Por Emanuel
El ruido de unas bandejas de metal chocando entre sí, me trajo a la realidad, me había perdido en mis pensamientos, esos que son recurrentes, es que tengo mucho resentimiento dentro mío.
-No mamá, no es para tanto.
Dije mientras le daba un beso en la frente.
Mi padre estaba dando unas instrucciones a la gente que estaba por allí.
No entiendo la necesidad de festejar el cumpleaños en casa, nos podríamos haber trasladado a la casa de fin de semana, o haberlo hecho en un salón, pero ella eligió pasarlo en casa.
-Voy a verificar cómo está quedando todo.
Dice mi padre, mientras se dirige al parque trasero de la propiedad.
Lo sigo por inercia, o mejor dicho, porque también estoy acostumbrado a controlar absolutamente todo y sé que lo hago bien.
Aprendí a delegar, eso me costó, pero al hacerlo, me pude concentrar en lo importante y expandir varias de nuestras empresas.
Es cierto que mis suegros o ex suegros, tienen un 20% de sus empresas y que yo, con el 80 % restante y hubiera podido darles más vuelo a esas empresas, pero no quiero hacerlo, posiblemente estoy siendo mala persona, o tal vez sólo justo, pero en definitiva, tengo el poder.
Los empleados que están trabajando en la casa de mis padres, preparando todo para el cumpleaños número 55 de mi madre, apenas me miran, creo que no les caigo muy bien y no me importa caerles bien, mi padre es un poco más agradable con ellos y mi madre les permite una confianza con la que no estoy de acuerdo.
Estos últimos años hemos crecido mucho y para dar el gran salto final, solamente nos falta cerrar un trato muy importante con una empresa italiana, tengo entendido que la CEO, ya llegó a nuestro país, ya que la reunión está programada para la semana próxima.
-Ema, por favor, no quiero distraer a los empleados de sus labores ¿Te podrás fijar que le sucede, nuevamente al tanque?
Mi padre da muchas vueltas, posiblemente el tanque de agua no tenga nada, pero le gusta estar seguro, sobre todo quiere que esa noche todo sea perfecto.
Años atrás me molestaba revisar personalmente ese tanque, una vez se rompió el flotante y mi padre, desde ese momento, cada 3 meses, lo revisa, o mejor dicho, me pide que lo revise, para eso tengo que subirme, por no decir treparme, por la pequeña escalera para llegar a ver si todo está en condiciones, la altura en donde pusieron el tanque, es imponente.
Subí sin problema y tal vez, y sólo tal vez, con un poco de ansiedad, es que al ver a Solange charlar con Morena en la puerta de su casa, tuve algunos recuerdos de una situación que sucedió unos cuantos años atrás.
Me fijé rápidamente de que todo estuviera bien, y luego, miré con una ansiedad desmedida, el parque de nuestros vecinos.
La vi, estaba tan hermosa como siempre, aunque sus rasgos eran menos infantiles que hace 6 años atrás.
Ella estaba en bikini, y jugando con un niño.
Mi ansiedad era porque necesitaba ver ese cuerpo y no sólo recordarlo, porque sabía cuánto le gustaba a ella estar en el parque, al sol o en la piscina.
Recuerdo que a veces tomaba sol desnuda…
Nunca me imaginé que estaría jugando con su sobrino, el hijo de su hermano mayor.
Escuché una voz masculina y pensé que era Eduardo, su hermano.
-Cielo, ya le dije a la mucama que nos sirva algunos refrescos.
¿Cielo?
Pensé en mis adentros.
Algo no me gustó.
El hombre se acercó a ella y la abrazó sin pudor.
El niño se alejó un poco de ambos.
-Solange, estabas jugando conmigo.
Le reclamó a mi bella y antipática vecina.
-Sí mi cielo y podemos jugar los 3.
-No me parece.
Le contestó la criatura, mientras veía como daba unos cuantos pasos hacia atrás y luego de mirarlos, ellos seguían abrazados, comenzó a correr hacia la piscina, se había alejado para tomar carrera.
