Bleid tenía que actuar rápido, cada minuto que dejaba que Joel permaneciera cerca de su hijo era peligroso. Pero no podía actuar mientras no supiera si lo que decía sobre ayudar a su hijo y cuñado era cierto. Esa supuesta ayuda era la que en ese momento mantenía al alfa atado. Susan se acercó a Bleid al notar su molestia y frustración. —No te preocupes, Audrey es fuerte, sabrá cuidarse.Bleid miró a Susan con preocupación en sus ojos, buscando alguna señal de certeza en sus palabras. Sabía que Audrey era fuerte y capaz de cuidarse a sí misma, pero la presencia de Joel le causaba una inquietud incontrolable.—¿Estás segura de eso, Susan? No puedo permitir que Joel se acerque más a ellos. No puedo arriesgar la seguridad de mi familia por ninguna promesa vacía —respondió Bleid con determinación, su voz cargada de preocupación y determinación.Susan asintió con firmeza, colocando una mano reconfortante en el hombro de Bleid.—Lo entiendo, Bleid. Comprendo tus preocupaciones, pero tenemo
Con una mirada desafiante, Susan decidió mantenerse alerta y proteger a Bleid y a su manada de cualquier amenaza, incluyendo la perturbadora presencia de Joel. Estaba dispuesta a enfrentarse a cualquier reto que se presentara y asegurarse de que la seguridad y la armonía prevalecieran en su entorno. Así ella dejará al descubierto su verdadera naturaleza, y que por años se había obligado a ocultar.Joel se esforzó por mantener una sonrisa en su rostro, a pesar de las palabras y la aparente sumisión de Bleid Wolfang. No se dejaba engañar fácilmente y solo esperaba que pudiera utilizar lo que Bleid estuviera tramando en su propio beneficio, con la intención de destruir la frágil lealtad que existía entre él y su familia.—Me alegra ver que eres diferente a otros de tu especie, quienes permiten que el instinto los domine —comentó Joel con un tono calculado.Tanto Susan como Gregory percibieron las intenciones de Joel al provocar a Bleid, anticipando así una nueva confrontación entre ellos
Ella era una Vangelis, y no solo eso, también era su maldita esposa. Era hora de que su estúpido y engreído esposo alfa se diera cuenta. Tanto su loba, Yue, como ella sonrieron al ver a su esposo y alfa totalmente desconcertado, sin saber qué decir.—Así es, mi amor. Ya es hora de que sepas quién soy en realidad.No solo Bleid se encontraba embelesado ante la entereza y fiereza que su esposa estaba mostrando frente a él, sino también su alfa Azabache.En ese momento, finalmente comprendió por qué ella era su Luna y por qué nadie más podría merecer ese lugar.Bleid guardó silencio mientras su esposa le tomaba el rostro y le exigía que le contara con detalle todo lo que le había estado ocultando.—Te he ocultado cosas, Audrey. Sospecho que Joel está detrás de esos cotos de peleas donde obligan a nuestros hermanos a luchar —confesó Bleid.Esperaba que Audrey se sintiera mal al escuchar los detalles de la inhumanidad de aquellos lugares. Sin embargo, nuevamente ella lo sorprendió.—¿Enton
Sin embargo, Joel, no tuvo mucho tiempo para reflexionar sobre ese tema, ya que Gregory, convertido en un imponente lobo blanco, bajó rápidamente las escaleras, colocándose entre él y la abuela de Barack, mostrando los dientes con una expresión amenazadora.— Parece que no valoran mi ayuda en absoluto. Será mejor que me vaya y se las arreglen solos con el eclipse — murmuró Joel, sintiendo cierta frustración ante la situación.En el preciso momento en que Joel externó su deseo de marcharse, Blied emergió con su aura intimidante e imponente de alfa. Desde el segundo piso, lo observó con ojos penetrantes mientras se disponía a descender las escaleras.—Vaya, así que tenía razón. No eres más que un charlatán que pretendía jugar con esta familia —espetó Blied con desdén.Barack y los demás miembros de la familia se giraron hacia Bleid al escuchar sus palabras, con el corazón acelerado por la tensión en el aire. Luego, volvieron sus miradas hacia Joel, quien parecía agitado y enfadado por l
