Mauricio―Buenas tardes ―Saludo con una leve sonrisa tratando de disimular esta tristeza que llevo por dentro y solo la veo a ella acercarse a mí, para abrazarme.―Buenas tardes ―Responden a voz de coro sin dejar de mirarme.― ¿Ha pasado algo? ―Indaga Gabriela y asiento.―Si… pero no quisiera hablarlo en el momento, sigan almorzando ―Digo cordial, para después caminar hacia mi recamara tomado de la mano con Gabriela y una vez que estamos adentro su mirada se centra en la mía.―Mau… a mí no me engañas, ¿ha pasado algo? ― Pregunta y de inmediato coloco mi bolso en la pequeña silla del tocador, para regresar a sus manos guiándola hasta el borde de la cama.Ella sigue acariciando mis manos sin apartar su mirada, mientras tengo un debate por dentro, es que no se ni por dónde empezar o como explicarle para que no se sienta culpable de mi despido ―Mi linda, antes que nada te vez preciosa con ese enterizo, y ese lazo en tu cabello te hace ver más tierna de lo que eres ―La alago intentando rom
GabrielaQuien ha dicho que las cosas serían fáciles, o que las dificultades se resolverían en un abrir y cerrar de ojos. Nadie, sé que a Mauricio le debe estar doliendo en el alma haber perdido su puesto en Buenos Aires, pero ni modo a veces la vida no es justa con nosotros y nos toca seguir caminando, aunque eso implique encontrar espinas en el camino.Salimos de la habitación tomados de la mano, para dirigirnos a la sala y cuando estamos allí, Alberto y mi tía Rosiris nos quedan mirando, sin decir una sola palabra, basta con la expresión de sus ojos para dar por hecho de que algo no anda bien, sin embargo lo disimulan bastante bien, se levantan de sus sillas y una palabra sale de la boca de mi tía ―Gaby, saldré con Alberto a dar una vuelta ―Me dice cuando ya se han levantado para dirigirse al sofá, tomar su cartera y colocarla en su brazo mientras Mauricio se acomoda en la mesa.―Está bien, solo ve con mucho cuidado y disfruta esta tarde ―Me expreso dándole un beso en la mejilla, d
MauricioTermino de almorzar para luego llevar los platos a la cocina y una vez estoy allí decido lavarlos para después secarlos, colocándolos en su lugar, no quiero que por nada del mundo, exista algo que pueda interrumpir nuestra conversación. De solo imaginar que está entrando por esa puerta, y me pida que hablemos, las manos empiezan a sudarme. Yo no pedí nada de esto, ni mucho menos quise tener un hijo con verónica, pero las cosas se dieron de esta manera y ahora toca enfrentar con valentía la verdad de esta situación, sé que causare un dolor irreversible en su corazón, pero al menos le estare siendo sincero, y será mi boca la que confiese toda la verdad.Salgo de la cocina y mientras estoy meditando como decirle la verdad, escucho el sonido de la puerta haciéndome centrar mi mirada, encontrándome con su rostro enrojecido, y las lágrimas por sus mejillas, apretando con sus manos la cinta que tenía en el cabello. Al verla así me preocupo y un movimiento de mi parte voy hasta ella
Gabriela 2 días después He sentido morirme en estos dos días y las almohadas de la habitación que me organizo Carla han sido testigos de mi sufrimiento, quien se iba a imaginar que Mauricio dentro de poco será papá y tendrá la responsabilidad de hacer feliz a su familia, ese niño o niña no se podía quedar sin una figura paterna, más que nadie se lo que se siente no tener a un papá y no podía ser tan egoísta. Creo que fue lo mejor, alejarme de sus vidas para que ellos formen un hogar y le ofrezcan esa felicidad a ese pequeñito que viene en camino, sin embrago mi vida tiene que continuar y para eso antes de irme a España necesito arreglar y salir de dudas en muchas cosas. ―Aquí tiene los resultados ―Me habla una de las enfermeras del centro médico Buenos Aires y si, le dije una pequeña mentira a él para que no me siguiera. ―Muchas gracias ―Respondo para después abrir el sobre de la prueba de embarazo que me realice hace dos horas. Tengo mucha ansiedad lo admito y como me hubiese gust
