Me sonrió mostrándole los dientes para que note la falsedad—Será como tú digas, Alan Frank pero después no me reclames nada porque será muy tarde—le advertí.Entrecierra sus ojos, camina hacia mi y toma mi brazo—¿En qué estás pensando?— preguntó mirándome pero no recibió una respuesta de mi parte y movió todo mi cuerpo—¿A qué juego quieres jugar ahora, Harper?—preguntó molesto.Me acercó a él, acorte toda la distancia que había y le tomó su rostro de una manera violenta. Le doy un beso en la boca, sonrió—Voy a jugar mi propio partido, Alan. Deberías hacerte a un lado—le susurró.Suspiro profundamente y me miró porque no entendía nada, cada vez la comunicación entre nosotros era peor —¿Haces todo esto porque te comenté que quiero a mi familia?— pregunto cómo tomándoselo con calma.Retrocedí, le toque el pecho con mis manos y lo mire directo a sus ojos —Madura—susurré mirándolo—Cuando tengas los huevos necesarios para estar a mi lado, búscame. Mientras tanto fuera de mi camino, Alan Fra
—Sabes que vendrá a buscarte no puede aguantar tanto tiempo sin verte— me dice sentándose a mi lado.Me encontraba en un lugar que no era mi hogar y no podía entender del todo como fue que llegue a tomar una decisión así. Mi cabeza se quedó en ese momento cuando le pedí un tiempo a Alan, desde esa última discusión habían pasado dos semanas y aún la recuerdo. Me acomodó mejor mirando a Drake—Ya pasaron dos semanas, ¿aún crees que vendrá?— pregunté sonriendo.—Si.Sonrió porque adoraba como Drake podía imaginarse tantas cosas juntas en esa cabeza. Le tocó sus manos—Gracias por dejarme quedar en tu casa—le digo mirandolo.Dos semanas atrás había terminado de discutir con Alan y fui directo a encerrarme en la habitación. Las lágrimas avanzaron por mi rostro, ya no le encontraba sentido a todo lo que tuve que pasar para estar a su lado y la presión de mis padres tomó el papel principal. Me vi acomodando las maletas, sacando toda la ropa de aquel armario enorme y pensando hacía donde ir. No
Esa noche después de hablar con Drake escuché unos ruidos, golpes más precisamente que venían de la puerta principal y no paraban. Una voz de una persona completamente borracha y cuando puedo darme cuenta él estaba parado frente a mi puerta.Lo observó desde la ventana, apenas se podía mantener de pie y apoya su brazo contra la pared —Harper, sé que estás ahí adentro, vamos ábreme— gritaba.Me pongo lo primero que encuentro, ató en una coleta mi cabello y maldigo. Bajó rápido las escaleras, las piernas no me funcionaban más y agitada logro abrir —¿Qué estás haciendo aquí?— preguntó molesta.—Necesitaba verte, te extrañé Harper—Luego de dos semanas lo tenía a Alan Frank golpeando la puerta de la casa de mi mejor amigo, con la mirada llorosa y completamente hecho un desastre. Aquellas palabras bastaron para que mi mirada cambié y lo empiece a escuchar.En mi cabeza solo salían los pensamientos «quiero besarlo. quiero gritar y borrarle ese gesto tan torturador que tenía cada vez que lo
Alan Frank no despegaba su mirada en mí. Ya nos encontrábamos sin ropa, no entendía en que momento pasó eso y tan rápido. Abro mi boca cuando siento que sus manos recorren por la parte inferior de mis muslos con delicadas caricias y se detiene sonriendo alegremente en la entrada de mi parte más íntima. En ese momento, mordió su labio inferior, buscó con su mirada mi aprobación para avanzar y deslizó unos de sus pulgares por el pedacito de tela que me cubría. Todo mi cuerpo vibró al compás del placer que me invade por sus caricias en mi parte más sensible y me avergüenzo un poco de escucharme así. Mi respiración cada vez se pone más pesada, dificultosa y entrecortada mientras mi pecho se encontraba a punto de estallar. Es ahí donde el exceso se apoderaba de mí, siento cómo mis caderas se elevan cada vez más para llegar al tacto de él a lo más profundo, mis ojos se cierran con una sonrisa estúpida puesta en mis labios y mi cabeza va hacia atrás. Un sonido suave se escapa de mi garganta,
