Las sorpresas son vivencias inimaginables que la vida te da, tu decidirás cómo vivir con ellas.
Capitulo LVI Él chico que servía de chofer asintió, extrañado del poco tiempo que le llevo la conversación. Arrancaron en la moto y nadie hablo en todo el regreso.Llegaron al pueblo y fue directo a su habitación empaco lo poco que tenia desempacado y fue hasta el terminal para regresar a su casita. Al llegar a ella ya muy entrada la noche encontró la paz y el amor que necesitaba para fortalecerse y procesar lo que descubrió.Se metió en la ducha y estuvo alrededor de dos horas en la tina. El agua estaba tibia sirviéndole para relajar su cuerpo. No lloro ni quiso analizar los hechos en su encuentro con Diego, no tenía estomago ni quería pensar en ello.Salió con su piel arrugada por el tiempo en el agua, sonrió pensando cuando ella y sus dos hermanos lo hacían de pequeños en la ponchera de su casa materna.Esos recuerdos la llenaron de nostalgia, respiro profundamente y se acostó en la cama en forma transversal, con sus ojos bien abiertos y la mirada fija en el techo de su habitación
Capítulo LVIIComenzó a leer, decidió ver la televisión allí encontró unas serie corta y la vio seguida en sus 8 capítulos.Se quedo dormida allí en la biblioteca, parecía que ahora se dormiría en todas partes. Al levantarse noto que alguien la esperaba sentada en la mecedora del frente, la misma que le sirvió tanto en sus época de embarazada y donde Diego la vio sentada al regresar de su largo periodo de trabajo en la capital.Se asomo y vio a la señora Rosangela, fue hasta la puerta y la recibió.-Adelante qué hace allí sentada, por qué no entro, usted es siempre bienvenida a esta casa.-No quise despertarla, me asome y la vi bien rendida en el sofá.-Ya desayuno, hagámoslo juntas.Fueron hasta la cocina y prepararon desayuno para tres o cuatro persona. Rosangela la observaba y notaba su inestabilidad sentimental.-Solo le faltaba un empuje para que soltara todas esas emociones acumuladas por el dolor de descubrir la verdad de su esposo. Pensó Rosangela.El chico que llevo a Laur
Capítulo LVIIITodos los de la comunidad conocían la vida nueva del señor Diego, se declaro bisexual, decía que le atraían ambos sexos y a sus parejas también. Sin temer por lo que dirían, no que no estuviese permitido, pero lo que no comprendían era por qué seguía casado con Laura Marian y no se lo había comunicado, para que ella reanudara su vida con otro amor.En el pueblo no iban en contra de las relaciones entre el mismo sexo, lo que criticaban era el deprave en sus vidas amorosas, al principio hubo cantidades de situaciones y conflictos, debido a que los encontraban en cualquier lugar teniendo orgias. Hasta que por fin lograron llevar a mejores términos sus vidas y decidieron no exponerse a otros.Rosangela no tenía idea de lo que pudo haber visto Laura Marina, el chico que la llevo no dijo nada, él se quedo afuera y ella entro, él la vio entrar y salir corriendo hasta llegar hasta él. Le comunico que quería irse rápidamente, él la llevo devuelta al pueblo, la espero que empacar
Capitulo LIXAntonio y el Párroco la visitaron, también Ricardo con su esposa, todos le brindaron apoyo, le entregaron los documentos del divorcio debidamente firmados, indicándole que aunque sabían que no volvería la extrañarían y le deseaban muchas alegrías y éxitos.Salió de Paz y amor al siguiente lunes. Estuvo en una habitación alquilada en Salud y vida unos dos días, abordo el avión llegando a su apartamento donde la esperaba una paz y tranquilidad infinita, para comenzar su nueva vida de soltera no iba a utilizar su nuevo estado de “divorciada”, total nunca más se casaría.Diego tuvo largo tiempo sin comunicación con su hijo Diego José y por noticias de éste con Laura Marina supo que tampoco lo había hecho con sus hijos mayores. Su hijo le pregunto solamente una vez por lo sucedido en Paz y amor, ella le conto poco sin detallar en lo que verdaderamente descubrió.Supo Diego José que la despedida no había sido buena, algo sucedió que su madre llego muy callada y contestada c
