Cuando pasaron dos horas de caminata, Noemí comenzó a abrir los ojos. Se sintió calidad, y cómoda.
—¿Qué pasó..? —preguntó un poco mareada.—¡Descansen..! —ordenó él, y todos se sentaron en los troncos y en el suelo.—Te encontré desmayada.La soltó, dejándola en el suelo apoyada en contra de un árbol.—Vomité, me sentí muy mal en ese día y en los días anteriores.—Estás embarazada —comentó él como si nada, mientras toma un poco de agua.Noemí, abre la boca sorprendida, sin haber esperado algo así.—¿Qué? tiene que ser un error.—No lo es, tienes una criatura nuestra dentro de ti.—¿Estás seguro?, pensarás que es de Francisco —dijo en tono sarcástico, mirando hacia otro lado.—No, tiene la mezcla de nuestros olores, y centro músculo extraño por aquellas criatura —mencionó, y tocó el vientre femenino que aún estaba muy plano. Ella lo vió sonrojada, al ver la mirada que éPor ese motivo tenían la esperanza de que nada hubiera ocurrido. Cuando pasó el tiempo, finalmente llegaron. Detrás de unas grandes montañas, para alivio de todos aún estaban los nuevos trabajando con normalidad, algunos incluso bailando, otros con tranquilidad.Al llegar todos se quedan completos silencio y, el jefe de la manada de luna roja, apareció.Para sorpresa de Noemí era una mujer.—Estamos en peligro... toda nuestra naturaleza lo está.—Lo sé, esperaba que viniera señor Alfa. Es un honor para mí. —Tenemos que unirnos y luchar contra...—Nosotros los lobos de luna roja, somos valientes, pero también aceptamos que no queremos poner en riesgo nuestra familia. El jefe dió un paso adelante.—Lo sé, pero nosotros somos muy pocos, tenemos que unirnos. Los clanes de brujas y vampiros no van a destrozar.—Lo sé, pero...—Por favor... necesitamos su apoyo y solo espero que puedan e
Noemí se alejó del claro en el bosque, dejando atrás a Lío y la manada de lobos que hablaban de una amenaza inminente. Lío, el Alfa de luna roja, la miró mientras se marchaba, sintiendo un nudo en su garganta. Aunque el peligro se cernía sobre ellos, su mente no podía evitar divagar hacia Noemí."Noemí...", susurró con dolor.Mientras Lío se perdía en sus pensamientos, el vampiro que había estado escondido en la oscuridad durante la reunión de la manada se acercó sigilosamente."Alfa Lío, pareces preocupado por algo más que la amenaza que se avecina.", murmuró una voz misteriosa y gruesa.Lío se sobresaltó ante la voz del vampiro y se giró hacia él, los ojos dorados de este último parecían destellar con malicia."Tú, ¿qué haces aquí?", interrogó tragando saliva, sin comprender su presencia."Estoy aquí para disfrutar del espectáculo, por supuesto. Y, por lo que veo, la partida de Noemí te afecta más de lo que estás dispuesto a admitir.", murmuró divertido Damián."No sabes nada sobre
"Paredes grises, humedad. Un goteo extraño parecía provenir de algún rincón. Todo eso era lo que escuchaba, con cada latido de mi corazón que no se calmaba. Sentía frío en mis rodillas, mis piernas y mis manos. Levanté los brazos y yo. abracé a mí misma. Mi cabello estaba enmarañado, sucio, y más de lo que me gustaría admitir, cayó a mi lado. De mi propio cuerpo brotaba una extraña sustancia que prefería no averiguar de qué se trataba.Pero más allá de todo, me sentí triste. Deprimida y asustada sin saber dónde estaba o hacia dónde iba. No tenía idea. Solo recuerdo que, cuando me uní a un vampiro, cuyo nombre aún desconozco, me desmayé y desperté en esta habitación solitaria. Me sentí triste y desesperada, con una puerta enorme de metal que me daba escalofríos. Mis ojos se llenaron de lágrimas, y solo esperaba recuperar la compostura en algún momento.Quería saber dónde estaban, pero era difícil. Decidí ponerme de pie, comer y dejar de lamentarme. Miré la gran puerta, que estaba hecha
Dobló por el pasillo de la derecha y siguió avanzando. Me sorprendí lo grande que era este lugar; Creo que uno necesitaba un monopatín para moverse más rápido, ya que si tenías prisa, no llegarías a ningún lado."¿Hay… muchos baños aquí?", preguntó, curiosa e imaginando que si me daban ganas de ir al baño en el sur del Castillo y el baño más cercano estaba al norte, sería un problema."No se preocupe", respondió, ignorando completamente mi pregunta.Pronto llegamos a un comedor. Era tan elegante, muy diferente de lo que había imaginado del resto del Castillo, lo que me sorprendió."¿Y yo por qué estoy en la cárcel mientras el castillo es tan bonito?" preguntó."¿Qué quiere comer?", quiso saber, ignorando por completo mi pregunta.No me quedó más remedio que suspirar y decir, "¿Tiene carne asada con puré?", preguntó.Él asintió, "Ahora se lo traeré, señorita", y se alejó.Estire las manos acariciando la mesa de roble macizo. Era larga, miré de izquierda a derecha y calculé que tenía un
