Me encuentro en mi oficina, cargado de trabajo y escucho unos sollozos, pero no entran, sé que es mi princesa. Me levanto y camino hacia la puerta y casi se cae, cuando la abrí. Levanta su carita que esta roja hacia mí y sus ojos me enloquecen, haciendo que mi corazón cruja, no hay un día que Zachary no llegue a mi cabeza y está pequeña es su recordatorio, cuanto sufrió esa rubia y yo, solo fui un malnacido. —¿Qué tienes, Cielo? ¿Por qué llora mi princesa? Su labio tiembla y levanta sus brazos para que la cargue. Lo hago y secó sus lágrimas con mis dedos. —Papi... Santi no me deja entrar en el cuarto de mami y quiero ver a la bebé. —¿Qué raro que no vino a verme? —Dejo a la bebé en la habitación y está con titi en la cocina. “Con razón” —Vamos para que tu hermano— asiente y sonríe por completo, esta niña es muy manipuladora y no puedo negar que soy un blandito con ella. Camino con ella en brazos y al llegar a mi habitación, Santiago tiene la cabeza asomada en la puerta, viendo
•Sara• Camino al dichoso club, la mirada se me va hacia la entrepierna de Sam, se marca por completo. Mi parte baja está tensa y se mojaba, acerco mi mano y la paso por su brazo descendiendo por su pecho hasta llegar a su duro barrote, noto como se acomoda y muerde sus labios, a Samuel el tiempo ni los años le pesan. Sonrió y me quitó el cinturón, acercándome a su oído y pasó mi lengua, sin dejar de tocar toda su ancha y gruesa longitud que tiene entre las piernas. Gruñe y detiene el coche de golpe. —Deja el jueguito, cariño. No puedo más, ven aquí —suelta un gruñido y echa el asiento hacia atrás y de un jalón me sienta en su regazo. Gimo presa de la excitación, me gusta verlo de esta manera. —Tienes tres putos días sin tocarme — le reprocho. Su mano se cuela dentro de mi vestido y sus labios dejan besos en mi cuello bajando por mi cicatriz del pecho. —Te deseó a todo momento, Sara. Entiende, estaba muy ocupado. —¡Aah! — sus dedos entran en mí, sin problemas, y comienza a dar
_______________________ MI PEQUEÑA PRINCESA _____________________ Si pudiera contar todo lo que ha pasado en estos años pasaría todo el día, solamente puedo decir que todo ha sido una montaña rusa de sentimientos; mi pequeña maduro de manera muy rápida es una excelente madre y cada día me siento más orgulloso de ella. Pero ser padres de dos adolescentes y una niña de diez años, nos está pasando factura, las peleas entre Santiago y Sahily, ya son insoportables, tratamos de hablar con él, para saber el origen de su rabia, pero no quiso decir nada. Lo llevamos al mismo psicólogo que atiende a Sahily y su resultado fue devastador, Santiago presentaba indicios de bipolaridad, por eso siempre sus ánimos cambian constantemente. Sin embargo, dentro de su corazón tiene la idea que no lo queremos como queremos a Sahi, y no es así. Él es mi orgullo, mi hijo adorado y doy mi vida por él, sí me lo pidiera. Es difícil tratar con un adolescente y más con su condición. Nos enteramos cuando en
Horas después... —Mejor este mi niña, pero mira te verás como toda una mujer que eres— Patri, le señaló a Sahily el vestido que le trajo y, que según ella el que yo le diseñe es para una niña. — Sí, claro. Toda una mujer tía, y no tengo ni pechos ni pompis para levantarlo —se cruza de brazos y hace un puchero mi niña—, hasta Pilar tiene más cuerpo que yo. —He, he, ¿yo, qué? —refunfuña Pilar, que va saliendo del tocador. Estirando su pequeño vestido rojo, de tirantes finos cruzados en su pecho y obvio, esa niña tiene un cuerpecito de infarto para sus catorce años, es la copia de su madre con sus mismos ojos verdes, pero con el cabello del color castaño como el de Bryan—. Nada metiche. Pilar niega y se ríe mientras toma asiento en una tumbona que está cerca del ventanal. —Yo te pido calma querida prima. Y no te desanimes, yo creo que este año si te desarrollas y podrás tener algo como esto—Pilar se sube sus pequeños pechos haciendo monerías. —¡Cállate! Todos los años me dices lo m
