—¡¿Qué demonios te pasa?! —Gritó Jack anonadado cuando logró regresar a la superficie, se pasó sus manos por su cabello apartándoselo de la cara, dejándome atontada con la sensualidad de sus acciones—. ¡¿Por qué hiciste eso, Lucy?!—Porque te lo mereces al decir disparates, eres un completo estúpido, Jack —respondí cruzándome de brazos.Él me observó perdido con mis palabras, a la espera de que le explicara todo minuciosamente. Entonces, soltando un respingo me agaché un poco para quedar a su altura y le dije lo que realmente estaba pensando. —Has cuidado de esa niña más de seis años, fuiste el primero en tenerla en brazos, el primero en escucharla llorar, el primero en ayudarla a levantarse cuando se caía, la viste crecer cada día que a vivido, la adoras con toda tu alma y aún así, ¿dices que no eres su padre sólo porque una prueba de ADN puede salir negativa? ¿Te parece razonable decir eso?Él se quedó en silencio, no muy seguro de que contestarme; después de todo, refutarme no era
Sus manos recorrieron mi espalda y sin poderme resistir le quité la camisa, me alejé un poco para pasear mi lengua por su garganta, sacándole un jadeo ronco ante ello, mordisquee su clavícula y gran parte de su pecho, mientras él se dejaba hacer sin rechistar, ya que estaba ensimismado en desabotonar mi pantalón, con la intención de dejarme desnuda ante su lasciva mirada.—¿Alguna vez has pensado en hacerlo en una piscina? —musitó sensualmente en mi oído, atontándome de inmediato con lo erótico que podía llegar a ser si se lo proponía. Pero mi rostro se puso rojo como un tomate al percatarme que habían más casas cerca de nosotros, vecinos que podrían vernos si se asomaban por la ventana, así que me alejé de sopetón y él enarcó una de sus cejas, confundido con mi reacción.—Claro que no, no tengo ese tipo de fantasías pervertidas —cuchichee, intentando calmar los absurdos deseos de seguirle la corriente en sus juegos macabros. Sabía que de algún modo terminaría cediendo a sus locura
Al día siguiente, cuando abrí mis ojos con lo primero que me topé fue con el plácido rostro adormilado de Jack a centímetros del mío. Sonreí como una tonta, mientras le plantaba un suave beso en la mejilla, evitando despertarlo con mi contacto. Busqué en el suelo mi ropa al ponerme en pie, pero a duras penas logré encontrar mi ropa interior, me estire perezosa por la estancia y hallé en el armario una camisa que me quedó bastante grande, sin embargo, era cómoda; prefería eso a andar semidesnuda por la casa. Para mi desgracia, lo que se suponía iba a cocinar el día anterior al dejarlo fuera de la nevera se había echado a perder por completo, así que sin más remedio marqué desde mi celular por un poco de comida al primer restaurante que localicé en una aplicación. Miré la hora en la pantalla al colgar, percatándome de que eran pasadas las doce del mediodía y yo no me había dignado a ir a trabajar. Tenía varias llamadas pérdidas de Ryan, otras de Cody, algunas de Nia y más de diez de
Nos quedamos en silencio sin saber muy bien que era lo mejor para decir tras semejante confesión, pero ningún comentario salía de nuestros labios, ambos estábamos pasmados. Victoria, cabizbaja, acomodó un mechón de su cabello rubio tras su oreja, limpió el camino de lágrimas en sus rosáceas mejillas con sus manos temblorosas, mientras Jack simplemente se quedaba allí sin vida, con su mundo totalmente destruido a sus pies.Se veía en su mirada lo miserable que se sentía por dentro, intentaba pensar desesperadamente que aquello no era de verdad, que ella sólo lo había soltado ese nombre sólo por decir algo y no porque fuese cierto y yo como una idiota me había quedado plantado junto a él, sin poder mover ningún musculo a pesar de las intensas órdenes que les enviaba a estos últimos para irme de allí; ya que ese asunto definitivamente no me concernía.—¿Cómo es posible que Cody sea el papá de Lucila? —se carcajeó Jack, poniendo sus ojos en blanco ante lo absurdo que sonaba esa idea. Pe
