Gabriel estaba en su oficina concentrado en los expedientes, cuando percibió nuevamente el aroma que lo estaba enloqueciendo.
Luego, escuchó su voz saludando a Carol.Esperó a que tal vez la señora Wolf golpeara la puerta para confirmar su presencia, pero la sintió detenerse un instante en su puerta, para luego continuar su camino.Pasaron incluso un par de horas más, en las que ella parecía ignorarlo."No seas ridículo, Gabriel", se dijo a sí mismo, "está trabajando. Concéntrate en lo tuyo".Si fuera un empleo común, con un jefe común, no sería raro.Cada uno en lo suyo y con el contacto limitado a lo formal.Pero no tenía sentido engañarse. Deseaba verla de nuevo, quién sabe por qué absurda razón.Selena supo que él había aceptado el trabajo apenas llegó a su piso.No necesitaba confirmarlo.Pero ya había decidido su estrategia de supervivencia: mantener la distancia.Le preocupaba más su fórmula robada, así que llamó a un detective que parecía bien calificado y habló rápidamente con él, sin especificar mucho.-Buenas tardes, detective Cooper. He recibido muy buenas referencias de usted.La voz del otro lado de la línea sonaba halagada.-Es un honor, viniendo de su parte. Reconozco que sigo de cerca su carrera, como experto en conflictos y espionaje empresarial, esperaba el momento en que requiriera mis servicios.-Me toma por sorpresa… ¿Sabe entonces el motivo de mi llamado?-No exactamente, pero, siendo honesto, estoy al tanto del interés de su competencia en la nueva línea de fragancias. Están desesperados por no hundirse como el resto de las empresas locales…-Comprendo… Lamentablemente, mi problema es un poco más… personal.-Soy todo oídos.Selena suspiró. No podía revelar los verdaderos motivos, al menos no por ahora, pero podia ser levemente honesta.-Se trata de una fórmula secreta, pero que no forma parte de nuestras fragancias comerciales. Es de uso personal, algo así como un "traje a medida" pero en perfume. Como cualquier otro producto hecho a medida, no es apta para cualquier tipo de piel.-Creo entender… Si no me equivoco, cada fragancia tiene un aroma diferente acorde a las características de quien la usa: el pH de la piel, por ejemplo… ¿estoy en lo correcto?-Exactamente, detective. Esa fórmula no le sirve a mi competencia para elaborarla en cantidad. Pero digamos que no me interesa tampoco que se replique y difunda… Puede ser una cuestión de… orgullo personal. No me agrada que me roben en las narices.-Bien… ¿y qué quiere usted que haga?-Por ahora, que se encargue de rastrearla, averiguar qué hacen con esa fórmula, dónde la guardan, si hacen alguna partida de perfumes… lo que sea. Luego veremos cómo proseguir…El hombre asintió. Estaba acostumbrado a esos encargos.-Perfecto. Así lo haré. La mantendré al corriente.-Gracias, detective. Será muy bien recompensado.Luego de cortar la llamada, ella se quedó pensativa.La fórmula, más que un perfume, estaba diseñada para ocultar su verdadera naturaleza.En un ser humano, era incluso desagradable.Pero en la piel de Selena era un camuflaje. Uno que le había permitido huir a través del bosque, a pesar del agudo olfato de quienes la cazaban.No sabía si todavía la buscaban. O por qué la buscaban.Sólo sabía que cualquiera de su propia especie que accediera a esa pócima que usó para ocultarse, la encontraría al instante y sabría quién, o qué, era ella.Estaba pensativa, cuando sus fosas nasales se dilataron de golpe, y en su cabeza Maia casi jadeó.No necesitaba mirar para darse cuenta de que Gabriel estaba delante de su puerta.Y ella no estaba lista para verlo de nuevo.El suave golpe en la puerta le anunció que sería inevitable. Así que tomó una carpeta de fórmulas, se puso de pie alejándose hacia la ventana, y disfrazando a su voz lo más neutral que pudo, respondió:-Adelante.Lo escuchó abrir la puerta, y entrar con aplomo.