No sé si lo calculó, el tema es que saltó a la piscina, tirándose estilo “bomba”, cerca de donde estaban ellos, salpicándolos con ganas.
-¡Dante!
Lo regañó Solange.
-Ya te dije, Solange… Sola… no tenés que estar con él, tenés que estar sola o conmigo.
El niño me cayó muy bien.
Porque algo me molestó en ese abrazo, que no terminó en caricias más profundas o en besos apasionados, por el accionar de esa criatura.
Mi sonrisa, no la pude evitar.
Calculé rápidamente y ese niño llamado Dante, tendría la misma edad de Bruno…
Suspiré profundamente antes de bajar.
Espero que Solange esté sola, como desea su sobrino, así se la van a bajar esos humos, de creerse la mujer más hermosa, de creerse la Venus de Milo, solamente es una chica bonita, como cientos de miles…
Pero ella se cree única, siempre se sintió poderosa.
Una cuota de ese poder, se la quité yo, al menos eso intenté…
Bajé lentamente por esa escalera tipo caracol y con una baranda demasiado baja para mi altura, mientras bajaba, recordé la primera vez que mi padre me exigió revisar ese tanque, el día que de verdad se había roto el flotante, no recuerdo si continuamente rebalsaba el tanque o nos habíamos quedado sin agua…
Recuerdo mi enojo por tener que revisarlo yo.
-¿Por qué tengo que hacerlo yo?
Le reclamé a mi padre en ese momento.
-Sos más joven que yo y tenés más estabilidad.
No me refería a eso y él lo sabía.
Decidí ser más claro, yo era bastante inmaduro y me llevaba el mundo por delante, o al menos, pretendía hacerlo.
-Contratá a alguien o decile al jardinero, sólo es fijarse si el tanque de agua está limpio.
No sabía porqué él, me molestaba un sábado a la mañana, no era tan temprano, es verdad, pero seguía siendo la mañana y era un sábado que por fin no cursaba en la facultad.
Ese día no había clases, por desinfección del edificio en donde cursaba y mis planes eran dormir hasta el mediodía.
Pero no, mi progenitor quería que yo lo ayude con ese maldito tanque, creo que lo hacía sólo para molestarme, al menos en aquel momento pensaba eso, porque entendía que de eso se tenía que ocupar el jardinero.
Para eso estudio, para ganar dinero y no tener que ocuparme de estas tonterías, pensaba y no sé porque recuerdo tanto esa conversación y lo que pensaba, eso había sucedido… Trato de hacer cuentas, hacía más de 6 años….
-También le podés decir a Beto.
Le había reclamado a mi progenitor.
-Es más chico.
-Sí, de edad, pero tiene mi tamaño.
-Subí de una vez, por favor, destapá el tanque y si está en condiciones lo tapás y listo y si algo está mal, le digo al jardinero.
-¡Él puede hacerlo!
-Sos caprichoso, es hora de que aprendas a hacer el mantenimiento de una casa.
No estaba de acuerdo, pero decidí subir, porque él no iba a cambiar de opinión y de todos modos ya me había levantado.
Recuerdo que se escuchaba la música que nuestros vecinos ponían a un volumen bastante fuerte.
Odiaba esa música y a esos vecinos, bueno, no a todos, sino a la hija más chica de esa familia, era antipática como ella sola, era una mal educada, jamás saludaba y siempre me miraba por arriba del hombro.
Entendía que era casi una criatura, en aquel tiempo debía tener 16 o 17 años, pero no era tan chica como para pasar sin saludar.
El hermano sí me saludaba, es algo más grande que yo, por eso tampoco teníamos mucho contacto, sólo un simple saludo.
El tanque de agua de nuestra casa estaba sobre una especie de torre, cerca de la medianera que separa los dos terrenos, creo que ellos tienen una pequeña piscina, eso había comentado mi madre alguna vez, yo no lo sabía con exactitud y tampoco me importaba.
