Capitulo 36— Todo lo que necesitesNarradorLlegando a casa al día siguiente antes de la hora esperada, Seth encontró a Nebra en la estancia centrada en su computadora. Habia pasado un par de días desde el inicio de su búsqueda de empleo, y fracasando cada vez que se postulaba a uno de ellos, la pobre había perdido las esperanzas de independizarse.— ¿Aun sin encontrar uno?Sabiendo que se refería al empleo, Nebra negó sin despegar la mirada de la pantalla, y tomando asiento a su lado, Seth prestó especial atención a lo que su esposa observaba.— Desde mañana empiezas a trabajar conmigo... Como tu esposo mi obligación es darte lo que necesitas, y con esto me refiero a absolutamente todoRemarcando la ultima palabra, esta en un doble sentido que Nebra comprendió enseguida, desvió su mirada a Seth con su ceja levemente enarcada, y abriendo su boca con una leve sonrisa, trató de objetar en contra pero el no se lo permitió— Y no te estoy preguntando. Desde mañana trabajas conmigo. El dep
Capítulo 37— Hablar a fondoNarrador. Manteniendo su mirada centrada en un par de documentos, sus pensamientos sobre Nebra, habían desaparecido por al menos un par de horas. Por el momento, la prioridad era sacar la empresa del hueco en donde se hallaba sumergida.Escuchando cómo la puerta de su oficina era golpeada levemente, Seth centró la mirada en esta antes de dar la orden de seguir, e ingresando al lugar, Martín anuncio.— Señor, la señorita Saywell desea verlo.Asintiendo levemente, Seth le dio permiso enseguida, y ordenando su traje, observó cómo la hermosa mujer ingresaba al lugar portando un hermoso traje de dos piezas de color azul, el cual resaltaba su hermosa figura— Seth, qué gusto volver a verte… Pasaba por aquí, y quise saludarte.Llegando a su encuentro, Seth saludó a Camila con un pequeño beso en la mejilla, el cual fue recibido, e invitándola a tomar asiento, él regresó a su sitio con una pequeña sonrisa.— Pues aquí estoy, ¿en qué puedo ayudarte?Apoyando sus cod
Capítulo 38 — Una buena esposa.NarradorSeth cerró la puerta del apartamento, y al instante, un aroma delicioso invadió sus sentidos. Frunció el ceño, sorprendido. Caminó hasta la cocina y encontró a Nebra de espaldas, moviendo una cuchara en una cacerola, con el cabello recogido de manera descuidada y un delantal sobre su ropa.—Vaya, qué recibimiento —comentó apoyándose en el marco de la puerta con los brazos cruzados.Nebra giró apenas el rostro y le dedicó una mirada rápida antes de volver a concentrarse en su labor.—Llegaste temprano.Lo cual no esperaba, se supone que el llegaba casi al anochecer.—¿Y tú qué estás cocinando?—Tu comida favorita —respondió con naturalidad.Seth arqueó una ceja enseguida, no por que le asombrara por que Nebra cocinaba todos los días para el, pero no entendía por qué esmerarse cocinando su comida favorita sin tener un motivo aparente.—¿Mi comida favorita?—Sí.—¿Y eso, por que?Nebra se encogió de hombros mientras probaba la salsa con la punta d
Capítulo 39— Una diosa en su lecho de guerra.NarradorNebra apenas tuvo tiempo de jadear cuando Seth la empujó contra el colchón, inmovilizándola bajo su cuerpo. Su mirada ardía con una mezcla de lascivia y hambre, sus labios aún entreabiertos por la respiración agitada.—Ahora me toca a mí —susurró con voz ronca, acariciándole los muslos con una lentitud desesperante.Ella intentó moverse, pero él deslizó sus manos por su cintura, atrapándola completamente, haciéndola sentir vulnerable, expuesta, a su total merced.—Seth…Él no dijo nada. Solo bajó por su cuerpo con una calma aterradora, besándola por el vientre, deslizando la lengua sobre su piel con una suavidad tan exasperante que la hizo contener el aliento.Sus labios se movieron aún más abajo, dejando un camino ardiente sobre su piel. Nebra sintió cómo un escalofrío se apoderaba de su cuerpo cuando sus dientes rozaron el borde de su ropa, tirando de ella apenas antes de deslizarla lentamente por sus piernas.El aire frío golpe
