No lo pudo evitar.Maia estaba descontrolada.Llevaba días luchando contra ella, conteniendo sus impulsos con cada fibra de su cuerpo y ahora directamente no la escuchaba. Con todos los problemas de los últimos días, ya se sentía demasiado débil para contrarrestar su inmenso poder animal.Era imposible para Selena ponerle un freno a su loba.Gritaba en su mente con voz desesperada:"¡Detente! ¡No puedes ir! ¡Maia! Te lo ruego…"Su bestia interior, ahora expuesta en todo su esplendor, la ignoraba, corriendo hacia su destino con las fauces abiertas, dando grandes zancadas que casi la suspendían en el aire.El peso de su corazón no era suficiente para opacar lo ligera y libre que se sentía golpeando el aire.Selena presentía que iba directo a la muerte.Maia sólo deseaba aparearse con su compañero, al que un hilo invisible la ataba."¡Por favor, Maia! Lo que está allá afuera está matando personas sin escrúpulos… ¿Por qué no nos haría lo mismo? Está fuera de lo normal, no es de nuestra es
Selena estaba sumergida parcialmente en el agua tibia de la bañera de su casa, desnuda, abrazándose las piernas, aún temblando, con la mirada perdida.Repasaba en su mente los eventos de esa noche… pero también lo que había leído desde que su investigación se profundizó.Ahora, era evidente que había una criatura extraña en la ciudad, que, a pesar de que olía como su compañero, aún no podía saber si era de verdad Gabriel Reyes, o cómo se suponía que la veía él cuando estaba bajo esa forma gigante. Eso se debía, probablemente a causa de ese lado humano, que todavía adormecía a su lado animal y viceversa. Sea como fuera, la criatura negra era alguna clase de híbrido sin terminar de revelarse… Por lo tanto ¿Era prudente tratar de establecer contacto con ese ser?También había un enorme oso pardo, que sabe Dios cómo había llegado allí, pero que también se cobraba presas en el cercano espacio verde.De quién eran las víctimas humanas y de quién las no humanas… era un asunto que se resolve
"¡Despierta!"La voz de Maia estaba cargada de urgencia y de terror.Selena intentó con mucho esfuerzo abrir los ojos y observar a su alrededor. Cuando lo logró, descubrió que estaba demasiado oscuro para ver lo que fuera. Se sentía inmovilizada por ataduras rígidas, sin recordar cómo había llegado allí ni reconocer el lugar.Olfateó con cautela para confirmar si estaba sola, mientras evaluaba la posibilidad de transformarse para tener más fuerzas, romper las ataduras y escapar.-Ni lo intentes, Selena. No sería lindo para tí. Te superamos en número y en fuerza física. Y sólo quiero que hablemos, por ahora…La voz era grave, estremecedora, y una luz débil se encendió.Ella entrecerró los ojos, abriéndolos a medida que se acostumbraba al brillo.Frente a Selena, de pie y con los brazos cruzados a unos tres metros de distancia contra una pared oscura, la observaba un hombre vestido de negro, con el cabello completamente blanco y unos ojos fantasmales y conocidos…Intentó hablar, y su vo
Su voz sonaba dentro de la cabeza de Selena, necesitada, deseante, casi en un tono de súplica que desentonaba con la poderosa criatura:-Así que era eso. Siempre fuiste tú… Por eso no pude matarte esa noche. Por eso te dejé huir, para mi deshonra… Por eso te seguí buscando aún cuando la sed de venganza disminuía…El gran licántropo blanco recuperó su forma humana y se alejó un par de pasos, con un gran esfuerzo.La miró con fuego en los ojos, y rogó:-Regresa a tu forma humana… por favor…Para ella, todo era demasiado confuso. Pero cada palabra de él era como un hierro al vivo punzando en su interior, en su núcleo más profundo, y resistirse era imposible, aún más que cuando estaba cerca de Gabriel.Con una lentitud que a él le resultó dolorosa, Selena abandonó su forma de loba y las curvas sinuosas de su cuerpo desnudo fueron descubriéndose frente a los ojos del alfa de cabello blanco, mientras su pecho subía y bajaba al ritmo de su respiración, permaneciendo de pie.El tiempo se dila