-Permiso, señora Wolf. Recibí una llamada del señor Ford, en el laboratorio. Necesita que usted vaya a verificar los cambios en la fragancia femenina…Ella ni siquiera lo miró para responder.-Gracias, señor Reyes. Dígale que voy en media hora.Gabriel sintió cómo el enojo crecía en su interior. Le molestaba ser ignorado, y, si se tratara de cualquier otro jefe, en cualquier otro trabajo, estallaría en un exabrupto reclamando por esa desidia.¿Por qué permitía que ella le hablara así, como a un perrito faldero?Reprimió sus ganas de responder con insolencia, esa que siempre le había acarreado problemas, y sólo dijo:-De acuerdo, señora Wolf. ¿Necesitará que la acompañe al laboratorio?Selena se giró aún más y le dio la espalda.-No será necesario. Gracias. Puede retirarse.Él apretó la mandíbula y se fue.En su mente se decía que esta era la verdadera jefa, la fría y calculadora mujer de negocios, y que el líquido y tibio brillo de oro de sus ojos había sido un espejismo.Que era su primer día, había dormido mal y no debía tomarlo personal.Pero se sentía extraño. Como si las cosas no debieran ser de ese modo."No me gusta lo que haces""Cállate, Maia. Lo contraté, como querías, pero es un peligro latente""Podrías ser más suave…""¿Desde cuándo soy una mujer suave? No veo por qué cambiar ahora. Al contrario. Acostúmbrate, porque no correré el riesgo de caer en la tentación…""Ya lo veremos"Carol vio salir a Gabriel de la oficina de la jefa con una expresión de fastidio. Le sonrió y trató de suavizar las cosas.-¿Un difícil primer día?Él la miró y devolvió la sonrisa. La secretaria no estaba mal. A lo mejor podría distraerse en el futuro.-No tanto… Sólo creí que tendría oportunidad de estar más cerca de la señora Wolf, como su asistente. Pero parece ignorarme.-Créeme, es mejor que te ignore…-¿Tanto miedo te da?-Bueno, no soy precisamente una chica de carácter fuerte. Pero la señora Wolf a veces me da terror, lo admito. Es porque aún no la has visto enojada…-Entiendo… y cuando está de mal humor ¿Hay algo que le guste? ¿Alguna atención?La joven pensó algunos minutos.-Un café, árabe, grano tostado suave, sin azúcar. En la cafetería de la otra cuadra los venden. Sé que Susan los compraba cuando cometía un error…-¿Susan?-Su anterior asistente…-Claro…Bueno, eso era un comienzo. Si en media hora su jefa iría al laboratorio, podría buscar su café y recibirla con una atención que mejorara su incipiente relación laboral.Estaba allí para aprender de ella, no para que lo mantuviera al margen. La distancia no le servía.Selena salió al laboratorio, pasó por el lado de ambos sin mirarlos y desapareció en el ascensor. Conteniendo la respiración para no flaquear.Soportó al señor Ford, que al menos había corregido la fragancia para que no oliera como un plagio, autorizó la producción y salió de allí pensando en que debería ir al departamento de diseño para redefinir el nuevo frasco y empaque.Estaba tan abstraída que no lo percibió en el aire hasta que fue demasiado tarde para esquivarlo, dándose de frente con el cuerpo amplio y fuerte de Gabriel.Se sintió mareada, sintió el café caliente en su falda y los brazos musculosos que la sostenían para no caer.La nariz de Gabriel se hundió en su cuello, aspirando con fuerza, y ella jadeó sin lograr controlarlo, mientras en su cabeza escuchaba el gemido y el grito de Maia:"¡Compañero!"Cuando Gabriel volvió en sí, estaba sentado en una silla, siendo abanicado por una de las asistentes del piso de laboratorios, y no había señales de Selena Wolf.Sólo su perfume detenido en el aire.