Capítulo 40— Días interminablesNarrador:Simón repasaba una y otra vez los documentos frente a él, sintiendo que cada número, cada cifra, cada informe le pesaba más que una tonelada de cemento sobre los hombros. La auditoría estaba en marcha, y él tenía que demostrar que era capaz de asumir esa responsabilidad. Que no era solo el hermano menor problemático que todos creían.Se frotó el rostro con ambas manos, exhalando con frustración. Llevaba horas encerrado en su oficina, revisando documentos hasta que las letras comenzaban a mezclarse entre sí. Sus dedos juguetearon con el nudo de su corbata, tirando de él hasta aflojarlo un poco. Nunca le habían gustado estas formalidades, pero ahora tenía que adaptarse.Respiró hondo, tomó un bolígrafo y volvió a revisar las cifras de la auditoría.Al poco tiempo, Seth entró con paso firme, con su usual porte imponente.—¿Sigues aquí? —Lo observó unos segundos —¿Sabes que pareces un oficinista deprimido, verdad?Simón resopló, sin levantar la vi
Capítulo 41—Has enloquecidoNarradorNebra caminaba con prisa por la acera con la intención de llegar a la empresa sin desvíos ni contratiempos. Había salido un poco más tarde de casa y no quería darle a Seth ningún motivo para sospechar que algo la perturbaba. Porque la realidad era que sí estaba perturbada. Desde la cena en casa de los Arias, Federico había estado rondando su mente como un espectro del pasado que se negaba a desaparecer.Y al parecer, no era solo su mente el lugar que él acechaba.Al doblar una esquina, sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Una presencia detrás de ella, demasiado cerca. Se detuvo en seco y giró con rapidez, encontrándose con él.Federico estaba ahí, sonriendo con esa expresión de suficiencia que la había enamorado en el paso, pero que ahora tanto odiaba. Tan seguro de sí mismo, tan convencido de que el mundo se inclinaba a sus pies, que lo detestaba.—Sigues igual de hermosa, Nebra —dijo con voz pausada, observándola de arriba abajo con la des
Capítulo 42— Hasta mañanaNarrador Tras un largo día de trabajo, Nebra se dirigía a casa, se sentía agotada por lo que su cuerpo pedía una ducha con urgencia. Ingresando al edificio, desvió su vista a un lado y allí la vio, sentada en uno de los sofás del lobby, su primer instinto fue fruncir el ceño. ¿Qué hacía Dalia allí, porque no la había llamado para avisarle que iría? Se acercó de inmediato.—¿Dalia?Su hermana levantó la vista, y su expresión la alarmó. No era tristeza, era vacío, como si todo el peso del mundo le estuviera cayendo encima.—No quiero estar sola esta noche —dijo Dalia en voz baja.Nebra no preguntó nada. No allí, no en ese momento.—Vamos arriba.Dalia asintió, poniéndose de pie. Su caminar era pesado, sin energía, y Nebra sintió cómo una punzada de inquietud le recorría la espalda.El ascensor subió en completo silencio. Cuando entraron al apartamento, Dalia se dejó caer en el sofá sin siquiera quitarse el abrigo. Nebra cruzó los brazos y se quedó de pie, obse
Capítulo 43— SecretosNarradorLlegando a casa un poco agitado tras la conversación con Simón y Nebra, Federico sentía cómo las palpitaciones de su corazón golpeaban su esternón. La negativa de este par solo le complicaba todo, colocándolo en desventaja frente a su hijo. No tenía mayor información de Seth, que planeaba hacer, y que tanto sabía de la malversación de fondos.Caminando por la amplia estancia de la mansión Arias Green, Federico se detuvo por un instante para observar a Lilian desde lejos, quien se encontraba en el pequeño minibar sirviéndose un trago, y sonriendo de lado procedió a negar. Era increíble como una mujer como ella terminase en ese estado, porque sí, a pesar de su edad, y la vida de excesos que llevaba, Lilian seguía siendo una mujer hermosa, deslumbrante. Por desgracia, la amargura de ser atada a un hombre que no amaba, sumado a la decepción del abandono de un antiguo amor, la llevó a ese estado.Retomando su marcha, este pretendió dirigirse a su estudio en c