Demian Stuart Su rostro decidido no es ninguna sorpresa para mi Catalina es una pequeña guerrera que no se deja doblegar eso me preocupa. Porque estoy seguro que tarde o temprano, esa personalidad suya puede meterla en problemas muy serios. -De acuerdo, maridito –Maridito, es su forma favorita de nombrarme. Porque relaciono esa palabra con los diferentes estados de ánimo de mi esposa. -Bien, Catalina iniciemos. No, seré amable contigo bebé en la vida real, nadie considerara que eres una mujer si quiere hacerte daño. Ni, importara que seas linda. Al iniciar nuestro enfrentamiento quedo muy sorprendido con las habilidades de mi esposa. Ella, si hubiera recibido la instrucción adecuada desde muy joven. Seria, un verdadero peligro. Tomo a mi esposa por su hombro obligándola a retroceder para hacer con su pequeño cuerpo lo que se me venga en gana. Mi niña debe entender que en un enfrentamiento real tiene mucha desventaja contra un hombre con mi constitución física. De un solo movimien
Catalina Abrego de Stuart Ni, siguiera recuerdo como logre salir de ese lugar por mi propia cuenta. Me sentía muy mal e inútil. Mi mente está dominada por el temor. Esa mujer sigue siendo más fuerte que Yo. Sus amenazas contra mis hijos me dejaron en un estado emocional alterado. -Señora Catalina, está bien ¿Qué sucedió entre usted y esa mujer? No, debí dejarla sola con esa tipa. Tenía que, entrar con usted –Eliza expresa su preocupación y estoy sumamente agradecida. -Está bien, Eliza solo que me tomo con la guardia abajo. Pensé que iba a superar sus malvadas palabras pero ha sucedido todo lo contrario. Para terminar de esa manera. Me afecto más profundamente porque está determinada a dañar lo que me importa en esta vida. Eliza, puedes ayudarme a vencerla en su terreno. Me ayudas a ser más fuerte, por favor como… tú. -Señora Catalina. No sé, ¿Cómo ayudarla? Debe hablar con el señor Stuart… Niego con mi cabeza aunque estoy de acuerdo con ella que mi esposo puede protegernos. Quier
Demian Stuart -Catalina, ¿Por qué no respondiste ninguna de mis llamadas mi amor? Debes considerar mis sentimientos. Me asusta cuando no puedo localizarte. Acaso no te importa que me preocupe por ti mi pequeña. Ella, guarda silencio por unos minutos para luego replicar mis palabras como siempre. ¡Hasta cuando Catalina! -Demian, todo está bien. Deja de ser tan exagerado mi amor. Mejor déjame besarte mi bebé lindo, ven aquí ¿Quiero probar tus labios? –Mi esposa mueve su dedo índice en señal que reduzca la distancia entre nosotros. Esta mujer tarde o temprano acabará conmigo. Catalina, se acerca con pasos lentos al notar mi lentitud en obedecer, hasta colocarse a pocos centímetros de mi cuerpo. Para luego unir nuestros labios en un corto beso. -Mi amor controla esa actitud controladora. Sabes que eso no funciona conmigo Demian. Quieres que te informe todo cuánto hago, eso no se puede bebé ¿Por qué si buscas eso entonces te pido que tú también hagas lo mismo? Golpe bajo mi amor, so
Demian Stuart -Denn, mi amor tranquilo. Solo tomare un descanso de unos minutos, estoy un poco cansada –Mi mujer explica a nuestro artista que es bastante exigente con su dibujo. -Está bien, mamá, pero recuerda que tengo pocos días para terminar mi retrato. Puedes descansar quince minutos –Escucharlo me hace gracia. Nuestro hijo es todo un chico mandón, cuando se trata de su arte. Denn, decidió dibujar a Catalina utilizando vestuario medieval, teniendo como escenario el invernadero. Por lo que mi asistente Alejandro se encargó de los arreglos, contrato estilistas, diseñadores de vestuario y escenografía. Para conseguir la imagen que mi pequeño estaba buscando. Mi mirada se pierde en el dulce rostro que mi esposa mantenía todo el tiempo durante su participación en el dibujo de Denn. Una visión hermosa verla con ese vestuario. Si, hubiéramos nacido en esa época igual fuera mi esposa. La cortejaría hasta que aceptara ser mi mujer, aunque en ese tiempo de la historia ni hubiera sido
