Tres gloriosos meses habían pasado desde el nacimiento de sus hijos. Bleid y al alfa Azabache no podían estar más felices.¿Cómo no estarlo? Cuando su hermosa luna ya había despertado a su loba, uniéndose aún más. Haciendo que él pasara mucho tiempo enseñándola a comportarse como una loba, a conectar con esa parte de ella, haciendo que compartieran muchas cosas como la cada, de la cual disfrutaban mucho juntos.En ese momento, Azabache corría por el bosque en compañía de su pareja, una hermosa loba blanca que corría a su lado, tratando de ganarle, de sorprenderlo.El corazón del alfa no podía hacer otra cosa más que latir con fuerza por ella. Los miedos de poder perderla habían sido dejados de lado, lo único que podría preocuparlos era la seguridad de sus dos hijos, sobre todo del pequeño cachorro, quien no había logrado dejar de ser un lobito de color blanco, como la piel de los armiños, con los ojos verdes, en vez de grises y que no paraba de meterse en problemas como el príncipe ma
Azabache había visto con impotencia como, Yue, su pareja, se lanzaba sin pensarlo por el barranco. Él tampoco tardó en hacerlo, pero a diferencia de Audrey, tenía que conservar la calma, no podía perderla. Hacerlo podría significar un verdadero peligro, tanto para su luna como para su hijo, algo que no podría permitirse.«¡Yue espera!»Exclamó Azabache al ver a su luna lanzarse a la charca de lodo donde su hijo había caído. Él, que conocía tan bien la zona, sabía que no era una charca común y corriente, sino una charca de arenas movedizas.El alfa empezó a dar vueltas de un lado a otro hasta que por fin vio a su luna salir con el pequeño cachorro completamente cubierto de barro, fue entonces que Azabache dio paso a Bleid para tomar al pequeño en sus manos, y así poder salvar a su luna.En su forma animal no podría hacer nada más que saltar y empeorar las cosas, sin embargo, siendo Bleid, no solo se cercioró de que su hijo respiraba tras limpiarle el morro y la cabeza.—¡Él se encuentr
— ¿Quieres calmarte Gregory?— Preguntó Susan, tras bajar y verificar que la pequeña Gwyneth siguiera durmiendo plácidamente en su cuna.— Ellos no debieron llevarse Barack por la noche. ¡Es solo un cachorro!— dijo él levantando la voz más de la cuenta, provocando que el ceño de la señora Vangelis se frunciera.Ella iba a hablar, a reclamarle a su hijo por esa reacción que consideró una falta de respeto. Cuando el ruido de la puerta los alertó. Alguien estaba entrando por la puerta que comunicaba con el bosque, lo que hizo que Gregory corriera a encontrarse con los lobos.El pequeño ladrido de Barack fue lo único capaz de hacer que el corazón de Gregory volviera a latir con normalidad, cuando vio a su pequeño sobrino salir de la oscuridad, sin su característico brillo lunar que destellaba en noches como esa. Estaba completamente manchado de lodo.El cazador tomó al cachorro en sus brazos, casi sentía la necesidad de volver a perseguir a lobos de nuevo, solo para poder atar y torturar a
—La única manera de que él pueda llegar a tomar su forma humana es por medio de un intercambio, por medio de un sacrificio—, respondió alzando su mirada, clavando su mirada verde en la gris de Gregory — alguien debe de ocupar su lugar. Convirtiéndose en un lobo. Pero es algo que ni tu hermana, ni yo podemos hacer.Bleid camino hasta donde se encontraba su hijo, acariciando de manera suave y delicada, sus orejas, llevando al pequeño cachorro a gimotear entre sueños, feliz por la caricia. Hizo eso mientras esperaba que Gregory captará el mensaje en sus palabras, porque para que eso funcionará, la otra persona debía de desear sacrificarse sin ningún tipo de duda.— Así que alguien puede ocupar su lugar …— Gregory se dejó caer en el sillón que quedaba cerca de la camita sobre la que el pequeño descansaba, había varias de esas por toda la casa, sobre todo en las estancias que ocupaba Gregory.—Ya que he visto que Barack está dormido y que está bien, me regresaré a mi cuarto, junto a tu her