Tras varias semanas, Jack y Victoria terminaron firmando los papeles oficiales de su divorcio, en el cual ella decidió no pelear por dinero, ni absolutamente nada.Después de lo que había ocurrido, no tenía cara para ello y menos él puso gran problema, salvo la simple condición de que le permitiera a Lucila seguir siendo su hija, darle tiempo con ella los fines de semana, y que le dejara brindarle la ayuda en todo lo que necesitara, como si fuera su verdadero padre. Porque aún si ella no tenía ni una gota de su sangre, para él su hija era muy importante; ya que la adoraba demasiado y deseaba con todo su ser que su buena relación siguiera manteniéndose. Por lo tanto, Victoria, avergonzada por haberle hecho tanto daño con semejante engaño, accedió sin más remedio. Su estado anímico estuvo bastante inestable por días enteros, a veces cuando nos veíamos era sumamente feliz pero en ocasiones, Jack estaba tan devastado que lloraba entre mis brazos, afligiéndome junto con él. El asunto e
Al llegar a nuestra casa, observé todo maravillada, realmente era un bonito lugar el que habíamos elegido. La cocina era amplia, lo suficiente como para cocinar los dos si se nos antojaba en algún momento, en la sala de estar había un comedor pequeño y un sofá para cuando hubiera visitas junto con varias sillas a juego. En cada pared había un cuadro, o alguna decoración extraña que Jack había escogido, y la verdad era que no sentaban tan mal, era hasta relajante mirar aquellas líneas sin sentido en los lienzos. Nuestro apartamento tenía dos habitaciones, en donde una estaba destinada para ser nuestra recámara y la otra sería una clase de oficina con nuestros libros y pertenencias importantes del trabajo; era un sitio muy sencillo, justo lo que sabíamos que necesitábamos para estar bien.Acomodé los últimos libros en los estantes de madera pulida, mientras escuchaba a la distancia a Jack parlotear con su secretario sobre asuntos de la empresa que la verdad, no entendía en lo más mín
Cody se quedó mudo del asombro, no entendía absolutamente nada, estaba absorto en sus profundos pensamientos, analizando probablemente cada una de las palabras que le había dicho. Jack se apartó con una sonrisa cínica dibujada en sus labios y rompió a reír, entretenido con la forma en que había reaccionado. Pasó junto a él siguiendo su camino lejos de allí, bajo mi mirada enfadada. Era un hombre tan infantil, que deseaba desesperadamente golpearlo, pero en parte le agradecía que lo hubiera hecho, ya que era hora de que el pelinegro supiera la verdad.—Siga por aquí, señor Thierry —escuché que le pedía una de las enfermeras.—¡Espera, Jack! ¡¿Qué quieres decir con eso?! —Gritó Cody dándose la vuelta, con la esperanza de que se tomara la cordial molestia de contárselo, pero Jack había preferido ignorarlo y seguir andando sin problema.El más alto convirtió sus manos en firmes puños, estaba realmente furioso. Nos observó unos segundos y apenada, desvié mi mirada en otra dirección no m
Me había mantenido por horas trabajando como una posesa y discutiendo con uno que otro interno con el que no me llevaba para nada bien, ya que siempre estaba el petulante chico que creía tener la razón y buscaba desesperadamente la forma de llevarme la contraria en mis indicaciones, pero lastimosamente lo único que conseguían era cabrearme, para ponerlos aún más cargados de tareas a todos, sin excepciones. Así que agotada con tanta tensión en el ambiente, terminé por escaparme de la sala de urgencias, para pasearme por la habitación de Lucila a asegurarme de su estado.No obstante, antes me había detenido a comprar un café para mí y para la rubia, quien estaba segura, no pegaría ojo en toda la noche, más ahora que Cody no parecía tener ánimos de aparecer tras escuchar que Lucila era su hija.Victoria al verme llegar se levantó de la silla en la que se encontraba llorando en silencio, mientras su hija dormía plácidamente, se limpió sus lágrimas con sus manos temblorosas, y le entregué