El estudio estaba lleno de una energía vibrante, como si el mismo aire estuviera cargado de creatividad. Era una de esas mañanas en las que Isabella sentía que todo era posible. Había pasado apenas una semana desde la llegada de Luca, pero su presencia ya se había hecho sentir en el equipo. No solo aportaba ideas frescas y perspectivas novedosas, sino que su entusiasmo parecía contagiar a todos a su alrededor, incluyendo a Isabella.
Aquella mañana, Isabella estaba revisando algunos bocetos cuando Leonardo entró en el estudio con una carpeta bajo el brazo y una expresión que mezclaba satisfacción y anticipación. Se acercó a Isabella y a Luca, que estaban trabajando juntos en un rincón del estudio, afinando los detalles de unos diseños que habían estado discutiendo durante los últimos días.
"Buenos días a ambos", saludó Leonardo con una son
El estudio de diseño estaba más animado que de costumbre esa tarde, una energía que se sentía distinta a la habitual urgencia de las fechas de entrega o las reuniones creativas. Era una energía más ligera, teñida de anticipación y camaradería. Leonardo había sugerido una cena informal para el equipo de diseño, una oportunidad para relajarse y fortalecer los lazos entre todos los que contribuían a las creaciones de la marca.Isabella se sentía agradecida por la idea. Después de semanas de intenso trabajo en su proyecto conjunto con Luca, una noche de desconexión era justo lo que necesitaban. Cuando llegó al restaurante elegido para la ocasión, un lugar acogedor con una decoración moderna y una iluminación cálida, fue recibida por las risas y el murmullo de conversaciones de sus compañeros.Leonardo, que ya estaba allí,
Las semanas que siguieron a la cena del equipo transcurrieron en un torbellino de creatividad y trabajo incansable. La atmósfera en Rossi Fashion era intensa pero estimulante, con cada diseñador enfocado en llevar sus ideas al límite. Isabella y Luca, después de su exitosa colaboración en el proyecto conjunto, habían forjado una dinámica de trabajo fluida y efectiva. Sus risas y conversaciones se mezclaban con el sonido de las máquinas de coser, creando una sinfonía de productividad que no pasaba desapercibida.Leonardo observaba todo desde su posición estratégica. Siempre había sido un líder que prestaba atención a los detalles, y en ese momento, esos detalles le preocupaban. Desde la incorporación de Luca al equipo, había notado un cambio sutil en Isabella. Ella seguía siendo la profesional dedicada y talentosa que él había admirado desde el p
La noche había caído sobre la ciudad, envolviendo a Rossi Fashion en un manto de silencio. La mayoría del equipo se había marchado hacía horas, pero en el estudio de diseño, las luces aún estaban encendidas. Isabella y Luca trabajaban en un encargo urgente que requería toda su atención. Las semanas recientes habían sido un torbellino de creatividad y colaboración, y este proyecto era la culminación de todos esos esfuerzos.Mientras Isabella revisaba los bocetos finales, Luca se acercó con un par de telas en la mano. "¿Qué te parece este contraste?", preguntó, su voz suave en la quietud de la oficina.Isabella levantó la mirada y esbozó una sonrisa cansada pero sincera. "Creo que es perfecto. Realmente le da vida al diseño."Luca sonrió, satisfecho con su elección, y se sentó en la silla frente a ella. Durante u
Los días que siguieron a la confesión de Luca estuvieron llenos de una extraña calma, como si un viento invernal hubiera pasado por Rossi Fashion, enfriando las emociones y dejando solo un aire gélido de incertidumbre. Isabella y Luca continuaron trabajando juntos, su relación profesional se mantenía cordial, pero había una reserva entre ellos, una distancia cuidadosamente mantenida que ambos respetaban. Sin embargo, bajo esa superficie de normalidad, Isabella sentía una inquietud creciente, una sensación de que algo grande estaba a punto de cambiar.Esa sensación se materializó una mañana cuando Isabella llegó al trabajo y encontró una atmósfera inusualmente tensa en la oficina. El equipo, que normalmente estaba sumido en la actividad, parecía distraído, como si algo importante estuviera en el aire. Las miradas cómplices y los murmullos entre los empl
Los días posteriores al regreso de Valeria fueron una tormenta de emociones para Isabella. Había intentado mantener la compostura, enfocarse en su trabajo y no dejarse afectar por la presencia de la prometida de Leonardo, pero Valeria parecía determinada a desafiar su tranquilidad. Lo que comenzó como una sensación incómoda, se transformó en una pesadilla diaria.Valeria, con su belleza deslumbrante y su presencia dominante, había comenzado a hacerse notar en Rossi Fashion de maneras que nadie había anticipado. Al principio, sus apariciones en la oficina fueron esporádicas, un simple saludo aquí y allá. Pero pronto, Valeria dejó de ser una sombra y se convirtió en el centro de atención.Una mañana, cuando Isabella entró en la oficina, se encontró con una escena que le revolvió el estómago. Valeria estaba sentada en el escritorio de
Leonardo permanecía sentado en su despacho, con la mirada perdida en la vasta extensión de la ciudad que se desplegaba frente a los ventanales. Desde lo alto, las luces parpadeaban como pequeños fuegos fatuos, invitando a la reflexión, pero esta noche, su mente estaba en un caos que ni siquiera la vista podía apaciguar. Sentía como si todo a su alrededor se estuviera desmoronando, y la causa de aquel colapso era la persona con la que, en teoría, debería estar construyendo su futuro.Valeria.Había conocido a Valeria cuando eran jóvenes, dos herederos de familias prominentes cuyas vidas ya estaban trazadas en mapas que ellos no habían dibujado. Sus padres, en particular su padre, habían dejado claro desde el principio que la unión con Valeria era algo más que un matrimonio; era una alianza entre dos imperios familiares, una decisión estratégica para consolidar
Valeria se plantó en la puerta del despacho de Leonardo sólo unos minutos después de la llamada de Leonardo. Llevaba puesta una gabardina larga, es cómo si estuviera preparada para irse en ese momento.“Valeria pasa, tenemos que hablar de un tema importante” le dijo Leonardo en el tono más serio que le permitía su embriaguez.Valeria tomó una actitud recogida y sumisa, muy poco habitual en ella “Si Leo querido, tengo que pedirte disculpas por estas últimas semanas” Eso dejo absolutamente descolocado a Leonardo “Eh… bien… si… eso…”.Valeria continuó su discurso, como si lo hubiera preparado. “Verás, he llegado con mucho ímpetu, quería conocer al fondo los entresijos de la compañía y tal vez puede que en alguna ocasión me he podido exceder en mi emoción y he expresado mis convicciones
Isabella subió con determinación las escaleras que llevaban al despacho de Leonardo. El bullicio en la oficina era habitual, pero en su mente solo había un único objetivo: enfrentarse a él. Llevaba semanas soportando el comportamiento insolente de Valeria, las interrupciones en su trabajo y las decisiones arbitrarias que habían puesto en peligro la colección en la que tanto se había esforzado. Pero la escena del día anterior, en la que Valeria había despedido a una modista por un simple desacuerdo, había sido la gota que colmó el vaso. Leonardo no podía seguir permitiendo que su prometida se paseara por la empresa como si fuera la reina de todo.Cuando llegó frente a las puertas de cristal del despacho de Leonardo, apenas tocó antes de entrar. Él estaba concentrado, revisando unos documentos, pero al verla irrumpir con tanta energía, levantó la vista.