Danielle escogió mentir a medias, ella no sabía nada de leyes, pero sabía que hacerse pasar por otra persona era penado por la ley. Ella no podía ir a prisión, ¿quién cuidaría de Isabela?, pero tenía que decirle algo, seguramente encontrarían conversaciones suyas en el teléfono de Jules. —Su nombre es Jules Colbert, es compañera en la universidad de Danielle Humphrey, mi mejor amiga —contó Danielle, tratando de verse en calma. —¿Qué tienen que ver ellas juntas, con que Jules Colbert estuviera en su casa? —preguntó el detective interrumpiéndola. Danielle comenzó a contar la enfermedad de Isabela, los pagos que Maximilian había hecho por los exámenes, más otros que hacía ocasionalmente, de su interés en conocer a la hija de la beneficiaria de sus donaciones. —Pero Danielle no podía venir, ella tuvo que abandonar la universidad para trabajar, y donde está, le es muy complicado viajar a la ciudad, así que me estuvo contando de su amiga que podía remplazarla, y entonces yo le escribí a
—Hola mamá, hola papá, decidí regresar —anunció Berenice, acercándose a ellos y abrazando a Micaela.Micaela estaba paralizada, tanta era su sorpresa de ver a su hija en casa, que ni siquiera levantó los brazos para abrazarla. A Berenice no le importó, estaba acostumbrada a que su madre reaccionara así, después de llorar muchas veces en silencio, por esa causa cuando era pequeña, nunca más se lo tomó personal. Dándole un beso en la mejilla a su madre, se apartó para abrazar a su padre; sin embargo, se detuvo al ver el rostro de Timothy rojo por la ira.—Veo que no te alegras de verme, pensé que estar dos años alejada de mi casa, te harían extrañarme —le dijo Berenice a Timothy.Él no respondió a lo expuesto por su hija, tenía todo el cuerpo en tensión y los labios apretados en una fina línea.—Tú, no deberías estar aquí —dijo Timothy, apuntándola con el dedo acusatoriamente.—Tenía que volver —objetó Berenice.—No te di permiso para hacerlo, ni siquiera avisaste que venías, lo has hec
Maximilian no hallaba que responder, casi cuelga el teléfono sin decir nada hasta que recordó la empresa de seguridad y decidió que esa sería su escusa. —He necesitado sus servicios de seguridad, su empresa es muy buena, la mejor de la ciudad, diría yo, no hay otra como esa empresa, los contratas una vez y quieres seguir haciéndolo —dijo Maximilian, y tuvo que aguantar la risa, nunca le había dicho tantas alabanzas de la empresa que compartía con su amigo, ni siquiera a un posible cliente. —Ok —dijo simplemente Danielle, no sabía mucho a qué se dedicaba el exnovio de Kaelyn, ella solo mencionaba que trabajaba, pero no decía en qué—, igual no puedo decirte dónde está ella, le hice una promesa. —Lo entiendo, no seguiré insistiendo, que busque él por sus medios, gracias cariño —respondió Maximilian y se despidió para llamar a Marlon. Danielle se quedó congelada con el teléfono pegado al oído, no recordaba ningún momento anterior a este, donde Maximilian le haya dicho una palabra de ca
Marlon no respondió, puso el auto en movimiento para adelantar a la mujer que salió de la casa de los Hardwick, parando dos cuadras más allá, esperando que ella pasara por su lado y no se desviara. Tenía que verificar que no fuera Berenice antes de responder a Maximilian.—Marlon, ¿qué pasa con Berenice? —Insistió el CEO.—No seas impaciente, espera unos minutos y te diré —respondió Marlon mirando por el espejo retrovisor del auto.—Te digo que está en nuestro apartamento —Insistió nuevamente Maximilian.Marlon dio un golpe en el volante, había parqueado muy lejos, y la mujer se demoraba mucho caminando, no podía marcha atrás en un espacio tan largo, podía ser multado, no le tocaba nada más que esperar, sería sospechoso que diera marcha atrás deteniéndose a cada momento, tampoco podía ir por otra calle, la mujer podía desaparecer y la perdería de vista.—Llamaré a Berenice, ella me confirmará que está en la casa —dijo Maximilian y colgó la llamada e inició otra.Berenice demoró un poc
