La incomodidad se respiraba en el ambiente. Los murmullos y miradas curiosas, tampoco se hicieron esperar. Esa mañana era gloriosa, todo el mundo estaba ya hablando de aquel encabezado amarillista que la mostraba a ella besándose con nada mas y nada menos que el heredero Morgan. Sus labios rojos se curvaron en una sonrisa cínica y Hildegard estaba disfrutando en demasía ser el centro de atención de todas las miradas que se hallaban en aquel restaurante donde plácidamente tomaba el desayuno.—Pobre de la señora Morgan…ser engañada de esa manera y con una mujer tan…vulgar… —Aquella sonrisa se desvaneció durante un momento.—Así es, la señora Morgan es una mujer tan fina y elegante…además, ¿lo sabes ya? Que los Scott hace mas de un año cayeron en desgracia, el padre se declaro en banca rota…ya nadie los quiere cerca, pasaron a ser casi como limosneros… —Hildegard se levanto con rapidez para salir de aquel lugar. Apretando los puños, no pudo evitar sentirse humillada y furiosa, ¿Cuánto
La luz del sol se colaba por aquellas elegantes cortinas en sus enormes aposentos, había amanecido, era lunes, y todo empresario sabía que no había tiempo para tomar un descanso, levantándose de su lujosa cama, Elijah miraba el reloj, eran apenas las 7 am, hora adecuada para comenzar su día, bajando al gimnasio privado en su mansión, el apuesto filántropo comenzaba su pesada rutina de ejercicios para tonificar su cuerpo, mirándose en el espero del lugar, lucia muy diferente de sus trajes costosos de siempre, aquella ropa deportiva dejaba ver mucho de su musculatura, sus brazos eran fuertes, su torso era poderoso, algo que Emma Brown jamás había visto de él, la hermosa rubia no había vuelto a llamarlo desde aquel acalorado momento en que se excusó para marcharse, así era ella, tímida, siempre tímida, una mujer hermosa y recatada, inocente como ninguna, la deseaba para sí mismo desde hacía mucho tiempo ya, sin embargo, Emma no era el tipo de mujer que dejaría a su esposo, eso era fácil d
Dante miraba por el gran ventanal de su elegante oficina, esperaba que aquel escandalo no trascendiera demasiado lejos, pues apenas estaba en marcha para conseguir algo que necesitaba, algo que había que comprobarse, y solo siendo el jefe familiar es que podría hacerlo.—Ten distraído allí, cualquiera podría deshacerse de ti en el acto —Una voz reconocida y melancólica lo trajo de regreso a la realidad. Girándose en su silla, vio de frente a un viejo amigo…a un viejo aliado.—Ezra — dijo con asombro.El joven de cabello negro y ojos zafiro, sonrió con un poco de diversión y cinismo.—El mismo, tu querido primo ha regresado, y por lo visto, en un mal momento para ti, he visto la revista…diablos, nunca dejas de meter la pata…sin ofender claro — dijo el joven que se sento en el escritorio de su primo.Dante se toco la cabeza. —El abuelo debe de estar furioso, me ha llamado su sirviente, quiere que vaya a verlo mañana — dijo el hombre en silla de ruedas. — Creo que le alegrara mucho vert
Antes de comenzar el capítulo, ofrezco una disculpa por el error en el capítulo 43, fe de erratas, fue culpa mía, ya esta arreglado, muchas gracias por todo su apoyo, espero sus comentarios.—Eso es todo, espero que hayan quedado claras mis instrucciones —El día comenzaba igual que muchos otros para Everard Lloyd. Había terminado la junta matutina es su importante corporativo, y despedía a los socios que lo saludaban con respeto. Sentándose en su lujoso escritorio de madera de roble, cerro los ojos durante solo un momento. Todo aquello tenia, el nombre que se había creado, le había costado grandes sacrificios y esfuerzos. Siempre estuvo dispuesto a sacrificarlo todo, con tal de llegar hasta donde justamente estaba, sin embargo, aun no le era suficiente, quería más…siempre quería más.Hacia años había vivido con aquella mujer, Gemma Brown, la madre de sus gemelas. En su juventud, había caído irremediablemente enamorado de ella pues había sido una mujer de gran corazón y belleza. Sin e
