Cuando terminé de probarme la ropa que Ricardo había elegido para mí, él se apresuró a tomar todas las prendas e ir a pagarlas por su cuenta a la caja. Vanya le llamó la atención y no se lo permitió.—Ricardo… ¿Qué haces? Déjanos ayudarte con la cuenta… Se supone que ayudaríamos los tres a surtir las nuevas prendas de Rachel… Está bien que tú le hayas elegido esa ropa, pero al menos déjanos pagarla… Además quiero incluir este vestido y esta chaqueta que elegí para ella… —solicitó Vanya.—Si quieres tú paga eso… Yo pagaré lo que yo escogí para ella… —aseguró Ricardo. Christopher se metió en medio de ellos dos y se dirigió directo con la cajera.—No les haga caso señorita… Cóbrese todo de aquí… —afirmó Christopher , entregando su tarjeta. La cajera la deslizó de inmediato.—Pero, ¿qué crees que haces Christopher ? Esa era mi ropa… Yo se la iba a regalar a ella… —reclamó Ricardo. —No te preocupes amigo… Será un regalo de parte de los tres, ¿ok?... No importa quién pague… —Christoph
―Oye Christopher . Estoy realmente preocupada por Rachel… Ella es muy inocente, creo que nunca ha estado cerca de un hombre en persona... Y, luego si presenta demasiada vulnerabilidad, podría dejarse llevar sin pensar por las emociones físicas con Ricardo. ¿No crees? Pienso que Ricardo ya puso el ojo en el blanco con ella, y no se va a retractar… ―Tienes razón Vanya. Pero no podemos ponerle un alto a Ricardo... Él está acostumbrado a ser un casanova, y difícilmente va a cambiar por Rachel. Él no se da cuenta de que sus acciones están mal… Lo único que podemos hacer es advertirle a Rachel de las intenciones y modus operandi de Ricardo para que tome todas las precauciones necesarias. ―Eso traté de hacer en los probadores anteriores... Intentaré hacerlo nuevamente en los probadores de aquí, y además, me imagino que todavía iremos por zapatos ¿No? Buscaré el momento para hablar con ella… —propuso Vanya.―¡Sí! Tenemos que ir por zapatos, esos que trae son los únicos que tiene, al menos d
―Todos están mirando, Ricardo… No podemos hablar ahora… Por favor… —musité cerca de él, que esperaba atento mis palabras. ―No me importa que todos miren… ¡Me mata tu indiferencia! ¡No sé cómo hacerte saber lo que siento con palabras! Te aseguró que nunca había pasado por esto, pero… Tengo una descontrolada necesidad de evitar perderte… Por favor, trata de entenderme… —rogó Ricardo en voz alta. Me dejó con la boca abierta y con las manos atadas a la espalda. ¿Qué debía hacer al respecto? ¿Cómo debí contestarle? Sus palabras y su mirada eran tan sinceras… Pero mi corazón estaba en un fuerte dilema… Vanya me había recomendado alejarme de las galanterías de Ricardo, porque “ningún hombre da nada a cambio de nada”, me había advertido que Ricardo estaba eligiendo lencería para mí con el único objetivo de vérmela puesta en la cama… Y esa sería su forma de cobrarse tantos favores… También me advirtió que si se trataba de dar celos a Vanya, que no me preocupara ni me esforzara… Vanya
―Es decir… ¿Se está haciendo “la difícil”? ¿No crees que Ricardo se podría dar cuenta de todo esto y tratará de vengarse de ella? Quizás sea peor para Rachel, en lugar de ayudarla… —se preocupó Christopher .―¡Claro que no, Christopher ! Quizás no te has dado cuenta, pero Ricardo está cegado por los celos… Justo ahora, Rachel lo tiene comiendo de su mano… Por eso Ricardo hizo el ridículo frente a toda la gente de la tienda… Cree que tú le atraes mucho a ella, porque le dije que le diera celos contigo… Y él no dejaría jamás que se la ganes... Es una especie de competencia masculina entre amigos… ¡Va a hacer hasta lo imposible por ganar el amor de Rachel! ¿Comprendes ahora? —aclaró Vanya.―¿Celoso? ¿De mí? Pero, ¿por qué? Él siempre está al tanto de mí y de Rosa, me ruega que no me aleje de Rosa… Incluso mañana, él mismo acompañará a Rachel con Bella, solo para dejarme ir a comer con Rosa… —recordó Christopher .―¿En verdad lo crees, Christopher …? ¡Ay! ¡A veces eres muy inocente, amigui
