Demian Stuart -Catalina, ¿Por qué no respondiste ninguna de mis llamadas mi amor? Debes considerar mis sentimientos. Me asusta cuando no puedo localizarte. Acaso no te importa que me preocupe por ti mi pequeña. Ella, guarda silencio por unos minutos para luego replicar mis palabras como siempre. ¡Hasta cuando Catalina! -Demian, todo está bien. Deja de ser tan exagerado mi amor. Mejor déjame besarte mi bebé lindo, ven aquí ¿Quiero probar tus labios? –Mi esposa mueve su dedo índice en señal que reduzca la distancia entre nosotros. Esta mujer tarde o temprano acabará conmigo. Catalina, se acerca con pasos lentos al notar mi lentitud en obedecer, hasta colocarse a pocos centímetros de mi cuerpo. Para luego unir nuestros labios en un corto beso. -Mi amor controla esa actitud controladora. Sabes que eso no funciona conmigo Demian. Quieres que te informe todo cuánto hago, eso no se puede bebé ¿Por qué si buscas eso entonces te pido que tú también hagas lo mismo? Golpe bajo mi amor, so
Demian Stuart -Denn, mi amor tranquilo. Solo tomare un descanso de unos minutos, estoy un poco cansada –Mi mujer explica a nuestro artista que es bastante exigente con su dibujo. -Está bien, mamá, pero recuerda que tengo pocos días para terminar mi retrato. Puedes descansar quince minutos –Escucharlo me hace gracia. Nuestro hijo es todo un chico mandón, cuando se trata de su arte. Denn, decidió dibujar a Catalina utilizando vestuario medieval, teniendo como escenario el invernadero. Por lo que mi asistente Alejandro se encargó de los arreglos, contrato estilistas, diseñadores de vestuario y escenografía. Para conseguir la imagen que mi pequeño estaba buscando. Mi mirada se pierde en el dulce rostro que mi esposa mantenía todo el tiempo durante su participación en el dibujo de Denn. Una visión hermosa verla con ese vestuario. Si, hubiéramos nacido en esa época igual fuera mi esposa. La cortejaría hasta que aceptara ser mi mujer, aunque en ese tiempo de la historia ni hubiera sido
Catalina Abrego de Stuart -Catalina, puedes caminar un poco lento. Es peligroso que lleves esa velocidad en tacones mi amor. Pequeña, dime que te pasa ¿Por qué estás actuando extraño? Pareces molesta. ¡Extraño realmente este hombre se hace el que no entiende! ¡Oh, está ciego! A su conveniencia. Para cualquiera es evidente que esa mujer estaba de lo más coqueta con él. Y mi esposo todo sonrisitas con esa tipa. “Su amiga” si, como no, piensa que me voy a tragar eso. Una mujer puede reconocer un antiguo interés amoroso de su marido. Ni idea en qué términos concluyeron. Ni, quiero saberlo. -Maridito, tú eres demasiado listo para no enterarte de nada. Es mejor que me dejes sola por unas horas. De lo contrario diré cosas que serán muy groseras. -Mi pequeña Catalina, espera habla conmigo… -Ni, pensarlo mejor busca otra persona interesada. Porque no estoy con ánimos de discutir contigo, iré ayudar con los preparativos a mi hijo. Te sugiero que todo ese tiempo me dejes tranquila. Habla
Demian Stuart Ahora, ¡Quien se estaba muriendo de los celos soy Yo! Ese tipo no fue de mi agrado, cuando tuve mala suerte de conocerlo en España. Su, forma de mirar a mi esposa, me incomoda. Claro, es el ahijado de su abuela pero eso no significa que deja de ser hombre al lado de una hermosa mujer. -Señor Stuart, está seguro que no quiere mi intervención –Vuelve a preguntar Eliza insegura. -Eliza, tranquila. Manejare esta situación a mi manera, además ella, es mi mujer y madre de mis hijos. Para que un tipo se meta entre nosotros. Debo estar muerto para permitirlo. Y bien, muerto… pero, quizás entonces también evitaría que mi pequeña estuviera con otro hombre. Sonrió con mis pensamientos tontos. Cuando vuelvo mi mirada de catalina justo a la chica próxima, noto que Eliza está concentrada en mi rostro con un ceño fruncido. Quizás no me entiende porque aún es muy joven para hacerlo… Demonios, me refiero a mi como un anciano. Cierto le llevo once años. Sin embargo no es para tanto.
