Mientras Bleid se acercaba al lugar donde el líder de los vampiros se encontraba, sabía que justo detrás de esa puerta estaría Audrey, su amada.—¡Audrey! —volvió a llamarla una vez giró el pomo de la puerta.Al abrir la puerta, Bleid se encontró con una escena que lo dejó perplejo. El despacho estaba vacío, sin rastro de Audrey en ningún lugar. La habitación parecía haber sido abandonada apresuradamente, con documentos esparcidos por el suelo y muebles desordenados.La preocupación y el temor se apoderaron del corazón de Bleid. ¿Dónde estaba Audrey? ¿Había escapado o algo le había sucedido? Las preguntas invadieron su mente mientras buscaba desesperadamente alguna pista que pudiera indicar su paradero.Sin embargo, entre el caos y la incertidumbre, algo llamó la atención de Bleid. Un pequeño papel arrugado reposaba sobre el escritorio, como si hubiera sido dejado con prisa. Con manos temblorosas, Bleid tomó el papel y desplegó el mensaje escrito a mano."No me busques yo lo haré cuan
Un gruñido incontrolable escapó de su garganta, incapaz de contener su desconfianza ante la presencia de desconocidos cerca de la casa, especialmente a esa hora avanzada de la noche. Su instinto protector se activó de inmediato, velando por la seguridad de su hogar y sus seres queridos.Se levantó y descendió las escaleras con cautela, su pelaje negro resaltaba en medio de la oscuridad de la noche. Sus ojos grises brillaban con determinación mientras se dirigía hacia la salida que conducía al jardín. El gruñido seguía resonando en su garganta, listo para enfrentar a quienquiera que estuviera merodeando por los alrededores.Justo en ese momento, cuando estaba a punto de salir y lanzarse contra el intruso, el timbre de la puerta resonó por toda la mansión. Susan, incapaz de conciliar el sueño, salió del antiguo despacho del difunto señor Vangelis y caminó hacia la puerta, pasando junto a Barack y acariciando instintivamente su oscuro pelaje con los dedos.—Compórtate, Barack. Tal vez se
Barack observó a Joel con cautela, sus ojos dorados brillando con desconfianza. Sin embargo, algo en la voz y las palabras de Joel pareció resonar en su interior, despertando su curiosidad y dudas.Susan se acercó al lobo negro y acarició su pelaje oscuro, transmitiéndole una sensación de calma.—Barack, escucha lo que Joel tiene que decir. Podría haber información importante sobre Audrey y cómo ayudarla —dijo Susan, buscando la cooperación del lobo.— En realidad en este caso puedo ayudarlo directamente, no tiene que ver con Audrey creo que se cómo ayudar a Barack y a Gregory encontrar un equilibrio solo necesitamos esperar al eclipse que ocurrirá en tres días— aseguró Joel En ese momento, un silencio tenso reinaba en la manada. Todos los miembros observaban con atención a su alfa mientras caminaba de un lado a otro, sumido en sus pensamientos. Incluso los metamorfos, quienes recientemente habían recuperado su libertad y se encontraban entre los presentes, estaban expectantes, sinti
Bleid sabía que había llegado el momento de actuar estratégicamente y asegurarse de que cada movimiento estuviera calculado. A pesar de su sed de venganza, comprendía la importancia de jugar inteligentemente para alcanzar su objetivo final. Con sus fuerzas preparadas y en movimiento, Bleid avanzaría hacia su enemigo con cautela y determinación.Gregory observó mientras el pequeño grupo de betas se alejaba, mientras el resto de la manada seguía a Bleid. Sabía que su cuñado no lo consideraba parte de la manada, a pesar de que llevaba la carga de la maldición de convertirse en lobo durante el día. Sin embargo, no permitiría que Bleid lo tratara como si no confiara en él. Por eso, decidió enfrentarlo.—Sé que no soy uno de los tuyos, pero me debes una explicación sobre por qué estamos regresando a la mansión y persiguiendo a esos desgraciados que secuestraron a tu esposa, que también es mi hermana—, expresó Gregory, dejando claro su molestia. Bleid escuchó la frustración en la voz de Greg
