John estaba harto, hasta que el abogado apareció.

—Si no se ha acusado a mi cliente de algo, les pido que lo dejen ir.

El detective se sentó frente a ellos.

—Hemos encontrado en casa de la occisa una nota suicida.

John la miró atónito.

—¿Suicida? No entiendo nada.

—La señorita Natalie, había planeado su muerte, según la nota estaba deprimida, y con la noticia de que usted sería padre, tomó la decisión, pero, su nota suicida, dice que planeaba también su asesinato.

John se quedó perplejo, no podía creer en esas palabras, era como si describieran a un Natalie que él nunca conoció.

—¡Es imposible! Yo conocí a Natalie, ella no tomaría una decisión como el suicidio, era demasiado fuerte, se amaba a si misma, incluso era egoísta, ella no se mataría ni por mí, ni por nadie, hay algo que está mal en todo esto.

El detective le miró con duda, indicaron que seguirían investigando, y por fin lo dejaron irse de ahí, pero John tuvo el presentimento de que habái algo más en todo eso.

Al sal