A pesar de mi efusivo cariño, y todas esas descontroladas lágrimas que bañaban mi rostro, Jack me estrujó de igual forma, acercándome aún más a su entrañable cuerpo. Ese que se acoplaba de manera maravillosa al mío, como si hubiesen sido creados perfectamente el uno para el otro. Él no se molestó en apartarme, ni mucho menos en despegar sus labios, ni siquiera yo quería romper ese reencuentro mágico, bajo la estrellada noche que nos ofrecía el generoso firmamento. No obstante, algo en mi interior me decía que quizá aquello era una completa farsa, un juego de mi cerebro, debido al montón de trago que había consumido en casa de Cody. A pesar de sentirlo tan próximo a mí, no daba crédito a ello.—¿Realmente regresaste? —murmuré entre sus brazos, con cierto temor a su respuesta—. ¿No estoy soñando, verdad?—Claro que no, idiota —contestó, soltando leves risitas—. Soy yo.—¿Por qué volviste? —inquirí confusa, aspirando el delicioso aroma de su chaqueta, era una mezcla entre cigarrillo y
La suavidad de sus labios me enloquecía, la forma en que movía su lengua intentando invadir mi boca me dejaba sin aliento, era una especie de guerra por dominar al otro primero. Tomé su cabello entre mis manos, acariciándolo al ritmo de aquel beso apasionado, mientras él por su cuenta levantaba poco a poco mi camiseta, dejándola en algún lugar de la estancia que no me interesó identificar. Tocó con la yema de sus dedos toda mi espalda desnuda, desabrochando mi sujetador y dejando un camino eléctrico en cada lugar en el que rozaba.Sin previo aviso me levantó en vilo, obligándome a rodear su cuerpo con mis piernas.Deslizó sus manos por todo mi tronco, pasando por mi trasero y así aferrarse a mis muslos, para ayudarme a mantenerme colgada de él como si fuera un koala. Continuó besándome sin siquiera pensar en que pronto nos quedaríamos sin aire, con cierta torpeza me llevó hasta la habitación, donde entre la oscuridad me tiró a la cama, dejándome boquiabierta cuando se quitó sensual
Me removí entre mi profundo sueño.Me sentía un poco mareada, debido a tanto alcohol de la noche anterior, estaba segura que si me despertaba por completo, terminaría vomitando lo que no había comido siquiera.Los espeluznantes síntomas de una desastrosa resaca, se asomaban por cada centímetro de mi cuerpo inconsciente, un completo fastidio que tendría que lidiar por mi cuenta. Recordaba adormilada pocas cosas, de cómo había llegado a terminar en casa de esta manera, pero en mi cerebro existía una laguna mental que buscaba llenar entre mis descoordinados pensamientos.¿Qué había pasado de camino a casa? ¿Por qué no podía recordarlo, aún cuando lo intentaba con tanto esmero? ¿Por qué sentía que había olvidado algo realmente importante? Abrí mis ojos de sopetón, escuchando un quejido a mi lado, una voz masculina que me heló la sangre. ¿Cody había terminado acostándose conmigo? ¡Imposible! Dejé que mi mirada aterrorizada se dirigiera instantáneamente sobre la persona que dormía pláci
Como era de esperarse, las hermosas pueblerinas al escuchar el rumor de que Jack había regresado, se aglomeraron en el bar a intentar platicar con él; así fuera por unos segundos para pedirle algo de beber o hacerle cualquier pregunta personal que se les ocurriese. Entre esas Tina y una tal Melisa, las cuales no se demoraron demasiado en llegar a sentarse frente a la barra a conversar animadamente con él y sacarle más de una sonrisa, que realmente me irritó sobremanera. Jack, como todo un donjuán, les seguía la corriente a todo lo que decían, pero a veces cuando me le quedaba viendo con el ceño fruncido y él lo notaba; se giraba levemente para observarme burlón, para acto seguido guiñarme un ojo con picardía, obligándome a mirar en otra dirección, ruborizada con sus acciones. No sólo le bastaba con todas las mujeres que estaban allí presentes esperando por un cruce de palabras, las cuales no se quedan ni de cerca con las ganas de su compañía, ya que él con mucho descaro les endulza