La CEO de Moon Alchemy había desaparecido súbitamente de su propia empresa y había caos en cada planta del edificio central de la empresa.La conmoción de Gabriel Reyes, dio paso a una búsqueda frenética y que, cuanto más hurgaba en busca de pistas, más misteriosa parecía Selena Reyes.No había familiares o amigos a quienes avisar o interrogar, ni empleados ese día en la enorme casa silenciosa e inexpugnable.Lo más desconcertante para el nuevo socio era la ausencia de un rastro que siempre había percibido: su aroma inconfundible y atrayente.Se sintió en la obligación de poner en orden los asuntos empresariales, tal como su jefa habría querido, aunque cada músculo de su cuerpo quisiera estar fuera de allí, buscándola.No era bueno disimulando la desesperación, pero hizo su mejor esfuerzo.Cuando por fin llegó el anochecer, de pie en medio de su departamento, el vacío que sentía en su pecho, inexplicable, se profundizó volviéndose intolerable, creciendo hasta que el aire pareció ausen
-¿Es ese? ¿El que te llama?Erik no se veía nada feliz.Aún cuando su mente tenía las prioridades claras, cada fibra de su cuerpo clamaba por un enfrentamiento a muerte para quedarse con Selena.Ningún híbrido sería rival para él.Pero la mujer tenía razón, y los golpes en la puerta se repitieron urgentes.El hombre, acomodó su cabello blanco revuelto y, aún desnudo, abrió la puerta.Ella escuchó las voces.-Tenemos que irnos, señor. El sitio ya no es seguro. No queremos dejar rastros.La voz del líder volvió a ser fría y cruel cuando respondió.-Es verdad. Tráiganme ropa… Para la mujer también. Decidí cobrarme mi venganza de otro modo. Esa zorra puede agradecer que sólo la haya violado… Fue divertido… Si tuviéramos más tiempo, les habría dejado hacer lo mismo. Pero me entretuve demasiado… Desde adentro, Selena pudo percibir en el aroma del ambiente, que los hombres de Erik se encendían con excitación.Sabía que el alfa mentía, y aún así se estremeció. ¿Sería suficiente para que se c
Selena se levantó de la cama y se vistió.A pesar de todo lo que había pasado, las horas de sueño habían sido más que suficientes para sentirse perfectamente, como si todo el secuestro no hubiera sido más que un sueño.Uno en el que un extraño licántropo blanco había derrumbado su realidad.A medida que descendía por las escaleras y se acercaba a la puerta de su solitaria mansión repleta de muebles y decoraciones de madera, el aroma se intensificó.Supo quién era, antes incluso de abrir.Gabriel. Su compañero.Se sintió tentada de dejarla cerrada e ignorar su llamado.La voz dentro de ella, por fin apareció."Como si pudieras evitarlo, Selena", le dijo Maia, "él ya sabe que estás despierta, y yo estoy cansada de escapar de él. Quiero unirme…".Él aguardaba impaciente.Había estado en Moon Alchemy, cumpliendo con su trabajo, decidido a sostener la pantomima de un hombre de negocios normal en un mundo humano corriente y lleno de pequeñas mezquindades.Las noticias del hallazgo de Selena
Gabriel Reyes se quedó con ella en su casa todo el resto de ese día, intercalando conversaciones sobre lo que Selena sabía de lobos y licántropos, con largas sesiones de pasión.A pesar de la extraña intromisión, la mujer no deseaba pedirle que se fuera, ni recuperar la monotonía de su soledad. Por un lado, porque con él no debía esconderse, ambos estaban ligados a un mismo pasado sobrenatural, más allá de ser su amor destinado.Por otro lado, porque podían no sólo hablar de ellos, sino también de una pasión que compartían: la empresa de las fragancias.Al hombre, por supuesto, le urgía quedarse lo máximo posible para borrar a su competencia licántropa de la piel de Selena, hasta no sentir ni rastro de ese aroma que, aunque lo golpeaba en el ego, no le resultaba del todo desagradable.Pese a no entender nada de ese triángulo amoroso en que la Luna lo había involucrado.A ella, en cambio, ahora que creía que nadie la perseguía para matarla, le interesaba retomar parte de su vida.Así q