—¿Qué quieres que haga qué?— preguntó Ravel sin saber si estaba más sorprendido o molesto por lo que su amigo le acababa de pedir. Era extraño escuchar a un alfa sobre terminar con algún miembro de su descendencia, al menos no hasta que uno de sus hijos alfa pudiera derrocarlo y tomar su lugar. Pero su naturaleza era la de querer expandir su legado. — Sabes perfectamente que no puedo atentar contra ninguna vida humana y eso incluye a los que todavía no han nacido y si, tu hijo es mitad humano aunque el padre seas tú.—Lo sé, sé que no puedes ¿Acaso crees que te pediría que atentaras contra mi propia sangre de no tener miedo?Bleid no había dejado de temblar desde el mismo momento en que escuchó el débil sonido de esa nueva vida creciendo en el vientre de su madre.Un hijo, él iba a ser padre y aunque el año pasado había sido de alguna manera el padre de varios cachorros que pertenecían a la manada Da Rossa, no sé compararía jamás con él de ser padre de un hijo concebido con su luna.
Sin embargo, eso no era todo, también las palabras dichas por Ravel lo pusieron un tanto inquieto, sobre todo al recordar que sus heridas se habían curado por completo por el simple toque de los dedos de su luna sobre ellas. Pero ya tendría tiempo para pensar en eso, ahora lo importante era hacer lo posible por mantenerla a salvo del hijo de ambos.Ravel negó en ese momento, al menos hasta que supieran qué hacer para que no corriera peligro, ella estaba a salvo bajo la protección de su hermano, cuanto más tiempo pudiera quedarse allí más podrían ellos trabajar en una solución sin tener que estar huyendo de los cazadores.— No dije que debas secuestrarla, solo alimentarla, te ayudaré a distraer los posibles guardias en la noche para que le lleves lo que necesita. Ella ya debería estar sufriendo cambios en sus gustos alimentarios.—Pues si eso es lo que mi amada Dulcinea necesita para poder sobrevivir, iré a cazar para ella.Para Ravel la idea de volver a encontrarse con Gregory a la si
Alfred pudo notar en la mirada y expresión de Vangelis que algo no andaba bien, no sabía descubrir qué era lo que le ocurría, pero fuera lo que fuera, no dejaría que lo hiciera a un lado.—¿Entonces tengo tu permiso para visitar a tu hermana?— le volvió a preguntar al no tener una respuesta directa del hombre.Gregory fijó su mirada en su interlocutor, de cierta manera Alfred lo había decepcionado, el haber besado a su hermana sin su permiso, y ofenderla de ese modo lo había enfadado. No obstante, no podía descartarlo.—Si puedes verla. Pero Alfred no vuelvas a besarla sin su permiso, de hacerlo, no solo recibirás otra cachetada de su parte, yo mismo me encargaré de ponerte de rodillas frente a ella para que le pidas perdón.Belucci no respondió a lo dicho por el hermano de la mujer que él deseaba suya, solo asintió levemente saliendo de su despacho.“Maldito Gregory, crees que dejaré que me hagas a un lado”La verdad es que Alfred Belucci tenía sus propios planes y metas y obtener la
Bleid no tardó en llegar al cuarto donde se encontraba Audrey, ella seguía ocupando la torre sur de su casa. Fue entrar y saber que su esposa no se encontraba bien.—Audrey, cariño…— le habló colocando la cesta que llevaba en la mesa a un lado de su cama.Bleid encontró a la joven sobre el inodoro y eso solo hizo que el corazón del metamorfo doliera — lo siento cariño, es mi culpa que te encuentres en este estado…— murmuró el hombre tomándola entre sus brazos y así llevándola hasta la cama.— Tengo mucha hambre — confesó ella aferrándose a su cuerpo y dejándose llevar por él. — pero nada tiene buen sabor para mí y lo que lo tiene, soy incapaz de retenerlo en el estómago por demasiado tiempo.— No puedes estar así…— iba a decir que lo mejor era que pensara en lo que él le había dicho la noche anterior. Sin embargo, calló al ver la mirada severa de Audrey posándose en la suya.Era consciente de que con sus quejas solo le estaba dando más argumentos para que él volviera a insistir con qu
