Maximilian se alegró de no haber llevado el café a la boca, estaba seguro de que se hubiera atragantado con él. Lo que decía su madre no podía ser posible, no quería tener ningún vínculo con esa mujer. —Es una posibilidad, pero no está confirmado, hay que esperar que ella vaya al médico y le hagan la prueba —indicó Teresa. —Lo dijiste con tanta seguridad —comentó Maximilian—, que pensé que era un hecho. Teresa dejó la taza que traía en las manos sobre la encimera, pensando que quería mucho a su hijo, pero ahora se estaba comportando como un tonto. —Tuviste sexo si protección con ella, ¿qué esperabas que iba a suceder? — Teresa preguntó elevando una ceja. Maximilian abrió la boca y la volvió a cerrar, no tenía como defenderse, su madre tenía razón. —No puedo tener tan mala suerte, una vez sin protección, y estaré atado a ella toda la vida —Se lamentó Max. Teresa dio un golpe sobre la encimera enojada, no le gustaron las palabras de su hijo. —Tener un hijo, no es tener mala suert
Kaelyn rodó lentamente hasta quedar sentada en el piso con la espalda apoyada en la puerta, las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas mientras Marlon seguía tocando a la puerta. —Sé que estás ahí, por favor abre, quiero que me veas a los ojos, mientras te explico por qué lo hice, y veas que son sinceras mis palabras —dijo Marlon elevando un poco la voz para ser escuchado a través de la puerta. —No, vete, me mentiste todo este tiempo mirándome a los ojos, ¿por qué ahora sería diferente? —respondió ella con mucha tristeza. —A través de la puerta no, por favor abre —Insistió Marlon. Pero Kaelyn estaba muy dolida, tenía miedo de creer en sus palabras llenas de mentiras si lo tenía frente a ella, así que le pidió que se marchara y no regresara nunca más. —No me iré hasta que me abras la puerta y me escuches —declaró Marlon sin dejar de insistir. —No quiero que pierdas más tu tiempo conmigo —respondió Kaelyn con ira. Se puso de pie antes de que Marlon siguiera insistiendo y fu
Al ver la cara de confusión que puso Berenice, Maximilian se preguntó, si había ido muy lejos. Así que, para quitarle peso a sus palabras, le acarició la nariz con la suya y con una sonrisa le preguntó: —¿Pasarías todo el día, solo conmigo? A tus padres los dejamos con mi madre, hasta la hora de la cena. Un ligero rubor coloreó las mejillas de Danielle por el placer que sentía, pasar el día con Maximilian era la mejor idea que pudiera pensar para ese día, además del bonus de no tener aguantar a Micaela y Timothy Hardwick, solo veía un inconveniente. —Sería un poco extraño permanecer todo el día encerrados en nuestra habitación, y nuestros padres en el salón —indicó Danielle sonrojándose. —¿Y quién dice que lo pasaremos aquí? —contestó Maximilian guiñándole un ojo, luego se puso de pie—, aunque iniciaremos con tu desayuno. Maximilian fue hasta el tocador y tomó una bandeja que estaba encima, llena de una pequeña selección de lo que comía en las mañanas. Danielle sintió una sensació
Danielle tampoco entendía por qué Jules estaba allí, pero viéndola junto al matrimonio Hardwick, podía imaginarlo, estaba allí para molestar. No podía dejar que calaran en Maximilian, así que se acercó a él, le puso una mano en el pecho y se acercó a su oído. —Olvida lo que hizo antes, mejor sigamos disfrutando de lo que queda del día… por favor —pidió susurrando para ser solo escuchada por él. —Pero… —Intentó protestar Maximilian, también susurrando, la chica no le había caído muy bien. —Solamente serán tres o cuatro horas máximo, luego se irán y nos quedaremos solos nuevamente —lo tranquilizó Danielle. Maximilian suspiró, era el cumpleaños de Berenice y ella se lo estaba pidiendo, podía aguantarlos por unas pocas horas solo por ella. —Bien, pero que no se me acerque mucho —claudicó para alivio de Danielle. Teresa vio la incomodidad de su hijo, y se adelantó brindando algunas bebidas para distraer a los presentes, todo para quitar la atención sobre la pareja, sin embargo, Micae
