Bastian llegó al edificio en ruinas, sintiendo cómo la emoción de la persecución se desvanecía rápidamente, dejando paso a la intriga y a una pizca de temeridad. Era un tipo duro, acostumbrado a enfrentar los peligros de las calles con valentía y astucia, pero aún así, la incertidumbre de lo que encontraría dentro del edificio lo mantenía en vilo.Con pasos sigilosos, se adentró en el lugar, esquivando los escombros que salpicaban el suelo con la agilidad de un felino urbano. Cada paso era un desafío, y lo enfrentaba con la determinación de un hombre que conocía bien el juego de la supervivencia en la ciudad.La oscuridad y el silencio lo envolvían, como si el lugar mismo retuviera secretos oscuros.—Estoy casi 100% seguro de haber visto a alguien entrar aquí…—susurró para sí mismo, con el ceño fruncido en concentración, mientras sus ojos escudriñaban las sombras con determinación. Era un policía de la vieja escuela, con un instinto afilado y una mente rápida para conectar los puntos.
—Vale, vale, suena a una idea muy buena.La voz del cyborg resonaba con un placer retorcido, mientras abría un compartimiento en su pecho que se cerraba casi al instante, tejiendo un aura de misterio y tensión en el aire. Sus ojos escrutaban a la hermosa mujer frente a él con una mezcla de deseo y desdén.—¿No sería más fácil y rápido destruir a su mate?—sugería, su tono cargado de malicia—. Así se rompería el lazo que los une...Lylo, con un dolor de cabeza, sabía exactamente a quién se refería.—¡Observa lo que esa desgraciada ha hecho con mis extremidades!—exclamó, mostrando una parte dañada de su cuerpo. La furia ardiendo dentro del cyborg era palpable—. ¡Despedazaré a esa maldita hasta el último átomo!Pero la híbrida entendía que no podía permitirse tal lujo. —Desafortunadamente, por ahora es imposible—respondió con calma, mientras sus ojos escudriñaban la puerta con suspicacia. Bastian, al otro lado, jadeaba sorprendido ante lo que escuchaba.El cyborg, con una sonrisa siniest
—¿Qué estás diciendo?—Bastian se estremeció, con la adrenalina y el miedo a 300k/h.—Estoy diciendo que sería una lástima si te como enseguida.Retrocedió, varios pasos mientras veía avanzar a esa mujer bizarra hacia su dirección. Chocó con una mesa oxidada y una silla alrededor haciendo un escandaloso ruido.Lylo observó impasible a su linda presa.—¿Y si jugamos un juego?—¡¿Qué malditas tonterías estás diciendo?!—Bastian ya estaba perdiendo la compostura.—¿Qué piensas de esto?Antes de que Bastian pudiese hacer ni decir nada, una especie de fuego líquido salió de la boca de la rubia, encontrando su camino directamente en su rostro. La cosa estaba caliente, tan caliente que sentía que lo quemaba hasta sus nervios. Gritó y dejó caer el taser al suelo mientras intentaba quitarse la cosa ardiendo de su rostro con ambas manos.—¡Maldita sea! ¡Duele!—respiró por la boca cuando parte de esa cosa bajó por su garganta—. ¡Mis ojos!—realmente dolía como la puta madre, le había entrado a los
Él se apartó, se empujó los pantalones y los calzoncillos hasta los tobillos y se abalanzó sobre ella. Lylo se quedó sin aliento cuando él la agarró. La puso sobre su estómago, la agarró de las caderas y la levantó hasta que se quedó de rodillas.—¿Qué estás haciendo?—Lylo sintió el latigazo de placer recorrerle el cuerpo cuando vió que su glamour estaba funcionando y que pronto su presa no podría pensar más que en ella y en joderla.—Pon tus piernas entre las mías—gruñó en un tono áspero, abrió los muslos para hacerle espacio a ella.Lylo volvió la cabeza—. ¿Por qué?Ahora solo estaba jugando con él, viendo qué tan lejos podía llegar su repentino lado dominante que mostraba en ese instante.—Hazlo—dijo con voz áspera—. Ahora, Belt.Su corazón empezó a latir con fuerza. Claro que tenía una idea de lo que quería hacerle así que rápidamente puso sus piernas entre las suyas. Bastian le sujetó la cadera con una mano y deslizó la otra mano por delante de su cuerpo. Ella se estiró hacia él
Bastian se sopló a sí mismo para conseguir al menos un poco de frescura para él, hacía un calor infernal y la pelirroja podía dormir tan plácidamente, que envidia.Se sentó frente a ella, mirándola dormir.—Si estabas tan cansada hubieras vuelto a casa primero como te dije. Siempre terca, Belt. La belleza de su mejor amiga era de otro mundo. Sus pestañas, largas y tupidas, el arco de cupido de sus labios, sus mejillas suaves, sus cejas delicadas, su cabello del color del sol en un atardecer como el que estaba en ese momento…Beltaine es demasiado preciosa.Observó fijamente su delicado y femenino rostro. Estiró el brazo en un impulso de idiotez y pasó la mano por las hebras rojas y rizadas para apartarlas de la cara y verla mejor. Ese rostro estaba hecho por seres sobrenaturales porque no puede ser que tenga tanta belleza.—¿Por qué mi corazón reacciona tan violentamente cuando te veo? ¿Por qué siento cosquillas en el estómago cada vez que me hablas o que simplemente estoy a tu lado?
