Los días pasaron no he visto a Santiago. Estoy en casa del abuelo desde entonces. En el camino no mencionamos ni una sola palabra, ni siquiera nos despedimos y para qué... No dejó muy bien que bajara del coche, cuando pico caucho y dejo solamente polvo detrás de él. El abuelo me recibió como siempre con todo su amor. Me encanta pasar tiempo con él, pero en realidad quería estar lejos de la persona que hizo rajar un poco más mi corazón. Convencimos a mis padres para poder faltar estos días y pasarla con el abuelo, ya que se va del país unos meses para resolver unos problemas en Boston.Mi abuelo tan mayor y aun así no deja de trabajar, dice que esto será nuestro legado y que sus nietos lo manejaremos, me pone la piel de gallina cuando habla de esa manera. Estamos en su estudio, estoy sentada a su lado en el sofá, nada más observándolo. Tiene muchas canas y su cabello no es rubio, ya es blanco por completo y muy fino. Sus arrugas lo hacen ver tan lindo, y esa sonrisa que me regala q
Capítulo 9 “La vieja biblioteca” — ¿Niña, estás bien? — unas manos tocan mi hombro, y me hacen girar. Sus oscuros ojos me ven fijamente —, estás pálida. El nudo es cada vez más gigante en mi garganta. —Me..., llevarías. A tu lugar seguro, por favor... —Nuestro lugar seguro, también es tuyo... —pasa su brazo por mis hombros y me atrae a él. Mis ojos caen por última vez Santiago, y no puedo evitar sollozar bajito. Siento los ojos de Adirael sobre mí, pero no menciona nada y le agradezco. No voy a ponerme a decirle que estoy así por ver a mi hermano con otra, después de habernos besado y tocado de esa manera. Al llegar a la biblioteca, nos sentamos en donde estaba él ese día. Me apoyo en la pared y dejo caer mi cuerpo, coloco mis rodillas pegadas en mi pecho y oculto mi cara entre ellas. Quiero que desaparezca el dolor en mi corazón, duele como nunca, quiero llorar y sacar todo. Esto me está matando, no me importa que ese chico vea mis bragas. Sé que están a la vista. Siento su
Pilar se guinda de mi cuello y sus piernas rodearon mi cintura, sentí mi espalda crujir. Me deja muchos besos en las mejillas.—Hey, te extrañé. Cariño, ni siquiera respondiste mis mensajes. Tía Sara me dijo que estabas donde el Daddy Lombardy — se relame los labios. Ruedo los ojos por su gesto. Dice que mi abuelo sería un gran sugar daddy, tiene dinero poder y se conserva muy bien…Pues, eso no lo voy a negar.—Sabes que me gusta compartir todo el tiempo que puedo con él— respondo mientras caminamos al salón.—Sí, amiga. Lo sé, pero marica te necesitaba. A que no sabes quién casi…, casi me beso en los labios — chilla y empieza a dar brinquitos.—¿A ver, dime? De tantos no creo que la pegue, Pilar — me codea y me saca la lengua —, ¡Arón, el papi de nuestro primo!—Dios Pilar, no te hagas ilusiones. Apuesto que tú giraste la cara— muerde su labio inferior —, buehh, sí. Pero amiga, igual lo hizo. —Pilar, Pilar..., Deja ese capricho con Arón. Si el amargado de tu padre se entera. Mata
Santiago Respiré miles de veces, para no partirle la cara al Don Juan de Nikel. Por eso ninguna chica lo toma en serio. A todas le cae, bueno... Yo no me quedo atrás, pero le soy claro solo sexo y ya, este, en cambio, promete el cielo y la luna. Por mí que se jodan, no prometo una mierda ni ando con cursilerías. Mi querida hermana me cayó a golpes a mí. Pero con ese imbécil que casi la besaba no hizo ni pio. Me calmé y me metí en mi papel. Sahi, Sahi. No voy a negar que me cabreo y me dolió ver qué prefirió a Adirael que, a mí, pero cómo le dije esa sería la única vez. No dejaré que esté con él. No confío en él, es mi enemigo, sabe mucho y por eso jamás volví a contar mis cosas. Porque un día, ese maldito fue mi amigo mi confidente y todo fue una trampa para mí, él..., siempre supo todo desde que decidió ser mi amigo. De mi grupo solo a Noel, lo considero un amigo leal, pero el malnacido pelo malo tira para Adirael, ya que también fueron amigos. Ese día decidió por mí, soy un mal
