—Voy a acabar contigo, pero antes, vas a entregarme a mi nieto. De eso dependerá cuán misericordiosa sea tu muerte —pronunció Joel con una voz cargada de determinación y furia.Ralf sintió cómo su corazón se encogía una vez más. En ese instante, deberían estar los tres juntos: él, su esposa y su hija recién nacida. Debería estar disfrutando de esos preciosos momentos, observando la pequeña carita de ángel de su hija mientras su esposa la amamantaba y atendiendo sus caprichos. Nunca se imaginó que su felicidad se vería truncada de esta manera.En su mente, Ralf se dejó llevar por una imagen linda y nostálgica. Se imaginó a su esposa, radiante de felicidad, sosteniendo a su hija en brazos. Podía ver los ojos de su pequeña mirándolo con inocencia y una sonrisa angelical adornando su rostro. Era una escena idílica que solo existía en su imaginación, pero que le brindaba un breve consuelo en medio del dolor.Se vio a sí mismo junto a ellas, compartiendo momentos de ternura y complicidad. I
Unos instantes después, Joel retiró el arma del pecho de Ralf, dejando que cayera al suelo con un sonido metálico. Ralf se tambaleó, agarrándose el pecho herido, su mirada llena de sorpresa y agonía.— Esto no borrará lo que has hecho. Nunca podrás escapar de las consecuencias de tus acciones — susurró Joel con voz cargada de desprecio, antes de apartarse de Ralf y retroceder unos pasos.El silencio pesado llenó el salón mientras Ralf luchaba por respirar, su cuerpo debilitado por la herida mortal. Sus ojos buscaban desesperadamente el rostro de Joel, pero solo encontraron la frialdad y el dolor en ellos.Ralf, cerró sus ojos esperando por el abrazo mortal de la muerte, el dolor fue menguando mientras él permanecía inmóvil rodeado de su propia sangre. Joel se mantuvo allí, contemplando el resultado de su acto. Aguardando por la muerte del asesino de su hija, mientras la imagen frente a Audrey, Bleid, Gregory, Susan y él mismo Ralf ahora conocido como Ravel se empezaba a desvanecer.T
— Gwyneth, hermana, eres el puente que une nuestras dos estirpes. Conoces la verdad y ahora debes asumir tu destino con valentía y determinación. Estoy orgulloso de ti y sé que protegerás a nuestra familia con todo tu ser — dijo Ravel con la voz cargada de emoción.Antes de que la joven pudiera pronunciar una palabra, la habitación se volvió borrosa y desdibujada, como si estuvieran siendo transportados a otro lugar. Cuando sus ojos se adaptaron a la nueva escena, se encontraron en un bosque frondoso y misterioso.—Bienvenidos, descendientes de los Wolfang y los Vangelis —dijo una figura encapuchada con una voz profunda y resonante—. Han llegado al lugar sagrado donde el amor herido, el dolor, el odio y la sed de venganza lo crearon a él.— ¡Pero dijiste que no podían vernos!— exclamó Bleid poniéndose rápidamente al frente intentando proteger a su familia de lo que fuera aquel extraño ser.— Hay excepciones — Aseguró Ravel sin saber del todo lo que era ese ser, pero si que sabía que e
Respirando profundamente, Joel tomó el cráneo partido con decisión, acercándolo a sus labios temblorosos. La sangre corrompida rozó su paladar, dejando un sabor amargo y enfermizo en su boca. Un escalofrío recorrió su espina dorsal mientras el líquido maligno descendía por su garganta, inundando su ser con su presencia sobrenatural.La entidad observó con satisfacción cómo Joel consumía su sangre corrompida. Una sonrisa retorcida se dibujó en su rostro, y sus ojos brillaron con una malicia indescriptible.—Ahora estás atado a mí, Joel. Tu venganza vendrá con un precio que no podrás evitar pagar. Serás mi marioneta en este juego macabro, y juntos llevaremos a cabo la justicia retorcida que tanto anhelas.—¿Qué es lo que pasará ahora?— preguntó Joel con el rostro pálido, sintiendo como su cuerpo entero empezaba a temblar.—Ahora morirás — fue la única respuesta que obtuvo de la presencia maligna frente a él.El destino de Joel quedó sellado en ese momento. La oscuridad lo envolvió por c
