•Samuel• Seguimos en la sala de espera, han pasado dos horas, Daniel se fue y nos trajo ropa. Seguimos esperando noticias.—¿¡Por qué mierda no dicen nada joder!?— tronó Bryan, levantándose de golpe y camina para la recepción.Es la segunda vez que va, yo fui cinco veces y me amenazaron que me sacarían de la clínica el doctor Montenegro, se trasladó a la clínica y estoy un poco más tranquilo. El detective DiMaggio se planta frente a nosotros, su rostro está neutro, sin ninguna expresión y su mandíbula tensa.—Me acaban de informar que atraparon a Manuel Cruz, tratando de salir del país—Greta queda congelada en su sitio y comienza a llorar. Bryan, empuña sus manos—, compró un boleto para Argentina, solo esperaron que llegara al aeropuerto y fue arrestado.“Manuel, al final si tenía que ver con el secuestro de Sara”—Espero que esta vez no lo dejen libre— tronó de la peor manera y sostengo la mano de Greta.—En este momento mi compañero lo está interrogando. Espero que la señorita Sara
—Sam…—Me alejo un poco para contemplar sus hermosos ojos, esos que tenía miedo de no verlos nunca más, se abren lentamente y hace un gesto de dolor, envuelvo su mano por completo entre las mías—, creí que eras una alucinación cuando te vi —toma una pausa para hablar—, de esas que ves cuando vas a morir.Su labio inferior comienza a temblar y sus ojos se llenan de lágrimas.—Shh, no llores, cariño. Estás a salvo, todo acabó y no era una visión, porque estoy aquí contigo —susurro y sonrió con amor, mi pequeña.—¿Qué pasó? ¿Cómo me encontraron? —tose.—Cariño, no hables mucho. Habrá tiempo para contarte todo, Sara. Lo que importa es que estás con nosotros.—Tenía mucho miedo, Sam. Pensé que iba a morir entre las manos de z…— no termina de completar su nombre y rompe a llorar, qué barbaries le haría ese malnacido.—No llores, cariño, te buscamos día tras día. ¡Joder, estaba ahí mismo, pequeña! Perdona— sin más dejo salir mis lágrimas, acerca su mano a mi rostro y las limpia con la yema de
•Sara•El tiempo que Zac me tuvo cautiva fue una tortura, enterarme de que está muerto, no me da felicidad, pero sí tranquilidad. Sin embargo, todas las noches tengo pesadillas de él, con su sonrisa desquiciada mientras me tocaba llega, me despierto pensando que aún estoy en sus manos.Lo siento mucho por su padre y hermana, al final él era parte de su familia y debe doler, yo no me imagino una vida sin Samuel. No había pensado más en la rubia, ni en sus bebés ojalá pueda vivir y así poder limar asperezas, porque si ella lo permite quisiera ser parte de la vida de ellos, también le pregunté a Patricia por Maikol y la note algo nerviosa, me dijo que no lo dejan pasar y que sigue convenciendo al doctor.—¿Se puede?—Sam— estiró mi mano y él la tomó dándome un beso en ella.— ¿Cómo te sientes, cariño? — pregunta y su otra mano deja acaricia en la mejilla. Sentir su tacto me hace caer en cuenta que no, no es un sueño, está a mi lado.—Bien, me duele el pecho, pero el doctor me dijo que es
Los días pasaron, Maikol fue dado de alta, puede seguir mejorando desde casa. Logró ver a Sara, y la sentí más feliz de verlo a él que a mí, su amor por él, lo evaporaba por sus poros y sobré en ese momento, los deje solos. Patricia viene cada dos días y Bryan, bueno, parece un alma en pena, viene todos los días, solamente se sienta a mi lado y pasa horas de esa forma hasta que se levanta y se vuelve a ir. Greta se turna conmigo para cuidar a Sara mientras tengo que ir para la editorial, Margot sí tuvo que ver en todo lo que le pasaba en las editoriales, pero vino a mí pidiendo perdón y no podía encerrarla en la cárcel, así que la deje libre con la condición de que jamás se aparezca en mi camino, ni en ninguna de las editoriales.El detective DiMaggio días después interrogó a Sara. Ella le dijo todo lo que pasó y sobre Manuel, se abrió un caso como cómplice de secuestro. Ninguno de sus hijos ha ido a verlo y creó que ese será su peor castigo, aunque lo dudó por qué un ser miserable com
