Elena:Cuelgo la llamada y lanzo el celular sobre la cama. Saber de mis hermanas y mis sobrinas ilumina mi día. Eve me ha contado que las pequeñas tendrán una presentación en dos semanas en el teatro "Rocher" de Chicago, que están emocionadísimas y que desean mi presencia sin excusas. Me alegra muchísimo tener la seguridad de que todo está bien con ellas allá, y aunque mi orgullo a veces llega a ser excesivo, no me dejé llevar por mi rabia y pregunté por papá. «Él está bien Ele, si tú lo estás él también». Las palabras de Eve me regresan a la mente y me parece un poco irónico. Unos toques en la puerta me sacan de mi ensoñación y me aproximo para abrirla. Me sorprenden los rostros de Hashley y Hade, expectantes con unas sonrisas alentadoras. —¿Sí? —cuestiono asomando la mitad de mi cuerpo.—¿Podemos pasar? —pregunta Hade y de inmediato me hago a un lado, haciéndoles un ademán para que entren. «¡Que tonta!».—¡Sí, sí, por supuesto, pasen! —las invito y ambas se adentran en mi habitaci
FrancoCruzo el portón, dejando atrás a Elena bajo el cuidado de Claus. Unos pasos me conducen a las puertas de la mansión, y, frente a ella, me sorprende la silueta en carne viva de Ashley gritando como la maniática que es. Mis manos se convierten en puños y me dirijo con pasos decisivos en su dirección. Siento mi mentón contraerse a tal punto que duele, y un nudo se forma en mi estómago como cada jodida vez que la veo. La diferencia es que esas sensaciones antes podría llamarlas gustosas, hoy no son más que sentimientos amargos que juegan con mis nervios. —¡Ashley, para ya! —le reclamo tras ella. Se voltea con rapidez y baja dos escalones hasta quedar enfrente mío—. ¡¿Qué demonios haces aquí?!—¡¿Dónde está Valeria?! —exclama, destellando furia por sus ojos oscuros.—¡Eso ya no es problema tuyo! ¡La abandonaste Ashley! ¡Ahora lárgate de aquí y déjala en paz! ¡Déjanos, a todos, en paz! —le exijo, punteándola con mi dedo índice en uno de sus hombros—. ¡Y deja de llamar a mi madre!
Elena:—Pobrecilla... «Joder mi estómago». Evoca mi mente ante unas palabras que me obligan a despertar. —Dejémosla descansar.—¿No has visto la hora? Prepara la ducha y dile a Clara que traiga una taza de café con un analgésico.—Mama... Todo saldrá bien.—No será así si sigues demorándote, vamos, has lo que te he pedido, yo me encargo de levantarla.«Si supieran que estoy despierta, pero con pésimas ganas de abrir los ojos».—Ele... —susurra mientras sacude mis hombros—. Elena, despierta cariño.Con pereza y un poco de drama, finjo que recién regreso de mi profundo sueño. Me estrujo el rostro y con lentitud me recompongo sobre la cama. Frente a mí está sentada Hade con una mirada arruyadora. Desde el baño escucho a Hash enunciar que el agua está lista. Sale y me sonríe con cierta culpabilidad y le devuelvo el saludo con discreción, bien sabemos porqué actuamos así, quisiera recordar en cuanto antes cómo terminó la noche. —Vamos, debes tomar un baño y comer algo, es las nueve de l
ElenaSu piel blanca resalta con el oscuro de su traje. En las mangas relucen un par de mancuernas y en el bolsillo que reposa sobre la parte izquierda de su pecho se halla un pequeño ramillete de florecillas blancas. La baba se me cae cuando vislumbro un chaleco negro por encima de la camisa blanca que trae bajo el esmoquin. —¿Qué... qué te pasó? —le susurro y ladea su cabeza para contestarme sin dejar de mirar al frente.—Ahora no fastidies —musita sacándome una mueca en respuesta—, deja de mirarme y dedícate a lo que interesa. —Vete a la mier... —escupo y el cura detiene sus palabras para mirarme con los ojos más abiertos de lo normal. Hero lame sus labios en evidente incomodidad y frustración y yo no hago más que bajar la cabeza y tragarme todas las barbaries que quiero decirle por imbécil. —¿Puedo continuar? —Sí padre, prosiga —le indica la roca que tengo al lado y así lo hace. Escucho murmuros de los invitados y la chispa de furia de hace un minuto se ha quintuplicado. Com
