Tras varias semanas, Jack y Victoria terminaron firmando los papeles oficiales de su divorcio, en el cual ella decidió no pelear por dinero, ni absolutamente nada.Después de lo que había ocurrido, no tenía cara para ello y menos él puso gran problema, salvo la simple condición de que le permitiera a Lucila seguir siendo su hija, darle tiempo con ella los fines de semana, y que le dejara brindarle la ayuda en todo lo que necesitara, como si fuera su verdadero padre. Porque aún si ella no tenía ni una gota de su sangre, para él su hija era muy importante; ya que la adoraba demasiado y deseaba con todo su ser que su buena relación siguiera manteniéndose. Por lo tanto, Victoria, avergonzada por haberle hecho tanto daño con semejante engaño, accedió sin más remedio. Su estado anímico estuvo bastante inestable por días enteros, a veces cuando nos veíamos era sumamente feliz pero en ocasiones, Jack estaba tan devastado que lloraba entre mis brazos, afligiéndome junto con él. El asunto e
Al llegar a nuestra casa, observé todo maravillada, realmente era un bonito lugar el que habíamos elegido. La cocina era amplia, lo suficiente como para cocinar los dos si se nos antojaba en algún momento, en la sala de estar había un comedor pequeño y un sofá para cuando hubiera visitas junto con varias sillas a juego. En cada pared había un cuadro, o alguna decoración extraña que Jack había escogido, y la verdad era que no sentaban tan mal, era hasta relajante mirar aquellas líneas sin sentido en los lienzos. Nuestro apartamento tenía dos habitaciones, en donde una estaba destinada para ser nuestra recámara y la otra sería una clase de oficina con nuestros libros y pertenencias importantes del trabajo; era un sitio muy sencillo, justo lo que sabíamos que necesitábamos para estar bien.Acomodé los últimos libros en los estantes de madera pulida, mientras escuchaba a la distancia a Jack parlotear con su secretario sobre asuntos de la empresa que la verdad, no entendía en lo más mín
Cody se quedó mudo del asombro, no entendía absolutamente nada, estaba absorto en sus profundos pensamientos, analizando probablemente cada una de las palabras que le había dicho. Jack se apartó con una sonrisa cínica dibujada en sus labios y rompió a reír, entretenido con la forma en que había reaccionado. Pasó junto a él siguiendo su camino lejos de allí, bajo mi mirada enfadada. Era un hombre tan infantil, que deseaba desesperadamente golpearlo, pero en parte le agradecía que lo hubiera hecho, ya que era hora de que el pelinegro supiera la verdad.—Siga por aquí, señor Thierry —escuché que le pedía una de las enfermeras.—¡Espera, Jack! ¡¿Qué quieres decir con eso?! —Gritó Cody dándose la vuelta, con la esperanza de que se tomara la cordial molestia de contárselo, pero Jack había preferido ignorarlo y seguir andando sin problema.El más alto convirtió sus manos en firmes puños, estaba realmente furioso. Nos observó unos segundos y apenada, desvié mi mirada en otra dirección no m
Me había mantenido por horas trabajando como una posesa y discutiendo con uno que otro interno con el que no me llevaba para nada bien, ya que siempre estaba el petulante chico que creía tener la razón y buscaba desesperadamente la forma de llevarme la contraria en mis indicaciones, pero lastimosamente lo único que conseguían era cabrearme, para ponerlos aún más cargados de tareas a todos, sin excepciones. Así que agotada con tanta tensión en el ambiente, terminé por escaparme de la sala de urgencias, para pasearme por la habitación de Lucila a asegurarme de su estado.No obstante, antes me había detenido a comprar un café para mí y para la rubia, quien estaba segura, no pegaría ojo en toda la noche, más ahora que Cody no parecía tener ánimos de aparecer tras escuchar que Lucila era su hija.Victoria al verme llegar se levantó de la silla en la que se encontraba llorando en silencio, mientras su hija dormía plácidamente, se limpió sus lágrimas con sus manos temblorosas, y le entregué
