Escuchó Noemí antes de perderse en la inconsciencia.
Al día siguiente, después de ese maravilloso encuentro Noemí se sentía feliz.Después de ese momento para un lobo, era muy significativo. A pesar de que su compañero había entrenado durante toda la noche y no lo había visto tenía todas las ansias de hacerlo.Fué corriendo para saber cómo estaba, al llegar a su oficina el mismo bebió una taza de café.Ella sin siquiera pedirle permiso, ingresó y lo abrazó.—Casi derramó la tasa sobre ti —dijo divertido.—Te quería decir que te extrañe —comentó con sinceridad.—Es raro verte tan sincera, pero me alegra mucho que me extrañes. Porque yo también te extrañé a ti —comentó y ella sonrío aún más.En su regazo estaba y él acarició con cuidado las hebras del cabello femenino.Era largo sedoso y para él, era lo más bonito que podía tener entre sus manos en ese momento. Le roba un beso en los labLos días pasaron, Noemí aún no había tenido un encuentro con su esposo debido que él se lo pasaba entrenando incluso de día y de noche. Pronto tendrían que partir de ese sitio encontrarse con las demás manadas, y eso ocurriría pronto. Noemí, había batido toda costa a Francisco. Pero él mismo se había ingeniado incluso la estrategia de colar sus habitacion. Ella lo había echado, pero de igual forma cada día intentaban tropezarse con él y era una tarea imposible. El lugar, era enorme siempre había un sitio donde ambos tropezarse.—Necesitas dejar de seguirme —lo regañó y él, cabizbajo asintió, simplemente se dio la vuelta. Noemí se sintió mal, pero desde ese encuentro con el mate, sus sentimientos se habían transformado. Sabía que pronto les ocurriría, era normal en una pareja de lobos. El vínculo siempre sería más fuerte que el amor. Ese había sido el caso de ella, a pesar de aún sentir algo por
—Solamente quería tenerte en mi vida, si sabías la verdad, te irías corriendo y me odiarías. Me darías esa mirada que me estás dando en este momento.—¡Eres un mentiroso! —exclamó, completamente furiosa y siguió corriendo. Ahora no tenía nadie, tanto como Francisco y su mate la odiaban y en parte estaban en lo cierto. Ella odiaba a Francisco, porque la había ocultado la verdad. Había sido básicamente vendida, una persona que había confiado. Se sentía furiosa. Sin pensarlo demasiado, vio la salida. Había un botón de color rojo y uno verde punta al presionar el verde como la puerta se dio. Ella salió por la misma punta y por primera vez después de casi un mes respiro aire fresco. El día estaba bastante soleado, y había un leve aroma a humedad.Una aroma tierra mojada inundó su fosas nasales.Se sintió después de mucho tiempo libre, dio un paso y no pudo detenerse. Una leve llovizna, le cayó en el cuerpo. Pero se detuvo.
Le dolía con el alma aceptar que súmate la odiaba. Y que ahora al parecer se acostaba con otras mujeres.Bueno no podría soportar era demasiado doloroso pero no volvería a buscarlo. Lo había lastimado demasiado, para poder tener la valentía de pedirle perdón. Ella sabía que no se lo merecía como así que prefirió perderlo; aunque se sentía muy desdichada. Esa última noche, dormía muy mal. Sus ojos a pesar de estar cansados, no se cerraban y no se dormía en ningún momento. El dolor era demasiado profundo para ella y solamente quería perderse en sus sueños. A pesar de eso, al día siguiente madrugaron muy temprano. Todos estaban en el gran comedor y a lo lejos pudo ver al Alfa. Algunos murmuraban porque ya no se los veía cercanos como antes, pero nadie le preguntaba nada a ninguno de los dos.Apesar de todo, ambos eran los jefes. La luna, siguió comiendo sin mirar a nadie. Aunque en ese día en particular se h
Cuando pasaron dos horas de caminata, Noemí comenzó a abrir los ojos. Se sintió calidad, y cómoda. —¿Qué pasó..? —preguntó un poco mareada.—¡Descansen..! —ordenó él, y todos se sentaron en los troncos y en el suelo.—Te encontré desmayada. La soltó, dejándola en el suelo apoyada en contra de un árbol.—Vomité, me sentí muy mal en ese día y en los días anteriores. —Estás embarazada —comentó él como si nada, mientras toma un poco de agua. Noemí, abre la boca sorprendida, sin haber esperado algo así.—¿Qué? tiene que ser un error.—No lo es, tienes una criatura nuestra dentro de ti.—¿Estás seguro?, pensarás que es de Francisco —dijo en tono sarcástico, mirando hacia otro lado. —No, tiene la mezcla de nuestros olores, y centro músculo extraño por aquellas criatura —mencionó, y tocó el vientre femenino que aún estaba muy plano. Ella lo vió sonrojada, al ver la mirada que é