Gregory cerró los ojos por un instante, dejándose llevar por el cálido contacto que les envolvía. Ese simple roce provocaba una extraña electricidad que fluía de un cuerpo al otro, una sinfonía de emociones que iban más allá de lo comprensible. Era excitación, amor y esa profunda conexión que solo puede unir a dos almas que se conocen desde hace mucho tiempo, porque lo de ellos dos no era algo que se pudiera explicar, iba más allá de las palabras.En ese instante, sus corazones latían al unísono, formando una melodía única en el universo. Era como si el eclipse, el misterio del cambio de formas y la magia que los envolvía se concentraran en ese momento de encuentro. Ambos sabían que su destino estaba entrelazado, desde mucho antes de que Barack naciera, quizá mucho antes también de que Gregory llegará a ese mundo, todo inició con Ravel.— Es la hora — interrumpió Joel, rompiendo la intensa conexión que se podía palpar en el ambiente entre Barack y Gregory. Su voz resonó con determinac
La luz del eclipse los envolvió, tejiendo una red de energía que los unía. Cada célula de su cuerpo vibraba en resonancia, fusionándose en una nueva entidad llena de fuerza y sabiduría. El tiempo pareció detenerse mientras se sumergían en ese estado de comunión, dejando atrás sus formas individuales para convertirse en una única presencia en el universo.A medida que el eclipse llegaba a su fin, Barack y Gregory sabían que debían regresar al lugar donde todo comenzó. Con paso decidido, se encaminaron de regreso, sintiendo cómo la energía del eclipse se desvanecía lentamente. La experiencia los había transformado, dejando una marca indeleble en sus corazones y una comprensión profunda de su conexión especial.Con un último vistazo al cielo, donde el sol y la luna parecían querer alejarse lentamente, Barack y Gregory entraron en el centro del triángulo de nuevo, dispuestos a enfrentar lo que el destino les tenía reservado. Habían aprovechado el poder del eclipse, forjando un vínculo que
Audrey, impaciente tras el eclipse, recorría el castillo en busca de distracción. A pesar de la presencia vigilante de los vampiros, sabía que estaba a salvo y podía moverse libremente por todas las estancias. Finalmente, llegó a la biblioteca, un lugar que siempre le había brindado consuelo y refugio.— Señora, ¿necesita algo? — preguntó el segundo al mando, a quien Joel había dejado a cargo de la mujer mientras él se dirigía a la casa de los Vangelis.— Solo estoy tratando de distraerme un poco y dejar de pensar — respondió Audrey, visiblemente confundida y deseando liberar su mente por un tiempo. Sus palabras reflejaban su anhelo de encontrar una distracción momentánea de sus pensamientos.Con gesto sereno, tomó un libro entre sus delicadas manos y lo abrió con suavidad. El aroma a tinta y papel antiguo llenaba el aire, transportándola a un mundo de conocimiento y fantasía. Se acomodó en uno de los sillones, pasando las páginas aunque no entendía la letra había hermosos dibujos ant
— Si queréis recuperar a Audrey solo podéis confiar en mí, nadie más puede llevaros hasta ella — Advirtió una vez todo estaba listo para partir en busca de la mujer.Las palabras de Joel resonaron en el aire, captando la atención de todos los presentes. Los rostros se volvieron hacia Bleid, quien en ese preciso momento se había unido al grupo. Aunque su presencia física era evidente, parecía estar distante, perdido en sus pensamientos. Sin embargo, su posición firme frente a todos indicaba su determinación.Barack, con una comprensión renovada debido al vínculo que se había formado entre él y Gregory, dio unos pasos decididos hacia su padre. Sabía ahora por qué Bleid se comportaba de esa manera, cómo la pérdida de su amada compañera había afectado su ser.Con voz llena de confianza y esperanza, Barack se dirigió a su padre.—Padre, confía en mí. Todo estará bien y mamá volverá a nosotros. Estoy dispuesto a ayudarte en esta búsqueda, a hacer todo lo que esté a mi alcance para que ella