Aquella noche cerramos casi a las cuatro de la mañana, cuando el cielo comenzaba a aclararse lentamente, debido al sol que se asomaba por entre las montañas.Nos habíamos detenido frente a un supermercado de 24 horas antes de ir a casa por petición de Jack, quien se entretuvo un buen rato comprando cosas que ni siquiera llegué a enterarme de qué eran, ya que me había quedado afuera en medio de la calle, esperándolo. Cuando salió del local minutos más tarde, llevaba entre sus manos una bolsa repleta de cosas, solté un largo respingo ante semejante despilfarro de dinero por su parte.A pesar de la discusión ocurrida horas atrás, Jack había vuelto a ser el mismo de siempre, todo lo contrario a mí, quien no lograba aún sacarme sus palabras de mi fuero interno, causando que me fuera cada vez más difícil ir a la par en la conversación, e incluso en mi comportamiento que parecía demasiado mecánico, como si fuese alguna clase de robot programado.—¿Qué dices si vemos el amanecer?—Bueno —ace
A pesar de que ya era de día, intentaba dormir en mi habitación con las cortinas muy bien cerradas, pero me era imposible pegar ojo.Jack invadía mi cabeza. No podía sacarme esa melancólica imagen de su mirada al llegar a casa y su sonrisa tristona al despedirnos, para cada quien irse a descansar en su respectivo lugar.Algo en el fondo de mi corazón me molestaba demasiado, quizás era mi brutalidad con asuntos amorosos o de pronto, era el haberlo lastimado con mi comportamiento cortante y cobarde.No estaba del todo segura, pero por mucho que tratara de cerrar mis ojos para caer en el sueño, estos se abrían de golpe para quedarse viendo el techo, mientras buscaba respuestas a todo lo que sentía en mi interior.Necesitaba con urgencia admitir lo que sentía, necesitaba ser sincera conmigo misma de una buena vez.Me levanté de la cama decidida a ello, con pasos torpes anduve hasta la sala de estar, donde Jack ya dormía profundamente sobre el sofá… o eso era lo que parecía a simple vista
Intenté zafarme con todas mis fuerzas de sus brazos, pero no obtuve gran éxito con ello; ya que él entre risas me condujo de regreso al sofá, obligándome a sentarme en sus piernas; para besarme con descaro mi espalda desnuda, esperanzado de que me calmara un poco del terror que me producían sus ideas.Debía admitir que sus caricias desmesuradas me calentaban más de la cuenta, me desconcentraban en cuestión de segundos, dejando mi mente en blanco.Tanto era mi estado absorto, que ni enterada estuve en el momento en que me quedé sin una sola prenda de ropa cubriéndome. Sus manos se movieron veloces a mis pezones erectos, causándome un inmenso placer con ellas.No lograba comprender cómo mi cuerpo insípido podía reaccionar tan a prisa a los cariños de Jack. Me parecía absurdo el sentirme tan a gusto, sin embargo, estaba muy segura de que deseaba que no se detuviera.—Déjame ver tu cuerpo por completo —me pidió de una forma muy seductora en mi oído, erizándome la piel con su cálido alient
Los días a su lado fueron pasando tan a prisa, que comencé a asustarme de que en algún momento acabaran sin que siquiera me hubiera podido dar cuenta de ello. Habíamos pasado demasiado tiempo juntos y todavía no lograba comprender cómo no nos habíamos cansado del otro, dado que dormíamos juntos.A veces desayunábamos viendo televisión, hacíamos las compras en el supermercado apenas recibíamos la paga del día, trabajamos en el mismo lugar, donde tenía que lidiar con las chicas lanzadas que acosaban a Jack. Este último, con los hombres que a veces intentaban ligarme en todas sus narices, en especial Cody, quien aún no se rendía con la idea de estar a mi lado.Parecíamos una pareja de recién casados o algo por el estilo. Y aunque en un principio la idea de tildarnos como “novios” me había molestado un tanto, ya que nunca había estado con alguien oficialmente, gracias a que la soledad había sido mi mejor aliada durante prácticamente toda la vida, tuve que aceptar, debido a los berrinche