La pregunta de Maximilian captó por completo la atención de Danielle, sacándola de la bruma de ira que sentía, el enojo la cegó tanto, que la hizo olvidar dónde estaba y que no debía pelearse con Jules delante de Maximilian y Teresa. Se retorció en los brazos de Maximilian hasta quedar de frente a él y sin mirarlo a los ojos, se abrazó a su esposo encendiendo el rostro en su pecho. —Sácala de aquí —Pidió en voz baja Danielle. —Se volvió loca sin razón, creo que Berenice no está bien, deberías llevarla a descansar —dijo Jules mirando al matrimonio Hardwick y a Teresa, se habían reunido allí para ver que pasaba. Maximilian miró enojado a Danielle Humphrey, pensando que su mujer había estado muy bien hasta que la supuesta amiga salió con ella a la terraza. —Te quiero fuera de mi casa, ahora mismo —ordenó Maximilian con tono severo. —Es muy tarde, ¿a dónde voy a ir? Micaela y Timothy me trajeron —dijo Jules con voz lastimera. —Te quiero fuera de mi casa, aquí no eres bienvenida —dij
Danielle se quedó paralizada, no podía creer que fuera cierto lo que decía Teresa, Jules no podía estar muerta. «Debe ser una broma, ella está llamando mi atención para que le dé dinero.» Pensó Danielle nerviosa, mordiéndose una uña. Maximilian miró hacia ella, le pidió que no saliera hasta que no tuviera más información y luego salió de la habitación para ir a la playa, quería saber qué estaba pasando. Cuando llegué a la terraza se encontró allí a Timothy ya Micaela. Maximilian frunció el ceño, preguntándose que hacían ellos allí todavía, esperaba que se hubieran ido al amanecer. —La policía no deja acercarse, están los peritos tomando fotos y evidencias, pobre chica, al parecer luchó por su vida hasta el final —comentó Timothy a Maximilian. Maximilian lo miró elevando una ceja, ¿cómo sabía esta información Timothy? Esa y otras integrantes tenía el CEO. —Logré verla antes de que llegara la policía —informó Timothy al ver la cara de confusión de Maximilian. —¿Quién la encontró? —
Danielle escogió mentir a medias, ella no sabía nada de leyes, pero sabía que hacerse pasar por otra persona era penado por la ley. Ella no podía ir a prisión, ¿quién cuidaría de Isabela?, pero tenía que decirle algo, seguramente encontrarían conversaciones suyas en el teléfono de Jules. —Su nombre es Jules Colbert, es compañera en la universidad de Danielle Humphrey, mi mejor amiga —contó Danielle, tratando de verse en calma. —¿Qué tienen que ver ellas juntas, con que Jules Colbert estuviera en su casa? —preguntó el detective interrumpiéndola. Danielle comenzó a contar la enfermedad de Isabela, los pagos que Maximilian había hecho por los exámenes, más otros que hacía ocasionalmente, de su interés en conocer a la hija de la beneficiaria de sus donaciones. —Pero Danielle no podía venir, ella tuvo que abandonar la universidad para trabajar, y donde está, le es muy complicado viajar a la ciudad, así que me estuvo contando de su amiga que podía remplazarla, y entonces yo le escribí a
—Hola mamá, hola papá, decidí regresar —anunció Berenice, acercándose a ellos y abrazando a Micaela.Micaela estaba paralizada, tanta era su sorpresa de ver a su hija en casa, que ni siquiera levantó los brazos para abrazarla. A Berenice no le importó, estaba acostumbrada a que su madre reaccionara así, después de llorar muchas veces en silencio, por esa causa cuando era pequeña, nunca más se lo tomó personal. Dándole un beso en la mejilla a su madre, se apartó para abrazar a su padre; sin embargo, se detuvo al ver el rostro de Timothy rojo por la ira.—Veo que no te alegras de verme, pensé que estar dos años alejada de mi casa, te harían extrañarme —le dijo Berenice a Timothy.Él no respondió a lo expuesto por su hija, tenía todo el cuerpo en tensión y los labios apretados en una fina línea.—Tú, no deberías estar aquí —dijo Timothy, apuntándola con el dedo acusatoriamente.—Tenía que volver —objetó Berenice.—No te di permiso para hacerlo, ni siquiera avisaste que venías, lo has hec