La pregunta de Maximilian captó por completo la atención de Danielle, sacándola de la bruma de ira que sentía, el enojo la cegó tanto, que la hizo olvidar dónde estaba y que no debía pelearse con Jules delante de Maximilian y Teresa. Se retorció en los brazos de Maximilian hasta quedar de frente a él y sin mirarlo a los ojos, se abrazó a su esposo encendiendo el rostro en su pecho. —Sácala de aquí —Pidió en voz baja Danielle. —Se volvió loca sin razón, creo que Berenice no está bien, deberías llevarla a descansar —dijo Jules mirando al matrimonio Hardwick y a Teresa, se habían reunido allí para ver que pasaba. Maximilian miró enojado a Danielle Humphrey, pensando que su mujer había estado muy bien hasta que la supuesta amiga salió con ella a la terraza. —Te quiero fuera de mi casa, ahora mismo —ordenó Maximilian con tono severo. —Es muy tarde, ¿a dónde voy a ir? Micaela y Timothy me trajeron —dijo Jules con voz lastimera. —Te quiero fuera de mi casa, aquí no eres bienvenida —dij
Danielle se quedó paralizada, no podía creer que fuera cierto lo que decía Teresa, Jules no podía estar muerta. «Debe ser una broma, ella está llamando mi atención para que le dé dinero.» Pensó Danielle nerviosa, mordiéndose una uña. Maximilian miró hacia ella, le pidió que no saliera hasta que no tuviera más información y luego salió de la habitación para ir a la playa, quería saber qué estaba pasando. Cuando llegué a la terraza se encontró allí a Timothy ya Micaela. Maximilian frunció el ceño, preguntándose que hacían ellos allí todavía, esperaba que se hubieran ido al amanecer. —La policía no deja acercarse, están los peritos tomando fotos y evidencias, pobre chica, al parecer luchó por su vida hasta el final —comentó Timothy a Maximilian. Maximilian lo miró elevando una ceja, ¿cómo sabía esta información Timothy? Esa y otras integrantes tenía el CEO. —Logré verla antes de que llegara la policía —informó Timothy al ver la cara de confusión de Maximilian. —¿Quién la encontró? —
Danielle escogió mentir a medias, ella no sabía nada de leyes, pero sabía que hacerse pasar por otra persona era penado por la ley. Ella no podía ir a prisión, ¿quién cuidaría de Isabela?, pero tenía que decirle algo, seguramente encontrarían conversaciones suyas en el teléfono de Jules. —Su nombre es Jules Colbert, es compañera en la universidad de Danielle Humphrey, mi mejor amiga —contó Danielle, tratando de verse en calma. —¿Qué tienen que ver ellas juntas, con que Jules Colbert estuviera en su casa? —preguntó el detective interrumpiéndola. Danielle comenzó a contar la enfermedad de Isabela, los pagos que Maximilian había hecho por los exámenes, más otros que hacía ocasionalmente, de su interés en conocer a la hija de la beneficiaria de sus donaciones. —Pero Danielle no podía venir, ella tuvo que abandonar la universidad para trabajar, y donde está, le es muy complicado viajar a la ciudad, así que me estuvo contando de su amiga que podía remplazarla, y entonces yo le escribí a
—Hola mamá, hola papá, decidí regresar —anunció Berenice, acercándose a ellos y abrazando a Micaela.Micaela estaba paralizada, tanta era su sorpresa de ver a su hija en casa, que ni siquiera levantó los brazos para abrazarla. A Berenice no le importó, estaba acostumbrada a que su madre reaccionara así, después de llorar muchas veces en silencio, por esa causa cuando era pequeña, nunca más se lo tomó personal. Dándole un beso en la mejilla a su madre, se apartó para abrazar a su padre; sin embargo, se detuvo al ver el rostro de Timothy rojo por la ira.—Veo que no te alegras de verme, pensé que estar dos años alejada de mi casa, te harían extrañarme —le dijo Berenice a Timothy.Él no respondió a lo expuesto por su hija, tenía todo el cuerpo en tensión y los labios apretados en una fina línea.—Tú, no deberías estar aquí —dijo Timothy, apuntándola con el dedo acusatoriamente.—Tenía que volver —objetó Berenice.—No te di permiso para hacerlo, ni siquiera avisaste que venías, lo has hec