Ya éramos uno. Me desperté con los ronquidos en mi oído, abro un ojo y siento unos brazos rodeando mi cintura. Su respiración chocando en mi nuca —Alan— lo muevo para despertarlo.Se quejó enojado—¿Qué pasa?— preguntó.—Ya es de día, vete— lo empujó de la cama.Se dejó caer al suelo, se quejó y rápido se levantó —Esta bien, me iré pero te espero en la oficina— me señaló.Muevo mi mano—Bueno, chau— lo despido.Pero él antes de vestirse, se acercó a la cama y sonrió—Nos vemos en unas horas— dice aproximándose y dándome un beso en los labios..Lo empuje por el pecho haciendo que se haga hacia atrás —Esta bien— dice riéndose.Sale poniendo la camisa como podía, todo su cabello desparramado y una vez que se cerró la puerta pude tirarme hacia atrás sobre el colchón de la cama. Sonreí mirando el techo blanco de esa habitación y golpee mi frente—Decidete, Harper—me susurre a mi misma.Drake bebe dos sorbos de su cafe, deja la taza encima de su mesa y sirve otro—Debería decirte buenos días—dic
—Si, debemos despertar a Alan de alguna manera— dice riéndose.Niego con mi cabeza—Cada día estás más loco, debo irme porque mis padres me esperan—le informó.Tomó mi mano haciendo que me detenga frente a él —No vayas con ellos porque te dirán cosas y después ya sabes— sostiene haciéndome un gesto con sus manos.Elevo mis hombros—Es lo que hay, Drake. Debo ir a dar la cara con mis padres porque estoy seguro que armarán un lío innecesario y debo detenerlos— le aseguró.—Esta bien, estaré al tanto con mi celular.Me acerco a mi amigo y lo abrazo—Eres el mejor, gracias por estar a mi lado— le digo mirándolo.Tocó la punta de mi nariz con su dedo y sonríe—Siempre estaré ahí— me dice dándome un beso en la mejilla.Después de tantos años pude comprender que una amistad tan fuerte como la mía con Drake sería tan difícil de romper que ni la distancia entre los dos haría que nos dejemos de hablar.En ese pequeño restaurante que mis padres solían invitarme casi siempre, fue donde decidí llevar
Nadie podía darse cuenta que mi incomodidad, ya nada era lo mismo y Alan seguía con su brazo en mi cintura —Finge que estamos bien porque mis padres notarán todo— susurró en mi oído.—¿Qué estamos haciendo, Alan?— preguntó mirándolo.Mis padres sonreían, hablaban con los padres de Alan y escuché de fondo como preparaban todos los detalles. Un gesto de ellos hizo que nos sentemos, trajeron dos botellas, una torta con una vela encendida y aplaudían. En pocos segundos las personas festejaban por el embarazo, mi cabeza pensaba «no estoy embarazada» susurré a mi misma.—¿No están ansiosos por saber si será niño o niña?— pregunto sonriendo.Mi madre sonreía al igual que mi padre, sabían que todo era un show y aún así prefirieron seguir con la actuación. Alan Frank estaba ayudándome a que me convierta en una mala persona por mentir tanto y le apartó su mano de mi panza —Esperemos que salga lo que quiera, no pensamos en eso— responde.Él se notaba más tranquilo, mi padre toma su tenedor hacié
—Vamos a estar juntos — dice muy seguro de sí mismo. Entrecierro mis ojos y hago un gesto con mi boca —Tus padres me odian y no debes preocuparte por mí, ya cumplimos con la parte del contrato — le respondí.Alan me toma del rostro y sonríe —Eres mí esposa y eso no lo cambio por nada —aseguro.—Tal vez sea momento de dejar las mentiras de lado, ¿no te parece?— pregunto mirándolo de la misma forma que él lo hacía.Elevo sus hombros y retrocedió, tal vez , necesite todo eso para comprender que no estábamos en la misma sintonía y que Alan seguía siendo el mismo de siempre —No le puedo decir a mis padre que no estás embarazada— suelta de repente.Entrecierro mis ojos —¿ Y porque no?— pregunto cruzandome los brazos.—Por que ya está todo organizado— dice molesto.Esa frustración que se podía notar cada vez que se agarraba la cabeza y su rostro demostraba los diferentes gestos que podía llegar hacer en pocos segundos —¿Qué tienes todo organizado? — preguntó asustada. Revisa sus bolsillos