El otoño había comenzado y el viento se sentía cada vez un poco mas helado. Las hojas de los arboles comenzaban a colorearse de tonalidades rojizas y amarillentas, haciendo de la vista de los árboles un hermoso espectáculo para la retina de cualquier. Esa mañana, caía una ligera lluvia en la ciudad, y Emma miraba como las gotas se estrellaban contra el pavimento del estacionamiento de aquella clínica en la que trabajaba. Aquellos días habían sido relativamente tranquilos, no había visto mas portadas escandalosas y de pronto parecía que nadie tenia nada que decir sobre ella y su esposo. Aquello, por supuesto, era extraño, pero agradecía por la paz que estaba disfrutando en esos momentos.Dante y ella habían estado atravesando por algunas dificultades debido a todo lo que tanto su hermana, como aquella mujer llamada Hildegard, habían ocasionado con sus constantes escándalos, escándalos que, por supuesto, eran con toda la intención de perjudicarlos. No lograba comprender ¿Qué era lo que
— Esas son las condiciones señorita, el señor Morgan está dispuesto a entregar esa suma de dinero a cambio de que se aleje de él definitivamente — Hildegard miraba a Ferdinand, quien no le despegaba un ojo de encima. Cruzándose de piernas, sonrió cínicamente, Dante debía estar desesperado si le estaba ofreciendo tal suma con tal de que ella desapareciera, sin embargo, no estaba dispuesta a ceder por nada del mundo, después de todo, de dónde venía esa exorbitante suma de dinero que le estaba ofreciendo, había muchísimo más y ella no se iba a conformar con meras migajas, quería el pastel completo que Dante Morgan representaba, por eso es que a como diera lugar, ella se convertiría en su esposa. — No gracias Ferdinand, temo que declinó está generosa oferta, Dante no va a poder librarse de mi ni hoy ni nunca, así que puedes decirle de mi parte que esté preparado para lo que viene, porque yo no dare un paso atrás y no descansaré hasta que se divorcie de esa mujer y se case conmigo — resp
El amor es el sentimiento más misterioso, inexplicable la mayoría de las veces. Capaz de llevarte al más hermoso cielo o sumergirte en el peor de los infiernos, es tan intenso como una llama ardiente que consume a las almas eternamente.Emma miraba a Dante mientras aquel hombre recibía aquel tratamiento que le ayudaría algun día a volver a caminar, y poco o nada le importaba lo que dijera la gente que estaba cuchicheando a las espaldas de ambos. Dante le había sido supuestamente infiel con aquella mujer de nombre Hildegard, aunque, por supuesto, sabía que su amado esposo era completamente inocente. No le importaba el que dirán, nunca le había importado nada de aquello, y eran otras cuestiones las que tenían su cabeza ocupada en ese momento.La noche anterior, había recibido la llamada de su madre, en donde ella felizmente le había contado (como si fuera el acontecimiento del año) que se había reencontrado por casualidad con su padre biológico quien deseaba conocerla a ella. Habían su
El amor es un sentimiento de doble filo, que te puede transportar desde el cielo hasta el infierno en un solo instante. Cuando nos enamoramos, dejamos atrás el razonamiento, y aún cuando aquel o aquella en quien decidimos poner nuestros afectos nos demuestra una y otra vez que no sería capaz de hacer lo mismo por nosotros, sacrificamos tiempo y afectos que no nos son bien correspondidos. El amor en todo momento debe de ser recíproco y ninguno es más importante que el que debemos tener hacia nosotros mismos. El amor...no debería de doler. Gemma Brown había sido una joven hermosa. Sus ojos vivaces y su piel blanca y tersa cómo la porcelana, habían cautivado a Everard Lloyd por completo. Estudiante de enfermería, en aquel momento la todavía joven mujer, mantenía sus metas claras y sus objetivos fijos. Pero aquel joven apuesto y galante, que siempre tenía una rosa y una promesa para ella, había conquistado irremediable su corazón.Al comienzo, todo parecía ser un hermoso sueño. Una joven