Gregory resopló para intentar ocultar la vergüenza que sentía al saber que alguien supiera, que tipo de amantes prefería, porque estaba en lo cierto. Gregory venía de ver a uno de sus amantes licántropo, pero lo cierto era que no había podido dejar de pensar en aquel estúpido amigo de Wolfang y ahí estaba de nuevo, jodiendome la tranquilidad que acababa de conseguir.— ¿Celoso?— preguntó intentando ignorarlo y apartarlo de su camino para pasar al interior de su casa, pero aquí al extraño escalofrío que sintió al tocarlo lo detuvo.— Al Menos no son monstruos todo el tiempo como tú querido Wolfang, algunos incluso odian lo que son, pero no pueden evitarlo.—¿Así que prefieres a los monstruos que pierden el control y matan sin ningún tipo de descriminacion en las noches de luna llena?Él también había sentido ese extraño escalofrío recorriendo su cuerpo con el simple toque de Gregory Vangelis.— Por eso son mejores, no son conscientes de sus actos y no se les puede culpar.Ravel se apart
Bleid salía de la habitación de Audrey, despacio, comportándose de la misma manera que lo haría un ladrón, un intruso. Aunque, eso era en la casa de los Vangelis, ella podía ser su esposa, pero eso no impedía que su hermano no deseara matarlo o que él mismo no deseara hacer eso mismo con su “cuñado” por lo que para cumplir el deseo de su esposa de un vaso de agua tenía que ser cuidadoso, bajar hasta la cocina y regresar.Pero cuál fue su sorpresa al ver cómo Ravel, su amigo, subía de la mano de Vangelis las escaleras de la mansión.¿Qué demonios estaba pasando? ¿Qué pretendía hacer Vangelis con su amigo?Por supuesto que lo fuera que pretendiera no se lo iba a permitir, por lo que los siguió en secreto, recordando lo que el cazador y sus hombres habían hecho con el alfa. Por supuesto que no dejaría que hiciera eso con el brujo, podía no ser un metamorfo, pero había sido leal a su familia por generaciones.Siguió a la pareja solo para ver cómo entraban a uno de los cuartos de la plan
Gregory se marchó de casa poco antes del anochecer del día siguiente, dejando a Alfred como protector de las dos mujeres de su familia y como dirigente de la orden de cazadores.Había insistido mucho en que, sobre todo, no descuidara a Audrey y que evitara que se viera bajo ninguna circunstancia con Wolfang, pero eso solo había hecho que el estúpido la siguiera a todos lados.Por suerte Audrey pudo escabullirse hasta el laberinto de setos donde su esposo ya la esperaba y no dudó ni por un instante en lanzarse a sus brazos y buscar su boca para besarlo.— Alfred está pendiente de todo, se ha tomado muy en serio su papel de protector de mi madre y mío — susurraba Audrey algo molesta al tener que aguantar que ese hombre la siguiera en todos lados.—Bien podría comérmelo— mencionó Bleid pese a que su voz sonaba con un deje de risa, en el fondo no deseaba hacer otra cosa más que la de enterrar sus caninos en el cuello de ese hombre y arrebatarle la vida.Era una verdadera molestia percibir
Gregory sabía que era muy improbable encontrar a un heredero Wolfang en esa manada Siciliana, solo necesitaba un hijo alfa y podría cargarse a Gregory, aun así era muy difícil que eso sucediera lejos de una unión entre él y su soul mate.Por eso no se había planteado viajar antes. Pero tras lo ocurrido la noche anterior con Ravel necesitaba una excusa para estar con él y descubrir qué era lo que le sucedía. ¿Era posible que ese hombre hubiera echado algún hechizo sobre él? Al fin y al cabo era un brujo.— ¿Entonces qué clase de brujo eres que no puedes trasladarnos a Sicilia con tus poderes?— preguntó Gregory atento a la carretera, lo cierto es que a esas horas las carreteras estaban algo desiertas, pero precisamente por eso era fácil confiarse y tener un accidente.—Yo no dije que no podía, solo que no me apetecía— le respondió Ravel a su amante — usar la magia para cosas banales trae un costo muy grande para los idiotas que lo hacen y yo seré todo menos un idiota.Si bien hubiera si