Audrey salió corriendo hacia la mansión de los Vangelis, sintiendo una repentina urgencia de buscar el diario que había tomado del castillo. Subió las escaleras rápidamente, como si la vida le fuera en ello y tal vez era cierto, cada paso resonando con determinación en el silencio de la mansión.Llegó a su habitación y se acercó a su escritorio, donde guardaba sus pertenencias más preciadas, y buscó frenéticamente entre los libros y papeles hasta encontrar el diario.Sus manos temblaban ligeramente mientras sostenía el diario en sus manos. Sabiendo ahora la importancia de su contenido. Con el diario firmemente agarrado, Audrey descendió las escaleras con la misma prisa que antes. Salio hasta el jardin, donde su familia esperaba desconcertados y llenos de curiosidad.—Ella…— Audrey abrió el diario y mostró el dibujo de aquella mujer que se parecía a ella y a su hija, o más bien ellas se parecían a la mujer del dibujo. — Creo que es la hija de Joel.Ravel asintió con una tierna sonrisa
Bleid se acercó junto con Audrey, hasta donde sus hijos se encontraban abrazados. Los gemelos no dudaron en correr a los brazos de sus padres.Bleid no dudó en abrir sus brazos al igual que Audrey para cada uno cobijar en ellos a sus hijos.—Ya todo está bien, no permitiremos que nada malo les ocurra — mencionó, Bleid a ambos jóvenes al fundirse en un abrazo los cuatro.—Ahora que estamos unidos y más fuertes que nunca, debemos urdir un plan para enfrentar a Joel y su clan de vampiros —dijo Gregory, adoptando una postura firme y determinada.—Estoy de acuerdo. Hemos pasado por demasiado sufrimiento a manos de Joel, y no permitiremos que siga causando dolor a nuestra familia y a otros inocentes —afirmó Audrey con voz decidida.—Joel es astuto y poderoso, pero tenemos la ventaja de conocer sus debilidades y su forma de operar. Debemos utilizar esa información a nuestro favor. Además, contamos con Gwyneth, cuyo vínculo con Joel podría proporcionarnos información crucial.— añadió Barack,
Desde las sombras más profundas del recinto, el ser corrupto emergió lentamente, como una pesadilla materializada. Su figura retorcida irradiaba una presencia siniestra, envileciendo todo cuanto tocaba. Una corrupción palpable se extendía por el ambiente, ensuciando incluso los pensamientos de Joel.Su rostro permanecía impasible, oculto bajo una expresión gélida y sin emociones. Parecía disfrutar con el sufrimiento ajeno, deleitándose con el tormento que generaba en aquellos que se atrevían a desafiarlo.—¿Parece que mi presencia no es de tu agrado, Joel?—, susurró el ser corrupto, dejando que su voz, cargada de ecos de ultratumba, llenara cada rincón de la habitación.Joel no respondió, pues sabía que no había palabras capaces de rebatir a esa entidad maligna. La sola idea de tenerla cerca era repulsiva, una oscuridad que amenazaba con consumirlo por completo.—¿A qué has venido? — preguntó Joel, enfrentándose al ser frente a él con valentía y temor entrelazados.—He venido a inform
La batalla estaba a punto de comenzar, y Joel sabía que el resultado final traería consigo un pago, sin importar quién saliera victorioso. Un escalofrío recorrió su espina dorsal mientras contemplaba el campo de batalla que se desplegaba ante él. Las sombras parecían retorcerse de anticipación, hambrientas de gritos y dolor, ávidas de alimentarse de aquellos que se decían luchar en nombre del amor y la justicia.El ser maligno empuñaba un mango oscuro, un instrumento que le permitía jugar entre los dos bandos, sembrando discordia y confusión. Pero gracias a la astucia de Joel, quien había logrado crear una pequeña ventana en la mente de Audrey, él podía vislumbrar los acontecimientos que se desarrollaban en ese preciso momento entre ambos grupos. Esa información sería invaluable para decidir a cuál de los bandos debía favorecer.Una sonrisa retorcida se dibujó en los labios del ser corrupto mientras saboreaba la expectativa de los eventos por venir. Era un maestro de la manipulación y