muy preocupado y hasta estresado. Me jalaba de la mano con tanto ímpetu que hasta era demasiado violento. Estaba tan preocupada por la actitud de Ricardo que hasta me sentí bastante intimidada. ―Ese es mi auto, sube.
Volteó a ver a Ricardo, moviéndolo a un lado fuera del auto, antes de subirse en el asiento del piloto a mi lado…―Muy bien, haré algo por ella… Pero será lo más rápido que pueda hacer… ¿De acuerdo? ¡A un lado! —señaló Vanya y entró.―¡Gracias! ¡En verdad te lo agradezco! —respondió Ricardo con ilusión y esperanza.Dentro del auto, Vanya notó como yo me sentía muy acomplejada de mí misma, me dolía ser una decepción para Ricardo Jaime.―Rachel, escucha… Eres muy hermosa como eres. No le hagas caso a Ricardo. Cuando veas a la doctora Bella, mi amiga, sólo sonríe de todo corazón y verás que no notará tu apariencia. No dejes que la superficialidad de Ricardo se imponga en ti ni te haga sentir menos. Tampoco dejes que Bella te intimide por su apantallante apariencia, ella es una celebridad y por eso siempre tiene que lucir siempre bien, pero ella antes era tan común como tú y como yo... Verás que si la tratas, te darás cuenta de lo grandiosa que es por dentro. Escucha sus consejos y habla c
Ricardo llegó rápidamente al edificio de la famosa Bella Baumann. Antes de entrar al estacionamiento, se dio cuenta de que, a la entrada del edificio, había una gran cantidad de reporteros y cámaras, esperando a ser atendidos. Por el tiempo en el que ellos no se habían visto, Ricardo no se había dado cuenta de la magnitud de su popularidad actual. Por eso, en esta ocasión, Ricardo en verdad quería impresionarla. Se preocupó un poco por la prensa y mi apariencia. Notó que mi piel se veía un poco mejor, más hidratada y brillante, pero no era suficiente para tapar sus imperfecciones de varios años de descuido. La sombra, el polvo y el gloss le daban un poco más de vida, pero para Ricardo, estaba muy lejos de verme arreglada. El deseaba verme con pestañas postizas, el trabajo completo en la base de maquillaje que ocultaba cualquier imperfección, y el peinado de salón que no se podía conseguir sólo con los dedos de la mano…―No puedes salir así, hay muchas cámaras, ponte las ga
―De acuerdo. Suerte, Rachel… —expresó Ricardo, dándome una palmada en el hombro y retirándose. Me dejó ahí sentada llena de nervios y desconfianza.Ricardo salió a la terraza, que estaba rodeada de un precioso jardín, sillones para descansar y pantallas transmitiendo música. En la barra había un mesero, Ricardo pidió un par de cócteles y comenzó a enviar mensajes de texto a sus múltiples amigas, solo para dejar de sentirse nervioso por la fuerza imponente de su ex novia…Bella comenzó a hablar conmigo, se dio cuenta de inmediato de que yo era muy tímida y que ocultaba mis ojos bajo esos lentes de sol. Hasta ese momento, yo no había pronunciado una sola palabra ni abierto la boca para exhalar un sonido.―Así que Rachel es tu nombre... Ricardo mencionó que eres la “alumna” de Christopher … Como puedes darte cuenta, sé muy poco de ti... ¿Desde cuándo vives en la ciudad? Por cierto, déjame ver tus ojos, es importante para esta entrevista… —indicó Bella, retirando las gafas d
