Selena lo evaluó con la mirada fija en sus profundos ojos negros, tratando de ser una jefa fría.Su instinto le gritaba a voces que confiar en él era un movimiento peligroso. Aunque fuera su compañero.¿Cómo funcionaba ese vínculo cuando era interespecie? Apenas si conocía al hombre frente a ella… ¿y si estaba en connivencia con los traidores?¿Si su llegada era mucho más que una casualidad?Maia, su loba, que a duras penas se contenía en silencio, asomando su mirada dorada, la movía a aceptar cualquier propuesta que Gabriel le hiciera. Por más descabellada que pareciera.Esa era la eterna dicotomía de la mujer que todos temían: el juego inevitable entre sus impulsos y la brillantez ejecutiva.Él no se movió, consciente de los engranajes que se movían en la mente de Selena Wolf.Se dejó analizar, incapaz de ocultarse en una máscara fría que no poseía. Deseaba probarle que no había sentimientos ruines en su corazón, pero sabía que no había un camino fácil para lograrlo.Tras algunos se
Las noticias de la ciudad esa mañana, no eran agradables. Alguna clase de criatura estaba cazando en el parque, y se había cobrado nuevas víctimas. Humanas y animales.Por otro lado, un químico reconocido de Moon Alchemy estaba desaparecido, y en su departamento había rastros de sangre y de un enfrentamiento que había dejado destrozos y desorden.Por contrapartida, Gabriel Reyes se sentía estupendamente y con los ánimos mejor que nunca. No le dolía la cabeza, algo que lo solía torturar por las mañanas, aunque sí le pesaba el cuerpo, como si sus huesos se estuvieran recuperando de múltiples fisuras, pero ya no sintiera dolor, si no euforia.Tomó las muestras de sus fragancias, se puso su mejor traje y salió de su departamento con la mirada resuelta y feroz.Ese sería su día. No tenía duda alguna.El día en que comenzaba su nueva vida como empresario, y su ascenso al poder.Selena Wolf tenía miedo. De sí misma.De lo que recordaba, y lo que sentía.Estaba resignada a perder su autono
No lo pudo evitar.Maia estaba descontrolada.Llevaba días luchando contra ella, conteniendo sus impulsos con cada fibra de su cuerpo y ahora directamente no la escuchaba. Con todos los problemas de los últimos días, ya se sentía demasiado débil para contrarrestar su inmenso poder animal.Era imposible para Selena ponerle un freno a su loba.Gritaba en su mente con voz desesperada:"¡Detente! ¡No puedes ir! ¡Maia! Te lo ruego…"Su bestia interior, ahora expuesta en todo su esplendor, la ignoraba, corriendo hacia su destino con las fauces abiertas, dando grandes zancadas que casi la suspendían en el aire.El peso de su corazón no era suficiente para opacar lo ligera y libre que se sentía golpeando el aire.Selena presentía que iba directo a la muerte.Maia sólo deseaba aparearse con su compañero, al que un hilo invisible la ataba."¡Por favor, Maia! Lo que está allá afuera está matando personas sin escrúpulos… ¿Por qué no nos haría lo mismo? Está fuera de lo normal, no es de nuestra es
Selena estaba sumergida parcialmente en el agua tibia de la bañera de su casa, desnuda, abrazándose las piernas, aún temblando, con la mirada perdida.Repasaba en su mente los eventos de esa noche… pero también lo que había leído desde que su investigación se profundizó.Ahora, era evidente que había una criatura extraña en la ciudad, que, a pesar de que olía como su compañero, aún no podía saber si era de verdad Gabriel Reyes, o cómo se suponía que la veía él cuando estaba bajo esa forma gigante. Eso se debía, probablemente a causa de ese lado humano, que todavía adormecía a su lado animal y viceversa. Sea como fuera, la criatura negra era alguna clase de híbrido sin terminar de revelarse… Por lo tanto ¿Era prudente tratar de establecer contacto con ese ser?También había un enorme oso pardo, que sabe Dios cómo había llegado allí, pero que también se cobraba presas en el cercano espacio verde.De quién eran las víctimas humanas y de quién las no humanas… era un asunto que se resolve