Tal vez yo también era antipático.
En realidad no me metía en la vida de los vecinos, pero ellos sí se metían conmigo al escuchar esa música tan alta.
Música pop, debe ser la madre de Solange la que está escuchando, no me caía tan mal esa señora, pero no podía escuchar tan fuerte.
No podía dejar de pensar en ese momento… o en lo que sucedió ese día por la noche…
Subí, más bien prácticamente trepé, la escalera era incómoda, aunque no era tan insegura porque tiene una especie de contención, pero a medida que pasaron los años, siempre pensé que debíamos haber hecho más alta la baranda.
Escuché que cambió la música, era un tema en inglés, me pareció raro.
Mi humor cambió, porque ese tema sí me gustaba, pero igual lo escuchaban muy alto.
Nada me venía bien ese día.
Seguí subiendo y cuando estaba arriba, otra vez cambió la música, habían puesto reggae.
Me asombro de mi memoria y de todos los detalles que voy recordando.
Miré hacia el parque del vecino, no sabía quién escuchaba música tan variada.
Yo era más cerrado al escuchar música.
Escuché risas y mis ojos buscaron a las dueñas de esas carcajadas.
Veo a la antipática de Solange y a una amiga de ella, que también es del barrio, se llama Morena, era la que estaba charlando con ella, cuando hoy entré a la casa de mi madre, esa chica, de adolescente al menos saludaba cuando la encontraba por el barrio.
En aquella ocasión, me quedé quieto por un momento, estaban tomando sol casi desnudas, en bikini, sí, pero sin la parte de arriba.
Mis ojos no podían apartarse del cuerpo de Solange.
¿Qué comió?
Por eso recuerdo todos los detalles, verla así, en aquel momento, me comió la cabeza.
M****a…
Ella, ajena a mi presencia, se levantó para cambiar otra vez la música, estaba escuchando a través de su celular, que estaba en la sombra, pero debía tener conectado algún parlante, porque de verdad se escuchaba muy alto, aunque en ese momento yo había dejado de prestarle atención al sonido.
Morena era más rellenita, sin llegar a ser gorda, pero Solange era…
Mi miembro se endureció al mirarla…
Sus tetas no eran muy grandes, pero… eran tan paraditas que me dieron ganas de chuparlas hasta desfallecer.
Cuando se paró, para cambiar de canción, mi ojos se fueron a su culo.
Al verla caminar por su parque, yo estaba tan duro como el cemento.
Ella, ajena a todo, volvió a su lugar, bailando al son de la canción que había puesto.
-¡Qué contenta, amiga!
Le dijo Morena.
No me importaba para nada esa mocosa y sin embargo había perdido el control de mi cuerpo, claro que en esa época yo tendría 22 o 23 años.
-Sí, hoy vamos a bailar y lo voy a ver.
Así que tenía un noviecito o algo, pensé.
Muero por saber a donde van a bailar, iría y si la cruzo…
¡Lo que le podría hacer!
Mi desprecio por Solange, en aquellos años, era mucho y mi deseo, también.