¿Acaso se había desmayado? ¿Esas voces en su cabeza fueron un sueño? No lograba recordar nada desde que regresó de comprar café. Excepto por unos ojos dorados y salvajes.Definitivamente estaba agotado y durmiendo muy mal, y no era sólo a causa del trabajo.Llevaba varias noches sintiéndose inquieto, con insomnio, y cuando lograba dormir tenía extraños sueños y episodios de sonambulismo, para nada habituales en él. Despertaba de pronto, en medio de la cocina o en algún lugar de la sala. Pero nunca le había sucedido de día.Miró a la joven que lo acompañaba y preguntó con cautela:-¿Qué ha sucedido?-Señor Reyes, por lo que alcancé a ver usted tropezó con la señora Wolf, derramó café en su falda, evitó que cayera al suelo y pareció desvanecerse un poco. La señora fue a cambiarse, creo que
La respiración de Selena se fue calmando lentamente, mientras olfateaba a su alrededor y aguzaba su vista.¿La habría seguido la criatura que había percibido en los alrededores del parque? Por su comodidad, y también por gusto, su casa estaba cerca del enorme espacio verde, e incluso su propio hogar estaba rodeado de árboles que alimentaban su nostalgia por aquello que había perdido hace ya tanto tiempo.Nunca se había sentido en peligro, hasta esa noche.Ahora, con la mente alerta, de repente le parecía una insensatez su manía por correr en soledad para liberar el exceso de energíaLa luna, en todo su esplendor, en una plenitud casi fantasmal, brillaba todavía en el cielo.Era mágica, e inquietante, para su especie.Ineludible y vital.Ella se levantó con cautela, en medio del silencio que la rodeaba.Contrario a lo que muchos pudieran creer al conocerla superficialmente, ella vivía sola en una mansión modesta donde predominaba un estilo similar al de su oficina, el olor a madera, e
Selena llegó a Moon Alchemy como un día cualquiera.Pero pronto notó que no lo sería.El aroma casi familiar que invadía el piso en que se situaba su oficina era más intenso que nunca. Esa era una clara señal de que su nuevo asistente ya estaba allí, desde temprano.Y de que algo en él había cambiado.Saludó a Carol como era usual, y entró a su oficina tan rápido como pudo, en un intento por evitar lo que sabía imposible.Respiraba con dificultad, y notó cómo le sudaban las palmas de las manos, en tanto Maia se agitaba en su interior, deseando salir.Había procurado no pensar demasiado en la víctima que habían encontrado en el Parque, tratando de convencerse de que podría haber sido cualquier cosa, pero… ¿y si la buscaban a ella? ¿Si el pasado la había alcanzado al fin? En ese momento, Carol golpeó su puerta:-Adelante…-Lo siento, señora Wolf, la solicita el señor Ford en el laboratorio.La jefa suspiró.-¿Te dijo qué necesita? Creí que el asunto de la fórmula ya estaba resuelto…L
Pero cuando ambos regresaron al trabajo, Moon Alchemy estaba sumida en el caos.Selena preguntó a quienes pasaban a su lado, escapando del humo, y con una sensación horrible en la boca del estómago, sintiéndose como en el pasado, cuando fuera emboscada por sorpresa:-¿Qué es lo que ha pasado aquí? ¿Están todos bien?...Uno de los guardias de seguridad se detuvo en sus tareas, y le explicó mientras la acompañaba afuera por el enorme salón de ingreso al edificio:-Hubo un accidente en el laboratorio, nos dijeron que no se trata de nada demasiado grave, pero están evacuando este piso y los superiores por precaución, no esperan que el inconsciente dure más de un par de horas... Al parecer se incendió una de las computadoras de ese área, pero los químicos y los equipos de allí se encuentran intactos… El humo denso lo hace ver peor, por ser un fuego de origen eléctrico, pero según los bomberos no ha pasado ni pasará a mayores… En breve podrían retomarse las actividades de cada sector…El pr
