Horas después... —Mejor este mi niña, pero mira te verás como toda una mujer que eres— Patri, le señaló a Sahily el vestido que le trajo y, que según ella el que yo le diseñe es para una niña. — Sí, claro. Toda una mujer tía, y no tengo ni pechos ni pompis para levantarlo —se cruza de brazos y hace un puchero mi niña—, hasta Pilar tiene más cuerpo que yo. —He, he, ¿yo, qué? —refunfuña Pilar, que va saliendo del tocador. Estirando su pequeño vestido rojo, de tirantes finos cruzados en su pecho y obvio, esa niña tiene un cuerpecito de infarto para sus catorce años, es la copia de su madre con sus mismos ojos verdes, pero con el cabello del color castaño como el de Bryan—. Nada metiche. Pilar niega y se ríe mientras toma asiento en una tumbona que está cerca del ventanal. —Yo te pido calma querida prima. Y no te desanimes, yo creo que este año si te desarrollas y podrás tener algo como esto—Pilar se sube sus pequeños pechos haciendo monerías. —¡Cállate! Todos los años me dices lo m
Todos se encontraban reunidos, miles de invitados estaban presentes para la celebración de los quince años de los mellizos, los amigos de los chicos tenían una mesa aparte y solo sus risas se escuchaban, aunque casi todos eran amigos de Santiago. El señor Lombardy se encuentra junto a Greta y Julián, charlando a la espera de su nieta. Maikol y Daniel, estaban juntos al lado de Bryan, que sostenía en sus brazos a su nuevo regalito de tres añitos llamado Brayan. Está muy orgulloso de su primer hijo varón. Todos bebían y reían. Margaret, esta vez Samuel, le prohibió trabajar porque ella y Fabián eran parte de la familia. Las niñas estaban junto a Patricia, y solo faltaba Sara y Sahily que bajaran. A Samuel no le cabía la felicidad en su pecho, solo moría por ver a su niña bajar las escaleras con su hermoso vestido. La música comienza a soñar y se apagan las luces, unos pequeños reflectores de colores azules y violetas apuntan a la escalera que da al patio trasero, todos comienzan a apla
PROLOGO Podría decir que tengo la familia perfecta, unos padres que amo con todo mi ser, pero... No es así, dicha persona no la hace que sea perfecta; mi hermano mellizo. Compartimos el mismo vientre, fuimos hechos con todo el amor que una pareja se pueden dar, aunque Sara no fue el primer amor de mi héroe; lo fue mi madre biológica que me llena de orgullo. Al crecer recibía malas miradas por mi apariencia, pero yo solo quería una mirada, una sola, de la persona que, aunque más me esforzará, nunca me miraba de la forma que yo deseaba. De niña quería su cariño y su amor de hermanos, pero siempre sentí que me odiaba. Crecimos juntos, pero a la vez separados, podía sentir su cariño hacia mí, o su protección, pero a su manera. El día que al fin tuve esa mirada, mi corazón golpeó de una manera exagerada mi pecho; ese día subí al cielo, pero baje de un solo golpe con sus palabras, que salieron como dagas a mi corazón y, aun dos años después, no logro olvidar, esas palabras me h
“Bicho raro Arón se coloca en el medio del camino de Sahily, haciendo que ella golpeé con su pecho. —¡Oh, perdón! Lo siento, lo siento. No fue mi intención — Sahily nerviosa, comienza a disculparse sin levantar la mirada y con sus manos agarra con fuerza su paraguas. Arón, ríe jocoso y levanta su barbilla—. Tranquila, chocolate blanco. Soy yo. Sahily, respira hondo y sonríe levemente perdiéndose en el gris de sus ojos. —¡Juro que me va a dar el mimisqui, Arón! El cabrón de Santi, me dejó botada y Dios…, todos me miran — explica mientras se oculta con su morral. Arón pasó su brazo por sus hombros y besó su sien. —Ignorarlos y caminar a mi lado. — le sugiere, en eso los alcanza Pilar, que llega echando grititos. Y agarra a su amiga de los hombros. —¡Sahi, no sabes lo feliz que me siento porque estás aquí, lo pasaremos súper!— alega alegremente su prima, empuja a su primo Arón y entrelaza su brazo con el de ella —, marica, estás podrida al perfume de Santi. Sahily ríe, por la ca
