Él se apartó, se empujó los pantalones y los calzoncillos hasta los tobillos y se abalanzó sobre ella. Lylo se quedó sin aliento cuando él la agarró. La puso sobre su estómago, la agarró de las caderas y la levantó hasta que se quedó de rodillas.—¿Qué estás haciendo?—Lylo sintió el latigazo de placer recorrerle el cuerpo cuando vió que su glamour estaba funcionando y que pronto su presa no podría pensar más que en ella y en joderla.—Pon tus piernas entre las mías—gruñó en un tono áspero, abrió los muslos para hacerle espacio a ella.Lylo volvió la cabeza—. ¿Por qué?Ahora solo estaba jugando con él, viendo qué tan lejos podía llegar su repentino lado dominante que mostraba en ese instante.—Hazlo—dijo con voz áspera—. Ahora, Belt.Su corazón empezó a latir con fuerza. Claro que tenía una idea de lo que quería hacerle así que rápidamente puso sus piernas entre las suyas. Bastian le sujetó la cadera con una mano y deslizó la otra mano por delante de su cuerpo. Ella se estiró hacia él
Bastian se sopló a sí mismo para conseguir al menos un poco de frescura para él, hacía un calor infernal y la pelirroja podía dormir tan plácidamente, que envidia.Se sentó frente a ella, mirándola dormir.—Si estabas tan cansada hubieras vuelto a casa primero como te dije. Siempre terca, Belt. La belleza de su mejor amiga era de otro mundo. Sus pestañas, largas y tupidas, el arco de cupido de sus labios, sus mejillas suaves, sus cejas delicadas, su cabello del color del sol en un atardecer como el que estaba en ese momento…Beltaine es demasiado preciosa.Observó fijamente su delicado y femenino rostro. Estiró el brazo en un impulso de idiotez y pasó la mano por las hebras rojas y rizadas para apartarlas de la cara y verla mejor. Ese rostro estaba hecho por seres sobrenaturales porque no puede ser que tenga tanta belleza.—¿Por qué mi corazón reacciona tan violentamente cuando te veo? ¿Por qué siento cosquillas en el estómago cada vez que me hablas o que simplemente estoy a tu lado?
Bastian irrumpió fuera como un rayo, su corazón golpeando contra su pecho con fuerza desesperada mientras buscaba a Beltaine entre la oscuridad de la noche. La sensación de ansiedad que lo invadía lo enredaba como una maraña de emociones turbias.Finalmente, la encontró en el estacionamiento, un oasis de soledad en medio del caos de la ciudad. Se sentaba en el suelo, rodeada por la penumbra, con las rodillas apretadas contra su pecho. Vestida de negro, su figura destacaba en la noche, pero no como la agente especial que solía ser, sino como una sombra de su antiguo yo.—¡Beltaine! —gritó Bastian, su voz cortando el silencio nocturno, pero ella parecía sumida en un mundo propio, ajena a sus palabras—. ¡Estás en peligro aquí!—advirtió, la preocupación colándose en cada palabra mientras se acercaba a ella—. ¿Qué estás haciendo? ¡Estás en una zona llena de coches que van y vienen sin parar! ¡Encima de todo en la oscuridad!Beltaine no respondió, y la frustración comenzó a bullir en el pec
—¿A quién diablos te refieres? —Bastian apretó los dientes con tanta fuerza que parecía que iban a astillarse. El dolor en su cuero cabelludo se extendía hasta la nuca, como si un enjambre de avispas estuviera construyendo un nido en su cabeza.—Ahora mismo, te señalo con el dedo y te nombro como mi falso mate.En lo más profundo de su ser, su lado vampírico y su lado lobuno estaban enfrascados en una pelea feroz, como dos bestias salvajes encerradas en una jaula. Ambos anhelaban devorarlo, literalmente. Pero era el vampiro quien lideraba la carga, sediento de su sangre como un hombre en medio del desierto ansía agua.—Deberías agradecer que haya cambiado de opinión sobre ti, porque de lo contrario habrías sido un banquete exquisito para mi lado vampírico. Y no te hagas el santo, porque mi lado lobuno también está babeando por hincarle el diente a su presa.Sacó su lengua y lo lamió en la mejilla. Bastian no sabía si sentía más asco o repulsión.—¿Qué demonios es un mate?—Exactamente