Maximilian no quería creer lo que decía Marlon, no podía creer que Berenice fuera así de malévola, que quisiera ilusionarlo diciéndole que sería padre, para luego decidirle que lo engañó por venganza. —Ella misma me lo dijo —comentó Marlon—, hasta bromeó al respecto. Maximilian no salía de su aturdimiento, cuando su madre le dijo que Berenice estaba embarazada, él no quería a ese bebé, pero ahora, ahora esperaba con ilusión, el día de la consulta. —En tres días vamos a ver un especialista —dijo Maximilian recordando. Él pensaba que tenía que estar embarazada, si no, ¿cómo lo iba a engañar cuando estuvieran los dos con la obstetra? Marlon tampoco sabía como ella lo haría, pero embarazada no estaba. —¿Y si lo negó por qué eras tú? Quizás no quería que el hermano del hombre que murió por su culpa, sepa que va a tener un hijo —preguntó Maximilian con un rayo de esperanza. Marlon negó con la cabeza, y suspiró, sintiendo pena por su amigo. —Ella me lo hubiese dicho, solo para que yo s
Teresa conoció, al fin, al médico que ocasionó grandes celos en su hijo. Mirándolo bien, y conociendo el trauma que había ocasionado la cicatriz en el rostro de Maximilian, ahora entendía por qué él se sintió amenazado, y no era porque el galeno fuera más guapo, no, Teresa sabía que era por causa de la m*****a cicatriz. Danielle intentó integrarla a la conversación que mantenían, pero Teresa no entendían de lo que hablaban, intercambiaban información de personas que ella no sabía si eran pacientes o personal de la clínica. —Isabela hoy está en el jardín, pidió expresamente ir allí, indicó sentirse bien —estaba informando el médico mientras Teresa observaba el lugar. —¿Podemos ir al jardín nosotras también? —preguntó Danielle ansiosa, la mayoría de las veces, tenía que ver a su madre dentro de la habitación. El doctor Esteban accedió, si podía brindar un tiempo de calidad entre su amiga y la madre de esta, no podía negarse a dejarlas reunirse. —Si sigues mirándola con esa cara y la
Danielle esperó ansiosa la respuesta de Maximilian, ¿qué haría él? ¿Qué tan drástica sería lo que pensaba hacer con ella? En su desesperación, por seguir pagando una buena atención médica a su madre, no pensó con detenimiento, la gravedad de lo que haría. Pero la respuesta de Maximilian no llegaba, y a Danielle comenzaron a sudarle las palmas de las manos. Se había focalizado tanto en Maximilian, que dio un pequeño salto cuando Teresa se aclaró la garganta, e informó que se retiraría hacia si casa, para que conversaran solos y tuvieran privacidad. —Nos vemos luego, Maxim, trátala bien, es muy posible que esté embarazada —le susurró Teresa cuando se acercó a Maximilian para darle un beso de despedida. Maximilian no hizo ningún comentario sobre las palabras de su madre, aunque haría lo que estuviera a su alcance, para cumplir, al menos, un porciento de lo que le pedía Teresa. —Vamos Marlon, tú tampoco harás nada aquí —le dijo Teresa al ex militar, entrelazando un brazo con un brazo de
Maximilian apretó la mandíbula, no podía sentir lástima por ella, le mintió muy bien, supo engañarlo para lograr su objetivo, su motivación fue el dinero. No podía darle lo que ella pedía, él creía que ella podía llamar a Timothy y decirle que ya se había descubierto la verdad; él preferiría que se enteraran a su modo, en el momento que él lo decidiera, la maldad no podía ganar de nuevo. —Puedes llamar para saber de tu madre, cuando mi madre o yo, estemos presente —respondió Maximilian. A Danielle se le llenaron los ojos de lágrimas por la impotencia que sentía, no entendía para que, él la quería allí, ya sabía que ella no era Berenice, muy bien que podía dejarla en libertad; y como tenía que salir de la duda porque no entendía su actitud, le hizo la pregunta en voz alta; Maximilian se encogió de hombros y respondió: —No te puedo dejar libre, no hasta que termine con la familia Hardwick, después… después de eso, veré que hago contigo —informó él y llevó las manos a los bolsillos del