Emilia abrió sus ojos cuando sintió un jadeo contra su garganta. La mujer humedeció sus labios mientras su aún nublado cerebro no reconocía el techo del lugar donde estaba. Por un instante trató de despejar la bruma del suelo y jadeó cuando un pequeño mordisco en su pecho la hizo bajar la mirada hacia dicho lugar.La mujer no pudo hablar. Falcón estaba una vez más sobre su cuerpo, ya no sangraba, pero su cuerpo parecía moverse por su propia voluntad. La chica dejó que aquel alfa moviera sus labios hacia su zona íntima. Emilia notó también que su camisa había sido rasgada. Ella ni siquiera se habría dado cuenta si no hubiese sentido que la tocaban, pero aquello era algo tan abrumador que no podía pensar con claridad.— Falcón... — Emilia trató de llamar la atención del hombre — ¡Falcón! No hagas esto otra vez, por favor, ya… ya dijimos que esto es…—Mía, mi luna…Aquellas palabras fueron deletreadas por ella, aunque el hombre que las dijo no parecía estar siendo humano en aquel instant
Falcón sintió que el mundo regresó a formar parte de su entorno después de que pareciera haberse estado quemando en el infierno. El alfa recordó ligeramente lo que había sucedido, los leves flashes que tenía de las cosas que había hecho con… con Emilia y sobre todo la forma en que se había herido.El alfa notó los rasguños en la puerta cerrada de aquella habitación, también podía sentir el aroma del sexo flotando alrededor y el lobo caminó hacia el cuarto de baño para lavar su rostro he intentar comprender por qué se sentía tan… diferente.El alfa miró su garganta, se había herido con fuerza para evitar tener la capacidad de lanzarse sobre su luna en los tres días que debía de durar su ciclo, pero de algún modo había conseguido no solo curarse, sino incluso en tan poco tiempo también sanar sin absolutamente ninguna señal en su piel. Las heridas de los alfas eran más difíciles de curar que el resto de las heridas de otros lobos, pero de algún modo él había conseguido curar las suyas.F
— Ni siquiera llevo ropa decente — dijo Emilia cuando Falcón la subió al mismo auto que habían usado para ir donde su familia — ¿Por qué no pude siquiera cambiarme?— Eres un lobo también y donde vamos da igual cómo estés vestida — dijo Falcón dándole la oportunidad de leer sus labios mientras miraba hacia la carretera un segundo después.Emilia no quiso decir nada más, porque aún se sentía extraña por estar con su camisa cubriendo su desnudez cuando unas horas atrás él había… La chica no pudo evitar mirar los labios de aquel hombre.Sin embargo, no había necesidad de leer alguna frase de ellos, ella solo estaba tratando de asimilar que aquellos carnosos labios la habían hecho sentir de una forma que jamás imaginó.Las lobas de las manadas solían explicar desde pequeñas a sus hijas como era el apareamiento, las chicas solían hablarlo entre ellas todo el tiempo, pero Emilia no había tenido una madre que le explicase y las pocas cosas que había escuchado a su hermana hablar con sus amig
Emilia no podía creer lo que había dicho la anciana que habían visto, nunca había oído hablar sobre las parejas de corazón o el lazo emocional que la anciana había dicho se podía forjar, pero incluso aquello no le sorprendía más que el hecho de que quizás su lobo… Su lobo podría despertar.Ella sabía que era prácticamente imposible. La doctora de la manada donde estuvo después del incendio y hasta que prácticamente fue una adolescente le hizo estudios antes de arruinarle la vida afirmando que ella jamás experimentaría un cambio otra vez.¿Por qué había perdido a su lobo?Nunca lo supo realmente, pero quizás el trauma de aquellos días de su infancia que no puede recordar sean la causa de todo. No obstante, saber que podría haber una posibilidad de que su lobo despertara era… algo en lo que seriamente debía pensar. La mujer miró al alfa a su lado y recordó entonces la única forma que había para que sus lazos se hicieran íntimos. La desilusión entonces se apoderó de ella.Aquel alfa no l
