El beta asintió respetuosamente y se retiró para llevar a cabo sus tareas. Tenía asuntos importantes que resolver, entre ellos seleccionar a aquellos que acompañarían al alfa en la investigación del coto de peleas clandestinas que estaba esclavizando a los metamorfos híbridos.Bleid sabía que debía controlarse y mantener sus pensamientos en secreto. No deseaba que su esposa se enterara de lo que planeaba hacer esa noche. Por eso, entró nuevamente a la casa con una sonrisa en el rostro y se sentó en la mesa del desayuno, donde su hijo pequeño, Barack, luchaba por manejar los cubiertos con destreza.El alfa observó a su hijo con ternura y orgullo, sabiendo que aún tenía mucho por aprender y que él sería su guía en el mundo de los metamorfos. A pesar de los desafíos que enfrentaba como líder de la manada, Bleid se esforzaba por mantener un semblante tranquilo y reconfortante, ocultando sus preocupaciones más profundas por el bienestar de los suyos.Audrey se dio cuenta de la ausencia de
A pesar de la felicidad y la armonía que reinaban en la mesa, Bleid se sentía cada vez más inquieto. Sabía que debía alejarse de su familia por un tiempo, pero se le hacía imposible separarse de ellos. Aunque tenía asuntos urgentes que atender, el lazo que los unía era tan fuerte que le resultaba doloroso incluso considerar la idea de alejarse de su esposa e hijos, incluso por un corto periodo de tiempo.Así que Bleid aprovechó su ocupación en el trabajo. No solo era el líder de las manadas de metamorfos en Italia, sino que también era propietario de una próspera fábrica de textiles gracias a Ravel. Utilizaría esto como pretexto para ausentarse y alejarse por un tiempo de su familia.—Prometo que no llegaré tarde, te ayudaré a acostar a los niños — se disculpó Bleid mientras Audrey le acomodaba la solapa de su americana, expresando su preocupación.Después de despedirse de su esposa, Bleid se apresuró a encontrarse con su leal beta para dirigirse al coto de peleas ilegales.Al llegar
Las preguntas se agolpaban en la mente de Gregory, sin encontrar respuestas claras ni consuelo alguno. El tiempo parecía detenerse mientras los acontecimientos desafiaban su comprensión. El dolor y la angustia se entrelazaban, formando un nudo en su pecho. ¿Cómo podrían enfrentar esta nueva situación? ¿Existía alguna forma de revertir el proceso y recuperar la estabilidad que tanto habían anhelado?En medio del caos y la incertidumbre, la familia se mantenía unida, buscando apoyo mutuo en su confusión. A pesar de la devastación emocional que los embargaba, cada miembro se aferraba a la esperanza de encontrar una solución, de encontrar un camino hacia la normalidad perdida.Barack estaba lleno de emoción al experimentar nuevamente la transformación en lobo, un sentimiento que lo embargaba por completo. Sin poder contener su entusiasmo, alzó la cabeza y dejó escapar un aullido melodioso hacia la luna, llenando el ambiente con su llamado. El sonido reverberó en toda la casa, captando la
Bleid sintió el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. Era consciente de que los secuestros y la esclavización de los metamorfos eran una clara declaración de guerra, pero no tenía un enemigo específico al que apuntar con sus acusaciones. La amenaza era sutil, oculta en las sombras, lo que dificultaba aún más la tarea de identificar y enfrentar al responsable.Un silencio tenso se apoderó de la sala mientras Bleid reflexionaba sobre las palabras del líder del consejo. Sabía que no podía permitirse mostrar indecisión o debilidad en ese momento crucial. Debía encontrar una estrategia para proteger a los suyos y desentrañar la verdad detrás de los ataques.—Hemos dependido demasiado de los Wolfang, pero antes de su vuelta, nuestro mundo sobrevivió y prosperó sin su intervención. Es irónico cómo su aparición ha desatado conflictos y divisiones en nuestras tierras —replicó de manera provocadora uno de los miembros del consejo, buscando sembrar la discordia entre Bleid y las doce fam