Joel entendía que la confianza era crucial para establecer una colaboración efectiva. Quería transmitir a Barak que, para poder ayudarlo, era necesario que su padre confiara en él. Era una elección que el joven debía hacer: seguir bajo la influencia de su padre o liberarse y tomar sus propias decisiones.Las palabras de Joel resonaron en el aire, cargadas de significado. La tensión era palpable mientras la familia se encontraba en medio de una encrucijada. El objetivo de Joel no era otro que sembrar la discordia y el caos, alimentando las grietas existentes en esa relación familiar.Bleid, al darse cuenta de la manipulación que Joel estaba intentando ejercer sobre su hijo y sobre ellos mismos, estalló en ira. Reconoció a Joel como una víbora astuta y venenosa, que había elegido cuidadosamente el momento oportuno para tejer su tela de engaño y sembrar destrucción en sus vidas.En ese instante, Bleid se enfrentaba a una difícil decisión. Debía encontrar la manera de proteger a su famili
Bleid tenía que actuar rápido, cada minuto que dejaba que Joel permaneciera cerca de su hijo era peligroso. Pero no podía actuar mientras no supiera si lo que decía sobre ayudar a su hijo y cuñado era cierto. Esa supuesta ayuda era la que en ese momento mantenía al alfa atado. Susan se acercó a Bleid al notar su molestia y frustración. —No te preocupes, Audrey es fuerte, sabrá cuidarse.Bleid miró a Susan con preocupación en sus ojos, buscando alguna señal de certeza en sus palabras. Sabía que Audrey era fuerte y capaz de cuidarse a sí misma, pero la presencia de Joel le causaba una inquietud incontrolable.—¿Estás segura de eso, Susan? No puedo permitir que Joel se acerque más a ellos. No puedo arriesgar la seguridad de mi familia por ninguna promesa vacía —respondió Bleid con determinación, su voz cargada de preocupación y determinación.Susan asintió con firmeza, colocando una mano reconfortante en el hombro de Bleid.—Lo entiendo, Bleid. Comprendo tus preocupaciones, pero tenemo
Con una mirada desafiante, Susan decidió mantenerse alerta y proteger a Bleid y a su manada de cualquier amenaza, incluyendo la perturbadora presencia de Joel. Estaba dispuesta a enfrentarse a cualquier reto que se presentara y asegurarse de que la seguridad y la armonía prevalecieran en su entorno. Así ella dejará al descubierto su verdadera naturaleza, y que por años se había obligado a ocultar.Joel se esforzó por mantener una sonrisa en su rostro, a pesar de las palabras y la aparente sumisión de Bleid Wolfang. No se dejaba engañar fácilmente y solo esperaba que pudiera utilizar lo que Bleid estuviera tramando en su propio beneficio, con la intención de destruir la frágil lealtad que existía entre él y su familia.—Me alegra ver que eres diferente a otros de tu especie, quienes permiten que el instinto los domine —comentó Joel con un tono calculado.Tanto Susan como Gregory percibieron las intenciones de Joel al provocar a Bleid, anticipando así una nueva confrontación entre ellos
Ella era una Vangelis, y no solo eso, también era su maldita esposa. Era hora de que su estúpido y engreído esposo alfa se diera cuenta. Tanto su loba, Yue, como ella sonrieron al ver a su esposo y alfa totalmente desconcertado, sin saber qué decir.—Así es, mi amor. Ya es hora de que sepas quién soy en realidad.No solo Bleid se encontraba embelesado ante la entereza y fiereza que su esposa estaba mostrando frente a él, sino también su alfa Azabache.En ese momento, finalmente comprendió por qué ella era su Luna y por qué nadie más podría merecer ese lugar.Bleid guardó silencio mientras su esposa le tomaba el rostro y le exigía que le contara con detalle todo lo que le había estado ocultando.—Te he ocultado cosas, Audrey. Sospecho que Joel está detrás de esos cotos de peleas donde obligan a nuestros hermanos a luchar —confesó Bleid.Esperaba que Audrey se sintiera mal al escuchar los detalles de la inhumanidad de aquellos lugares. Sin embargo, nuevamente ella lo sorprendió.—¿Enton