Cuanto más te puede joder la vida, cuanto más te pone a prueba. Entramos en noviembre, han pasado más de una semana y Sara sigue en coma, es como si no estuviese con nosotros, cada día está más frágil. Mi fe se agota, y su cuerpo está con vida gracias a las máquinas. No hay un día que no le pida que luche un poco más, le susurro pegado a su oído y le digo cuanto la amo, pensando que de un momento sentiré su risita por las cosquillas que le causó con mi barba, pero no sucede. Me realicé las pruebas y obviamente no era compatible para ser su donante. No fue fácil, casi amenacé al doctor Montenegro, para que me los realizará, porque solo una persona fallecida puede donar su corazón y pulmones; era obvio que yo contaba con buena salud y estaba con vida. Sin embargo, fue Maikol, mi cable a tierra. Ya qué, ese mismo día la locura se apoderó de mí e intenté quitarme la vida para ser su donante, Maikol llegó y me detuvo antes de hacerlo, convenció al doctor y si era compatible el mismo me ay
_______________________~•Segundas oportunidades•~ ________________________ El señor Lombardy, se mantiene a mi lado leyendo algo que tiene entre sus manos y, los chicos llegan y le explicó lo que está pasando, les pido que regresen dónde está Sara y Maikol no obedece y se sienta alejado. Observó al Sr. Lombardy caminar hacia el quirófano, toca la puerta y sale una enfermera. Él le entrega una carpeta y se da la vuelta, noto las veo lágrimas caer por sus mejillas y trata de disimular.No me acerco, porque sé que es un señor muy difícil y no soy fácil tampoco. Solamente ruego que todo esté bien. ¡Joder, deben estar bien! Pasa media hora y no tenemos noticias. El Sr. Lombardy, llega a mi lado y, sus ojos azules grisáceos, me miran con una gran tristeza.—Mi princesa, sabía lo que pasaría o tal vez lo presentía— murmuró, apretando su mandíbula y mirando hacia arriba un momento para continuar—, solo es cuestión de tiempo para que nos den la mala noticia — suelta de golpe.—¿¡Pero… qué m
—Nuestra hija será tu viva imagen, siento que así será, Zachary—murmuro y sonrió deseando con todas mis fuerzas que, en otra vida, ella tenga todo ese amor que tanto deseo. Salgo de la habitación y una enfermera me llama, me extraen la sangre para saber si puedo donarles a los bebés, Maikol, está afuera esperándome. —Ya se llevarán a Sara —me avisa. Caminamos a donde está Sara y Patricia tiene sus ojos rojos y Greta igual. Patri, se acerca y me susurra un lo siento y me abraza. Entró a UCI y, varios enfermeros prepararán a Sara, sostengo su mano entre la mía y uno mi frente con la de ella. —Cariño, todo estará bien. Se fuerte porque, al salir de aquí, nos toca una larga vida llena de felicidad y sobre todo muchos pañales— le murmuró y sonrió al decir lo último, sé que ella los amará con la misma intensidad que yo. Se la llevan y todos nos quedamos en la sala de espera. Bryan llega y me da un abrazo, se sienta al lado de Patricia y ella no duda en apoyar su cabeza en su hombro, Gr
5 años después…Hoy, como todos los años, celebramos un año más de vida a mis pequeños luchadores. Cada año experimentamos ese sentimiento agridulce, porque un 6 de noviembre la vida me regaló la dicha más grande de convertirme en padre, sin embargo, también dejando un vacío que se llena poco a poco sin caer en el olvido. Estos cinco años no fueron fáciles, fue una montaña rusa de emociones de altos y bajos, un año muy difícil, casi viviendo entre las paredes de las clínicas, pero como dicen; “no hay mal que dure cien años” Los mellizos, mis dolores de cabeza, pasaron varios meses en retén de neonatos, poco a poco subieron de peso y ya podía respirar por sí solos, Santiago, mi gruñón fue dado de alta primero que mi traviesa.Ese gruñonsito, joder, parece un viejo en un cuerpo de niño. Mi orgullo, eso es mi hijo. Muy maduro para sus cinco añitos, para todo tiene una respuesta directa y una inteligencia que lo sobrepasa, no obstante, lo que más me sorprende es la capacidad que tienen do