Hola de nuevo. Pregunta ¿Les gustaría leer segunda parte de la historia, es de SANTIAGO Y SAHILY? Dependiendo de sus comentarios decido si continuo.
“Bicho raro Arón se coloca en el medio del camino de Sahily, haciendo que ella golpeé con su pecho. —¡Oh, perdón! Lo siento, lo siento. No fue mi intención — Sahily nerviosa, comienza a disculparse sin levantar la mirada y con sus manos agarra con fuerza su paraguas. Arón, ríe jocoso y levanta su barbilla—. Tranquila, chocolate blanco. Soy yo. Sahily, respira hondo y sonríe levemente perdiéndose en el gris de sus ojos. —¡Juro que me va a dar el mimisqui, Arón! El cabrón de Santi, me dejó botada y Dios…, todos me miran — explica mientras se oculta con su morral. Arón pasó su brazo por sus hombros y besó su sien. —Ignorarlos y caminar a mi lado. — le sugiere, en eso los alcanza Pilar, que llega echando grititos. Y agarra a su amiga de los hombros. —¡Sahi, no sabes lo feliz que me siento porque estás aquí, lo pasaremos súper!— alega alegremente su prima, empuja a su primo Arón y entrelaza su brazo con el de ella —, marica, estás podrida al perfume de Santi. Sahily ríe, por la ca
En eso escucha una voz ronca y un aliento tibio en su oreja. —Sí, lo pensaste en voz alta y yo…, también lo escuché, bicho raro. Sahily respira profundo y gira en su asiento, muy firme con su barbilla en alto, chocando con la jodida sonrisa arrogante de su hermano. —Lamento informarle a mi querido imbécil. Que no solo usted inunda mis pensamientos— aclara muy firme y Pilar niega por la estupidez que ha dicho. Santiago se cruza de brazos y niega. —Entonces, si piensas en mí. —¿Qué? No, yo no... Mejor déjame en paz Santiago — responde nerviosa analizando lo que dijo minutos atrás. —Que no se entere nuestro padre de los pensamientos pecaminosos de su querida hija— dice burlón. —Eres un maln... — ¡Chicos, chicos! ¡Por favor, continúen en su casa con su pelea por Dios, es el primer día de clases! ¡Paz, por favor!, y tú Santiago, cállate y aleja tus malas vibras de nosotras— Pilar lo fulmina con la mirada y toma la mano de su prima. —Tranquila, nada más ignóralo. Las dos horas d
Dos clases después ya todos están saliendo para sus casas. —Sahi, nos vemos mañana — se despide de Pilar.—Pilar, se me olvidó preguntarte ¿por qué estabas molesta en el salón?—A que no adivinas, Marcos me dejo, el castaño con el que hablaba. Pero, bueno, no hay mal que por bien no venga. Total, este caramelo no está para llorarle a nadie —responde con chulería mientras lanza su cabello castaño hacia atrás con elegancia. Le guiña un ojo y se va. A lo lejos Sahily logra ver a su tío Bryan, traga grueso, ya que su tío muy poco la pasa. Lo saluda con un movimiento de su mano y este solo asiente. Respira profundo y comienza a caminar por los pasillos, se consigue a su hermana que viene con Melanit, riéndose por algo.—Eh, Sam. ¿Has visto a Santiago?, ¿Sabes dónde lo puedo encontrar?Samantha levanta una de sus cejas y Melanit le da un empujón.—Hola, Sahi. Ya nos íbamos, mi padre nos espera afuera. Santiago debe estar en el campo de entrenamiento— le responde con cariño. Sahily asient
—Sahily—El camino a casa fue silencioso, me sentía incómoda. Sentía la mirada de Santiago encima de mí, varias veces. ¡Joder! Ahora como me saco tremenda película de la cabeza.Su cuerpo, sus músculos ¡Dios mío!, pero a la vez siento repulsión al ver con quién era. Al llegar a la casa, me sentí algo tranquila porque nuestros padres habían salido. Se me hace fatal fingir delante de papá, Samantha no estaba en casa tampoco.Nunca vi a Santiago en pleno acto sexual con alguna chica, pero si logro escuchar todo, ya que su cuarto está justo al lado del mío. Y hace desastres cada vez que logra meter alguna chica. No he salido desde que llegamos del instituto ni siquiera he comido algo, ya van a hacer las cuatro de la tarde. Mis manos están frías, son mis niveles que están bajos debo comer a la hora, pero no creo que pueda sostener la mirada a Santiago. Escucho la puerta abrirse debe ser mi padre, quitó el acolchado que me cubre por completo. —¡Papi! —exclamo, pero quedó helada no es mi