Emilia estaba tan nerviosa que sus manos temblaban, había escuchado historias de las amigas de su hermanastra, había también leído un par de cosas en algunos libros y todas mostraban la primera vez de una loba como algo sin mucho cuidado o importancia, pero ella no era una loba normal, de hecho… ni siquiera la consideraban de aquella manera así que estaba aterrada.La chica miró la hora en el reloj de la mesilla de noche junto a la cama donde estaba sentada. La ropa que llevaba era bastante bonita, no cabía dudas, pero aquello era lo menos importante, ya que se la quitarían en un par de minutos.La mujer pensó en lo que había escuchado sobre las relaciones sexuales entre un lobo y su Luna; resultaba doloroso para la humana debido a la fuerza del lobo. Emilia se cuestionó si ella también sentiría dolor o sería difícil para ella, que no tenía ningún tipo de capacidad curativa o resistencia como el resto de lobas.La mujer suspiró cuando la manilla del reloj se movió, se miró al espejo u
— ¿Qué hacen aquí? — Falcón fue el primero en llegar a la planta baja, terminó de ajustar su ropa mientras las dos mujeres con un par de maletas le miraron con una sonrisa.— Hemos decidido involucrarnos en la boda de mi querida hijastra — la loba mayor golpeó ligeramente el hombro de su hija— ¿No es así Cintia?— Sí, es… lo único que queremos, aunque aún… Aún estoy herida por la pérdida de mi prometido.Falcón ni siquiera prestó atención a la mención de su ex beta, no quería recordar a su amigo porque estaba aún lastimado en el fondo por su traición, sus secretos y el crimen que sin lugar a dudas trató de cometer. Miró a la mujer mayor que de repente quería tener una relación con su luna.— Mire señora, no creo que sea necesario que venga o haga nada, Emilia y yo no vamos a…— ¡No puede hacer a un lado la tradición! — dijo la mujer — es… es verdad que Emilia no puede cambiar, pero sigue siendo hija de mi marido, esta es una familia con convicciones así que la boda se celebrará dentr
Emilia tuvo que obligarse a salir de la cama, el hecho de que su madrastra y hermana estuvieran en aquella casa simplemente no le gustaba, pero prefirió quedarse para observar en silencio cómo se daban las cosas. La chica decidió poner un poco de empeño en su ropa esa mañana, se decantó por un vestido color amarillo brillante con un hermoso lazo blanco que rodeaba su delicada cintura. Las mangas caídas dejaban a la vista sus hombros sin dejar de hacer elegante aquel vestido.La chica agradeció que Falcó hubiese comprado ropa para ella, ya que lo poco que había traído de casa de su madrastra no eran más que harapos. La mujer hizo una trenza en su cabello antes de salir de la habitación rodeada de aquel silencio que siempre la acompañaba. Emilia recordó lo que había intentado la noche anterior y su vientre se encogió un poco avergonzado.Se hundió en sus propios pensamientos mientras seguía el camino hasta las escaleras. Tendría que dormir con Falcón, había visto todo lo que tenía que
Emilia agradeció a la empleada que llevó su ropa a la habitación de Falcón mientras su madre y su hermana estaban siendo llevadas alrededor de la casa por otra de las lobas que trabajaban ahí. La chica se había encargado de permanecer lejos de ella todo el tiempo que podía, pero aquello conllevaba estar encerrada en la habitación de Falcón o lejos de la casa y realmente no quería dejar a su madrastra y hermanastra solas en aquella mención.La chica miró alrededor de la bonita habitación donde estaba, el lugar no era exageradamente decorado, pero sin lugar a dudas era bonito, amplio como ninguna otra de las habitaciones que había visto y aunque hacía poco tiempo que había estado ahí por última vez, ni siquiera había tenido tiempo de mirar alrededor debido a las circunstancias.La cama con un imponente cabecero tallado era el principal objeto de aquella habitación, había un armario, un par de libreros flotantes y un escritorio perfectamente organizado junto a lo que Emilia supuso sería