Un poco de mí.Hola mi nombre Gabriela Elizalde Valencia tengo 22 años soy una chica que mide 1.65 de estatura delgada pero con figura de guitarra, mis ojos son de color café oscuro y mi cabello es lo más extraño porque tiene un tono rojizo que realmente no se de quien lo saque pero creo que combina perfectamente con el largo de mi rostro, vivo en Miami Estados Unidos aunque en realidad no soy de aquí si no de un pueblito llamado san Francisco, pero muy seguramente no aparece en el mapa que todos conocemos porque hace aproximadamente casi 5 años unos hombres enmascarados entraron a nuestros terrenos y decidieron acabar con todo lo que estuviera a su paso incluyendo a mis papitos que esa noche se fueron para el cielo, uno de ellos intentó abusar de mi pero cuando estaba a punto de lograrlo mi tía Rosiris lo impidió golpeándolo con una botella en su cabeza, es así como logramos escapar de esa terrible realidad.El tiempo ha pasado y aunque he intentado seguir con mi vida hay veces que t
GabrielaSonó la alarma a las 5 de la mañana para ir a la universidad, pero a decir verdad no tengo muchas ganas de ir, y después de lo sucedido lo que menos quiero es que alguien se atreva a preguntarme algo. Me bajo de mi cama, me coloco mis pantuflas y con cuidado entro a la cocina a prepararme el chocolate, no quise despertar a mi tía sé que no ha pasado buena noche, y lo sé porque sentí sus pasos varias veces en mi habitación, tomo la jarra destapo la envoltura del chocolate le agrego un poco de leche hasta que empieza a hervir, luego voy por los panes que están en el gabinete, saco la mortadela de paso agarro la mantequilla y empiezo a preparar los sándwich, mientras estoy entretenida en el desayuno mis pensamientos comienza volar y solo me pregunto ¿Dónde estás Iron Man? Porque no te apareciste anoche en mis sueños ¿será que ya te cansaste de mí? O te iras porque la doctora Diana volverá a mi vida, si supieras que anhelo que me tomes de la mano y me lleves a volar para olvidar
MauricioRealmente el ser psicólogo no es tarea fácil como algunos piensan, en muchas ocasiones te encuentras con casos en los que te sorprendes, y quisieras darle una explicación lógica a tus pensamientos pero recuerdas que la mente humana es una cosa maravillosa que vale la pena explorar. No sé qué le habrá pasado a Gabriela pero cuando ingreso por esa puerta el terror en su rostro era evidente, algo muy feo ha tenido que experimentar esa chica para que le haya producido ese desmayo, es extraño pero parecía emocionada y a la vez asustada, pobrecita tan linda que es.—Doctor permiso la última paciente que nos falta es Gabriela Elizalde —pregunta Lupita.—Tranquila Lupe, estoy esperando que se recupere un poco, acabo de dialogar con su amiga y me comento que en unos minutos sale, como no hay más nada que hacer te puedes ir a descansar —le digo.—De veras mi doc. Que usted es un sol, nos vemos mañana —se despide y cierra la puerta del consultorio.Bueno Gabriela vamos a ver cómo te enc
Gabriela Han pasado dos días, desde que lo vi y todavía me parece increíble que mi súper héroe sea mi psicólogo, tengo tantas emociones encontradas y mi cabeza solo está llena de pensamientos hacia él, por lo menos se su nombre, se llama Mauricio, pero esto que siento es tan inexplicable que por eso mi tía Rosi se quedó un poco inquieta y es entendible, después de los días que he vivido es normal que imagine que me estoy volviendo loca, me acomodo un poco el cabello y entro al consultorio. —Buenas tardes —lo saludo mientras cierro la puerta. — ¡Hola! mi Gaby linda ¿Cómo has estado? —pregunta amablemente, pero cada vez que me llama linda mi corazón quiere acelerarse y no sé qué será toda esta sensación. —Muy bien Mauricio —sonrió. —hoy vamos hacer una pequeño ejercicio, pero para eso necesito que me tengas confianza, el éxito de este ejercicio depende de ti mi Gaby, vamos al sofá por favor —me dice. — ¡Claro! —respondo un poco inquieta acomodamos en el sofá, de repente me toma de