La ciudad vibraba con la energía de la Semana de la Moda. El evento más esperado del año había llegado, y con él, un torbellino de emociones, creatividad y, para Isabella, una mezcla de orgullo y nerviosismo. Los días previos habían sido un frenesí de preparativos: ajustes de última hora, pruebas de vestuario y la planificación de cada detalle del desfile. La colección de Isabella, su proyecto más personal hasta la fecha, estaba lista para brillar.El gran día llegó, y el lugar del evento estaba repleto de la crème de la crème de la industria de la moda: diseñadores, críticos, celebridades y fotógrafos, todos esperando ansiosos para presenciar las últimas creaciones de Rossi Fashion. Isabella, aunque rodeada por su equipo y colegas, se sentía sola en medio de la multitud. La distancia que había mantenido con Leonardo seguía siendo dolorosa, pero sabía que debía enfocarse en lo que realmente importaba: el éxito de su colección.Tras bambalinas, el ambiente era frenético. Modelos y esti
Los días que siguieron a la Semana de la Moda estuvieron cargados de emociones encontradas para Isabella. Por un lado, el éxito de su colección había superado todas sus expectativas; los elogios llegaban de todas partes, y su nombre se mencionaba en los círculos más prestigiosos de la moda. Sin embargo, el beso con Leonardo y la inesperada interrupción de la modelo la habían dejado en un estado de confusión y vulnerabilidad que no podía ignorar.Leonardo, por su parte, había estado distante desde aquella noche, pero no en la forma en que Isabella había temido. En lugar de evitarla, parecía estar dándole el espacio que ella necesitaba para procesar lo que había sucedido entre ellos. Aun así, cada vez que se encontraban en las reuniones de trabajo o en los pasillos de la oficina, la tensión era palpable. Había una conversación pendiente, un ajuste de cuentas emocional que ambos sabían que no podían seguir postergando.Una tarde, poco después del éxito de la colección, Leonardo se presen
El otoño comenzaba a adueñarse de la ciudad, pintando los árboles con tonos cálidos y dorados. La brisa fresca llevaba consigo el aroma a tierra húmeda, una señal de que el invierno no estaba lejos. Isabella observaba el paisaje desde la ventana de su despacho, tratando de calmar los nervios que la habían acompañado todo el día. Leonardo la había invitado a cenar en su casa, y aunque había aceptado sin dudar, ahora que el momento se acercaba, no podía evitar sentir un cosquilleo de anticipación.La relación entre ambos había cambiado significativamente desde aquella conversación en la oficina. Aunque seguían trabajando juntos con la misma pasión y profesionalismo de siempre, los encuentros fuera del trabajo se habían vuelto más frecuentes, más íntimos. La tensión que antes los había distanciado parecía haber dado paso a un entendimiento más profundo, a una conexión que iba más allá de la mera atracción física. Esta cena, sin embargo, era diferente. Sabía que esa noche algo importante
La conversación con Leonardo había vuelto a ablandar su corazón, Isabella quería volver a yacer con Leonardo y estaba convencida de que el también.Ella sonrió, acariciando suavemente su mejilla. "Y yo prometo que estaré a tu lado, Leonardo, pase lo que pase."Se miraron a los ojos durante unos segundos, dejando que sus cuellos fueran cediendo poco a poco hasta que se fundieron en un apasionado beso. La pasión fue en aumento, y poco a poco sus manos fueron buscando sus cuerpos moviéndose rítmicamente.Isabella se sorprendió diciendo a Leonardo “¿Es que no vas a enseñarme tu cuarto?” A lo que el respondió en un suspiro “Pensé que nunca me lo pedirías”.Leonardo se levanto de pronto y tomó a Isabella entre sus poderosos brazos, avanzó por la escalinata de piedra del centro de su casa y entro en un enorme dormitorio, amueblado con muebles de caoba y decorado con un gusto exquisito. Leonardo dejo a Isabella junto a la cama, sólo para volver a besarla con pasión.Isabella estaba deseando d
La mañana era clara, con el cielo de un azul intenso que contrastaba con el bullicio de la ciudad. Isabella llegó a la oficina con una energía renovada, sintiendo que el trabajo que tanto amaba estaba tomando un nuevo significado. Había dejado atrás las incertidumbres que la habían agobiado en semanas anteriores, y aunque su relación con Leonardo estaba todavía en una etapa delicada, había una sensación de estabilidad que la hacía sentir optimista.Al entrar en el estudio, notó una atmósfera inusualmente animada. Las conversaciones en voz baja y las sonrisas cómplices entre los miembros del equipo le indicaron que algo importante estaba por suceder. Olivia, su asistente, se acercó con una sonrisa enigmática."Isabella, tengo una sorpresa para ti", dijo Olivia, sus ojos brillando con emoción.Antes de que Isabella pudiera preguntar de qué se trataba, la puerta del despacho de Leonardo se abrió y apareció él, acompañado de un hombre joven que inmediatamente captó su atención. Tenía el a
El estudio estaba lleno de una energía vibrante, como si el mismo aire estuviera cargado de creatividad. Era una de esas mañanas en las que Isabella sentía que todo era posible. Había pasado apenas una semana desde la llegada de Luca, pero su presencia ya se había hecho sentir en el equipo. No solo aportaba ideas frescas y perspectivas novedosas, sino que su entusiasmo parecía contagiar a todos a su alrededor, incluyendo a Isabella.Aquella mañana, Isabella estaba revisando algunos bocetos cuando Leonardo entró en el estudio con una carpeta bajo el brazo y una expresión que mezclaba satisfacción y anticipación. Se acercó a Isabella y a Luca, que estaban trabajando juntos en un rincón del estudio, afinando los detalles de unos diseños que habían estado discutiendo durante los últimos días."Buenos días a ambos", saludó Leonardo con una son
El estudio de diseño estaba más animado que de costumbre esa tarde, una energía que se sentía distinta a la habitual urgencia de las fechas de entrega o las reuniones creativas. Era una energía más ligera, teñida de anticipación y camaradería. Leonardo había sugerido una cena informal para el equipo de diseño, una oportunidad para relajarse y fortalecer los lazos entre todos los que contribuían a las creaciones de la marca.Isabella se sentía agradecida por la idea. Después de semanas de intenso trabajo en su proyecto conjunto con Luca, una noche de desconexión era justo lo que necesitaban. Cuando llegó al restaurante elegido para la ocasión, un lugar acogedor con una decoración moderna y una iluminación cálida, fue recibida por las risas y el murmullo de conversaciones de sus compañeros.Leonardo, que ya estaba allí,
Las semanas que siguieron a la cena del equipo transcurrieron en un torbellino de creatividad y trabajo incansable. La atmósfera en Rossi Fashion era intensa pero estimulante, con cada diseñador enfocado en llevar sus ideas al límite. Isabella y Luca, después de su exitosa colaboración en el proyecto conjunto, habían forjado una dinámica de trabajo fluida y efectiva. Sus risas y conversaciones se mezclaban con el sonido de las máquinas de coser, creando una sinfonía de productividad que no pasaba desapercibida.Leonardo observaba todo desde su posición estratégica. Siempre había sido un líder que prestaba atención a los detalles, y en ese momento, esos detalles le preocupaban. Desde la incorporación de Luca al equipo, había notado un cambio sutil en Isabella. Ella seguía siendo la profesional dedicada y talentosa que él había admirado desde el p