•Sara• No sé si estoy loca, o fue un sueño, pero sentí su loción. El calor que emanaba su cuerpo, quería despertar y abrir mis ojos, pero no podía. Siento miedo por lo que pueda pasar, Greta sabe todo y a estas alturas, imagino que tío Manuel también. No sé cómo lo miraré a la cara, al hermano de mi padre. Trato de levantarme, siento un leve mareo, vuelvo a sentarme en la cama. —Caramelo de mi corazón— entra Maikol en la habitación, se acerca y me deja un beso en la coronilla y se coloca en cuclillas frente a mí—, no seré la persona que quieres a tu lado, sin embargo, estaré para ti. Lo siento, por llevar a mi madre, insistió que quería verte y, al final, acepté. Me siento peor al verlo así de mal, él nunca me dañaría a propósito y sé, que no tiene la culpa de todo lo que pasó. —No, adonis—acaricio su mejilla, perdiéndome en sus ojos cafés—, no tengo nada que perdonarte, algún día saldría a la luz y ahora siento miedo. —Yo también, solo dejemos que el barco tomé el curso, que d
•Samuel•No lo pensé más y la saqué en brazos de la quinta, el vigilante me gritaba que llamaría a su señor.¡Me valía mierda!Abro la puerta del copiloto en un moviendo rápido y la subo en mi coche y salgo a toda velocidad de ese lugar. La escucho llorar, pero no salen palabras, ¿qué mierda estaba haciendo todo este tiempo?, su hermoso cabello rubio está más opaco, su piel luce algo pálida y ni hablemos de su peso, sentía que cargaba una pluma.Está mal, muy mal y mi Hijo también lo debe estar, no quiero ni pensar lo que debía estar pasando, encerrada en su casa. ¿Qué clase de personas son esas? ¿Qué padre deja a su hija caer en ese estado?Observó que se trataba de calentar con sus manos, elevó un poco más la calefacción y estiró mi brazo a la parte trasera tomando un saco.—Póntelo.—G-gracias, Samuel —se cubre con el saco y trata de peinar su cabello—, puedes prestarme tu teléfono, para llamar una amiga.—¿Para qué llamarás a una amiga, Zachary?—No quiero molestarte, ni que creas
Narrador omnisciente Las horas pasaban, la noche se iba poco a poco. En el primer panorama se encontraba Sara, pegada como una lapa a su primo, tratando de imaginar que era Samuel. Al final, logró conciliar el sueño y Maikol se mantenía en silencio. Nada más le rogaba a todos los santos que Samuel no volviera a cargarla, pensaba en su madre también, debía darle un voto de confianza, de la misma manera que se la dio a su primo. En el segundo panorama, los gritos de la rubia despertaron de golpe a Samuel. —¡Déjame! ¡No, no! ¡Por favor! Samuel se acerca tratando entender, la rubia se retuerce en la cama, está sudada y su cabello se pega a su rostro. —Shh, es una pesadilla— le susurra, peinado su cabello con sus dedos. La rubia sollozó, minutos después se calma, su respiración que poco a poco se normaliza. Samuel levanta un poco su camisa, ve ese pequeño bulto, posa su mano en su vientre y cierra los ojos, en el proceso pidiendo perdón. Sí es su hijo, ha sido el padre más hijo de
Samuel termina haciendo lo nunca había hecho a sus veintiocho años, nunca despertó con otra que no fuese su hermana. Se sentía el peor ser, al despertar al lado de la rubia, las pesadillas no la dejaban dormir. A Samuel, algunas cosas que ella murmuraba lo dejó pensativo. —Ya estoy lista, ¿me podrías decir a dónde iremos? Samuel la detalla unos minutos y Zachary también lo hace con él, no puede evitar no admirar al monumento que tiene al frente, bajo ese traje ajustado. —¿Con quién soñabas? —La rubia, se mueve incómoda. —Te pregunté primero, ¿a dónde íbamos? —Vale, no respondas. No pienses que dormiré contigo cada noche, no volverá a pasar y, como ya está todo claro, vámonos Zachary, yo tampoco responderé tu pregunta. La rubia se siente algo dolida al oírlo, al final, ella no le pidió que se acostara con ella, por qué ella sola, siempre a luchando con esas noches oscuras. •Sara• Estamos en la entrada de la clínica en donde fui ingresa, entrelazo mis dedos con los de Patricia q