Catalina Abrego de Stuart -Catalina, puedes caminar un poco lento. Es peligroso que lleves esa velocidad en tacones mi amor. Pequeña, dime que te pasa ¿Por qué estás actuando extraño? Pareces molesta. ¡Extraño realmente este hombre se hace el que no entiende! ¡Oh, está ciego! A su conveniencia. Para cualquiera es evidente que esa mujer estaba de lo más coqueta con él. Y mi esposo todo sonrisitas con esa tipa. “Su amiga” si, como no, piensa que me voy a tragar eso. Una mujer puede reconocer un antiguo interés amoroso de su marido. Ni idea en qué términos concluyeron. Ni, quiero saberlo. -Maridito, tú eres demasiado listo para no enterarte de nada. Es mejor que me dejes sola por unas horas. De lo contrario diré cosas que serán muy groseras. -Mi pequeña Catalina, espera habla conmigo… -Ni, pensarlo mejor busca otra persona interesada. Porque no estoy con ánimos de discutir contigo, iré ayudar con los preparativos a mi hijo. Te sugiero que todo ese tiempo me dejes tranquila. Habla
Demian Stuart Ahora, ¡Quien se estaba muriendo de los celos soy Yo! Ese tipo no fue de mi agrado, cuando tuve mala suerte de conocerlo en España. Su, forma de mirar a mi esposa, me incomoda. Claro, es el ahijado de su abuela pero eso no significa que deja de ser hombre al lado de una hermosa mujer. -Señor Stuart, está seguro que no quiere mi intervención –Vuelve a preguntar Eliza insegura. -Eliza, tranquila. Manejare esta situación a mi manera, además ella, es mi mujer y madre de mis hijos. Para que un tipo se meta entre nosotros. Debo estar muerto para permitirlo. Y bien, muerto… pero, quizás entonces también evitaría que mi pequeña estuviera con otro hombre. Sonrió con mis pensamientos tontos. Cuando vuelvo mi mirada de catalina justo a la chica próxima, noto que Eliza está concentrada en mi rostro con un ceño fruncido. Quizás no me entiende porque aún es muy joven para hacerlo… Demonios, me refiero a mi como un anciano. Cierto le llevo once años. Sin embargo no es para tanto.
Catalina Abrego de Stuart -Bueno, Catalina. Estoy realmente sorprendida que mi primo aceptara ese arreglo para salir con Mario, por mi experiencia Demian, es muy celoso y agregando su forma posesiva de tratarte. Pensé que se armaría un gran problema. Me encanta como sabes manejarlo. Eres mi heroína Caty –Dice, sonriente Lauren. Más que saber manejar a mi esposo, diría otra cosa… simplemente, consintió esta noche de fiesta para complacerme de esa forma enmendar sus tonterías anteriores en el colegio de nuestro hijo. Demian, nuca hace nada sin analizarlo bien. Todo es cuando él desea que se dé las cosas nada diferente. Sí, no se tratara de una corrección de sus acciones anterior. Ni soñando permitiría esto por más que se lo rogara. Demian, es demasiado mandón y dominante para permitir que su esposa lo manipule a su antojo. -Por cierto, ¿Qué sucedió con Alicia pensé que vendría con todos nosotros? –Interviene Georgina. -Seguro, ese cuñado suyo se lo prohibió ¡Has visto como ac
Demian Stuart -Quien diría que nuestra pequeña Catalina, tiene tantas habilidades como bailarina. Todos los hombres en este lugar están babeando por ella y las otras dos chicas.-Me recuerda Jonathan tratando de contener una sonrisa. -Mejor pierde esa sonrisa de idiota, es mi mujer quien está en esa plataforma. Pero ahora mismo termino con sus locuras, aunque tenga que sacarla cargando sobre mis hombros. -Sí, todo un hombre de las Cavernas. Porque no dejas que se divierta un poco… pobre, chica debe estar muy estresada –Acude Gregory en su defensa. Estresa… pobre chica, va terminar cuando ponga mis manos sobre ella. Me pongo de pie en un solo movimiento los chicos se mueven a mi ritmo al igual que Eliza quien mantiene su rostro imperturbable. Lista para enfrentar lo que venga. Pero antes de dar un paso en dirección a mi mujer siento una pequeña mano sobre mi antebrazo reteniéndome de seguir mi camino. -Demian, no te alteres solo es una niña que quiere divertirse. Además… Me suel