―¿Aún creen que alcancemos helado? Parece que ya todo está cerrado —señaló Christopher , mostrando un poco de preocupación, pero comprensión al mismo tiempo. Ricardo no dijo nada, solamente nos observaba. Y yo esperé a saber la opinión de Vanya. ―¡No lo creo! Además, ya pensaba despedirme, estoy en realidad cansada —comentó Vanya. Se llevó el brazo hacia el cuello y luego bostezo, demostrando su cansancio.—Yo lo entiendo… Me has sido de mucha ayuda y me encantó haberte conocido Vanya… ¡Gracias por venir! —le dije a Vanya, mostrando mi sincero aprecio por ella. ―Está bien Vanya, lo entendemos. No te preocupes, ¡Descansa! —respondió Christopher , despidiéndose de ella con un abrazo.―¡Gracias chicos! ¡Nos vemos pronto! —se despidió Vanya con la mano, alejándose y tomando su propio camino. Deseaba de todo corazón poder volver a verla muy pronto, ya que quería que fuéramos buenas amigas. Sin embargo, yo entendía que ella era una chica muy ocupada. Además, pude darme cuenta que ella y
En verdad me veía muy molesta por su tonta discusión de hombres. Era comprensible porque se estaban tomando atribuciones que no les corresponden, y tomando decisiones por mí sin ni siquiera preguntar mi opinión. Christopher tenía a Ricardo del cuello de la camisa y él a Christopher . La situación era tan tensa a causa de los celos que ni siquiera recordaban que eran buenos amigos. Habían dejado que el ego controlara su actitud y habían descuidado que estaban unidos para ayudarme. Esta situación comenzaba a salirse de control.Sin despegar su mirada amenazadora de sus ojos, se quedaron en silencio para escuchar lo que tenía que decir, pero ya se habían soltado el uno al otro en señal de tregua.―¡Basta! ¡Doctores! ¿Qué están haciendo? ¡Comportándose como adolescentes! ¡No olviden que son unos respetables doctores! ¡Uff…! Número uno, Ricardo, no soy tu novia, ¿entendido?, o, ¿podrías decirme cuándo me lo preguntaste siquiera? Número dos, Christopher , no voy a quedarme en tu casa… Agra
―No… No es nada… Es sólo que… No puedo evitar imaginar a papá aún caminando por aquí… —confesé sincera pero tímidamente.—No debe ser fácil para ti recordar todos esos momentos…—dijo Christopher de forma empática, colocando su mano en mi hombro.―Bueno… Debo darme cuenta que ella ya no está aquí, y que nunca volverá… Debo aceptarlo de una vez por todas… Por mi propio bien… —admití, sonriendo falsamente y tocando la manos de Christopher en mi hombro, para hacerle saber que yo estaría bien. Sin embargo él todavía estaba preocupado. Christopher puso su mano en mi espalda en señal de confort. Quería asegurarse de que yo estaría bien, ahí sola. Pero, comencé a notar que las lágrimas volvían a mí, a pesar de que intentaba contenerlas…—Rachel… Perder a alguien tan importante nunca es fácil, y mucho menos si se trata de nuestros primeros amores, nuestros padres... Lo entiendo perfectamente. No tienes que soportar el dolor tu sola, por favor, reconsidera regresar a mi casa, te prometo que
Se quedaron callados después de esa confesión. Simplemente no sabían qué decir. Uno de ellos había sido mi primer beso… Y lo peor, que fue un beso inspirado en el alcohol… Pero a mí no me importó, porque no sabía manejar el alcohol. Incluso, nunca había bebido antes. Por eso no sabía si Ricardo me había besado para aprovecharse o no. Christopher sintió rencor, celos y desilusión al mismo tiempo. Ricardo afirmaba que ahora yo le gustaba, y no parecía tener ninguna duda. Quizás sólo decía eso por cómo me veía con el cambio de imagen... Pero la mente de Christopher no dejaba de traicionarlo. Su mente le decía que Ricardo sólo se aprovechó de mi inocencia, y que sin duda llegaría más lejos con más alcohol. No estaba dispuesto a aceptar que mi primer beso haya sido para Ricardo. ¡Si tan solo Christopher se hubiera animado a besarme bajo aquél árbol, las cosas pudieron haber sido muy diferentes para nosotros! Pero ahora, tampoco podía reclamarle nada a su amigo. Ricardo alegaría que se