La mañana había comenzado, y en la mansión Morgan todo era ajetreo. Dante había salido a atender sus asuntos, y Emma había aprovechado aquella ausencia para llevar acabo aquello que había estado planeando en secreto durante algún par de semanas. Pronto sería 31 de octubre, y aún rondaba en su mente aquella charla con la servidumbre en donde había escuchado lo mucho que su esposo amaba el Halloween.— Señora Emma, ¿Quiere que pongamos estás luces en toda la escalera? — La rubia miraba aquellas luces naranja y morado que había mandado traer hace unos días, mientras espulgaba en aquel sótano las cajas en donde Ferdinand le había dicho que se hallaban los viejos adornos. Tosiendo un poco debido al polvo acumulado. Asintió en aprobación a Ezio quien le sonrió en respuesta y corrió hacia arriba para dar la indicación.Aquel lugar parecía no haber sido visitado en varios años, y aún cuando estaba ordenado y sabía que alguna vez los sirvientes bajaban a echar un vistazo, se notaba el abandon
Una ligera llovizna caía sobre aquel pequeño pueblo en medio de las montañas, cuya belleza era capaz de cautivar a cualquiera. Everard, miraba a aquella mujer de ojos vivaces que no paraba de parlotear cosas que no le interesaban, o, al menos, de eso trataba de convencerse. Gemma tenia los labios llenos de Emma, de su inteligencia, su bondad, y de como siempre se esforzaba por salir adelante. No había recibido reproche alguno a pesar de que se esperaba que aquella mujer a la que abandono sin más, le reclamara por lo que había hecho, sin embargo, su ex mujer no le había reprochado nada…ni siquiera que se hubiera llevado a Helena de su lado. Mirando a Gemma a los ojos, por un momento se sintió intimidado por la aparente calma que aquella mujer estaba demostrando.—Dime Gemma, ¿Por qué no me estas reprochando lo que te hice? Te abandone, me lleve a una de tus hijas, nunca intente regresar, ni siquiera me importo si tú y Emma tenían para comer — dijo el hombre elegante realmente serio, pu
Esa mañana Emma se miraba en el espejo. Su vientre, se notaba mas pronunciado, y ya era obvio a la vista del mundo que ella estaba embarazada. Sin embargo, algo le causaba curiosidad. Tenia solo unas semanas de embarazo y su vientre estaba mas grande lo que debería, acudiría al ginecólogo quizás al día siguiente.Dante había salido esa mañana, aunque había prometido regresar temprano. Ese día era 31 de octubre, y en todos lados ya se sentía el Halloween como si este hubiera repentinamente invadido el viento. Emocionada, Emma bajó para prepararlo todo, ella y Dante estarían repartiendo dulces a los pequeños que llegasen a pedirlos, aunque esto fuese poco probable. Sin embargo, los hijos de la servidumbre acudirían esa noche disfrazados, y ella había planeado una serie de juegos para que disfrutaran, así como había comprado los dulces mas apetitosos para darles.—Todo esto se ve genial, estoy seguro de que los niños estarán mas que contentos — decía Ezio mirando el tambien muy emocionad
Sentir los reflectores sobre su cuerpo, era una sensación magnifica que no cambiaria por nada del mundo. Cuando era una niña, siempre soñó con ser una estrella, aunque, por variadas razones (su familia tradicional) no lo había logrado. Hildegard era una mujer hermosa, una que siempre había sabido lo que quería en la vida. Acababa de terminar una nueva entrevista, una en la que había asegurado, ella estaba embarazada del primer hijo de Dante Morgan. Después de aquello, estaba segura, la polémica se desataría nuevamente y su rostro volvería a ser portada de revista. Aun así, si no mostraba evidencia alguna, estaba segura de que aquella farsa no dudaría mucho. En ese momento, sintió una vibración en su teléfono celular, un numero desconocido y oculto le había enviado un mensaje. Llena de curiosidad, lo abrió casi de inmediato, y entonces, una sonrisa de triunfo se dibujo en sus labios…esas fotografías de Dante fuera de un hospital, le darían el material suficiente para hacer de aquella