Bastian irrumpió fuera como un rayo, su corazón golpeando contra su pecho con fuerza desesperada mientras buscaba a Beltaine entre la oscuridad de la noche. La sensación de ansiedad que lo invadía lo enredaba como una maraña de emociones turbias.Finalmente, la encontró en el estacionamiento, un oasis de soledad en medio del caos de la ciudad. Se sentaba en el suelo, rodeada por la penumbra, con las rodillas apretadas contra su pecho. Vestida de negro, su figura destacaba en la noche, pero no como la agente especial que solía ser, sino como una sombra de su antiguo yo.—¡Beltaine! —gritó Bastian, su voz cortando el silencio nocturno, pero ella parecía sumida en un mundo propio, ajena a sus palabras—. ¡Estás en peligro aquí!—advirtió, la preocupación colándose en cada palabra mientras se acercaba a ella—. ¿Qué estás haciendo? ¡Estás en una zona llena de coches que van y vienen sin parar! ¡Encima de todo en la oscuridad!Beltaine no respondió, y la frustración comenzó a bullir en el pec
—¿A quién diablos te refieres? —Bastian apretó los dientes con tanta fuerza que parecía que iban a astillarse. El dolor en su cuero cabelludo se extendía hasta la nuca, como si un enjambre de avispas estuviera construyendo un nido en su cabeza.—Ahora mismo, te señalo con el dedo y te nombro como mi falso mate.En lo más profundo de su ser, su lado vampírico y su lado lobuno estaban enfrascados en una pelea feroz, como dos bestias salvajes encerradas en una jaula. Ambos anhelaban devorarlo, literalmente. Pero era el vampiro quien lideraba la carga, sediento de su sangre como un hombre en medio del desierto ansía agua.—Deberías agradecer que haya cambiado de opinión sobre ti, porque de lo contrario habrías sido un banquete exquisito para mi lado vampírico. Y no te hagas el santo, porque mi lado lobuno también está babeando por hincarle el diente a su presa.Sacó su lengua y lo lamió en la mejilla. Bastian no sabía si sentía más asco o repulsión.—¿Qué demonios es un mate?—Exactamente
Los cuerpos de los lycans caídos, amigos y enemigos por igual, se acumulaban en las once opulentas salas y los vastos jardines, convirtiendo el suelo en un tapiz macabro. La visión de estos valientes, ahora reducidos a meras sombras de lo que fueron, era un recordatorio sombrío de lo mucho que estaba en juego.—¿¡Alguien sabe algo sobre nuestro Alfa!?—Una valiente guerrera estaba sirviendo de escudo para evitar que los malditos hijos de puta, ingresaran a la mansión para tomar posesión del trono de su Alfa—. ¡Con cada día que pasa esto se descontrola más y más!Ella no tendría problema en seguir defendiendo la mansión de su señor, sin embargo, luego de varios días de guerra, luchando sin parar, ya estaba más que cansada, su poder estaba menguando más rápido de lo que imaginó.En este escenario de desolación, la pequeña manada de Kyrios luchaba con una mezcla de rabia y esperanza. Cada uno de ellos sabía que la defensa de la mansión era más que un acto de supervivencia; era un gesto de