Al final mis pies no tocaron el suelo, me sentó en un escritorio, agarro mi cabeza entre mis manos. Todo me da vueltas y un fuerte dolor palpita en mi sien, en eso siento las manos de Santiago encima de las mías.—¿Estás bien...? —sus manos están calientes no quiero mirarlo a los ojos—, vamos Sahily, responde.—Sí, sí. ¿Para qué me traes aquí? Apartó sus manos y miro hacia otro lugar. El salón está vacío y la puerta cerrada.—Para hablar —Se encoge de hombros y sigue mirándome con sus jodidos ojos bicolores.—¿¡Ahora me dirás de quién ser amiga y, de quién no!? — gruñó y me cruzó de brazos para sentirme más segura.Levanta una ceja y se acerca mucho más. Siento que mis mejillas estallaran. Sus grandes manos abren mis piernas para colocarse en medio de ellas.—San...— me colocó un mechón de cabello atrás de mi oreja y acarició mi mejilla.—Así te odié, Sahily. No quiero que te equivoques de amistades Adirael, no es buena persona, por algo nadie está a su lado —Sus ojos me ven fijamente
¡Mierda! ¡Mierda! Y más mierda...Todos me ven y les grito un, ¡váyanse a la mierda! Agarro mi bolso y voy en busca de Sahily. Paso por al lado de Valentina y tomo su brazo con fuerza.—Jamás en tu maldita vida te me vuelvas acercar — la amenazó mientras ella me miraba con altanería.—Como tú digas, nene. Sé que ese amiguito — señala mi paquete —, cuando quiera explotar me buscara a mí. Porque solo yo aguanto cuando tu libido sube de más— Carcajea y me deja un pico en los labios.“Cabrona”— Prefiero mil veces matarme a punta de paja que volver a cogerte— le gritó y todos me miran.Zacarías y Noel están frente a mí. Noel niega y Zacarías se me acerca.—Si alguien le hiciera eso a mi hermana. No actuará como tú.— ¿¡Y qué mierda quieres que haga!?, es una mujer. ¿Le doy una golpiza? ¡Joder!, déjame en paz —espeto con firmeza y corro hacia las instalaciones del instituto.Voy por el pasillo y veo a Arón y Pilar hablando, pero Sahily no está por ningún lugar, tengo las manos frías. Jode
SahilyEn el camino a casa quería fundirme en el asiento. Sentía que me quemaba, sé que no está bien lo que pasó hace un momento. De reojo logro ver cómo se acomoda su tremendo bulto de manera brusca que se marca en su pantalón. Me hace tragar grueso y mis mejillas deben estar que revientan. Trato de fijar la mirada en otra cosa y pienso en la vergüenza que acabo de pasar. No debí venir al instituto, como le digo a mis padres que no quiero volver... Ya soy el blanco de burlas, como Santiago puede salir con una chica tan perra.Mis ojos viajan a él nuevamente, tiene su ceño fruncido, sus ojos están fijos en la carretera. Sus labios están apretados entre sus dientes.— Lo siento, Sahily... Eso no debió pasar —dice sin apartar la vista de la carretera.Extiendo mi mano y acarició su brazo tatuado. Su agarre se hace más fuerte sobre el volante. Puedo ver sus venas tensas en sus brazos.—Me gusto. Y lo siento también por sentirme de esa manera — confieso, y su cara gira a mí rápidamente.
Su beso es tierno y delicado, su mano acariciaba mi mejilla. Mientras con la otra parecía que trataba de contenerse, apretaba con fuerza mi pierna. Su lengua exploraba mi boca, no podía creer lo que pasaba..., mi entrepierna palpitaba y la loción de Santiago me tenía embobada.Dijo que sería el último, entonces que sea bien aprovechado. Me subo a horcajadas encima de él, sin despegar nuestros labios, ¡mierda! Fue inevitable soltar un gemido, sus grandes manos recorren mi cuerpo y siento como su bulto está cada vez más duro. Ay, padre. Ayúdame...Me froto encima de él y gruñe, clavando sus dedos en mis caderas. Enredo mis manos en su lacio cabello, pero es él quien termina el beso. Su respiración está agitada igual o peor que la mía. Une nuestras frentes, mientras sus ojos están cerrados.—Paremos esto, Sahi. No..., no está bien. ¡Maldición que estamos haciendo! —confesó atormentado, dejo un beso en la punta de mi nariz y me bajo de él —, duerme que mañana no verás a este Santiago ot