Hero—¡Ah y…!La agarro por el cuello y la obligo a callar estampando mis labios contra los suyos. La envuelvo entre mis brazos y la aferro contra mí, impidiendo que se escurra y termine de colocarle la cereza al pastel de mierda que ha construido con su boquita incallable.Siento su respiración contra la mía, por un momento se siente bien besarla, tan exquisita como aquella vez... Mas no me pierdo en eso, es decir, acaba de poner en riesgo un tema demasiado delicado para ser revelado, principalmente teniendo a Ana entre la multitud, en las primeras filas junto a Valeria. Me hubiese encantado que fuera ella quien cargara los anillos, pero no coopera en nada, no tuve otra opción que ofrecerle esa misión a la sobrina de Max. «El beso Hero». Vuelvo a los labios de Elena, esos que se mueven sobre los míos en busca de más. En realidad lo que menos quiero ahora mismo es besarla con todo lo que acaba de hacer, pero no tenía de otra y bueno, a quién engaño, me gusta la forma en que su lengua
ElenaEl atardecer nos sorprende en las afueras del salón de celebraciones, en la parte tracera del club que Hero contrató para cerrar la ceremonia. Yo continúo con mi vestido pomposo mientras soy guiada a una habitación por Hash y Evelina. Colocan sobre la cama un vestido blanco de encaje, a primera vista se nota que es justamente mi talla. Ambas me observan emocionadas, deseando que me coloque la hermosa prenda que Hero me ha ordenado usar. —¿Qué esperas? —me apresura mi cuñada, sentada sobre el colchón mirándome expectante. —Tómate el tiempo que necesites —resalta Eve con su radiante sonrisa, esa que me tranquiliza a niveles enormes. Expulso aire por mi boca con brusquedad y me inclino, agarro el vestido y lo observo. Seguro me queda estupendo. El día ha transcurrido tan rápido que ha pensas he tenido tiempo de sentirme desgraciada, al contrario, toda esta gente ha logrado hacerme olvidar lo que en realidad hago aquí, y lo agradezco. Hero ha estado distante desde el brindis, lo
ElenaMe toma de la mano y a largas sancadas me hace cruzar por el medio del salón. Nos encontramos con Boris, un par de compañeros del programa y algunos de los trabajadores de la empresa de Hero. Todo ha ocurrido tan rápido que recién estoy notando a gente que en la ceremonia juraría no haber visto. De entre los invitados, sé que Hero está molesto por la ausencia de alguien: su hermana Hilary. Según tengo entendido es su hermana mayor, y no está muy de acuerdo con la boda o algo así. Cuánto me gustaría entender las manías de esta familia...Hade nos sonríe al despedirnos, todos saben de nuestros planes y se hacen a un lado para dejarnos pasar. Aprovecho para besar a mis hermanas y mis cuñados de prisa, no soportaría la idea de irme sin verlas antes. A las gemelas me las como a besos y apapachos, olvidé decirles lo guapas que lucen con esos preciosos vestidos de gala. Mi corazón no realentiza el ritmo, para nada, aseguraría que cada vez late más rápido. Estoy nerviosa, ansiosa, aghs
Hero Lo solté. Quizá Max tiene más razón de la que creí, porque ahora solo puedo pensar en tenerla así cada noche. Su cuerpo se ajusta perfectamente al mío, como si estuviesemos hechos a la medida exacta el uno para el otro. Tengo flashback de aquella ocasión, nuestra primer noche juntos, y definitivamente esto es mucho mejor de lo que recordaba. No puedo separarme de sus labios, y en el segundo que lo hago para tomar aire no veo el momento de volver a hacerlo. Parecemos un par de adolescentes inexpertos de vez en cuando, chocamos accidentalmente nuestras frentes, la golpeo varias veces con mis codos y sus uñas han rasgado mi piel con deslices involuntarios. Nos reímos cada que cometemos burradas, pero nada opaca ni la magia ni el placer que nos reviste. Es el momento de retomar las embestidas, esta vez de un modo más romántico, y no soy yo quien lo quiere, sino la masa de carne que llevo en el pecho, esa que me late sin frenos y me obliga a tratarla como si mereciera más q