Todos se encontraban reunidos, miles de invitados estaban presentes para la celebración de los quince años de los mellizos, los amigos de los chicos tenían una mesa aparte y solo sus risas se escuchaban, aunque casi todos eran amigos de Santiago. El señor Lombardy se encuentra junto a Greta y Julián, charlando a la espera de su nieta. Maikol y Daniel, estaban juntos al lado de Bryan, que sostenía en sus brazos a su nuevo regalito de tres añitos llamado Brayan. Está muy orgulloso de su primer hijo varón. Todos bebían y reían. Margaret, esta vez Samuel, le prohibió trabajar porque ella y Fabián eran parte de la familia. Las niñas estaban junto a Patricia, y solo faltaba Sara y Sahily que bajaran. A Samuel no le cabía la felicidad en su pecho, solo moría por ver a su niña bajar las escaleras con su hermoso vestido. La música comienza a soñar y se apagan las luces, unos pequeños reflectores de colores azules y violetas apuntan a la escalera que da al patio trasero, todos comienzan a apla
PROLOGO Podría decir que tengo la familia perfecta, unos padres que amo con todo mi ser, pero... No es así, dicha persona no la hace que sea perfecta; mi hermano mellizo. Compartimos el mismo vientre, fuimos hechos con todo el amor que una pareja se pueden dar, aunque Sara no fue el primer amor de mi héroe; lo fue mi madre biológica que me llena de orgullo. Al crecer recibía malas miradas por mi apariencia, pero yo solo quería una mirada, una sola, de la persona que, aunque más me esforzará, nunca me miraba de la forma que yo deseaba. De niña quería su cariño y su amor de hermanos, pero siempre sentí que me odiaba. Crecimos juntos, pero a la vez separados, podía sentir su cariño hacia mí, o su protección, pero a su manera. El día que al fin tuve esa mirada, mi corazón golpeó de una manera exagerada mi pecho; ese día subí al cielo, pero baje de un solo golpe con sus palabras, que salieron como dagas a mi corazón y, aun dos años después, no logro olvidar, esas palabras me h
“Bicho raro Arón se coloca en el medio del camino de Sahily, haciendo que ella golpeé con su pecho. —¡Oh, perdón! Lo siento, lo siento. No fue mi intención — Sahily nerviosa, comienza a disculparse sin levantar la mirada y con sus manos agarra con fuerza su paraguas. Arón, ríe jocoso y levanta su barbilla—. Tranquila, chocolate blanco. Soy yo. Sahily, respira hondo y sonríe levemente perdiéndose en el gris de sus ojos. —¡Juro que me va a dar el mimisqui, Arón! El cabrón de Santi, me dejó botada y Dios…, todos me miran — explica mientras se oculta con su morral. Arón pasó su brazo por sus hombros y besó su sien. —Ignorarlos y caminar a mi lado. — le sugiere, en eso los alcanza Pilar, que llega echando grititos. Y agarra a su amiga de los hombros. —¡Sahi, no sabes lo feliz que me siento porque estás aquí, lo pasaremos súper!— alega alegremente su prima, empuja a su primo Arón y entrelaza su brazo con el de ella —, marica, estás podrida al perfume de Santi. Sahily ríe, por la ca
En eso escucha una voz ronca y un aliento tibio en su oreja. —Sí, lo pensaste en voz alta y yo…, también lo escuché, bicho raro. Sahily respira profundo y gira en su asiento, muy firme con su barbilla en alto, chocando con la jodida sonrisa arrogante de su hermano. —Lamento informarle a mi querido imbécil. Que no solo usted inunda mis pensamientos— aclara muy firme y Pilar niega por la estupidez que ha dicho. Santiago se cruza de brazos y niega. —Entonces, si piensas en mí. —¿Qué? No, yo no... Mejor déjame en paz Santiago — responde nerviosa analizando lo que dijo minutos atrás. —Que no se entere nuestro padre de los pensamientos pecaminosos de su querida hija— dice burlón. —Eres un maln... — ¡Chicos, chicos! ¡Por favor, continúen en su casa con su pelea por Dios, es el primer día de clases! ¡Paz, por favor!, y tú Santiago, cállate y aleja tus malas vibras de nosotras— Pilar lo fulmina con la mirada y toma la mano de su prima. —Tranquila, nada más ignóralo. Las dos horas d