—¿Por qué haces esto? Después me humillarás y harás como si nada paso Santiago — sollozo mirando sus ojos.—Perdona pequeña, eso no pasará más. Si tú prometes alejarte de aquel, imbécil —deja un beso en la punta de mi nariz y su mano se cuela bajo mi sudadera, sus dedos acarician mi piel llegando a uno de mis pechos y toma entre sus dedos suavemente mi pezón.Padre..., me hace cruzas mis tobillos. Es una trampa Sahi, aléjalo, ten dignidad. Te llamo facilona. No lo dejes. Me animo, mentalmente, pero tenerlo así me hace enloquecer.—Santi...— un gemido me delata y sus labios están tan cerca de los míos, mechones de su cabello roza mi cara y su mano no se detiene magreando mi pequeño ceno —, ¿bajo un poco más? —gruñe en mi oído.Asiento con la cabeza, mi intimidad está que estalla y eso que solo toca mi pecho.Señor que estoy haciendo. No, Sahily. Detente.—Me encanta tu olor, Sahily. Siempre digo que lo detesto, pero no es así. Me gusta tu olor a caramelo. Su mano toca por encima de m
¿Por qué eres tan difícil, Sahily?Nunca pensé que tendría el valor de volver a tocarla de esa manera. Me puso duro, tanto así, que ni la jodida paja que di me alivió. Llamé a Zacarías, para salir un rato.Estoy llegando a recogerlo, está sentado en una de las calzadas de su casa. Al verme se pone de pie, poniendo sus manos en su cintura y moviendo sus caderas como una tía.—Hola, nene... Lista para darte un buen oral — bufoneó, apoyado en la ventanilla de coche y rompe a reír—, cabrón, con esa voz tan sexy, me dejaste excitado.—¡Cállate la jeta, Zac! Y entra al coche, si no te dejo y voy por el correcto de Noel —lo amenazó.—Ya, ya…, era broma — ríe y sube al coche.—¿Quién estaba cerca de ti..., Sahi? — pregunta.Me muevo incómodo y no respondo.—¿Santiago, pasa algo que debería saber? — indaga, mirándome fijamente con sus ojos verdes.—No joder, no. Era una tía que me tiene mamado y tuve que fingir que me vería con otra.Frunció el ceño y encendió un cigarrillo.—Como tú digas, he
SantiagoEstar en esa oscuridad es lo peor, quieres salir de ella, pero no puedes. Las voces llegan incitando a acabar con mi vida, no tienes apetito solo quieres que todo acabe, quería salir de ella, quería ir con Sahi. Pero, desistí, en cada intentó, pasaba por su habitación en la madrugada para verle dormir. Me gusta lo frágil que se ve, me duele que sea mi hermana.Me jode, todo lo tenga que ver con ella, me dan celos ver cómo mi padre se desvive por ella, calmando sus demonios de culpa.Hoy tenemos reunión en casa de tío Maikol, todos se están arreglando. Los chicos estarán también en la reunión, ya que Arón los invitó. Aunque la reunión es familiar, pensamos irnos de fiesta al finalizar la cena, Nikel tiene una buena, preparada en su casa. Sus padres salieron de viaje y eso solamente significa; licor, mujer y sexo.Después de vestirme paso por la habitación de Sahi, hace mucho que no la veo. Bueno despierta, porque nada más la veo cuando está dormida. Al abrir su puerta lentamen
¿Si pude meterme en la boca algún bocado de comida?, no, pude. Cada vez que levantaba la mirada, señor-ojos - amenazantes, me estaba observando. Sé que me toca una ronda buena de preguntas, al final, no le presté más atención. Miraba a Sahily como reía con los chicos, y aparecían sus dos hoyuelos en su mejilla izquierda —Esos hoyuelos —, y mi padre, no quitaba la mirada de encima de ella. Su princesa tiene muchos zamuros encima de ella, y lo peor, son mis amigos. Reía por dentro, al verlo tan celoso, después de terminar de comer, pasaron las horas y decidimos irnos. Evité todo lo que pude las miradas de tío Bryan, esas que dicen “Sígueme o ya verás"Busco a mi madre está junto a tío Maikol, y tía Patricia.Paso mi brazo por la cintura de Sara y beso su cuello. Su piel se eriza y gira a pegarme con su cartera. Jodida maña está teniendo.— ¡Madre, hay personas..., por favor! — levanto mis manos para protegerme la cara —, me voy con los chicos, no sé si regrese a dormir. No le digas a m