“Lío…”Echaba de menos a Lío a pesar de todo, deseaba estar con él. Susurré en la oscuridad, mientras las paredes en parte me reconfortaban y en parte me llenaban de pesar y nostalgia. El silencio de la noche era mi compañero, no me abrumaba, al contrario, me relajaba. Con un suspiro, un poco pretencioso, cerré los ojos, y al abrirlos, me sorprendí por la conmoción que sentí ante todo lo que estaba sucediendo. Me pregunté si en algún momento podría volver a creer y confiar, lo que me llenó de una intensa incertidumbre.No sabía lo que pasaba cuando sentí un golpeteo muy fuerte que me hizo sobresaltar y ponerme de pie."Hola", comenta, asustada, mientras la reja se abre abruptamente. Era el vampiro, que me miró a los ojos y, para mi sorpresa, me besó.Luego se separó de mí y dijo: "Vengo a poseerte"."¿What?" Pregunté, sin entender sus palabras, y nuevamente me volvió a besar. Era atractivo, pero me resistí y di un paso hacia atrás."Aléjate", dije, sintiéndome incómoda."¿Piensas que
Una de las primeras cosas que hice fue mirar hacia la ventana y preguntarme por Lío, preguntándome si volvería. No sabía qué hora era, pero cuando me desperté aún era de noche, lo supe por la ventana. Estaba aburrida y no sabía qué hacer, ya que en la celda dormía casi todo el día, y ahora que mi sueño se había roto, me sentía inquieta.Me di la vuelta, dispuesta a ir a la puerta, pero entonces pensé: "Dudo que esté abierta". Bajé la mano y decidí no intentarlo, sabiendo que seguramente me habían encerrado. Entonces me detuve y pensé: "¿Y si no es así?" Lo pregunté en voz alta y me acerqué nuevamente al pomo de la puerta. Para mi sorpresa, giró y pude abrirla.Lo que más me llamó la atención fue el jardín. Había una enorme luna llena, preciosa, que me hizo estremecer. Empecé a correr, atravesando el largo pasillo y finalmente salí por la puerta del jardín. Al pisar el suelo descalza, me estremecí y sonreí con una gran sonrisa, mirando hacia el cielo."¿Ya te quieres escapar?", pregunt
Por primera vez en la vida, me sentí como si fuera una princesa en un lugar bonito. El atardecer se convirtió en un momento especial, y el día, en el que aún no había comenzado a florecer, se desvaneció. En la habitación, pensé en Lío y en que el vampiro había enviado a sus amigos para cuidar la zona. Los lobos se habían marchado, pero me quedé pensando de reojo en la herida que había sido curada con la sangre de los vampiros. En ese instante, me di cuenta de que Damián no era tan malo como aparentaba serlo.Abro la puerta y decidió explorar el castillo de noche, ya que no había tenido la oportunidad de hacerlo durante el día. Me asombra cómo el vampiro me protegió. Avanzo con sigilo hasta llegar a una enorme biblioteca que es tan extensa que mis ojos brillan. Me acerco, tomo un libro al azar y comienzo a leer sin prisa, sintiendo que en ese momento, todo podría ser mejor. Mi sonrisa se ensancha tanto que siento lo que verdaderamente es la felicidad. A pesar de que mis días a menudo s
Damián respondió: "No, eso es una antigua leyenda. De hecho, el sol no me afecta, como habrás notado". Quedé sorprendida por su respuesta, y él sonó mientras me ayudaba a recostarme y se quedó mirando hacia la ventana.Pregunté si iba a dormir, curiosa, y él respondió: "Tengo que protegerte, aunque haya otros vampiros. Los lobos son rápidos, pueden llegar en un pestañeo, y son fuertes. No creo que te hagan daño, pero hay lobos de otras manadas". que pueden estar detrás de tu compañero". Mencionó la palabra "compañero" con desagrado.En ese momento, me preguntó si extrañaba a Lío, y con sinceridad, susurré: "A veces, sí". Damián dijo:"Tú no sufres por eso". Luego me di cuenta de que mi loba se había quedado dormida, ya que últimamente no me habló. Le dije a Damián:"No, no lo hace". Él murmuró que podría ser debido a que me había marcado, y eso me dejó intrigada.Espero que esta revisión sea útil. Si tienes más preguntas o necesitas más ayuda, no dudes en preguntar.Damián repitió: "N