Maximilian no hallaba que responder, casi cuelga el teléfono sin decir nada hasta que recordó la empresa de seguridad y decidió que esa sería su escusa. —He necesitado sus servicios de seguridad, su empresa es muy buena, la mejor de la ciudad, diría yo, no hay otra como esa empresa, los contratas una vez y quieres seguir haciéndolo —dijo Maximilian, y tuvo que aguantar la risa, nunca le había dicho tantas alabanzas de la empresa que compartía con su amigo, ni siquiera a un posible cliente. —Ok —dijo simplemente Danielle, no sabía mucho a qué se dedicaba el exnovio de Kaelyn, ella solo mencionaba que trabajaba, pero no decía en qué—, igual no puedo decirte dónde está ella, le hice una promesa. —Lo entiendo, no seguiré insistiendo, que busque él por sus medios, gracias cariño —respondió Maximilian y se despidió para llamar a Marlon. Danielle se quedó congelada con el teléfono pegado al oído, no recordaba ningún momento anterior a este, donde Maximilian le haya dicho una palabra de ca
Marlon no respondió, puso el auto en movimiento para adelantar a la mujer que salió de la casa de los Hardwick, parando dos cuadras más allá, esperando que ella pasara por su lado y no se desviara. Tenía que verificar que no fuera Berenice antes de responder a Maximilian.—Marlon, ¿qué pasa con Berenice? —Insistió el CEO.—No seas impaciente, espera unos minutos y te diré —respondió Marlon mirando por el espejo retrovisor del auto.—Te digo que está en nuestro apartamento —Insistió nuevamente Maximilian.Marlon dio un golpe en el volante, había parqueado muy lejos, y la mujer se demoraba mucho caminando, no podía marcha atrás en un espacio tan largo, podía ser multado, no le tocaba nada más que esperar, sería sospechoso que diera marcha atrás deteniéndose a cada momento, tampoco podía ir por otra calle, la mujer podía desaparecer y la perdería de vista.—Llamaré a Berenice, ella me confirmará que está en la casa —dijo Maximilian y colgó la llamada e inició otra.Berenice demoró un poc
Maximilian no quería creer lo que decía Marlon, no podía creer que Berenice fuera así de malévola, que quisiera ilusionarlo diciéndole que sería padre, para luego decidirle que lo engañó por venganza. —Ella misma me lo dijo —comentó Marlon—, hasta bromeó al respecto. Maximilian no salía de su aturdimiento, cuando su madre le dijo que Berenice estaba embarazada, él no quería a ese bebé, pero ahora, ahora esperaba con ilusión, el día de la consulta. —En tres días vamos a ver un especialista —dijo Maximilian recordando. Él pensaba que tenía que estar embarazada, si no, ¿cómo lo iba a engañar cuando estuvieran los dos con la obstetra? Marlon tampoco sabía como ella lo haría, pero embarazada no estaba. —¿Y si lo negó por qué eras tú? Quizás no quería que el hermano del hombre que murió por su culpa, sepa que va a tener un hijo —preguntó Maximilian con un rayo de esperanza. Marlon negó con la cabeza, y suspiró, sintiendo pena por su amigo. —Ella me lo hubiese dicho, solo para que yo s
Teresa conoció, al fin, al médico que ocasionó grandes celos en su hijo. Mirándolo bien, y conociendo el trauma que había ocasionado la cicatriz en el rostro de Maximilian, ahora entendía por qué él se sintió amenazado, y no era porque el galeno fuera más guapo, no, Teresa sabía que era por causa de la m*****a cicatriz. Danielle intentó integrarla a la conversación que mantenían, pero Teresa no entendían de lo que hablaban, intercambiaban información de personas que ella no sabía si eran pacientes o personal de la clínica. —Isabela hoy está en el jardín, pidió expresamente ir allí, indicó sentirse bien —estaba informando el médico mientras Teresa observaba el lugar. —¿Podemos ir al jardín nosotras también? —preguntó Danielle ansiosa, la mayoría de las veces, tenía que ver a su madre dentro de la habitación. El doctor Esteban accedió, si podía brindar un tiempo de calidad entre su amiga y la madre de esta, no podía negarse a dejarlas reunirse. —Si sigues mirándola con esa cara y la