Bleid se encontraba inmerso en una profunda confusión, compartiendo el desconcierto de Audrey ante la repentina transformación de su hijo. Observaba a Barack con atención, notando los rasgos tan similares que compartían. Era como mirarse en un espejo del pasado, salvo por el cabello rubio que heredó de su madre. La apariencia de su hijo en ese momento evocaba su propia imagen en la juventud, lo cual le generaba una extraña mezcla de nostalgia y asombro. Pero no había tiempo para quedarse asombrado ante la situación, el tiempo apremiaba y era crucial encontrar respuestas frente al vertiginoso cambio que los rodeaba. Con paso decidido, Bleid se acercó a su hijo, Barack, buscando transmitirle la importancia de la situación. Sus palabras resonaron con firmeza y preocupación en el aire.—Todo lo que se ha hecho, se ha hecho por tu bien. No solo por tu madre o por mí, sino también debes reflexionar sobre lo que llevó a tu tío a realizar tal sacrificio Con esperanza en su mirada, anhelaba
Bleid asintió solemnemente, su mirada reflejando la determinación de permanecer unidos en aquellos momentos cruciales. Sabía que era el momento de reconstruir los lazos familiares que se habían desvanecido en el pasado.Sin embargo, ninguna palabra fue pronunciada en voz alta, ya que la determinación ardía en lo más profundo de sus seres. Ambos entendían claramente que estaban dispuestos a luchar y enfrentarse a sus enemigos sin importar las dificultades que se les presentaran.— Ve a descansar, Gregory. Necesitas recuperar tus fuerzas. Te necesitaré preparado para la batalla — expresó Bleid con voz serena, transmitiendo su confianza en las habilidades de su sobrino. Reconoció la importancia de un descanso adecuado para enfrentar los desafíos venideros y proteger a su familia.Audrey entró en la habitación de su hijo, encontrándolo visiblemente molesto mientras se dejaba caer en la cama. Su rostro reflejaba el peso de las emociones que lo agobiaban.—¿Necesitas hablar?—, preguntó con
Aquellas palabras resonaron en el interior de Audrey, dejando un eco de tristeza y comprensión en su voz. Reconocía la conexión especial entre su hijo y Gregory, pero nunca había imaginado que el amor que habían compartido trascendería incluso a través de la reencarnación. Ahora, Barack era un adulto enfrentándose a emociones abrumadoras, y ella luchaba por encontrar las palabras adecuadas para consolarlo.Audrey extendió su mano con delicadeza, buscando el contacto reconfortante con su hijo, pero él parecía distante y sumido en su propio mundo de dolor.—Hijo... —susurró, su voz entrecortada por la emoción—. Sé que amas a tu tío, y él te ama a ti. Pero debes comprender que, precisamente por ese amor incondicional, él estaría dispuesto a hacer cualquier cosa para protegerte y ayudarte.En ese preciso instante, como si fuera convocado por la fuerza de las emociones que inundaban la habitación, Gregory hizo su entrada triunfal. Transformado en su majestuosa forma de lobo blanco, atraves
Bleid, con sus ojos penetrantes y llenos de comprensión, observó detenidamente a Audrey mientras abandonaba la habitación. El rostro de su amada reflejaba una mezcla de tristeza y enfado, lo cual le hizo desplegar sus brazos con prontitud, dispuesto a brindarle consuelo.—Dime qué te sucede —le preguntó con suavidad, rozando su nariz con la de ella en un gesto íntimo y reconfortante. Bleid anhelaba ser el apoyo que ella necesitaba, su luna en tiempos turbulentos—. ¿Le ocurre algo a Barack?Audrey buscó refugio entre los cálidos brazos de su esposo, sintiendo cómo su protección la envolvía en un abrazo reconfortante. Su voz se entrecortó mientras revelaba la preocupación que cargaba en su corazón.—Es nuestro hijo —respondió con un susurro, dejando escapar el peso de sus emociones en cada palabra.— Ahora es un adulto.Bleid asintió con comprensión, comprendiendo el inmenso vínculo que compartían con Barack. En ese momento, el lobo blanco decidió tomar la iniciativa para aliviar la tens