•Samuel•Llegamos a la clínica y canceló la consulta con el obstetra, nos mandan a esperar en el pasillo. Necesito salir de esto, para ir a ver a mi pequeña.Me mantengo en mis pensamientos, no pasó más palabras con la rubia, nos llama el doctor, me cabreo cuando dice "Señores Cruz" por qué supone que es mi esposa, lo pasó por alto, noto un pequeño gesto en el rostro de Zachary al levantarse y le colocó mi mano en su espalda baja, sonríe con pena y pasamos al consultorio de ecografía.El doctor le pide que se ponga cómoda, y me mantengo de pie, incómodo, nervioso, no sé, ni qué jodida mierda me pasa.La rubia se alza el vestido y sus bragas quedan a la vista—esto no podía ser peor—, le aplica un gel en su pequeño vientre, mientras le pasa un aparato por su vientre.—Veamos, veamos—deslizó una leve sonrisa el doctor.Recorre todo el vientre de la rubia y toca algunos botones, observó cómo se pone más serio y frunce su ceño.—Están algo bajo de peso y la mamá también.¿Están?—¿Se habí
Todo está en tensión, vamos en silencio. Patri y yo, intercambiamos miradas. —Dime, Sarita. ¿Se mudaron tú y Sam? Porque esta es otra dirección—fija sus ojos grises, en el espejo central para mirarme. —Emm, no, Daniel. Solamente estoy viviendo por unos días con mi primo, ya sabes, Samuel está muy ocupado en las editoriales y no me gusta estar sola. —Umm, ya. No me comentó nada, en estos días estuvo en el club con tu primo. ¿Maikol? No puede ser, él no ha salido estas noches. —¿Con Bryan?—pregunto dudosa y de reojo veo como Patri se endereza en su asiento, alerta para escuchar su respuesta. —Sí, claro. Con quien más—bufó. —Sino sufres de amnesia, Don Daniel. Bryan tiene un gemelo, tal vez... Te confundes—refunfuño Patricia, mientras en su cara se dibujaba una mínima esperanza que no fuese Bryan. —Mira, colorete andante—gruñe, Daniel, mientras la asesina con la mirada—. No tengo amnesia y sí, era Bryan, yo mismo lo, guíe, dejándolo con Samuel. Estoy más que seguro que sé diferen
•Sara•—Sam… Lo siento. Te engañé, estuve con alguien más.Mi corazón se quiebra y miles de fragmentos caen al verlo, destruido y desorientado, no lo puede creer.Se viste y comienza a caminar de un lado, las venas de su cuello se marcan por completo, me come con la mirada que está llena de ira.Lo estoy hiriendo y también salgo herida en el camino, es la única manera que consigo para alejarlo.Él es fuerte y esos angelitos merecen una familia normal y con Zachary la tendrán.A veces, el camino del amor es largo y tortuoso. El nuestro fue una carretera llena de baches; desde el primer momento que decidimos seguir la vía de este amor imposible.Sam se acerca y me toma de los hombros con fuerza.Sus ojos están cristalizados.—¡No me jodas, Sara! ¡Dime que me estás jugando una broma!Niego, no me salen las malditas palabras.—¡Habla! Tú no pudiste hacerme algo así ¡No! ¡No! ¡Eres mía, Sara! ¡No es verdad! ¡Me estás mintiendo! —me suelta y tira de sus cabellos.Está entrando en la locura,
•Sara• Unos brazos me envuelven, por un momento pienso que es Sam. Pero al abrir los ojos, son delgados, me apoyó en ella y lloro todo lo que debo llorar, quiero secarme, no derramar una lágrima más. Solamente recuerdo su mirada de dolor, desprecio y asco que gritaban sus ojos miel, ese amor quedó destruido en segundos. Perdí a mi amor y a mi hermano. —Shh, estoy contigo bebé. Esto pasará, sí. Estaré a tu lado, no te dejaré sola. —Lo hundí, Patri. Le mentí, le dije que estuve con otro, era la única salida—sollozo—, él nunca me perdonará. —Bien, merecido lo tiene— masculló entre sus dientes. Maikol me abraza, tratando de sostener las pocas piezas que quedan de mí. —Sara, no te preguntaré qué pasó, pero ya estoy mamado de esta relación que tienen. No sé qué más debe pasar, desde hoy, todo queda atrás —Levanta mi barbilla para verlo a sus ojos—. Es hora de seguir, de vivir. —No sé si podré estar sin él. —De la manera que lo hiciste estos días. Juntos, lo lograrás a mi lado. En