Susan Vangelis se había despertado muy pronto aquella mañana, por primera vez en casi 30 años había aceptado tener una cita con un hombre y llegaba el momento de contarles esa decisión a sus hijos, que lo que tenía muy claro era que no haría nada si ellos no lo aceptaban. El primero en aparecer por la cocina era Gregory con el pequeño Barack en brazos, sorprendiéndose al ver a su madre preparándoles el desayuno en lugar de a la cocinera.— ¿Sucede algo, mamá? — no recordaba esa imagen desde la última vez que su padre y ella se marcharon de viaje sin ellos, era como la extraña forma de disculparse de Susan cuando se sentía mal por alguna acción que no consideraba del todo correcta.— ¿No puedo prepararle el desayuno a mis hijos?— se acercó hasta ellos y rascó al pequeño lobito tras la oreja para luego inclinarse y dejar un suave beso en su cabecita — ¿Cuándo nos dejarás ver tu forma humana, cariño?Susan no sabía que aquello no era tan grave, simplemente pensaba que el cachorro se sen
Después de soltar aquello, se giró rápidamente incapaz de enfrentar las miradas de sus hijos y llevó una jarra de café a la mesa para sentarse en la mesa con ellos.— Y no considero que sea algo malo — dijo mientras se servía una tortita y le echaba algo de sirope encima, aun así, sin levantar la mirada del plato — Solo digo que es lo que haré, no les pido permiso, solo les informo.Audrey se quedó petrificada, no porque eso le molestara, si no, porque no sabía que su madre tuviera interés en alguien, todos los hombres aceptables para su madre habían intentado invitarla a salir y jamás les dio un sí, de hecho presumía de no querer conocer a nadie más por su supuesto amor eterno hacia su difunto esposo.Bleid observaba los tres integrantes de la familia Vangelis, incapaz de interrumpir su interacción y no porque no le importara, sino por nostalgia y la añoranza de ese tipo de interacción en su juventud.Además, que no ayudaría a su suegra a salir de ese problema convirtiéndose en el ce
Bleid se levantó justo en ese momento, por primera vez estaba de acuerdo con Gregory lo que significaba que él también pensaba lo mismo, tenían que investigar a ese sujeto. Que la CCS estuviera cerca no era algo que le gustara.—Por primera vez no tengo objeción a tus palabras cuñado, debemos ir al pueblo a terminar de desayunar.Ambos hombre salieron de la mansión, pero no iban solos, tras de ellos iba Barack, quién se subió atrás del Jeep que usarían esa mañana su padre y su tío para ir al pueblo, ocultándose en la manta que cubría la llanta de repuesto.—Que la CCS ande cerca y sobre todo cerca de Susan, no me gusta nada. ¿Sabías que ellos habían venido por la desaparición de Audrey? — le preguntó Bleid a su cuñado.En ese tiempo él había estado alejado de todos, internado en el bosque, pero siempre sintió que alguien lo observaba, de lejos, en ese entonces creyó que era uno de los hombres de Gregory, pero si no era así. Significaba que había sido la CCS.Gregory encendió el motor
Bleid se levantó de inmediato, su hijo era un pequeño cachorro y a diferencia de un lobo común, no huiría, la gente para él no era peligrosa gracias a que había siempre estado rodeado de ellos en esa forma, pero eso no significaba que dejaría que lo atraparan su hijo se defendería y atacaría a todo aquel que se acercara a él con intención de atraparlo al sentir que se encontraba en peligro y si eso ocurría y ese hombre, se daba cuenta de la naturaleza del pequeño Barack estarían en problemas.—Será mejor que salga a ver, que es lo que ocurre. Gregory, mientras quédate con él y averigua, ¿Qué es lo que realmente quiere?Gregory tenía ganas de salir en busca de Barack, pero contuvo el impulso, era mejor no darle importancia delante de ese agente de la CCS.— Vaya que extraño, un cachorro lejos de su madre — dijo Joel bebiendo un poco de su taza de café — si no fuera porque sé que es imposible que sea un cambiante es lo que creería, los cachorros de lobos comunes jamás se alejan de su ma