Mientras que Ricardo y yo nos encontrábamos de visita con Bella, Christopher King tenía que desayunar con Rosa y su padre, el director Dr. Goldsmith. Cuando comía con ellos, las cosas siempre eran muy tensas para él. Christopher sentía que se la pasaban juzgándolo, y habían muchas personas de la servidumbre alrededor, observándolo y sirviéndole un plato cuando terminaba el otro, llenando sus vasos con jugo y retirando las servilletas sucias. Era imposible hablar con naturalidad en un ambiente como ése, pero por aquella ocasión, Christopher se armaría de valor y se atrevería a hablar y confesar todo. Aprovechó que Rosa tocó el tema, para abordar la legítima verdad con ellos… La hora de confesar había llegado…―¿Qué te parece papi? ¡El atractivo y pedante de tu ahijado, por fin está enamorado! E, imagínate de quién... ¡No lo vas a creer! ¡De una chica fea! ¡Ni más ni menos! Bueno, con Bella lo entendí porque ella era muy inteligente y bonita… Pero, ¿esto? ¡Jajaja! ¡Es ridículo! ¡Dif
― ”Ay, pobrecita” —exclamó Rosa con ironía. —Mi madre murió de esa desconocida enfermedad cuando yo era más joven y no por eso me volví loca como ella. Además debe ser como una salvaje, sin educación, no sabemos qué clase de conductas y vicios tiene… ¿Por qué no le dices a Ricardo que investigue a su noviecita? Ella debe tener una especie de pariente por ahí… ¡Que él se haga cargo y no tú! —ordenó Rosa, esperando dejar claros sus puntos.—Bueno… De hecho… ella tiene una madre desconocida, pero no podemos suponer que siga viva, porque nunca supieron nada más de ella desde que se fue con otro... Rachel nunca conoció su identidad, no sabía su nombre o apellido… Únicamente contaba con una foto de cuando era muy joven. De hecho, Rachel lleva el apellido de su padre, Pedro Baker. Su padre dejó de hablarle de ella cuando empezó a enfermar… Rachel creyó que su enfermedad se debía a que su padre no podía olvidar a esa mujer… Pero, ya sabes… Pasó como con tu madre, no se supo el origen de su en
Ricardo estaba muy atemorizado por la conducta repentina de Bella, y no sabía exactamente qué era lo que la ocasionaba. De hecho, llegó a pensar que se trataba por celos. Temía que su respuesta fuera equivocada y recibiría la reprimenda de su ex. ―¿Por qué lo preguntas? ¿Estás celosa? Hasta donde recuerdo, tú y yo somos solo ex novios… No hay razón para que me reclames si he decidido salir con otra chica… —protestó Ricardo, mirando el brillo de sus uñas.―¡Querido Ricardo! ¡Definitivamente no has cambiado en nada! ¡El mundo no gira alrededor de ti! ¿Lo sabías? Te conozco bien y sé que hay algo detrás de esa máscara de indiferencia que portas…. Pero no estoy aquí para analizarte a ti, sino para hacer lo mejor para Rachel. En primer lugar, me comentaste que se trataba de un caso especial, por ser la nueva amiga de Christopher , y por eso acepté su caso a pesar de mi apretada agenda, pero, ¡me mentiste! Segundo, cuando me pediste el favor, nunca me confesaste o insinuaste que tenías int
Bella siempre tuvo un modo de aconsejar a Ricardo, diciéndole de frente lo que Ricardo hacía mal. Y ese valor, era una cualidad que él admiraba mucho de ella. En esta ocasión, Ricardo sabía que le había sido infiel algunas veces, pero no se sentía culpable del todo. En cambio, él sí notaba un tono de arrepentimiento en la voz de Bella. Además, también, Bella tenía razón. Ricardo jamás se había puesto a pensar si alguna vez una mujer podría hacerlo feliz y cómo sería esa mujer. Ricardo tenía mucho que pensar por ahora y calmar sus ánimos de conquista. —Tienes razón Bella… Siempre me haces pensar en la forma en la que me estoy equivocando. Nunca he pensado si alguna mujer me hace feliz… Uhm… Tampoco pensé que alguna fuera infeliz por pasarla tan bien conmigo, jeje… Pero aunque lo dudo, es muy posible que a ti no te haya hecho feliz del todo… Lo entendí, cuando recibí una cucharada de mi propio chocolate… Tengo mucho que pensar… Es mejor qu eme vaya ahora, para que sigas atendiendo a tu