"¡Despierta!"La voz de Maia estaba cargada de urgencia y de terror.Selena intentó con mucho esfuerzo abrir los ojos y observar a su alrededor. Cuando lo logró, descubrió que estaba demasiado oscuro para ver lo que fuera. Se sentía inmovilizada por ataduras rígidas, sin recordar cómo había llegado allí ni reconocer el lugar.Olfateó con cautela para confirmar si estaba sola, mientras evaluaba la posibilidad de transformarse para tener más fuerzas, romper las ataduras y escapar.-Ni lo intentes, Selena. No sería lindo para tí. Te superamos en número y en fuerza física. Y sólo quiero que hablemos, por ahora…La voz era grave, estremecedora, y una luz débil se encendió.Ella entrecerró los ojos, abriéndolos a medida que se acostumbraba al brillo.Frente a Selena, de pie y con los brazos cruzados a unos tres metros de distancia contra una pared oscura, la observaba un hombre vestido de negro, con el cabello completamente blanco y unos ojos fantasmales y conocidos…Intentó hablar, y su vo
Su voz sonaba dentro de la cabeza de Selena, necesitada, deseante, casi en un tono de súplica que desentonaba con la poderosa criatura:-Así que era eso. Siempre fuiste tú… Por eso no pude matarte esa noche. Por eso te dejé huir, para mi deshonra… Por eso te seguí buscando aún cuando la sed de venganza disminuía…El gran licántropo blanco recuperó su forma humana y se alejó un par de pasos, con un gran esfuerzo.La miró con fuego en los ojos, y rogó:-Regresa a tu forma humana… por favor…Para ella, todo era demasiado confuso. Pero cada palabra de él era como un hierro al vivo punzando en su interior, en su núcleo más profundo, y resistirse era imposible, aún más que cuando estaba cerca de Gabriel.Con una lentitud que a él le resultó dolorosa, Selena abandonó su forma de loba y las curvas sinuosas de su cuerpo desnudo fueron descubriéndose frente a los ojos del alfa de cabello blanco, mientras su pecho subía y bajaba al ritmo de su respiración, permaneciendo de pie.El tiempo se dila
La CEO de Moon Alchemy había desaparecido súbitamente de su propia empresa y había caos en cada planta del edificio central de la empresa.La conmoción de Gabriel Reyes, dio paso a una búsqueda frenética y que, cuanto más hurgaba en busca de pistas, más misteriosa parecía Selena Reyes.No había familiares o amigos a quienes avisar o interrogar, ni empleados ese día en la enorme casa silenciosa e inexpugnable.Lo más desconcertante para el nuevo socio era la ausencia de un rastro que siempre había percibido: su aroma inconfundible y atrayente.Se sintió en la obligación de poner en orden los asuntos empresariales, tal como su jefa habría querido, aunque cada músculo de su cuerpo quisiera estar fuera de allí, buscándola.No era bueno disimulando la desesperación, pero hizo su mejor esfuerzo.Cuando por fin llegó el anochecer, de pie en medio de su departamento, el vacío que sentía en su pecho, inexplicable, se profundizó volviéndose intolerable, creciendo hasta que el aire pareció ausen
-¿Es ese? ¿El que te llama?Erik no se veía nada feliz.Aún cuando su mente tenía las prioridades claras, cada fibra de su cuerpo clamaba por un enfrentamiento a muerte para quedarse con Selena.Ningún híbrido sería rival para él.Pero la mujer tenía razón, y los golpes en la puerta se repitieron urgentes.El hombre, acomodó su cabello blanco revuelto y, aún desnudo, abrió la puerta.Ella escuchó las voces.-Tenemos que irnos, señor. El sitio ya no es seguro. No queremos dejar rastros.La voz del líder volvió a ser fría y cruel cuando respondió.-Es verdad. Tráiganme ropa… Para la mujer también. Decidí cobrarme mi venganza de otro modo. Esa zorra puede agradecer que sólo la haya violado… Fue divertido… Si tuviéramos más tiempo, les habría dejado hacer lo mismo. Pero me entretuve demasiado… Desde adentro, Selena pudo percibir en el aroma del ambiente, que los hombres de Erik se encendían con excitación.Sabía que el alfa mentía, y aún así se estremeció. ¿Sería suficiente para que se c