Selena lo evaluó con la mirada fija en sus profundos ojos negros, tratando de ser una jefa fría.Su instinto le gritaba a voces que confiar en él era un movimiento peligroso. Aunque fuera su compañero.¿Cómo funcionaba ese vínculo cuando era interespecie? Apenas si conocía al hombre frente a ella… ¿y si estaba en connivencia con los traidores?¿Si su llegada era mucho más que una casualidad?Maia, su loba, que a duras penas se contenía en silencio, asomando su mirada dorada, la movía a aceptar cualquier propuesta que Gabriel le hiciera. Por más descabellada que pareciera.Esa era la eterna dicotomía de la mujer que todos temían: el juego inevitable entre sus impulsos y la brillantez ejecutiva.Él no se movió, consciente de los engranajes que se movían en la mente de Selena Wolf.Se dejó analizar, incapaz de ocultarse en una máscara fría que no poseía. Deseaba probarle que no había sentimientos ruines en su corazón, pero sabía que no había un camino fácil para lograrlo.Tras algunos se
Las noticias de la ciudad esa mañana, no eran agradables. Alguna clase de criatura estaba cazando en el parque, y se había cobrado nuevas víctimas. Humanas y animales.Por otro lado, un químico reconocido de Moon Alchemy estaba desaparecido, y en su departamento había rastros de sangre y de un enfrentamiento que había dejado destrozos y desorden.Por contrapartida, Gabriel Reyes se sentía estupendamente y con los ánimos mejor que nunca. No le dolía la cabeza, algo que lo solía torturar por las mañanas, aunque sí le pesaba el cuerpo, como si sus huesos se estuvieran recuperando de múltiples fisuras, pero ya no sintiera dolor, si no euforia.Tomó las muestras de sus fragancias, se puso su mejor traje y salió de su departamento con la mirada resuelta y feroz.Ese sería su día. No tenía duda alguna.El día en que comenzaba su nueva vida como empresario, y su ascenso al poder.Selena Wolf tenía miedo. De sí misma.De lo que recordaba, y lo que sentía.Estaba resignada a perder su autono
No lo pudo evitar.Maia estaba descontrolada.Llevaba días luchando contra ella, conteniendo sus impulsos con cada fibra de su cuerpo y ahora directamente no la escuchaba. Con todos los problemas de los últimos días, ya se sentía demasiado débil para contrarrestar su inmenso poder animal.Era imposible para Selena ponerle un freno a su loba.Gritaba en su mente con voz desesperada:"¡Detente! ¡No puedes ir! ¡Maia! Te lo ruego…"Su bestia interior, ahora expuesta en todo su esplendor, la ignoraba, corriendo hacia su destino con las fauces abiertas, dando grandes zancadas que casi la suspendían en el aire.El peso de su corazón no era suficiente para opacar lo ligera y libre que se sentía golpeando el aire.Selena presentía que iba directo a la muerte.Maia sólo deseaba aparearse con su compañero, al que un hilo invisible la ataba."¡Por favor, Maia! Lo que está allá afuera está matando personas sin escrúpulos… ¿Por qué no nos haría lo mismo? Está fuera de lo normal, no es de nuestra es
Selena estaba sumergida parcialmente en el agua tibia de la bañera de su casa, desnuda, abrazándose las piernas, aún temblando, con la mirada perdida.Repasaba en su mente los eventos de esa noche… pero también lo que había leído desde que su investigación se profundizó.Ahora, era evidente que había una criatura extraña en la ciudad, que, a pesar de que olía como su compañero, aún no podía saber si era de verdad Gabriel Reyes, o cómo se suponía que la veía él cuando estaba bajo esa forma gigante. Eso se debía, probablemente a causa de ese lado humano, que todavía adormecía a su lado animal y viceversa. Sea como fuera, la criatura negra era alguna clase de híbrido sin terminar de revelarse… Por lo tanto ¿Era prudente tratar de establecer contacto con ese ser?También había un enorme oso pardo, que sabe Dios cómo había llegado allí, pero que también se cobraba presas en el cercano espacio verde.De quién eran las víctimas humanas y de quién las no humanas… era un asunto que se resolve