En esas hojas las cuales eran demasiadas, me encontré con distintos padecimientos que Jack no me había ni siquiera mencionado, quizás porque sabía que me preocuparía más de la cuenta.Él me conocía lo suficiente como para prever que yo no pasaría desapercibido los problemas físicos que presentaba tras el accidente. Traumatismo craneoencefálico moderado, traumatismo cardiaco, contusiones, fracturas, y algunos problemas leves en sus órganos internos que habían estado en su momento, demasiado graves como para poder estar en ese instante aún con vida. En pocas palabras, acceder a operarse era una completa locura, primero, porque los medicamentos que se le administrarían antes de la operación lo dejarían aún más débil de lo que ya se encontraba por unos días.Segundo, estaba completamente seguro de que la anestesia podría regresarlo de nuevo a un estado de coma, del cual no tenía ni idea de cuándo saldría, y posteriormente, estaría casi sin ninguna defensa en su sistema por unas semanas
Afortunadamente, nos limpiamos con unas toallitas húmedas que Jack tenía guardadas en su escritorio, lo que me hacía pensar que quizás aquello que habíamos hecho, había sido premeditado por su parte. No existía forma de ducharnos, así que de mala gana había tenido que quitarme el sudor con aquello y perfumar mi cuerpo, dado que realmente no deseaba tener ni un solo rastro del intenso olor a sexo en mi piel. Tras vestirnos, decidimos caminar por los pasillos sin un rumbo fijo, estaba dispuesta a contárselo absolutamente todo, no obstante, no deseaba aún romper el cómodo silencio que nos invadía, anhelaba que ese momento durase aún más tiempo; ya que estaba segura que se enojaría como un poseso por no decírselo antes. Anduvimos en total calma, mientras bebíamos cada uno un jugo que habíamos conseguido en las dispensadoras, por los pasillos que cruzábamos podía notar que íbamos en dirección a la habitación de Lucila, ya que era hora de sus revisiones, al igual que la visita rutinaria
Calmar a Lucila fue todo un desafío, dado que estaba demasiado alterada, aterrorizada en mis brazos y llorando a todo pulmón. Jack, con mucha paciencia, le había intentado explicar que la abuela era una persona con graves problemas de personalidad y que por lo tanto, aquella faceta solo era un arrebato de la mujer, que tarde que temprano se le pasaría. Le había suplicado que no tomase en serio sus palabras y solo fuese la niña alegre de siempre, porque de lo contrario,bél se sentiría muy decaído, lo cual hizo sonreír a la pequeña de inmediato, lanzándose a su regazo a recibir mimos de su parte. —Te quiero, papi — susurró más calmada.Al otro lado de la estancia, sentados muy juntos en el sofá; un enfadado Cody le curaba las heridas en el rostro a Victoria en total silencio, la rubia se había tranquilizado, casi quedándose inexpresiva, sin el más mínimo rastro de alguna emoción. Se notaba en el ambiente que nos sentíamos fatal, no obstante, podía dar crédito que tras ese firme ulti
Dado que Jack se debía acondicionar para la operación lo mejor posible, decidió alejarse un tanto del trabajo para quedarse en el hospital por días, en donde la enfermera Kim le administraba los medicamentos necesarios para la recolección de células madre, y así el día que se había establecido sería su cirugía, todo saliera sobre ruedas. En ocasiones, me quedaba afuera observando desde el pasillo su cara de dolor y cansancio, no le había dirigido la palabra por mucho que lo intentara, así mismo él no había hecho gran esfuerzo por obligarme a mantener una conversación. El castaño en total calma había optado por mantenerse al margen, a pesar de que en ocasiones, cuando nuestras miradas se cruzaban, podía sentir su silencioso dolor invadir todo mi cuerpo, estar de esa manera era una horripilante tortura. Sin embargo, aún cuando sabía que estaba mal quedarme enfurruñada en un rincón, el ver como se mataba lentamente lo detestaba y aún más el no poder hacer nada para detenerlo, me hacía