Aquella mañana sabía a gloria. El clima, cada vez un poco mas frío, resultaba bastante agradable para una mujer embarazada. A pesar de algunos pequeños chismes que se habían desarrollado en torno a Emma debido a los intentos de su gemela para desacreditarla, la rubia se sentía bastante bien. Dante era un completo amor, se la había pasado consintiéndola, casi asegurándose de que estuviese entre suaves nubes, la estaba cuidando con tanto esmero, que se sentía en un dulce sueño. Acariciándose el vientre, apenas y se alcanzaba a notar una muy pequeña pancita, su hijo o hija estaba creciendo adecuadamente, y ese día tenían cita con la ginecóloga para escuchar juntos los latidos del pequeño corazón del fruto de su amor.Entrando de nuevo a la alcoba matrimonial después de haber tomado el aire fresco en la terraza, Emma miraba a Dante dormir tranquilamente. Sonriendo, se imagino al pequeño hijo o hija de ambos corriendo hacia su padre cuando recién se despertase por la mañana. Acercándose a
El otoño había comenzado y el viento se sentía cada vez un poco mas helado. Las hojas de los arboles comenzaban a colorearse de tonalidades rojizas y amarillentas, haciendo de la vista de los árboles un hermoso espectáculo para la retina de cualquier. Esa mañana, caía una ligera lluvia en la ciudad, y Emma miraba como las gotas se estrellaban contra el pavimento del estacionamiento de aquella clínica en la que trabajaba. Aquellos días habían sido relativamente tranquilos, no había visto mas portadas escandalosas y de pronto parecía que nadie tenia nada que decir sobre ella y su esposo. Aquello, por supuesto, era extraño, pero agradecía por la paz que estaba disfrutando en esos momentos.Dante y ella habían estado atravesando por algunas dificultades debido a todo lo que tanto su hermana, como aquella mujer llamada Hildegard, habían ocasionado con sus constantes escándalos, escándalos que, por supuesto, eran con toda la intención de perjudicarlos. No lograba comprender ¿Qué era lo que
— Esas son las condiciones señorita, el señor Morgan está dispuesto a entregar esa suma de dinero a cambio de que se aleje de él definitivamente — Hildegard miraba a Ferdinand, quien no le despegaba un ojo de encima. Cruzándose de piernas, sonrió cínicamente, Dante debía estar desesperado si le estaba ofreciendo tal suma con tal de que ella desapareciera, sin embargo, no estaba dispuesta a ceder por nada del mundo, después de todo, de dónde venía esa exorbitante suma de dinero que le estaba ofreciendo, había muchísimo más y ella no se iba a conformar con meras migajas, quería el pastel completo que Dante Morgan representaba, por eso es que a como diera lugar, ella se convertiría en su esposa. — No gracias Ferdinand, temo que declinó está generosa oferta, Dante no va a poder librarse de mi ni hoy ni nunca, así que puedes decirle de mi parte que esté preparado para lo que viene, porque yo no dare un paso atrás y no descansaré hasta que se divorcie de esa mujer y se case conmigo — resp
El amor es el sentimiento más misterioso, inexplicable la mayoría de las veces. Capaz de llevarte al más hermoso cielo o sumergirte en el peor de los infiernos, es tan intenso como una llama ardiente que consume a las almas eternamente.Emma miraba a Dante mientras aquel hombre recibía aquel tratamiento que le ayudaría algun día a volver a caminar, y poco o nada le importaba lo que dijera la gente que estaba cuchicheando a las espaldas de ambos. Dante le había sido supuestamente infiel con aquella mujer de nombre Hildegard, aunque, por supuesto, sabía que su amado esposo era completamente inocente. No le importaba el que dirán, nunca le había importado nada de aquello, y eran otras cuestiones las que tenían su cabeza ocupada en ese momento.La noche anterior, había recibido la llamada de su madre, en donde ella felizmente le había contado (como si fuera el acontecimiento del año) que se había reencontrado por casualidad con su padre biológico quien deseaba conocerla a ella. Habían su