Catalina Abrego de Stuart -Bueno, Catalina. Estoy realmente sorprendida que mi primo aceptara ese arreglo para salir con Mario, por mi experiencia Demian, es muy celoso y agregando su forma posesiva de tratarte. Pensé que se armaría un gran problema. Me encanta como sabes manejarlo. Eres mi heroína Caty –Dice, sonriente Lauren. Más que saber manejar a mi esposo, diría otra cosa… simplemente, consintió esta noche de fiesta para complacerme de esa forma enmendar sus tonterías anteriores en el colegio de nuestro hijo. Demian, nuca hace nada sin analizarlo bien. Todo es cuando él desea que se dé las cosas nada diferente. Sí, no se tratara de una corrección de sus acciones anterior. Ni soñando permitiría esto por más que se lo rogara. Demian, es demasiado mandón y dominante para permitir que su esposa lo manipule a su antojo. -Por cierto, ¿Qué sucedió con Alicia pensé que vendría con todos nosotros? –Interviene Georgina. -Seguro, ese cuñado suyo se lo prohibió ¡Has visto como ac
Demian Stuart -Quien diría que nuestra pequeña Catalina, tiene tantas habilidades como bailarina. Todos los hombres en este lugar están babeando por ella y las otras dos chicas.-Me recuerda Jonathan tratando de contener una sonrisa. -Mejor pierde esa sonrisa de idiota, es mi mujer quien está en esa plataforma. Pero ahora mismo termino con sus locuras, aunque tenga que sacarla cargando sobre mis hombros. -Sí, todo un hombre de las Cavernas. Porque no dejas que se divierta un poco… pobre, chica debe estar muy estresada –Acude Gregory en su defensa. Estresa… pobre chica, va terminar cuando ponga mis manos sobre ella. Me pongo de pie en un solo movimiento los chicos se mueven a mi ritmo al igual que Eliza quien mantiene su rostro imperturbable. Lista para enfrentar lo que venga. Pero antes de dar un paso en dirección a mi mujer siento una pequeña mano sobre mi antebrazo reteniéndome de seguir mi camino. -Demian, no te alteres solo es una niña que quiere divertirse. Además… Me suel
Demian Stuart Coloco una toalla limpia sobre mi cuello terminando de remover el sudor que se acumula en mi rostro luego de mis ejercicios. Me pregunto si mi pequeña estará ya despierta. Esbozo una sonrisa tonta en mis labios imaginando su pequeño cuerpo desnudo entre mis manos. Nunca me cansare de desear a mi esposa con cada célula de mí ser mientras ella sea absolutamente mía. Pesando en la posibilidad de tener un encuentro matutino además de alimentarla. Mis pasos me llevan camino a la cocina para preparar un desayudo para llevárselo a la cama. Pero mi corazón se sale de mi pecho cuando al entrar en la cocina detengo mis pasos ante la visión de mi esposa inconsciente sobre la cerámica del piso. Para luego ponerme en movimiento y auxiliar a mi niña que permanece sobre su costado completamente inerte ¿Qué debo hacer? -Catalina, mi amor despierta ¡Dios! ¿Qué te sucede pequeña? –Digo, mientras palpo su pulso en su cuello y acerco mi rostro a su nariz para comprobar que respira. Aun
Demian Stuart -¿Qué dices mi amor no estoy entendiendo nada?, ¿Cómo que tengo otro hijo de donde apareció? Si, mis únicos hijos permanecen en esta casa. ¿Quién está tratando de sembrar duda en el corazón de mi mujer? -Demian, en casa está un sobre que contiene fotos y una nota… ¡Que! -Mi amor ¡No! Puedes comenzar ahora con dudas. Te prometo que no tengo hijos fuera de nuestro matrimonio. Nunca, escúchame bien Catalina, nunca estuve con una mujer aparte de ustedes sin un tipo de protección. Necesito que confíes en mi palabra mi amor estoy dispuesto someterme a una prueba de ADN con ese niño para probarte que ese pequeño no lleva mi sangre. -Demian… -No, Catalina. Piensas que desconocería mi sangre eso jamás lo haría. Si, acepto que tuve una relación de amantes con esa mujer pero nunca deje embarazada a Lara. Ese niño no es mi sangre si lo fuera nunca dejara de reconocerlo. Además dime mi amor conociendo a doña Marta te haces una idea el lio que hubiera armado para que reconociera