CAPÍTULO IAl bajarme del avión, solo divisaba las personas que nos recibían, fuimos invitados a una jornada donde se tratarían diferentes tópicos y se pondrían en práctica en la misma nación, en diversas comunidades, por el trabajo que había realizado en los tres últimos años de mi experiencia profesional como profesora.Por aquí,- dijo alguien. Al mirar me encontré con un bello chico, vestido con un uniforme alegórico a su bandera.Continuamos por uno de los pasillos del aeropuerto, el grupo que asistió conmigo al evento, dicho sea de paso no los conocía hasta que abordamos el avión, no quisieron conversar, iban leyendo revistas u otras cosas que ni vi bien, yo solo me concentre en repasar un folleto que había comprado en una de las tiendas del aeropuerto, allí detallaban lugares que me gustaría conocer para revisar las expectativas que traía que de seguro lograría, en los dos meses que estaría allí.Al caminar iba leyendo carteles que anunciaban los sitios turísticos del país
CAPÍTULO IIDe repente observe algo parecido a lo que un día leí, una pareja de ancianos, él tocaba un instrumento que no podía divisar, ella bailaba a los pocos que transitaban por allí, me hubiese gustado estar más cerca, pero recordé que estaba en el 5to piso, buen número, no muy alto, para que no sintiera ningún ruido, pero sin embargo no lograba escuchar claramente la música.Decidí vaciar las maletas, procediendo así a colocar toda la ropa en el closet. De repente observe en una de las mesitas de noche, una carpeta, la ojee, era el itinerario para la cena y para la semana que comenzará mañana lunes, la cena sería servida a las ocho de la noche, en el salón “Universo” mirando mi reloj me dije: faltaba hora y media, eran las seis y media, creo que no hay cambio de hora en este país, por si las dudas preguntare, levantando la bocina y en seguida me respondió un voz melodiosa.Hola, desea algo Sra. Sánchez.Puedes decirme la hora por favor-La voz respondió:- La siete de la noche se
CAPITULO IIIUna de las personas que llegaba tenía una chaqueta con un logo, me pareció ver algo conocido, observe, no conocía a nadie, recordé a un amigo o casi amigo que tuve en una oportunidad, el cual realizó un trabajo en la facultad donde estudie el doctorado, luego no volví a ver, prometió llamar, incluso me envió mensajes, quería verme pero de repente no respondió los mensajes, se olvidó de mí, supe de él en la graduación por un comentario que realizó un compañero referido a las personas que habían contribuido con el arreglo en la facultad en un momento especial en los estudios.Continué mi camino, no debería ir muy lejos, porque así me lo advirtió mi amigo, “no vaya lejos, porque se puede extraviar” de hecho lo hice, me extravié, tuve que preguntar, me guié por las maravillas que había visto al comienzo del paseo, cuando iba ensimismada por las calles.Regrese a las doce en punto, me recibió mi guía, quien me condujo al comedor, estaba repleto, sugirió esperar para la segun
CAPÍTULO IVHaciendo la maleta de viaje Diego, estaba tratando de evitar continuar la discusión con su esposa, la relación de amor se acabo desde el momento de la partida física de su segundo hijo, ella lo culpaba y él a ella. En ese diario convivir se le iba la vida, no recordaba haber sido tan infeliz, toda la felicidad que hubo en el matrimonio se fue, sin tener estrategias para recuperarla, ni siquiera tenia la más minima esperanza de ello.Las discusiones se volvían el pan nuestro de cada día, si comenzaban al despertarse, finalizaban cuando iba a su trabajo. Al regresar encontraba otra queja.-Entonces Diego, te irás.-Si, respondió, Diego, sin mucho ánimo,-Por qué no puedo ir yo, los niños los dejaremos con tu mamá.-No es viaje de placer, es laboral, de estudios, no podemos dejar a los niños con mamá porque no es justo, tú puedes tenerlos estas de vacaciones.-Es tu culpa que yo no pueda asistir, soy educadora, sé que escogieron algunas, porqué tú no quisiste decirle al promot