Por ese motivo tenían la esperanza de que nada hubiera ocurrido. Cuando pasó el tiempo, finalmente llegaron. Detrás de unas grandes montañas, para alivio de todos aún estaban los nuevos trabajando con normalidad, algunos incluso bailando, otros con tranquilidad.Al llegar todos se quedan completos silencio y, el jefe de la manada de luna roja, apareció.Para sorpresa de Noemí era una mujer.—Estamos en peligro... toda nuestra naturaleza lo está.—Lo sé, esperaba que viniera señor Alfa. Es un honor para mí. —Tenemos que unirnos y luchar contra...—Nosotros los lobos de luna roja, somos valientes, pero también aceptamos que no queremos poner en riesgo nuestra familia. El jefe dió un paso adelante.—Lo sé, pero nosotros somos muy pocos, tenemos que unirnos. Los clanes de brujas y vampiros no van a destrozar.—Lo sé, pero...—Por favor... necesitamos su apoyo y solo espero que puedan e
Noemí se alejó del claro en el bosque, dejando atrás a Lío y la manada de lobos que hablaban de una amenaza inminente. Lío, el Alfa de luna roja, la miró mientras se marchaba, sintiendo un nudo en su garganta. Aunque el peligro se cernía sobre ellos, su mente no podía evitar divagar hacia Noemí."Noemí...", susurró con dolor.Mientras Lío se perdía en sus pensamientos, el vampiro que había estado escondido en la oscuridad durante la reunión de la manada se acercó sigilosamente."Alfa Lío, pareces preocupado por algo más que la amenaza que se avecina.", murmuró una voz misteriosa y gruesa.Lío se sobresaltó ante la voz del vampiro y se giró hacia él, los ojos dorados de este último parecían destellar con malicia."Tú, ¿qué haces aquí?", interrogó tragando saliva, sin comprender su presencia."Estoy aquí para disfrutar del espectáculo, por supuesto. Y, por lo que veo, la partida de Noemí te afecta más de lo que estás dispuesto a admitir.", murmuró divertido Damián."No sabes nada sobre
"Paredes grises, humedad. Un goteo extraño parecía provenir de algún rincón. Todo eso era lo que escuchaba, con cada latido de mi corazón que no se calmaba. Sentía frío en mis rodillas, mis piernas y mis manos. Levanté los brazos y yo. abracé a mí misma. Mi cabello estaba enmarañado, sucio, y más de lo que me gustaría admitir, cayó a mi lado. De mi propio cuerpo brotaba una extraña sustancia que prefería no averiguar de qué se trataba.Pero más allá de todo, me sentí triste. Deprimida y asustada sin saber dónde estaba o hacia dónde iba. No tenía idea. Solo recuerdo que, cuando me uní a un vampiro, cuyo nombre aún desconozco, me desmayé y desperté en esta habitación solitaria. Me sentí triste y desesperada, con una puerta enorme de metal que me daba escalofríos. Mis ojos se llenaron de lágrimas, y solo esperaba recuperar la compostura en algún momento.Quería saber dónde estaban, pero era difícil. Decidí ponerme de pie, comer y dejar de lamentarme. Miré la gran puerta, que estaba hecha
Dobló por el pasillo de la derecha y siguió avanzando. Me sorprendí lo grande que era este lugar; Creo que uno necesitaba un monopatín para moverse más rápido, ya que si tenías prisa, no llegarías a ningún lado."¿Hay… muchos baños aquí?", preguntó, curiosa e imaginando que si me daban ganas de ir al baño en el sur del Castillo y el baño más cercano estaba al norte, sería un problema."No se preocupe", respondió, ignorando completamente mi pregunta.Pronto llegamos a un comedor. Era tan elegante, muy diferente de lo que había imaginado del resto del Castillo, lo que me sorprendió."¿Y yo por qué estoy en la cárcel mientras el castillo es tan bonito?" preguntó."¿Qué quiere comer?", quiso saber, ignorando por completo mi pregunta.No me quedó más remedio que suspirar y decir, "¿Tiene carne asada con puré?", preguntó.Él asintió, "Ahora se lo traeré, señorita", y se alejó.Estire las manos acariciando la mesa de roble macizo. Era larga, miré de izquierda a derecha y calculé que tenía un