Mi padre me pregunta, como siempre, si estaba todo bien, yo bajé rápidamente, no quería que que Solange me encuentre trepado al tanque, es tan estúpida que debe seguir pensando que el mundo gira en torno a ella y seguramente va a pensar que me subí allí para espiarla, es egocéntrica y estúpida.Recuerdo aquella vez cuando revisé el tanque por primera vez, que mi padre me preguntó a los gritos, por si no lo escuchaba…-¡Manu! ¿Te fijaste?Todavía recuerdo la voz de mi padre.Lo que menos quería, en esos años, era que me vieran, Solange gritaría y me acusaría de espiarla.Ahora pienso igual, pero antes tenía más pudor, porque era lo que estaba haciendo, la estaba espiando, pero sin querer, porque fue fortuito subirme a revisar el tanque y que ella estuviera casi desnuda, tomando sol.En aquel momento no le contesté a mi progenitor, sólo estaba mirando la delicia de ese cuerpo de esa chica tan desagradable, subí los dos últimos escalones y destapé el tanque, tratando de no hacer ruido, p
Luego de dar un par de vueltas por la casa de mis padres y corroborar que todo estaba bien encaminado, me despedí hasta la noche.Estoy acostumbrado a organizar, y a que todos me obedezcan y en algo tiene razón mi padre, no soy un hombre simpático, muchos empleados me temen, pero considero que todos me respetan, a veces pienso que si se enterasen que fui tan cornudo que mi hijo en realidad no tiene una gota de mi sangre, muchos dejarían de respetarme, tal vez esa es una de las razones por la cual no me separo, aunque Gloria tendría un bozal judicial, pero no sé cuánto tiempo se podría sostener eso.Por la noche llegué temprano a la casa de mis padres, lo hice a pedido de mi madre, porque me recalcó mil veces que quería que cuando llegasen los invitados, mi hermano y yo, teníamos que estar allí.Gloria me acompañó, estaba impecable vestida y en su rostro tenía esa sonrisa fingida, que hacía juego con su corazón.Bruno correteaba por allí, aunque pronto se haría cargo la niñera, ya que
Por EmanuelElla, luego de sus palabras, se alejó de mí.Veo cómo se acercó a su pareja y a mi hermano, quién la abrazó sin ningún pudor, y le dio un beso en la coronilla, reiterando cuanto la había extrañado.A mí me resultaba cada vez más rara esa supuesta amistad y tanto cariño que mi hermano le demostraba a Solange.Tenía cierta incomodidad y los recuerdos surgían solos, como en una nebulosa, me veo recorrer varias veces, hace más de 6 años, la zona en donde estaban varias discotecas, esas en las que la juventud bailaba hasta bien entrada la madrugada.Recuerdo que era la madrugada del día en que la mocosa me había brindado ese bailecito.Yo había estado con unos amigos, tomando cervezas en un pub dónde solíamos ir.Había tomado bastante, pero no lo suficiente como para no ser consciente de mis actos.Fue cuando la vi, estaba en la parada de taxis, estaba con otras chicas que yo no conocía.Frené mi camioneta y toqué la bocina.Solange me miró.En ese momento no supe si me había r
Por Solange- ¡Hola Solange!Me saludó Carmen, que justo pasaba cuando yo estaba en la puerta de la casa de mis padres.-Hola Carmen ¿Cómo estás?Le pregunté con cierto cariño a Carmen, ella era la madre de mi amigo Ricky y de… Emanuel.Si Carmen supiera…¿Qué pensaría?Ella se acercó y me abrazó.-Estás muy bella, Ricky siempre me muestra fotos tuyas, me alegro de que hayas vuelto.-Gracias Carmen, vos estás igual que siempre.-Gracias cielo, aunque los años pasan para todos… el sábado cumplo 55 años… Tus padres están invitados, Espero que vos también puedas venir.-Muchas gracias por la invitación… pero tengo pareja y…-Vení con tu novio, Ricky va a estar feliz por verte.Sí, Ricky, va a estar feliz…-Claro, yo también voy a estar feliz por verlo, realmente lo extrañé mucho en estos años, aunque cada vez que él estuvo en Europa, pasó a visitarme.-Sí, lo sé, me contó…¿Qué le habrá contado?Me puse un poco nerviosa, aunque él me prometió total discreción, como yo le prometí a él, no