En eso escucha una voz ronca y un aliento tibio en su oreja. —Sí, lo pensaste en voz alta y yo…, también lo escuché, bicho raro. Sahily respira profundo y gira en su asiento, muy firme con su barbilla en alto, chocando con la jodida sonrisa arrogante de su hermano. —Lamento informarle a mi querido imbécil. Que no solo usted inunda mis pensamientos— aclara muy firme y Pilar niega por la estupidez que ha dicho. Santiago se cruza de brazos y niega. —Entonces, si piensas en mí. —¿Qué? No, yo no... Mejor déjame en paz Santiago — responde nerviosa analizando lo que dijo minutos atrás. —Que no se entere nuestro padre de los pensamientos pecaminosos de su querida hija— dice burlón. —Eres un maln... — ¡Chicos, chicos! ¡Por favor, continúen en su casa con su pelea por Dios, es el primer día de clases! ¡Paz, por favor!, y tú Santiago, cállate y aleja tus malas vibras de nosotras— Pilar lo fulmina con la mirada y toma la mano de su prima. —Tranquila, nada más ignóralo. Las dos horas d
Dos clases después ya todos están saliendo para sus casas. —Sahi, nos vemos mañana — se despide de Pilar.—Pilar, se me olvidó preguntarte ¿por qué estabas molesta en el salón?—A que no adivinas, Marcos me dejo, el castaño con el que hablaba. Pero, bueno, no hay mal que por bien no venga. Total, este caramelo no está para llorarle a nadie —responde con chulería mientras lanza su cabello castaño hacia atrás con elegancia. Le guiña un ojo y se va. A lo lejos Sahily logra ver a su tío Bryan, traga grueso, ya que su tío muy poco la pasa. Lo saluda con un movimiento de su mano y este solo asiente. Respira profundo y comienza a caminar por los pasillos, se consigue a su hermana que viene con Melanit, riéndose por algo.—Eh, Sam. ¿Has visto a Santiago?, ¿Sabes dónde lo puedo encontrar?Samantha levanta una de sus cejas y Melanit le da un empujón.—Hola, Sahi. Ya nos íbamos, mi padre nos espera afuera. Santiago debe estar en el campo de entrenamiento— le responde con cariño. Sahily asient
—Sahily—El camino a casa fue silencioso, me sentía incómoda. Sentía la mirada de Santiago encima de mí, varias veces. ¡Joder! Ahora como me saco tremenda película de la cabeza.Su cuerpo, sus músculos ¡Dios mío!, pero a la vez siento repulsión al ver con quién era. Al llegar a la casa, me sentí algo tranquila porque nuestros padres habían salido. Se me hace fatal fingir delante de papá, Samantha no estaba en casa tampoco.Nunca vi a Santiago en pleno acto sexual con alguna chica, pero si logro escuchar todo, ya que su cuarto está justo al lado del mío. Y hace desastres cada vez que logra meter alguna chica. No he salido desde que llegamos del instituto ni siquiera he comido algo, ya van a hacer las cuatro de la tarde. Mis manos están frías, son mis niveles que están bajos debo comer a la hora, pero no creo que pueda sostener la mirada a Santiago. Escucho la puerta abrirse debe ser mi padre, quitó el acolchado que me cubre por completo. —¡Papi! —exclamo, pero quedó helada no es mi
Al final mis pies no tocaron el suelo, me sentó en un escritorio, agarro mi cabeza entre mis manos. Todo me da vueltas y un fuerte dolor palpita en mi sien, en eso siento las manos de Santiago encima de las mías.—¿Estás bien...? —sus manos están calientes no quiero mirarlo a los ojos—, vamos Sahily, responde.—Sí, sí. ¿Para qué me traes aquí? Apartó sus manos y miro hacia otro lugar. El salón está vacío y la puerta cerrada.—Para hablar —Se encoge de hombros y sigue mirándome con sus jodidos ojos bicolores.—¿¡Ahora me dirás de quién ser amiga y, de quién no!? — gruñó y me cruzó de brazos para sentirme más segura.Levanta una ceja y se acerca mucho más. Siento que mis mejillas estallaran. Sus grandes manos abren mis piernas para colocarse en medio de ellas.—San...— me colocó un mechón de cabello atrás de mi oreja y acarició mi mejilla.—Así te odié, Sahily. No quiero que te equivoques de amistades Adirael, no es buena persona, por algo nadie está a su lado —Sus ojos me ven fijamente