Los cuerpos de los lycans caídos, amigos y enemigos por igual, se acumulaban en las once opulentas salas y los vastos jardines, convirtiendo el suelo en un tapiz macabro. La visión de estos valientes, ahora reducidos a meras sombras de lo que fueron, era un recordatorio sombrío de lo mucho que estaba en juego.—¿¡Alguien sabe algo sobre nuestro Alfa!?—Una valiente guerrera estaba sirviendo de escudo para evitar que los malditos hijos de puta, ingresaran a la mansión para tomar posesión del trono de su Alfa—. ¡Con cada día que pasa esto se descontrola más y más!Ella no tendría problema en seguir defendiendo la mansión de su señor, sin embargo, luego de varios días de guerra, luchando sin parar, ya estaba más que cansada, su poder estaba menguando más rápido de lo que imaginó.En este escenario de desolación, la pequeña manada de Kyrios luchaba con una mezcla de rabia y esperanza. Cada uno de ellos sabía que la defensa de la mansión era más que un acto de supervivencia; era un gesto de
—¡Espía! ¿Nos estamos refiriendo a un miserable traidor infiltrado entre nosotros? —rugió Kyrios, sus ojos centelleando con una furia apenas contenida.—Exactamente eso, Alfa —respondió la ninfa con solemnidad, sus palabras resonando en el aire cargado de tensión—. ¿Cómo si no podrían las tropas de Lord Death conocer con tal precisión nuestras estrategias y movimientos?Kyrios apretó los dientes con fuerza, sintiendo la ira retorcerse en su interior como una bestia salvaje ansiosa por ser liberada. Decidido, extendió la mano hacia la esfera de energía una vez más, pero esta vez, permitió que todo su furor se desatara junto con su poder. El aire se llenó de electricidad y el olor a quemado inundó la estancia mientras canalizaba su ira hacia la esfera. Los miembros de su manada retrocedieron instintivamente, presintiendo el peligro inminente que se avecinaba.Una inmensa acumulación de energía llenó la sala, hinchándose hasta alcanzar su punto de ruptura con un estruendo ensordecedor qu
El jefe de policía irrumpió en la sala de reuniones con un aura de autoridad que llenaba el espacio, su mirada severa barriendo a través de los presentes. Con pasos firmes, se acercó a la mesa principal y golpeó con fuerza los informes, investigaciones y recortes de periódico esparcidos sobre ella. El estruendo resonó en la sala, silenciando cualquier murmullo.—¿Qué es esta mierda? —rugió, su voz atronadora llenando la habitación—. ¿Cómo es posible que este culto de idiotas sea responsable de todos los asesinatos en nuestra zona en los últimos meses?Sus ojos centellearon con una mezcla de furia y frustración mientras escudriñaba a cada uno de los presentes, demandando respuestas. Los agentes de policía se removieron inquietos en sus asientos, sintiendo el peso de su mirada sobre ellos.—¡Alguien tiene que darme una explicación! —exigió, su tono lleno de impaciencia y determinación—. No podemos permitir que esta locura continúe.Beltaine miró preocupada a su mejor amigo que ni aún, a
—¡Maldición!—gritó Beltaine, golpeándose la frente con fuerza al darse cuenta de que había estado escapando de la respuesta todo este tiempo—. ¡Solo estaba evitándolo porque actuaba como un niño irritante!Un empujón por la espalda la hizo tambalearse hacia adelante. Se giró rápidamente, lista para enfrentar a quien fuera que la hubiera golpeado sin siquiera disculparse.Al voltearse por completo, se quedó sin aliento.—¿Bastian un momento? ¿En serio eres tú?Bastian cambió su dirección abruptamente, pasando junto a ella como si fuera una sombra.Beltaine extendió el brazo para detenerlo.—¡Espera! ¡Te estoy hablando, Bastian!Cuando su mano tocó el hombro de Bastian, éste sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral.—¡Dios mío!—exclamó Beltaine al verlo de cerca, su rostro completamente demacrado—. ¡Mira cómo estás! ¿Qué te ha pasado? ¿Estás enfermo?El rostro de Bastian estaba pálido y demacrado, sus ojos cansados reflejaban una profunda fatiga, como si hubiera llevado el pes