Por Solange- ¡Ema!Recuerdo haber exclamado con mucha emoción.- ¿Quién es?Preguntó la mujer que estaba a su lado.Recién en ese momento reparé que él no estaba solo, sin embargo, seguí avanzando.- ¿Quién?Preguntó, y aunque apenas me miró, supe que me había visto.-Ah… La tonta de acá al lado.Me quedé petrificada al oír sus palabras.-Subí, mi amor.-Esa chica te llamó.Insistió la mujer a la que él llamó “Mi amor”.-Ya te dije, es la boba de acá al lado, es muy rarita, no me debe haber llamado, porque nunca nos saludamos, desde siempre es así, hacé como yo, no le des bolilla, porque no es importante para nadie.Dijo mientras le abría, muy caballero, la puerta de la camioneta, esa donde hacía unas horas me había hecho el amor.Mis lágrimas surgieron como cataratas.-Está llorando.Insistió su… novia.Ya no tenía dudas de que ella era su novia.-Te dije que es rara, debe tener problemas mentales, ignorala.Emanuel, sin mirarme, subió a su camioneta y yo me quedé, por un momento, e
Por SolangeRecuerdo que miré a Ricky y dudé.Después de todo, por más hijo de puta que fuera Emanuel, seguía siendo su hermano.-Sí, lo conocés muy bien.Seguía dudando, pero yo también tenía que reconocer que mi hijo era su sobrino.-El padre es Ema…Su mirada me dijo que mis palabras lo tomaron por sorpresa, porque por un momento se quedó callado, pero sus palabras, las que salieron de su boca un momento después, me dijeron otra cosa.-Alguna vez lo pensé…Confesó.- ¿Él te dijo algo?-No, pero Dante se le parece, no sólo físicamente, sino en sus gestos, en su forma de mirar, no podría precisar en qué.- ¡Dios mío! ¡No quiero que se entere!- ¿Por qué?-Esa tarde… Le conté lo que sucedió, sin disfrazar nada.-Lo dije apenas comenzamos esta conversación, Ema no es el mejor…-Te pido que nunca se lo cuentes.- ¿Te das cuenta? ¡Soy tío!Dijo mientras me abrazaba con mucho cariño.-Gracias por confiar en mí.-Te lo merecés, porque vos también confías en mí.- ¡Por supuesto!-Ricky… Yo
Por SolangeMe alejé de él cuando tuvo la poca delicadeza de recordar esa noche y me dijo que en aquel momento estaba borracho, claro que traté de parecer indiferente al contestarle que yo también lo estaba.Posiblemente los dos estábamos pasados de tragos, pero ambos sabíamos perfectamente lo que estábamos haciendo.Quizás yo no era del todo consciente en cuanto a lo que significaba tener sexo sin protección, después de todo fue mi primera vez y no se me ocurrió pensar que sólo por estar cerca de mi fecha de ovulación, quedaría embarazada.No es una excusa, pero realmente no tenía experiencia, él en cambio sí la tenía, me lleva casi 7 años y aunque estuviera borracho, era más consciente que yo sobre la situación.Realmente siempre se portó muy mal conmigo.No veo la hora de verlo el martes por la mañana.Quiero ver su cara cuando descubra que soy Sol Maglioni, la titular de la compañía Giacomo.De repente recordé que la reunión iba a ser en su empresa.Eso de ninguna manera iba a suc
Por Solange.Desperté a Dante para que se baje del auto, lo hice con cuidado, lo llevé de la mano hasta su cuarto, Leandro me esperaba en el living.Nunca se había quedado a dormir en mi casa, claro que teníamos relaciones sexuales, pero no estábamos todo el tiempo haciéndolo, no me desesperaba por estar con él.No estaba mal, pero tampoco era algo que me enloquecía.Me aseguré de que mi hijo se hubiera vuelto a dormir, eso me llevó cerca de media hora.Esa noche mi novio se quedó en casa.Hicimos el amor, aunque yo lo noté un poco incómodo.Por la mañana Dante durmió un poco más de lo normal.- ¿Qué sucede entre vos y Emanuel?Me preguntó de repente.Me sobresalté, pensé que me iba a reprochar la cercanía que teníamos con Ricky.Dudé antes de contestar y sabía que Leandro estaba pendiente de mis gestos.-Nada, nunca nos soportamos.- ¿Estás segura?-No sé a qué te referís, hacía más de 7 años que no lo veía.-Parecían más cercanos que con el propio Ricky.-Nada que ver, Ricky es mi m